Plan de choque contra las drogas desde los centros de menores de SAMU

Fundación SAMU amplía su intervención en el ámbito de lo social e incorpora un nuevo proyecto dedicado a combatir y prevenir el consumo de tóxicos y sustancias adictivas en los centros de protección de menores que esta entidad gestiona. Dicho proyecto, aún en proceso de elaboración, se llevará a cabo con el apoyo y colaboración de profesionales y expertos en la materia, así como con el resto de los agentes públicos implicados, garantizando una realización eficiente y satisfactoria.

Según datos de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, la edad media de inicio del consumo se sitúa en la adolescencia, siendo cada vez más temprana. Además, se observa un consumo más acusado en hombres que en mujeres.

“Según nuestros sondeos, aproximadamente el 20% de los menores que habitan en los centros de SAMU de Andalucía consume cannabis, y el 30%, tabaco”, explica Adrián Moreno, trabajador social del área de menores de Fundación SAMU. “También hemos observado el consumo esporádico de alcohol. Sin embargo, al menos en Andalucía, no es muy común la adicción a los disolventes, algo que sí ocurre en otras zonas del país como Madrid”.

Adrián Moreno hace hincapié en el hecho de que muchos de estos chicos llegan a España con un historial de consumo en su país, ya que se trata de una conducta normalizada en ciertos contextos sociales, convirtiéndolos en una población vulnerable y con un alto riesgo de continuar con el consumo.

Desde Fundación SAMU se está trabajando en un protocolo de actuación y en un programa de prevención en concordancia con los objetivos de la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024.

Nuestra labor pretende retrasar la edad de inicio del consumo de drogas y de comportamientos que puedan producir dependencia y disminuir los daños asociados, así como erradicar dichas conductas de consumo. Para ello, es imprescindible ofrecer información a los jóvenes sobre las consecuencias y efectos sobre la salud que provocan las drogas, así como las consecuencias derivadas en el ámbito judicial y, en general, el deterioro que éstas producen en la faceta laboral, familiar o personal”, comentan desde Fundación SAMU.

“La presencia de algunos factores de riesgo en los menores hace que la puesta en marcha de nuestro nuevo proyecto sea una cuestión más de urgencia que de cautela. El desarraigo familiar, social y cultural en el que se encuentran los menores, los problemas psicológicos, las vivencias traumáticas tempranas y los problemas de integración e inclusión social, se unen a la escasez de alternativas de ocio y el escaso desarrollo de habilidades sociales, entre otros”, señala Adrián Moreno.

De este modo, SAMU llevará a cabo actuaciones encaminadas al establecimiento de límites, el fomento de la responsabilidad, el desarrollo de habilidades sociales (resistencia a la presión del grupo, asertividad, comunicación) y el aumento de la autoestima, así como el establecimiento de redes de apoyo de referencia (amigos y profesionales), entre otras.

“Los impulsores de este proyecto destacan su perspectiva global e integral, es decir, no se intervendrá sobre las conductas adictivas como un comportamiento aislado del menor, sino como consecuencia de una serie de variables que están influyendo en su aparición y continuidad en el tiempo, variables desde el punto de vista personal y social que deben ser tenidas en cuenta a la hora de la intervención.

SAMU es consciente de la importante labor del trabajo en red para la consecución de los objetivos propuestos, tanto con instituciones públicas como con entidades privadas, cuyo ámbito de actuación esté centrado en la prevención y/o intervención en casos de consumo de drogas. La especificidad de los distintos recursos, la no duplicación de servicios, la complementariedad y la persecución de objetivos comunes hacen que el trabajo en red sea imprescindible en un proceso tan complejo y multidisciplinar como es el que se intenta acometer.

Carmen Pastor, directora de SAMU Dúrcal

SAMU Dúrcal se despide de Carmen Pastor: Directora, guía y compañera

En el trayecto de una vida hay despedidas que entristecen, que hacen llorar, pero en esta ocasión hablamos de una despedida que no es motivo de tristeza y melancolía, sino de emoción: es el fin de una etapa para comenzar otra. En el Centro de Inserción Social y Laboral SAMU Dúrcal despedimos a Carmen Pastor Ruíz, la directora del recurso, nuestra mudira.

Para este equipo, Carmen significa sabiduría, compromiso, dedicación, tenacidad, cariño, paciencia y, sobre todo, bondad, una bondad mayúscula. Todos hemos sido testigos de cómo se ha levantado este proyecto, de la calidad del trabajo realizado por Carmen y, también, protagonistas de gran parte de su proyecto. Hemos vivido cómo un establecimiento impersonal ha cobrado vida convirtiéndose en el hogar de todos los que han pasado por él y para los que aún seguimos aquí.

Carmen es una persona exigente que, en continuo aprendizaje, busca siempre la excelencia. Estar bajo su batuta ha hecho de nosotros un equipo con una enorme experiencia en el cumplimiento de nuestras tareas, con una gran capacidad de organización, de manejo del tiempo y del trabajo, en ocasiones, bajo presión.

