El maquinista de SAMU
El 14 de marzo, el salón del Hotel Ilunion Alcora de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) se llenó de emoción, recuerdos y gratitud. Alrededor de 80 personas, entre familiares, amigos y trabajadores de SAMU, se dieron cita en un acto sorpresa de homenaje a Carlos González de Escalada, presidente de SAMU y director general de la organización durante los últimos 14 años.
El acto fue un reconocimiento a una etapa clave en la historia de la entidad. Bajo la dirección de González de Escalada, SAMU ha vivido una transformación sin precedentes. De ser una organización centrada en la formación y la atención de emergencias sanitarias en Andalucía, en este periodo ha pasado a ser una institución de referencia nacional e internacional en la gestión de servicios sociales, salud mental, formación profesional, cooperación y acción humanitaria.
El homenaje comenzó con palabras de agradecimiento y emoción contenida. Su hija Victoria confesó que organizar la sorpresa no había sido fácil: “Mi padre está todo el día en el aire, como un pájaro, pendiente de todo”. Entre risas y con cariño, destacó lo que su padre representa para ella y sus dos hermanos: “Siempre lo hace todo con emoción, con cariño, y eso nos contagia y nos anima cada día para ser mejores”.
Otro momento significativo fue la intervención de José Antonio Trujillo, quien ha tomado el relevo en la dirección general de la entidad. Trujillo definió a González de Escalada como “un líder excepcional, un visionario, un experto en tomar decisiones difíciles”. Y añadió: “Ha sido el artífice de esta expansión extraordinaria. No he tenido nunca en toda mi trayectoria profesional un mentor de un nivel tan elevado”.
El relato del crecimiento de SAMU en estos años tiene cifras contundentes: 3.000 trabajadores, 150 centros y programas gestionados y presencia en múltiples comunidades autónomas y países. La organización ha diversificado sus servicios, ha creado unidades especializadas en salud mental, atención a menores, migraciones, emergencia humanitaria y formación profesional, y ha puesto en marcha una profunda estrategia de transformación digital.
Pero este homenaje no se centró solo en los logros de gestión de González de Escalada. Fue también una celebración familiar. Subieron al escenario sus hermanos Borja, Juan y Alejandro, su padre, Carlos Álvarez Leiva, y su compañera Valme López. También intervinieron otros miembros de la familia a través de un vídeo conmemorativo.
Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, construyó su intervención en forma de metáfora ferroviaria. Recordó cómo su padre, Carlos Álvarez Leiva, fundó SAMU hace más de 40 años y lo comparó con “una locomotora a la que había que echarle carbón”. “Un día sus hijos le dijimos: ‘deme usted la pala y siéntese’. Y Carlos fue quien cogió esa pala y aceleró el tren. Venga carbón, y venga más carbón… Don Carlos miraba por la ventanilla del tren y le decía: ‘Niño, ¿no vamos muy rápido?’ En el fondo todos teníamos miedo, pero la situación estaba controlada. Hoy somos 3.000 pasajeros y 150 vagones”. Y concluyó: “Carlos ha tomado muchas decisiones solitarias, duras, muchas veces desagradecidas. Pero ha hecho avanzar este tren sin descarrilar, incluso a gran velocidad”.
El fundador de SAMU, Carlos Álvarez Leiva, también tomó la palabra para hacer un emotivo recorrido por el legado compartido. “No hay mayor satisfacción para un padre que ver cómo su legado crece en manos de su propia sangre. Carlos ha guiado el desarrollo de SAMU con determinación y éxito. La expansión que hemos presenciado es testimonio de un trabajo bien hecho”.
Álvarez Leiva recordó los primeros pasos de SAMU, empresa que nació con la convicción de que era posible marcar la diferencia. “SAMU no es el proyecto de una sola persona. Es una obra colectiva que ha evolucionado sin perder su espíritu original”. Dirigiéndose a sus nietos, les habló del verdadero legado: “La vocación de servicio, el compromiso con los demás y el esfuerzo por hacer del mundo un lugar mejor”.
Desde un vídeo conmemorativo, Juan González de Escalada recordó los comienzos de su hermano en SAMU, limpiando la UVI móvil los fines de semana o, ya de mayor, en la coordinación de servicios: «Atendía la emisora, comunicaba… Era incansable”. Y añadió: “Estoy muy orgulloso de ti. Nadie como tú podría haber hecho crecer SAMU de esta manera”.
Una jornada de agradecimiento
En un tono personal y emotivo, Valme López, una de las trabajadoras más cercanas al homenajeado, destacó su capacidad de liderazgo y entrega. “Carlos siempre va dos pasos por delante. Es generoso, valiente, leal. Es mi referente y un pilar fundamental en mi vida. Me faltan vidas para agradecerle todo lo que ha hecho por mí”.
El broche del homenaje lo puso el propio Carlos González de Escalada, muy emocionado. “Estoy abrumado, esto me da mucha vergüenza, pero también mucha felicidad”. En su intervención, repasó los años de esfuerzo, la exigencia de estar a la altura de quienes le precedieron y el orgullo de contar con un equipo “sensacional, de profesionales que lo saben todo y que llevan a la familia fundadora en volandas”. Hizo referencia a los retos de dirigir una organización compleja: “A veces es difícil, pero lo estamos sacando adelante entre todos”.
El homenaje concluyó con un aplauso unánime. Un gesto compartido que resume lo que SAMU representa hoy: una gran familia, una misión que trasciende generaciones y una historia en marcha, siempre con la locomotora a velocidad de crucero y bien encarrilada.