menores inmigrantes SAMU

Cerca de 600 menores bajo la protección de SAMU

La llegada masiva de inmigrantes en pateras a las costas andaluzas en los últimos años ha puesto en alerta a todas las entidades sociales implicadas en este fenómeno, entre ellas la Fundación SAMU, que actualmente acoge a unos 560 menores que han llegado de forma clandestina a España sin la compañía de un adulto. Estos se distribuyen entre los 16 centros diferentes que dispone la organización, por un lado, las llamadas Unidades de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) o centros de Atención Inmediata, y, por otro, los centros de Atención Residencial Básica (ARB). La mayoría de estos chicos proceden de Marruecos, aunque también los hay de Guinea, Senegal, Mali y Costa de Marfil.

La inmigración irregular se ha más que duplicado en lo que va de año respecto a las cifras de 2017, que entonces ya fueron alarmantes. España es ya la principal ruta de acceso a Europa, por encima de Italia. Hasta el 15 de julio, los inmigrantes irregulares que habían entrado este año en España, la mayoría por vía marítima y en la costa de Andalucía, sumaban ya 15.686, según datos del Ministerio del Interior —la agencia europea Frontex lo eleva a 18.016 en el mismo periodo—, un 114% más que en 2017, cuando la cifra ya se había incrementado un 170%.

Muchos de estos inmigrantes son menores extranjeros no acompañados (Menas). En los siete primeros meses de 2018, unos 3.200 menas llegaron a Andalucía a través de sus costas, mil de ellos sólo en julio, frente a los 2.855 que lo hicieron en todo el año pasado, según datos del Gobierno andaluz.

Este año, Fundación SAMU, por encargo de la Junta, ha abierto, de momento, 11 nuevos recursos dirigidos a este colectivo, dos de ellos son centros ARB y el resto de Atención Inmediata.

Los dos últimos recursos de acogida temporal de emergencia fueron abiertos en agosto en Guillena (Sevilla) y Jimena (Cádiz). A estos se suman otros dos en la provincia de Cádiz abiertos este año y dos más en 2017; dos en la provincia de Almería, y tres en la de Granada, todos ellos activos desde este año.

En cuanto a recursos de ARB, que permite a los menores permanecer en el centro hasta que estos cumplen la mayoría de edad, SAMU cuenta con tres recursos en Sevilla, Granada y Cádiz. Él último de ellos se montó en El Bosque, en la provincia gaditana, a finales de mayo. Éste nació ante una necesidad de la Dirección General de Infancia y Familias de la Junta para atender las necesidades de los menores que llegaron a España durante el año 2017 y que aún estaban siendo atendidos en recursos de Atención Inmediata. Aquí trabajan 13 personas entre psicólogos, trabajadores sociales, educadores, maestros o auxiliares técnicos educativos.

“El objetivo fundamental de los ARB es insertar a estos menores en la sociedad. Nuestra función es de orientación socio-laboral que empieza con la tarea de documentar a los menores, escolarizarlos en centros educativos o en diferentes cursos y trabajar con ellos su futura emancipación”, indica Nicolás Torres, responsable del área de menores de SAMU.

A todos estos recursos se suman dos dispositivos más en Motril (Granada), un COISL (Centro de Orientación e Inserción Sociolaboral), abierto en 2013, y un piso para chicos que han estado bajo la tutela de SAMU y que ya han cumplido la mayoría de edad.

Proyecto Voluntariado Intergeneracional: cuando los usuarios de Santa Ana prestan ayuda

La Residencia Santa Ana de la Fundación SAMU, que atiende a personas gravemente afectadas con daño cerebral sobrevenido, ha puesto en marcha el proyecto Voluntariado intergeneracional, una iniciativa que convierte a estas personas en prestadores activos de ayuda a terceros en lugar de ser receptores de esa ayuda, fomentando su compromiso social y su autoestima.

A través de este proyecto, los responsables del centro pretenden crear “contextos integradores” que faciliten la inclusión de las personas residentes en la vida social, en este caso, planificando un marco desde el “aprendizaje servicio”. Esta fórmula consiste en prestar un servicio solidario destinado a atender necesidades reales y sentidas de una comunidad, y que en este caso se ha concretado en un voluntariado con personas mayores usuarias de una Unidad de Estancia Diurna (UED).