Una de las grandezas de Carmen gestionando equipos humanos es el convencimiento de que todo el mundo es brillante en algo, y que solo hay que descubrir ese algo y darle visibilidad y confianza. Ha sabido captar las fortalezas de cada miembro del equipo y hacer de ellas una pieza importante de un gran proyecto. Felicita en público y corrige en privado. Debía tener muy clara la máxima de “empleados felices, empleados eficientes”.

Al mirar atrás y hacer balance de este periodo recordamos muchos momentos buenos y, afortunadamente, pocos malos.

Queremos decirte, Carmen, que has sido para todos nosotros y nosotras no solo una directora, una guía o una referencia, sino una excelente compañera y una amiga que, sin duda, ha dejado huella en nuestras vidas. Queremos que sepas que nuestra historia no termina aquí y ahora.

Sabemos que no te puedes ir muy lejos: serías incapaz de alejarte del compromiso social que tienes con los más desfavorecidos. Así que, seguramente, algún día, nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Te deseamos felicidad, mucha felicidad con todo lo que te depare el destino. No te mereces menos.

Vete tranquila y feliz. Cuidaremos de tu legado y, sobre todo, de lo que más te importa: nuestros niños. Gracias por este baúl lleno de recuerdos y por el legado que dejas en cada uno de nosotros.

Se va nuestra directora de orquesta pero, señoras y señores, la orquesta sigue en pie, esperando una nueva batuta. ¡The Show Must Go On!

Autora: Siham Khalifa – SAMU Dúrcal

Francisco Javier Olier Pérez. Director del ISL El Castillejo SAMU

“Nada me llena más que un logro de mis chicos”

Francisco Javier Olier Pérez (Sevilla, 1969) dirige desde octubre de 2018 el centro de Inserción Sociolaboral (ISL) El Castillejo, en el pueblo gaditano de El Bosque, recurso que Fundación SAMU puso en marcha aquel verano debido a la afluencia de menores migrantes que llegaron a las costas andaluzas.

—¿Cuál es su labor como director del ISL El Castillejo?
—Mi labor es dirigir, gestionar y, junto con mi gran equipo de trabajo, allanar el camino a nuestros chicos para que sientan que no están perdidos y que, con mucho esfuerzo, es posible encontrar ese futuro que vienen buscando a Europa.

—¿Conocía SAMU antes de comenzar a trabajar en esta organización?
—Conozco SAMU desde 1999 a través de nuestro presidente, Carlos Álvarez Leiva. Estuvimos juntos destinados en el EMAT SUR (Escalones Médicos Avanzados de Tierra). Hemos vivido momentos inolvidables juntos en distintas misiones internacionales.

—¿Cómo fueros los inicios?
—Los tres primeros meses fueron agotadores pero a la vez muy gratificantes. A medida que pasaban los días se iban viendo los avances. Por aquel entonces era un centro de Acogida Inmediata con 60 plazas. Los chicos llegan a un país nuevo, con una cultura totalmente diferente a la suya, engañados, porque vienen con un planteamiento de futuro totalmente incierto (trabajo, coche y casa), y se encuentran con que han llegado a un centro de menores sin las perspectivas de futuro que ellos idealizaban. Sin embargo, con gran esfuerzo por parte del equipo y con el apoyo y la confianza depositada en mí por parte de Nicolás Torres (director del área de menores de SAMU) y Juan Rodrigo Gil (jefe del departamento de centros), conseguimos llevar este barco donde está hoy.

—¿Cuál es el perfil de los menores que atienden en este recurso?
—Tenemos 24 chicos de entre 16 y 17 años de distintas nacionalidades: gambianos, marroquíes, malienses, marfileños y guineanos. Casi todos llegan con un proyecto migratorio durísimo. Algunos han sido encarcelados y torturados, sobre todo los subsaharianos que pasaron por Libia. Son niños que cargan con unas historias personales muy duras. A veces, cuando les entrevistas y ves sus caras y el trabajo que les cuesta contar sus vivencias, tienes que hacer una pausa e ir al baño a secarte las lágrimas.

—¿Recuerda el primer chico que llegó al centro?
—Baderddine, de origen marroquí, fue el primer menor que pisó El Castillejo en julio del 2018. Cuando yo empecé a dirigir el centro, unos tres meses después, Bader andaba un poco perdido, se metía en líos continuamente, pero, poco a poco, fuimos trabajando con él. Necesitaba que le guiasen, que confiaran en él, y hoy día es un chico ejemplar y el que más destaca.

—¿Qué otros menores le han dejado huella?
—Youseff es otro de ellos. Es el más revoltoso y el más pequeño del grupo. Nos da algún que otro dolor de cabeza, ya que es muy bromista y hay chicos que no tienen ese sentido del humor. Cariño se les coge a todos, cada uno te aporta algo, cada uno es un nuevo reto y eso me apasiona. Quizás, la historia más dura es la de Abdulkader, natural de Gambia. En su proyecto migratorio pasó por Libia, donde intentaron venderlo como esclavo, fue encarcelado durante seis meses, golpeado y realizó trabajos forzados con tan solo 15 años de edad. Su historia quita el sueño.

