Operación Zulú: La primera salida del aula
Un total de 37 alumnos de la Escuela SAMU, 28 de ellos enfermeros y estudiantes del XXIV Máster en Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria de la Universidad de Sevilla y SAMU y nueve Técnicos de Emergencias Sanitarias (FP), participaron en noviembre en la primera acampada de supervivencia del curso 2018-2019. Duró tres días, bajo el nombre Operación Zulú.
Ésta es la primera actividad fuera de las instalaciones de la Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla) a la que se han enfrentado la nueva promoción de alumnos del Máster de Enfermería, que han podido empezar a conocer cuáles son sus habilidades y competencias en condiciones de especial austeridad, así como sus propios límites.
“La acampada nace de la necesidad de adquirir conocimientos y habilidades de supervivencia en condiciones de austeridad, así como de tener una primera toma de contacto con la filosofía SAMU. Queremos que los alumnos experimenten de la manera más real posible lo que sería ir de misión humanitaria o prestar asistencia sanitaria tras una catástrofe, por ejemplo”, indica Lucía Sánchez, instructora de la Escuela y coordinadora de la actividad. “Se intenta que el alumno, con el cansancio, el estrés y el ejercicio físico, se enfrente y conozca sus límites para que trabaje en ellos y así pueda ampliarlos a lo largo del curso académico”.
La actividad se desarrolló del 13 al 15 de noviembre en la llamada Hacienda Regüela, una zona espaciosa y despoblada, relativamente alejada de núcleos de población urbana en la localidad de Gelves (Sevilla), a poco más de un kilómetro y medio de la Escuela. Durante estos tres días se impartieron una serie de talleres de supervivencia, entre ellos taller de letrinas, transmisiones, elaboración y extinción de fuego, orientación, montaje de vivac, triaje, sectorización, inmovilización en circunstancias, potabilización de agua, inmovilización y traslado, funcionamiento de dispositivos electrógenos y despliegue de estructuras eventuales.
“Los alumnos durmieron poco y mal, e incluso alguna noche tuvieron la visita de algún roedor, pero el estrés y el cansancio forma parte de la acampada de supervivencia y les ayudará a ser mejores profesionales”, explica Thomas Couyotopoulo, subdirector de la Escuela SAMU.
El pasado mes de noviembre, además de esta acampada de supervivencia, también tuvo lugar el primer simulacro integral de atención a múltiples víctimas del curso académico 2018-2019 con la participación de todos los alumnos de la Escuela SAMU, tanto los de los másteres de enfermería y de emergencias médicas, como los de los diferentes cursos de Formación Profesional que se imparte en la Escuela (Técnico en Emergencias Sanitarias, Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería y Técnico en Integración Social).
“La simulación es un modelo de aprendizaje basado en la máxima aproximación del alumno a la realidad, procurando la adquisición de habilidades en la resolución de los problemas para los que ha sido previamente entrenado”, comentan desde la Escuela SAMU. La realización de este ejercicio pretende formar a los intervinientes en materia de organización y gestión de situaciones en las que se requiere actuar con la mayor brevedad posible para salvar al mayor número de víctimas que se pueda.
“En la sociedad actual, cada vez con más frecuencia, se dan fenómenos meteorológicos que causan verdaderas catástrofes, dejando a su paso una gran cantidad de víctimas y pueblos que requieren ayuda humanitaria para poder dar respuesta a las necesidades de los afectados. A esto se suma el incremento de atentados terroristas. Es por ello que se hace necesario que los sanitarios estén cada vez más preparados para afrontar e intervenir en una situación de estas características”, continúan desde la Escuela.
Con este tipo de simulacro se pretende mantener al personal formado y comprobar que los protocolos existentes se adaptan a las necesidades y son realistas. Así, este ejercicio, celebrado el 23 de noviembre bajo el nombre de Operación Golf Maik, pretendía simular el caos en una situación de emergencias con múltiples víctimas y tenía como objetivos específicos aprender a resolver de manera eficaz los problemas que surjan durante la realización del ejercicio y saber trabajar de manera coordinada con los diferentes cuerpos de seguridad y emergencias, entre otros.
En el simulacro participaron un total de 28 enfermeros, 23 Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) y 18 Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), todos ellos alumnos de la Escuela SAMU, además de nueve instructores. A esto se sumó la participación voluntaria de 39 personas más que actuaron como víctimas: 30 alumnos de TES de primer curso de la Escuela, cinco estudiantes de Integración Social y cuatro participantes externos a la propia organización, que fueron caracterizados con todo detalle para este primer simulacro del año.