Los participantes en el Voluntariado intergeneracional abordan desde el planteamiento del proyecto (detectando necesidades y realizando propuestas) a la evaluación (reflexionando sobre la intervención y su mejora), articulando procesos de reflexión, trabajo colaborativo y competencias para la ciudadanía.

“El aprendizaje servicio es un proyecto con utilidad social. Es un reto de transformación de la realidad en el que se invierten los roles. Esta vez somos nosotros los que ayudamos, en este caso, a través de la realización de un voluntariado con personas mayores usuarias de una UED, prestando un servicio a la comunidad, favoreciendo la normalización, potenciando el sentimiento de utilidad y mejorando, en definitiva, su calidad de vida”, explica Cristina González-Valdayo Benítez, pedagoga de la Residencia Santa Ana.

González-Valdayo señala que la función del equipo con las personas mayores consiste en ofrecer apoyo a las actividades que ellos realizan dentro de su programación anual. “Nos ajustamos cada jueves a ellas, ayudándoles a realizarlas, dialogando con ellos y participando también en su realización. Los primeros días propusimos nosotros las actividades a través de dinámicas de presentación para conocernos e ir sentando las bases de comunicación y relación”, subraya.

Las actividades incluyen dinámicas de presentación, manualidades, estética y maquillaje, puzles, bailes, adivinanzas, conversaciones y apoyo en sus tareas, entre otras.

“El proyecto ha tenido una acogida entusiasta por parte de todos los participantes y su motivación ha contagiado a personas que en un principio no mostraron interés por participar. Los encuentros son cada vez más participativos y afectivos, fruto del afianzamiento en las relaciones sociales”, aplaude Gómez-Valdayo, que avanza que su equipo retomará este proyecto en septiembre.

La consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha visita la residencia Santa Teresa

La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, visitó el 19 de julio la residencia para personas con discapacidad intelectual Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo), gestionada por Fundación SAMU, con el objetivo de conocer las instalaciones y el trabajo en uno de los centros más representativos del sector en la región.

La consejera de Bienestar Social estuvo acompaña del director general de Personas Mayores y Discapacidad, Javier Pérez; el director provincial de Bienestar Social en Toledo, Gregorio Gómez, y el alcalde de la localidad, Julián Bolaños, al que agradeció su acogida. “Estamos en un municipio que tiene unos recursos muy importantes para atender a los colectivos más vulnerables”, señaló.

La representante del Gobierno de Castilla-La Mancha realizó un recorrido por las instalaciones de la Residencia Santa Teresa y dedicó su tiempo a saludar a los chicos y chicas del centro, y a hacerse algunas fotografías con ellos. Todos recibieron esta ilustre visita con mucha ilusión y regalaron a los políticos objetos de artesanía que habían creado ellos mismos de forma previa a la visita, como una de las actividades más de su jornada.

Durante la visita, la consejera de Bienestar Social y sus acompañantes visitaron el huerto de la residencia, la clase de musicoterapia, el taller de laborterapia y las clases de gimnasia, que representan algunas de las actividades terapéuticas, formativas, de entretenimiento y de integración social que forman parte del programa de Santa Teresa.

Coincidiendo con la visita, Aurelia Sánchez destacó que “los datos de dependencia ya sitúan a Castilla-La Mancha en la senda de recuperación, con más de 54.000 personas incorporadas en el Sistema de Dependencia, 20.000 más en esta legislatura, y que tienen más de 65.000 prestaciones”.

La consejera celebró la intención del Gobierno de España de aprobar una ley para garantizar la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, punto que ya está recogido en la ley de Protección y Apoyo Garantizado para Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, recientemente aprobada.

Disfrutamar

La nueva singladura de Disfrutamar

El programa Disfrutamar, impulsado por Fundación SAMU en colaboración con la Obra Social La Caixa, ha superado una nueva fase en su desarrollo con otra experiencia piloto en aguas abiertas con los usuarios de la residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla) con el objetivo de familiarizar a los participantes con el mar, la seguridad a bordo y los conceptos náuticos básicos.

Disfrutamar es un proyecto pionero en el ámbito de la discapacidad intelectual enfocado a la mejora de la calidad de vida de las personas a través de la náutica y el deporte.