—¿Cuál es la labor principal del equipo de profesionales de El Castillejo?
—Intentamos ayudar a nuestros menores para que consigan una adecuada inserción social y laboral en nuestro país. Para ello, participan en talleres dirigidos al conocimiento de nuestra cultura, nuestra lengua y costumbres, y clases de orientación laboral. También hacen prácticas en empresas, y disfrutan de paseos y salidas para intercambiar experiencias con personas de la localidad, entre otras cosas. Otro aspecto relevante y que valoramos enormemente en nuestro centro es el de atender las necesidades personales y emocionales de nuestros menores. Para ello, impartimos talleres emocionales a través de los cuales trabajamos el autocontrol, la autoestima, el autoconocimiento y el respeto a uno mismo. Además, atendemos las necesidades individuales y los cambios emocionales que van surgiendo en el día a día de nuestros chicos, a través de diálogos. No podemos olvidar la autonomía, área que trabajamos a través de pequeñas responsabilidades que vamos depositando en ellos y que van aumentando a medida que se hacen más autónomos.

—¿Cómo reaccionan los menores ante esta atención y dedicación?
—Nuestros menores son conscientes de que todo nuestro trabajo va enfocado a procurarles bienestar e intentar atender sus demandas de futuro. Por ello, la actitud, en general, es de gratitud, colaboradora y partícipe, aunque en algunas ocasiones no entienden el alcance de algunas medidas adoptadas por el centro y se muestran reticentes o en desacuerdo.

—¿Cómo es la convivencia con los vecinos de El Bosque?
—Es cierto que al principio la población era reacia a la integración de los menores pero hoy en día los comentarios que recibimos son de aceptación y afecto hacia nuestros chicos, algo que se han ganado nuestros jóvenes gracias a su buen comportamiento y a los intercambios culturales que se han llevado a cabo.

—¿Qué aspectos cree que se deben mejorar en la atención a los menas?
—La burocracia y las relaciones con los distintos consulados. Los trámites documentales desesperan a menores y profesionales.

—Recientemente, han recibido la visita del ministro Fernando Grande-Marlaska. ¿Cómo lo vivieron?
—Aquel fue un día muy significativo para todos, tanto para los profesionales como para los chicos. Para los profesionales significó un gran orgullo puesto que esta visita le ha dado visibilidad al trabajo que realizamos en el centro. Por otro lado, los menores sintieron una gran alegría, ya que recibieron esta visita como una muestra de apoyo. Les motivó mucho que el ministro se dirigiera directamente a ellos y pudieran intercambiar algunas palabras con él.

—¿Qué supone para usted trabajar con menores?
—Jamás pensé que trabajar con menores me fuera a aportar tanto. Es un reto diario, cada día hay una cosa nueva. Yo les aporto seguridad, estabilidad y confianza, siempre tengo abierto mi despacho para sus dudas o inquietudes. Y ellos me aportan a mi felicidad. No hay nada que me llene más que un logro de un menor de mi centro o de mis hijos. Y algo muy importante, este trabajo me ha ayudado a aprender a ser paciente.

PTIS: El día a día del profesional técnico de integración social SAMU

PTIS: El día a día del profesional técnico de integración social

Cada mañana, María abre el “cuaderno de hablar” para que Antonio le cuente cómo se siente. “Me dice cómo está, si ha tenido un día malo… Le cuesta mucho expresarse y, a través de los pictogramas, expresa la emoción y lo que ha hecho”, explica María. Esos pictogramas son su forma de comunicarse con los demás. María y Antonio, que aparecen en este reportaje con nombres ficticios, comparten su rutina cada mañana en un colegio de primaria en el que Fundación SAMU presta servicios de apoyo y asistencia escolar a niños con necesidades educativas especiales.

La labor de María es fundamental para que Antonio, que padece un trastorno del espectro autista, pueda expresarse. Pero ésta no es su única tarea. Antes de sentarse con Antonio, María ya ha acompañado a una asamblea de Infantil a un niño con un trastorno de conducta para ayudarle a entender qué actividades va a realizar durante la mañana. Luego, ayuda a otro menor con diabetes en la deglución de alimentos y en el control de la glucemia. También ayuda a un chico a cambiarse la sonda estomacal. Llegado el recreo, acompaña a los cuatro chicos del aula específica y les anima a jugar con los demás. Y después del patio, toca aseo personal con esos cuatro niños.

“Siempre les animo a que se desenvuelvan en cualquier situación, que no se queden parados esperando a que llegue algo”, asegura María, una de los 745 trabajadores y trabajadoras de SAMU que prestan servicios de profesional técnico de integración social (PTIS) en los centros públicos de las ocho provincias de Andalucía.

Su trabajo es esencial para que estos niños y jóvenes se integren con sus compañeros y adquieran la mayor autonomía posible. El servicio fue externalizado hace 15 años y SAMU ha contribuido desde entonces a mitigar problemas de movilidad o cognitivos de miles de niños y niñas andaluces.

“Nuestra labor es de apoyo y asistencia en el ámbito educativo por lo que damos cobertura a necesidades para el buen desarrollo educativo de los alumnos”, comenta Conchi Pérez, jefa del área de Educación de Fundación SAMU.

