El Centro Miguel de Mañara celebra una fiesta de bienvenida a los primeros menores acogidos
Fundación SAMU ha iniciado la prestación del Servicio de Acogimiento Residencial Básico de Menores en Situación de Desamparo, en el Centro Miguel de Mañara. Este servicio, de atención integral a menores tutelados por el Servicio de Protección de Menores de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en Sevilla, comienza una vez concluido un proceso de licitación pública, que se inició a mediados del pasado mes de julio y que, tras la obtención de la preceptiva autorización administrativa de funcionamiento como centros de menores, ha tenido como colofón la adjudicación definitiva a la Fundación durante la segunda quincena del mes de octubre.
El objetivo del servicio es promover la integración social, educativa y laboral de los menores atendidos, así como su normalización, incluyendo acciones encaminadas a la reagrupación del menor con su familia de origen o bien con una familia ajena, siempre que ello sea posible.
Así, el pasado día 25 de octubre se recibieron en sus recién reformadas instalaciones los primeros niños que serán atendidos en régimen de acogimiento residencial. Este grupo está formado por 6 chicas y 3 chicos con edades comprendidas entre los 7 y 16 años, aunque las plazas adjudicadas son 12 y para chavales de entre 6 y 18 años. “El primer día fue difícil tanto para los menores como para el equipo educativo, que se dedicó en cuerpo y alma a trabajar por el bienestar de chavales ya que llegaron tristes y preocupados por una situación de cambio de centro que no esperaban. “Desde un primer momento organizamos la recepción de los menores desde un punto de vista festivo y alegre, desarrollando dinámicas, juegos y una pequeña fiesta de acogida” señala Nicolás Torres Heredia, director del centro.
Este centro se ubica en la planta baja de unos de los edificios del Complejo Miguel de Mañara y cuenta con aproximadamente 375 m2 que incluyen: 6 dormitorios con baño, sala de educadores, sala comedor, cocina y almacén, sala ludoteca, sala de TV y visitas, despacho psicólogo, despacho dirección, dos baños habilitados para personas con discapacidad, almacén de lencería y almacén de limpieza. Todo ello rodeado de espacios para el juego y esparcimiento y zonas ajardinadas con piscina.
Quince días después de su llegada, la incertidumbre generada por el drástico cambio de centro se ha difuminado, dando paso a una situación normalizada en la que los menores se muestran cada vez más tranquilos y cómodos en su nuevo entorno para afrontar sus circunstancias personales.