El programa quiere aprovechar las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de los vínculos personales e interpersonales y de las habilidades de comunicación entre terapeuta, instructor y el deportista y entre ellos mismos en un ambiente de dispersión y relajación.

“Con 8.000 kilómetros de costas, España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, especialmente en Andalucía, gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden”, ha explicado Borja González de Escalada, vicepresidente de la Fundación SAMU. “Con esta iniciativa, queremos que las personas discapacitadas adquieran nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”.

El proyecto respaldado por Obra Social La Caixa afrontará en el último trimestre del año una nueva fase que consistirá en participar en alguna regata del calendario de Puertos de Andalucía. La última parte del programa se desarrollará con los estudiantes de Educación Física, dentro de su asignatura de Deporte y discapacidad, en la que Fundación SAMU intentará dar a conocer a los alumnos las dificultades y los beneficios de trabajar con este colectivo para proporcionarles una base de conocimiento y experiencia con la que poder desempeñar su trabajo en el futuro.

La planificación incluye una fase de análisis de las experiencias vividas a través de las fases del programa y los beneficios que se han cosechado.

Además, se organizará una jornada en la que se volverán a subir a bordo y podrán aprender en fase práctica lo analizado en el aula. Este formato de trabajo se prorrogará con las distintas organizaciones con las que Fundación SAMU colabora y la intención es hacerla extensible a otras provincias.

Paso a paso hacia una cultura innovadora en Grupo SAMU

Grupo SAMU ha puesto en marcha un departamento de Innovación con el objetivo de minimiza los puntos críticos de la organización utilizando propuestas innovadoras y lograr que la entidad se adapte a los cambios socio-económicos del momento, persiguiendo así su continuidad y excelencia.

Al frente de este nuevo proyecto, que nació el pasado mes de febrero, está Almudena Chávez, actual directora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, que cuenta con el apoyo durante esta primera fase de arranque de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), una entidad que ayuda a empresas a rentabilizar su esfuerzo en I+D+i (Investigación + Desarrollo + innovación).

“La innovación es un engranaje motivador que evita el bloqueo institucional”, subraya Almudena Chávez. “Lo que queremos es crear una cultura innovadora y mejorar todos los servicios, productos y procesos de SAMU, así como fomentar y favorecer nuestra colaboración con otras asociaciones, como Cáritas o Médicos del Mundo, por ejemplo, y visionar más y mejor todas las actividades que se realizan en los diferentes centros y unidades de SAMU y Fundanción SAMU”.

Para conseguirlo, se ha elaborado un Plan Estratégico, que incluye tres grandes retos trasversales: la gestión del talento dentro de la organización, la gestión de la comunicación interna y la gestión del fomento. Dentro de este plan se incluyen más de 100 objetivos operativos con un plazo de ejecución de dos años. También está en marcha la elaboración de un Plan de Acción I+D+i.

A partir de septiembre, se constituirá un comité innovador formado por unas siete personas como máximo, que se renovará cada semestre y que tendrá como objetivo de aportar nuevas ideas al proyecto para liderar el futuro de la organización.

“Éste trabajo es duro y lento, pero con ganas se consigue”, Irene García, Responsable del Programa de Alta Intensidad de Motril

La educadora Irene García (Granada, 1977), licenciada en Psicología por la Universidad de Granada, es desde enero la responsable del programa de emancipación para jóvenes de 18 años sin recursos que SAMU gestiona en Motril.

—¿Desde cuándo está en funcionamiento el Programa de Alta Intensidad (PAI) en Motril (Granada)?

—Tal como lo conocemos hoy, desde el pasado mes de enero. El recurso ya funcionaba antes, pero hace seis meses, SAMU firmó un contrato con la Junta de Andalucía y el programa pasó a obtener subvención por parte del Fondo Social Europeo.

—¿Qué es exactamente un PAI?
—Es un programa de mayoría de edad o emancipación, dirigido a aquellos chicos y chicas que han estado tutelados y en centros de protección o de acogida de la Junta de Andalucía y que ya han cumplido los 18 años. Hay pocos recursos de este tipo y con pocas plazas, por eso sólo se deriva a los jóvenes que han tenido una trayectoria y una evolución positiva y que han demostrado un compromiso. Otro de los requisitos para acceder a este programa, de hecho el más importante de todos, es que estos chicos no cuenten con ningún tipo de apoyo social, familiar o económico. Es un recurso de emancipación para jóvenes que no tienen otro tipo de oportunidad.