La prioridad es la integración

La Agencia Pública de Educación de Andalucía asigna los PTIS necesarios a los diferentes centros educativos, ya sea para su apoyo en un aula ordinaria (alumnos con necesidades que, sin embargo, pueden llevar el ritmo ordinario) o para la configuración de un aula específica. El objetivo es que estos niños y niñas con necesidades especiales, cuyo dictamen de escolarización establece que necesitan apoyo específico, se integren todo lo posible en un aula.

“Siempre que las capacidades de ese alumno puedan adaptarse a un ritmo, la prioridad es la integración”, explica Conchi Pérez. Sin embargo, no siempre es posible, porque en ocasiones se trata de discapacidades graves. Los PTIS de SAMU se ocupan de dificultades tan variadas como discapacidades existen (parálisis cerebral, retraso madurativo profundo, TDH, TEA, piel de mariposa…) y la prioridad, señala Pérez, es prestar un apoyo asistencial. “Lo primero que hay que valorar es que esté alimentado, hidratado… Los recursos son pocos y hay que conseguir que las necesidades básicas estén cubiertas”.

En otras ocasiones su función sí va más allá de la meramente asistencial. “Trabajamos más cosas: resolución de conflictos, autonomía, actividades sociales…”, comenta Ana (nombre ficticio), otra PTIS de Fundación SAMU. A veces colaboran en el ámbito curricular, adaptando el material o ayudando a los alumnos con la tarea. De este modo, los PTIS acaban convirtiéndose en un elemento indispensable tanto para la autonomía funcional de los niños como para su integración en las actividades educativas.

A cambio, estos chicos suelen derrochar agradecimiento. “Yo recibo mucho cariño por su parte. Agradecen mucho la ayuda que se les ofrece, no cuestionan. Es muy gratificante”, señala Ana.
Para estos menores, la labor del profesional técnico de integración social marca la diferencia. “Tenemos muchos profesionales muy comprometidos. Trabajan día a día para conseguir pequeñas cosas, como una sonrisa o que el niño pueda atarse los cordones de los zapatos”, resalta Conchi Pérez. “Es cierto que hay casos que te duelen, pero a mí me encanta lo que hago”, dice María: “Me enseñan más a mí que yo a ellos: con su forma de disfrutar, con sus emociones…”.

Cada día, Ana ayuda a un chico de Secundaria a moverse por las aulas de su centro. El chico tiene espina bífida. También trabaja pautas de conducta con una chica con síndrome de Down. Aunque tiene una adaptación curricular, el objetivo es que pase el mayor tiempo en su aula, y lo consigue.

Preparándolos para un trabajo futuro o para la Selectividad

Además de estos casos específicos, Ana presta apoyo a una veintena de jóvenes con dificultades integrados en un curso de Formación Profesional Básica Específica. Son jóvenes de entre 18 y 21 años con alguna discapacidad que se preparan para trabajar en el futuro prestando servicios administrativos.
En el aula hay alumnos con discapacidades diversas: intelectual, motora, auditiva, visual… Sin embargo, estos chicos están muy capacitados para algunas tareas básicas de personal administrativo. “Las tareas de oficina, meter datos, archivar, fotocopiar… Todo eso lo hacen muy bien”, dice Ana, que resume así la situación: “Tienen discapacidad para algunas tareas, pero muchas capacidades para otras”.

El objetivo es reforzar sus hábitos de orden y planificación para que en el futuro puedan integrarse con éxito en el mercado laboral.

Otras veces, estos niños quieren continuar sus estudios. Los PTIS de SAMU han ayudado a chicos con síndrome de Down que han hecho Selectividad. También alumnos con déficit de atención y que hoy cursan una carrera universitaria, y a personas con retraso madurativo que consiguen ir superando cursos. “Se consigue mucho”, dice Ana.

El papel de la familia, los compañeros y el centro

Los centros suelen ser sensibles para plantear actividades inclusivas que faciliten la participación de todos. También juega un papel esencial la relación con las familias y con los compañeros. “Sus compañeros colaboran muchísimo. Nunca reciben trato discriminatorio, ni en los recreos ni en ningún otro momento”, cuenta Ana, que trabaja con adolescentes.

María, que trabaja en un centro de Primaria, suele explicar en pequeños grupos la actividad que va a hacer con sus alumnos: “Intento que empaticen lo más posible y que entiendan que son diferentes, pero que también pueden hacer cosas”.

Se hace difícil pensar que esta labor pueda realizarla un docente que tenga que atender a otros 24 ó 25 alumnos. “Creo que si no estuviéramos sería muy duro para el menor”, opina María. “Yo creo que nuestra labor es esencial. Si no estuviese, hay chicos que no podrían estar matriculados”, señala Ana. Conchi Pérez corrobora esa impresión. “Hace años o no estaban matriculados, y, si iban, estaban en un rinconcito. Hoy se consiguen muchas cosas”, concluye.

Comida navidad SAMU

Así fue la comida de Navidad de SAMU

El Real Círculo de Labradores de Sevilla fue el escenario de la fiesta de Navidad de SAMU 2019, una jornada festiva y de confraternización de toda la organización que se consolida año tras año y que, en esta edición, contó con la participación de más de 250 compañeros llegados de todos los puntos de Andalucía y del país. Junto al Guadalquivir, se sirvió un cóctel amenizado con música para todo el equipo que se alargó, en algunos casos, hasta entrada la noche.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU, agradeció a todos los compañeros su presencia para disfrutar de esta jornada de amistad y distensión después de un año, en ocasiones, “convulso”. “Todo lo que conseguimos es posible por vosotros. Sois un equipazo”, enfatizó el director general.
Durante la fiesta, se hizo un reconocimiento a los centros que más han destacado en la reciente campaña de recogida de kilos de comida para el Banco de Alimentos, que se ha saldado con casi una tonelada, con el liderazgo de los centros de La Cartuja (85 kilos), Santa Ana (86) y, de forma destacada, por el centro de menores de El Bosque (522), cuyo equipo se ganó un jamón ibérico como premio por su esfuerzo y lo celebró a lo grande en el salón del Real Círculo de Labradores.

Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, recordó como en 2007 recibió una llamada de la Junta de Andalucía solicitando la ayuda de la organización para atender a los menores que estaban llegando de forma masiva a las playas de Motril. “Aquello significó un gran reto para la familia SAMU. Fue el principio del camino que nos lleva hasta la posición de enorme responsabilidad que ocupamos hoy”, apuntó.

Álvarez Leiva dirigió la entrega de reconocimientos a personas que han destacado por su labor en cada una de las áreas de la organización, y brindó con todo el equipo: “Todos tenemos una familia de sangre, de la que estoy muy orgulloso, y otra familia que es la que te vincula a la vida y a la tierra. Ambas están cargadas de emociones y sentimientos, y hoy todos vosotros formáis parte inequívoca de esa familia. Os deseo lo mejor. Buscad la felicidad interior bruta: será la única manera de hacer felices a las personas con las que trabajamos”.

editorial Carlos gonzález de escalada

Carta del director general de SAMU: «Vosotros lo hacéis posible»

Querido equipo. Como cada año por estas fechas, quiero desearos lo mejor para 2020 personalmente. Qué mejor momento que éste para hacer balance del año y para que conozcáis de primera mano cuál es el rumbo de SAMU.

Este 2019 que acaba ha sido un año de gran demanda para los servicios de salud y bienestar social que provee nuestra entidad. Crecemos gracias a una estrategia de comunicación muy proactiva, a la puesta en marcha de delegaciones institucionales en varias regiones y a la fabulosa labor de nuestro departamento de Desarrollo.

Se nos empieza a conocer en todas las comunidades autónomas y, en aquellas en las que estamos presentes, generamos confianza día a día. Hemos abierto delegaciones en Asturias, Madrid, Barcelona y Tenerife, lo que nos permite estar más cerca de los poderes públicos que necesitan las soluciones que ofrecemos. Hemos abierto un hogar funcional en Tenerife (San Lázaro) y en breve implantaremos un servicio de ambulancias SAMU en Canarias.

Así, en 2019 hemos pasado de tener presencia en cinco comunidades autónomas a tenerla en ocho, de tener 35 centros de trabajo a tener 55, y de ser 1.200 compañeros a ser más de 1.750. SAMU ofrece hoy servicios de emergencias, transporte sanitario, psiquiatría y salud mental, atención a personas con discapacidad intelectual, centros para personas con daño cerebral adquirido, centros de protección de menores, centros terapéuticos de salud mental infanto-juvenil, servicios en centros penitenciarios, centros de formación profesional y recursos de inserción sociolaboral.

Trabajamos con pasión para atender a la parte más vulnerable de la sociedad española e internacional. Tenemos la satisfacción de trabajar para los demás con vocación, pero sobre todo con profesionalidad, diligencia y procedimientos innovadores. SAMU atiende a casi 7.500 pacientes, 1.200 residentes y usuarios y 700 alumnos cada año.

Hemos implantado un modelo de gestión del que nos podemos sentir orgullosos, basado en el respeto a la normativa vigente (compliance), la defensa de la sostenibilidad y las políticas activas de igualdad, conciliación e inclusión. Basta hojear cualquiera de las páginas de nuestra Revista SAMU para medir nuestro nivel de compromiso.

El crecimiento experimentado nos obliga a redoblar nuestra responsabilidad y a reconocer los retos que nos quedan por cumplir. Para 2020 me he fijado tres grandes objetivos como director general: mejorar las subidas salariales derivadas de los nuevos convenios colectivos, aumentar la formación continuada del personal de SAMU y mejorar el control de calidad de los múltiples servicios que prestamos.

Para mí es muy importante contar con vuestro apoyo y respeto como equipo. Juntos formamos la gran “familia SAMU”, que tiene la clara vocación de ser una gran fuerza del bien para ayudar a la sociedad.

Sois vosotros los que lo hacéis posible, día a día, en trabajos a veces ingratos, sin mirar el reloj y dándolo todo por vuestros compañeros. Vuestra prioridad son pacientes, usuarios y alumnos, y mi prioridad tenéis que ser vosotros. Os merecéis toda la admiración y aplauso, por lo que os deseo mucha felicidad en estos días. Que Dios os bendiga.

¡Próspero año nuevo!