—¿Ésta es la primera vez que trabaja con jóvenes?
—No, yo tengo un perfil de educadora, y antes de trabajar en SAMU estuve muchos años en un centro de internamiento de menores con medidas judiciales y un recurso social medio abierto dirigido a jóvenes también con medidas judiciales por violencia familiar.

—¿Cuántos jóvenes se benefician actualmente del PAI de Motril?
—El recurso tiene 4 plazas y estamos completos ahora mismo. Los cuatros chicos son extranjeros y estarán con nosotros aproximadamente un año.

—¿Cómo les ayudáis?
—Éste no es un piso tutelado, más bien es un piso de estudiantes. Les ayudamos a ser independientes y autónomos. Les acompañamos, les asesoramos y les hacemos un seguimiento. Les ayudamos a mejorar sus competencias laborales, a obtener una experiencia prelaboral y a contactar con empresas. El objetivo es ayudarles a buscar unas prácticas laborales en una empresa y que tengan posibilidad de quedarse luego, que no les mareen, prácticas con posibilidades reales de inserción laboral.

—¿Las dificultades a las que se enfrentan son mayores cuando se trata de jóvenes extranjeros?
—Sí, nos encontramos con más dificultades cuando son de otros países. Los trámites para legalizar su situación son lentos y pueden complicarse. A ellos les frustra mucho esto porque llegan a España con la idea de que aquí todo se consigue mucho más rápido. Y cuando pierden la paciencia, llega la frustración y la ira, aspectos que tenemos que trabajar con ellos. Hay que tener en cuenta que muchos ya vienen con experiencias muy duras a pesar de su juventud. El trabajo aquí es duro y lento pero con ganas se consigue.

—¿Qué supone para usted este trabajo?
—Es un reto, tocas muchos palos, muchas áreas y la evolución es lenta, pero cada pasito que consigues es una gran alegría. En este trabajo, con pequeños resultados que obtengas, consigues muchas cosas. La situación que viven estos jóvenes es muy dura y, por desgracia, la sociedad permanece de espalda a esta realidad.

—¿Cómo han evolucionado los cuatro jóvenes del PAI de Motril en estos seis meses?
—Estamos muy contentos con los resultados que hemos conseguido. Tres de ellos están haciendo prácticas laborales. Uno de ellos en un comercio familiar de tapicería y toldos, otro en un almacén hortofrutícola, y el tercero en la hostelería. El cuarto chico está estudiando el grado de Técnico en Emergencias Sanitarias. Son muy responsables y estamos muy orgullosos de ellos.

De los libros a la práctica en la clínica de salud mental SAMU Wellness

El recorrido teórico-práctico vivido como estudiantes del prácticum de Psicología en la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness Miguel de Mañara ha sido la experiencia más enriquecedora a nivel formativo durante nuestra trayectoria.

Decidimos apostar por este centro privado como destino de prácticas por diferentes motivos. Por un lado, la clínica SAMU Wellness presume de unas instalaciones que poco o nada tienen que ver con el modelo de centro psiquiátrico clásico. Goza de un entorno tranquilo donde predomina el verdor de la naturaleza, piscina, huerto, granja o sus salas destinadas a sesiones de grupo o reunión familiar. Además, el servicio asistencial favorece el bienestar integral de sus pacientes desde una perspectiva psicodinámica actual, diferenciándose del abordaje meramente conductual de los modelos clínicos habituales.

Por otro lado, confiábamos en no sufrir el prototipo de tareas asignadas a los estudiantes de prácticas, que se limita a actividades con poca respuesta a las necesidades formativas del alumnado. En ruptura a dicha afirmación, SAMU Wellness ha superado las limitaciones docentes de otras clínicas con el objetivo de brindarnos una formación más completa y real.

Desde esta clínica se nos ha ofrecido un día a día muy heterogéneo en el abordaje terapéutico de personas que padecen diferentes trastornos mentales. Todo el equipo multidisciplinar ha favorecido una participación activa dirigiendo nuestros conocimientos teóricos previos hacia intervenciones prácticas, tanto en sesiones individuales como de grupo, siempre previo consentimiento del paciente y supervisión del profesional correspondiente.