Carlos González de Escalada.
Director general de SAMU

Caravana escolar solidaria SAMU Sevilla-Marruecos 1

Caravana Solidaria Escolar Sevilla-Marruecos: Un gesto sencillo y extraordinario

Pocos segundos después de que el reloj marcara la seis de la mañana del 28 de octubre, comenzamos un viaje que dejaría una huella profunda en las vidas de las 15 personas que formamos parte de la Caravana Escolar Solidaria Marruecos 2019, la última misión de cooperación internacional del equipo de SAMU.

La llegada a Tánger no fue fácil. Bajo la dirección del doctor Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, y la participación de especialistas en medicina, enfermería, emergencias sanitarias, pedagogía e integración social, tanto del equipo de SAMU como del de nuestros hermanos de SAMU Tánger, la expedición a Marruecos llevaba sobre sus espaldas (y de la flota de vehículos habilitada para este proyecto) decenas de cajas con material escolar y toneladas de ilusión con el objetivo de repartirlas en escuelas y colectivos infantiles en situación de vulnerabilidad del norte del país en tan solo cuatro jornadas.

Nuestros primeros destinos fueron las aldeas de La Madraza, Marge Iowa, Dar Maymun y Guelide. Al descender de los vehículos, pusimos en marcha una operación organizada de forma milimétrica para cubrir en el menor tiempo posible las máximas necesidades del centenar de niños y niñas que nos esperaban con sonrisas llenas de luz. Es complejo describir la emoción que se siente cuando ves a un pequeño de apenas seis años dejando a un lado sus viejas sandalias para calzar unos zapatos nuevos, mientras sostiene con incredulidad y admiración su primer juguete.

Caravana escolar solidaria SAMU Sevilla-Marruecos

Caravana escolar solidaria SAMU Sevilla-Marruecos

El origen de esta Caravana Escolar Solidaria se remonta a la puesta en marcha hace tres años de SAMU Tánger. La delegación ha permitido a SAMU tener contacto con numerosas organizaciones locales que trabajan con personas en riesgo de exclusión social y conocer, de primera mano, las necesidades de determinados colectivos de niños en el norte del país. Es a raíz de trabajar con estas entidades cuando el equipo de SAMU toma constancia de la necesidad de reforzar el proceso educativo de estos niños, y de la oportunidad de hacerlo llevándoles materiales muy valiosos para ellos.

Así, la expedición de SAMU iba cargada con más de 100 cajas que incluían 1.000 mochilas dotadas con un set completo de material escolar (2.000 cuadernos y libretas, 800 estuches y 7.000 lápices), además de ropa y calzado.

Con este cargamento, la caravana llegó a su siguiente escala: el centro de las Adoratrices. En pleno corazón de Tánger se encuentra este espacio que proporciona asistencia a madres en riesgo de exclusión social con escasos recursos.

El equipo de SAMU, fiel a su vocación, no solo entregó material escolar sino que también prestó asistencia sanitaria allí donde ésta era útil. Los compañeros atendieron a decenas de personas. La expresión de los bebés mientras recibían consulta médica y el agradecimiento de sus madres son una de las sensaciones que más me han marcado en esta misión.

Continuamos recorrido en las aldeas de Ehawde y Mjibha. Nuestros pasos avanzaban con decisión escudriñados por tímidas risas que mostraban con sencillez una pequeña parte de la profundidad que se escondía detrás de todas las miradas que nos seguían con atención. Con cada detalle que entregábamos, recibíamos montañas de felicidad y gratitud. La realidad traspasaba nuestras fronteras y nos ataba al suelo de Marruecos.

Nuestra última jornada fue la más intensa. En primer lugar, visitamos la guardería que gestionan las Hermanas de Jesús de María en Tánger. El cansancio permanecía aparcado ante las ganas y el deseo de concluir el último día con todos los objetivos cumplidos.

Cada uno de los voluntarios que han formado parte de este proyecto ha dejado un trozo de su corazón en él. Este último día no podíamos defraudar a quienes nos esperaban con el alma encendida. A través de una cadena humana, fueron pasando una a una todas las cajas y juguetes hasta llegar a las puertas del colegio, cuyo responsable nos recibió con enorme afecto.

El frío y la lluvia fueron compañeros en las últimas horas de la expedición. Las aldeas de Ivitar, Karkar, Elyasamine, Dar LBerdae y Sayosa fueron las protagonistas del fin de nuestra experiencia. Entre juegos, globos y canciones fuimos ordenando todos los mensajes que formaban parte de esta historia, añadiéndolos a una larga lista de experiencias que llenan nuestras mochilas.

Con todo el material entregado y casi un millar de abrazos a nuestras espaldas, volvemos con la sensación de haber hecho un poco más felices a todos los niños y niñas que nos han recibido en sus hogares, con la satisfacción del trabajo bien hecho y la inquietud y las ganas de volver.

Me quedo con la ilusión; con los colores; con las pompas de jabón que descubrían un universo en cada vuelo que realizaban sobre nuestras manos; con cada gramo de atención que hemos aportado en las aldeas y que nos ha sido devuelto de la forma más tierna que podíamos imaginar. Me quedo con el compañerismo; con el aprendizaje y el esfuerzo que han sido las claves que han hecho posible esta aventura. Y, sobre todos estos factores, me quedo con la solidaridad y la empatía que han marcado cada una de las acciones llevadas a cabo por un grupo de personas incomparables.

El valor y la responsabilidad para cambiar el entorno que conocemos necesitan únicamente a personas que quieran cambiar su destino. Hay millones de familias que precisan de nuestra ayuda y el mundo que nos rodea tiene guardadas cosas muy sencillas y a la vez maravillosas que podemos hacer por ellas. Tan solo hay que decidir cómo deseamos afrontar nuestro día de mañana y con qué herramientas vamos a salir a buscarlas.

Autora: Marina Duarte

Grande-Marlaska El Bosque Menas SAMU

Grande-Marlaska visita a los menores de El Bosque

La comitiva de vehículos que acompañaba al ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, alteró la rutina del pequeño municipio gaditano de El Bosque, con poco más de 2.000 habitantes, y más aún la dinámica del centro de acogida de menores extranjeros no acompañados (menas) gestionado por Fundación SAMU en esta localidad. Allí, una treinta de jóvenes aspiran a conseguir su inserción sociolaboral en España y superar complejos procesos migratorios.

El ISL El Castillejo fue el elegido por el equipo del ministro, cabeza de lista del PSOE para las Elecciones Generales por Cádiz, el 5 de noviembre para conocer in situ cómo es el funcionamiento de un centro de estas características, “ver el trabajo real que están desarrollando”, apuntó. La visita también representaba un esfuerzo por contraponer la postura del Gobierno en la atención a estos menores frente a la de VOX, que en la jornada previa había organizado un acto electoral en la puerta de un centro de menores en el barrio de La Macarena, en Sevilla, para rechazar la presencia de estos jóvenes.

Los responsables del centro El Castillejo y los chicos prepararon todo para esta ilustre visita, que finalmente fue fugaz debido a la agenda llena de compromisos del representante del Gobierno.

Acompañado por la alcaldesa de El Bosque, Pilar García, la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, y el alcalde de Villaluenga y nuevo senador, Alfonso Moscoso, entre otros, Marlaska conoció las instalaciones de la mano del director de operaciones de SAMU, Juan González de Escalada, y del propio director del centro, Javier Olier.

Es un gran edificio a las afueras del pueblo que servía como alojamiento juvenil antes de pasar a desempeñar esta nueva labor como centro de inserción sociolaboral, a iniciativa del Ayuntamiento de El Bosque y la Junta de Andalucía. Sus dos plantas albergan una veintena de habitaciones dobles, amplias estancias comunes y hasta un huerto en el que los jóvenes y sus monitores ya están recolectando sus primeros vegetales.

González de Escalada explicó al ministro y sus acompañantes que el reto de SAMU es que estos chicos puedan valerse por sí mismos y que, antes de alcanzar la mayoría de edad, su situación administrativa en España esté resuelta y ya hayan establecido lazos con el mundo laboral formándose en oficios como el mantenimiento, la cocina o la jardinería. Puso como ejemplo del trabajo de este ISL los acuerdos establecidos con empresas de la zona para facilitar oportunidades de hacer prácticas y aprender un oficio a estos chicos. “Muchos acaban siendo contratados”, señaló.

El director de operaciones también recordó la complicada logística a la que ha tenido que hacer frente la organización para atender las necesidades de las administraciones ante el incremento de la llegada de menores y, sobre todo, cuando estas llegadas se producen en oleadas, obligando a la apertura de centros “casi cada semana”.

Fundación SAMU gestiona más de 30 centros en todo el país. González de Escalada recalcó que estos espacios también son motores de riqueza y empleo en las zonas en las que se ubican, creando oportunidades de trabajo para traductores, educadores, animadores culturales, y todavía más de forma indirecta.

La alcaldesa de El Bosque explicó que el pueblo “se ha volcado con los niños para que no se queden aquí arriba”. Se refería así a su trabajo para que los jóvenes se integren en las actividades del municipio, como unos vecinos más, en lugar de quedar aislados en el centro de El Castillejo, situado algunas calles más arriba del centro de la localidad. Uno de los menores, de hecho, ganó la yincana celebrada en el pueblo unas semanas antes, recordaron los visitantes.

Grande-Marlaska saludó afectuosamente a los jóvenes durante sus clases de informática y tuvo la oportunidad de firmar en el libro de visitas del centro antes de continuar su ruta. “Es nuestro deber ético y moral cuidar del bienestar de estos chicos y que puedan afrontar el futuro con la dignidad que otros trataron de arrebatarles. He visto y percibido miradas de agradecimiento, de confianza en el futuro, algo que les era ajeno, y eso es consecuencia de vuestros esfuerzos”, escribió.

Antes, en declaraciones a los medios de comunicación que se reunieron en la puerta del centro de menores, el ministro del Interior en funciones reiteró la importancia de la defensa de estos jóvenes migrantes desde las administraciones públicas: “Todos compartimos que lo relevante es el interés superior del menor en una democracia, porque son personas vulnerables. Los menores exigen una protección máxima de los poderes públicos”.