Además, en el centro se nos ha invitado a asistir a las reuniones y sesiones clínicas realizadas por el equipo técnico. Estas actuaciones están destinadas a integrar toda la información acerca de cada paciente en vistas a desarrollar un plan asistencial eficaz e individualizado en respuesta a sus necesidades.

Hemos sido partícipes de la favorable evolución de muchos pacientes, lo cual es el reflejo de todo el trabajo terapéutico realizado desde la clínica. Contribuir al bienestar mental de las personas de forma tan empática y cercana ha incentivado nuestra motivación interna, capacidad de reflexiva y ganas de seguir en formación.

Tras compartir entre los alumnos la valoración subjetiva realizada acerca de nuestra trayectoria en la clínica, las tres experiencias desembocan en una misma idea de crecimiento y autorrealización. Esta vivencia nos ha permitido desarrollar conocimientos académicos previos, adquirir un importante rodaje en técnicas de psicoterapia, proponer y dirigir dinámicas en beneficio formativo y, sobre todo, desarrollar múltiples capacidades de carácter tanto profesional como personal.

No podemos olvidar el apoyo y supervisión de nuestras principales referentes, Eva Fernández y Dulce Nombre Franco, y el refuerzo recibido por la gama de facultativos y personal asistencial, además del director médico del centro, el doctor Carlos Álvarez Leiva, y el director técnico, el doctor Zoilo Fernández. Nos sentimos muy satisfechos y agradecidos por habernos beneficiados de la docencia ofrecida por este equipo de alto nivel.

Artículo escrito por Andrea Osoro, Roberto Alconada y Alison Colbert, graduados en Psicología.

Idilio Escénico

Idilio Escénico: Sin barreras sobre el escenario

Alba Garrido Gata llegó hace poco más de un año a la residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta. Maestra de profesión y formada en danza y expresión corporal, no dudó en aceptar nada más llegar un importante reto: crear una compañía de teatro entre los residentes del centro.

Tras un año de duro trabajo, montaje, muchas repeticiones para que los actores memorizaran sus movimientos y posiciones en el escenario, de nuevas incorporaciones y bajas inesperadas, de tardes buenas pero también malas, la compañía Idilio Escénico debutó con la obra Sinergia en la Casa de la Cultura de Cantillana, a final de año, con motivo del Día de la Discapacidad. El debut fue un gran éxito. A partir de entonces no han cesado de representar la obra en diferentes sitios como La Rinconada, ante los alumnos del CEIP Aníbal González, en Sevilla, en el IES Curro Jiménez o en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, entre otros lugares.

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Hoy es un día especial, no es un ensayo cualquiera, tienen público, una periodista y una fotógrafa, pero la cámara no les intimida. Están nerviosos, se nota en sus risas, pero en el momento que suena la música, todos se meten en su papel. “¿Empiezo ya?», pregunta Manuel Silva, el primer actor en aparecer en escena con un libro en la mano. “Cuando empiece la música”, le indica Alba Garrido.
Hoy son ocho actores en el ensayo, pero el grupo lo forman 10. “Hay dos actrices que no han podido venir porque no tienen un día bueno”, explica la directora de la compañía. “Uno de los retos que tenía era montar una obra donde si faltaba alguien no nos viéramos obligados a suspender, una obra que se pueda representar con cinco, siete o diez personas sin que se vea afectada”.

Durante la representación, Antonio, Isidoro, Chiquito, Salvador, Fernando, José Antonio y Manuel se despojan de sus defectos y todos los aspectos negativos de su persona. “Agresivo”, grita Chiquito. “Mentiroso”, continúa Isidoro. “Sacamos todo lo malo que tenemos dentro”, explica Antonio Romero una vez finalizada la obra.

“La evolución ha sido muy grande y sorprendente. No actúan, son ellos mismos, así de expresivos, no exageran, todo lo que se ve es verdad”, indica Garrido. “Creo que ahora es cuando están disfrutando de verdad de la obra porque los pasos ya les salen solos, no tienen que pensar, tienen los movimientos interiorizados”.

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Para todos ésta es la primera vez que hacen teatro, excepto Fernando. “Yo sí había hecho antes teatro, cuando estuve en Proyecto Hombre. Me ayuda a perder la vergüenza y la timidez”, asegura. “Cuando me pongo nervioso pienso que no hay nadie delante, que estoy solo”, añade Chiquito.