Jornadas Deportivas Inclusivas Estación de Invierno Cantillana

Cerca de 300 personas convierte a Cantillana en capital del deporte inclusivo

Más de 280 personas han participado hoy en Cantillana (Sevilla) en una gran fiesta de inclusión deportivo-social, con la colaboración de ocho entidades del entorno. Denominada Jornadas Deportivas Inclusivas Estación de Invierno, es un proyecto nacido en 2015 y promovido por la Fundación SAMU, que busca fortalecer el compromiso social con la inclusión de personas con discapacidad. Gran parte de los participantes fueron usuarios de las residencias San Sebastián (Cantillana) y Santa Ana (Triana), que ofrecen servicio integral a personas con discapacidad intelectual de leve a moderada, además de la UED San Lucas y los centros de menores tutelados por Fundación SAMU. La jornada fue inaugurada por Ángeles García Mejías, alcaldesa de Cantillana, y Diego Gallardo Godoy, gerente de SAMU.

De esta manera se fomentaron la interacción y la inclusión mediante la práctica deportiva de numerosas personas con discapacidad intelectual y un amplio abanico de entidades de diferente ámbito social. Las entidades colaboradoras en esta actividad fueron el Ayuntamiento de Cantillana, Fundación San Pablo Andalucía CEU, Cardenal Spínola CEU, el C.O. Nuestra Señora de la Soledad, APDEDIS, ASAS y CAFFA, entre otros.

En este caso, la Estación de Invierno consistió en la realización de un circuito deportivo inclusivo con 10 actividades diferentes. Se llevaron a cabo de manera sucesiva y simultánea, con la participación en grupos de 10 de personas con discapacidad física o intelectual de las distintas asociaciones y fundaciones de Cantillana y la provincia de Sevilla, entre ellos la Residencia San Sebastián (Cantillana) y Santa Ana (Triana), alumnos y docentes de 4º de la ESO del IES Cantillana y alumnos del Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Fundación San Pablo Andalucía CEU y alumnos del Ciclo de Grado Superior del Técnico en Animación y Actividades Físico Deportivas de la Cardenal Spínola CEU.

Los juegos y deportes de la actividad fueron accesibles y sin barreras, para facilitar la interacción entre los participantes salvando cualquier problema de accesibilidad. El circuito estuvo compuesto de las siguientes actividades: el embutido del lobo, el escultor, el arca de Noé, voleikinball, la bomba, rellena la taza, ¡que no caiga!, las canaletas, la patata caliente y al hoyo

preparativos caravana solidaria escolar SAMU Marruecos

Una caravana solidaria que parte de Sevilla lleva material escolar a Marruecos para apoyar la educación de mil niños

Fundación SAMU ha organizado una caravana solidaria que partió de Sevilla el domingo 27 de octubre con destino a Marruecos con el objetivo de apoyar la educación de más de mil niños de entre cuatro y quince años en riesgo de exclusión social a través de la entrega de materiales escolares.

Esta misión, que se prolongará hasta el 1 de noviembre, está liderada por el Dr. Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, y cuenta con la participación de una quincena de personas entre médicos, enfermeros, un técnico de emergencias sanitarias, una pedagoga y alumnos del Grado Superior de Técnico en Integración Social de Escuela SAMU, a los que se han sumado profesionales del equipo sanitario de SAMU Tánger.

Según ha explicado Álvarez Leiva, este proyecto tiene su origen en la puesta en marcha hace tres años de SAMU Tánger, delegación que ha permitido a SAMU tener contacto con numerosas organizaciones locales que trabajan con personas en riesgo de exclusión social y conocer, de primera mano, las necesidades de determinados colectivos de niños en el norte del país.

“A raíz de trabajar con estas entidades nos dimos cuenta de la necesidad de reforzar el proceso educativo de estos niños, y de que podíamos contribuir a esa causa llevándoles materiales muy valiosos para ellos. La educación es la base de su futuro”, explica el responsable del proyecto.

La expedición, formada por varios vehículos, visitará colegios y mezquitas de Merj Loua, El Mkhaled, El Mejebeha, Route Parc Eolien, Chefchaouen y Tánger, donde repartirá más de 100 cajas que incluyen 1.000 mochilas dotadas con un set completo de material escolar (2.000 cuadernos y libretas, 800 estuches, 7.000 lápices), además de ropa y calzado.

En el proyecto han colaborado numerosas instituciones privadas y particulares, que valoran el hecho de que sea el propio equipo de SAMU el que lleve los materiales a la zona y haga su entrega directa. Además, la organización también prestará asistencia sanitaria en las comunidades visitadas.

Esta no es la primera misión que SAMU realiza en Marruecos. En 2015, un grupo de 16 profesionales de SAMU acudieron a El Aaiún, donde desarrollaron una actividad sanitaria dirigida a evaluar y orientar a los pacientes con patologías metabólicas e hipertensas, e impartieron talleres formativos. En total se atendieron a más de 2.500 personas en una semana.

En 2016, SAMU realizó una nueva misión de cooperación internacional para la formación de profesionales sanitarios en cirugía laparoscópica y en atención prehospitalaria de la región marroquí de Tan-Tan.

SAMU es una organización pionera en España en el sector salud, acción social y emergencias, con más de 37 años de experiencia. Cuenta con 42 sedes en seis comunidades autónomas y presencia internacional en Estados Unidos, tiene una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11000 alumnos en salud y emergencias a través de su Escuela SAMU, con sede en Gelves (Sevilla).