La sala de ensayo es pequeña y deciden volver a repetir la obra en el jardín de la residencia. “Os habéis colocado al revés. Isidoro, tú vas en el otro lado”, indica Alba Garrido, que da las últimas instrucciones antes de comenzar de nuevo la representación. “A veces, cuando cambia el escenario, se despistan un poco porque pierden sus referencias, pero es normal. Por lo general, se adaptan muy bien a todos los escenarios, pequeños y grandes”, afirma la directora de la compañía. “Están muy ilusionados con esta actividad y no siempre todos pueden ir a las representaciones. En la furgoneta sólo caben siete y dos monitores, y si todos tienen un día bueno, me resulta muy difícil decidir quién va y quién se queda en la residencia”.

Durante la interpretación, los actores gritan uno a uno “fuego”. “En los primeros ensayos, cuando llegábamos a esta parte, el de mantenimiento venía siempre asustado pensando que había un incendio. Ellos se partían de risa”, comenta Alba Garrido, que ya tiene en mente crear una nueva obra. Aún no tiene claro la temática pero sí que seguirá la misma línea que la primera. “Me reuniré con ellos y hablaremos, a ver qué sale de ahí. Me gusta que sean ellos mismos los que aporten ideas y sean plenos partícipes de este proyecto”.

La fiesta de la primavera en los centros de Fundación SAMU

Sevilla y la Feria de Abril son dos conceptos inseparables. Se trata de una de las fiestas más importantes de la capital andaluza, y, como tal, los diferentes centros de Fundación SAMU ubicados en la provincia de Sevilla organizaron el mes pasado una serie de actividades lúdicas y culturales en torno a esta fiesta de la primavera.

Usuarios de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, de las residencias Santa Ana y San Sebastián -todas ellas especializadas en la atención de personas con discapacidad intelectual con o sin trastorno de conducta o con daños cerebrales sobrevenidos- y los chicos del Centro de Acogida de Menores Miguel de Mañara acudieron al recinto ferial los días de fiesta para disfrutar del ambiente y de las atracciones de la conocida como Calle del Infierno.

La Residencia Santa Ana, ubicada en el barrio de Triana, fue un paso más allá y montó su propia caseta de feria en las instalaciones del centro, donde no faltaron la buena comida, farolillos, flores de flamenca, lunares y sevillanas en una jornada de diversión y convivencia.

El debut de Idilio Escénico

La compañía de teatro Idilio Escénico, formada por usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual, debutó el 23 de abril en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Aníbal González de Sevilla con la obra Sinergia.

Este grupo de teatro fue fundado en enero por Alba Garrido Gata, educadora social de la Residencia San Sebastián y directora de la compañía, con el apoyo de Fundación SAMU. Idilio Escénico tiene como objetivo principal dar a conocer y desplegar las manifestaciones artísticas producidas por personas con discapacidad intelectual de la Fundación SAMU. Para ello, se organizan talleres creativos dirigidos por profesionales en las artes escénicas y las artes plásticas.

Discapacidad, arte, participación e inclusión social. Éstas son algunas de las piezas fundamentales del puzle que Idilio Escénico se ha propuesto montar a través de un proyecto con el que crear un espacio en el que se unan el mundo de las artes y el de la discapacidad. Un trabajo común entre profesionales de ambos sectores con el que contribuir al proceso creativo, social y personal de las personas con discapacidad intelectual.

“Idilio Escénico, promueve y organiza representaciones para dar a conocer a los actores y su obra, convirtiéndose en participantes de pleno derecho en el mundo del arte. Es una nueva forma de mediación e inclusión en las artes diferenciadas”, señalan desde la Fundación SAMU.

Sinergia es la opera prima de esta compañía de teatro, que debutó el 23 de abril ante los alumnos de 6º de Primaria del Colegio público Aníbal González. “La obra se centra en la idea de que las personas pueden cambiar y eliminar los aspectos más negativos de sus vidas y su personalidad”, explica la directora de la obra, Alba Garrido.

La compañía también participó el 30 de abril en el programa de actividades con motivo del Día Internacional de la Danza organizado por el Ayuntamiento de San José de la Rinconada (Sevilla).