Misión El Salvador 2020: fuerza de élite contra la Covid-19

Un equipo de intervención de catástrofes de SAMU formado por 30 sanitarios ha viajado a El Salvador en respuesta a la petición de ayuda que el propio Gobierno salvadoreño realizó a Fundación SAMU a principios de julio para poder hacer frente a la crisis sanitaria que está causando la Covid-19 en el país centroamericano.

Debido a la situación actual en El Salvador, el Ministerio de Salud emitió al doctor Carlos Álvarez Leiva una solicitud de asistencia para dar apoyo al Hospital Nacional El Salvador, en la capital, inaugurado recientemente por el presidente del país, Nayib Bukele, que ha recibido a la expedición de SAMU con una emotiva carta publicada en sus redes sociales. El nuevo hospital cuenta con 1.000 camas de cuidados intermedios e intensivos, lo que lo convierte en el hospital más grande de América Latina.

“Nuestra urgente petición consiste en la necesidad de contar durante el período mínimo de un mes o más con el apoyo de médicos voluntarios: internistas, intensivistas, anestesiólogos, neumólogos, nefrólogos, cirujanos, pediatras y cardiólogos pertenecientes a las diversas organizaciones médicas de Europa así como a colegios de médicos. Adicionalmente, solicitamos enfermeros intensivistas que apoyen el esfuerzo de los médicos anteriormente mencionados. Es importante destacar que es de particular interés el apoyo para el manejo asistencial, control biológico, unidades de descontaminación, gestión de circulación y entrenamiento del personal”, señalan desde el Ministerio de Salud de El Salvador en su misiva. “Nuestra necesidad de apoyo es inminente”.

Para llevar a cabo esta misión y formar a su equipo de intervención, SAMU ha llevado a cabo un proceso de selección de profesionales sanitarios al que se han presentado más de un centenar de personas procedentes de toda España.

En total, SAMU ha seleccionado a una treintena de médicos, enfermeros, técnicos en emergencias sanitarias y auxiliares de enfermería. La bautizada como Misión El Salvador 2020 arrancó el 29 de julio y durará un mes.

Un día antes, el día 28, todos los voluntarios fueron convocados a las diez de la mañana en Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla), para salir todos juntos en autobús hacia Madrid, donde el 29 cogieron un vuelo hacia El Salvador.

“Somos un grupo eminentemente joven, pero con mucha ilusión, muchas ganas de ayudar, con la enorme responsabilidad de trasladar los conocimientos adquiridos en los 30 años de misiones de SAMU y en los cerca de 20 que llevamos impartiendo formación desde nuestra escuela en gestión de incidentes nucleares biológicos y químicos, pero partimos más deseosos aún de transmitir las mejoras prácticas que hemos destilado con la revisión de todos los protocolos de la pandemia en España”, manifestaba emocionado antes de partir Juan González de Escalada, director del Área de Emergencias de SAMU y jefe de la misión.

Numerosas autoridades acudieron hasta Gelves a despedir a la treintena de sanitarios, entre ellos el delegado de Recursos Humanos, Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Gelves, Rafael García Villa (en representación de la alcaldesa del municipio); la responsable de Acción Humanitaria de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional, Carma Tápies; además del cónsul de Francia en Sevilla para Andalucía Occidental, Christophe Sougey De Funes; el cónsul honorario de El Salvador en Sevilla, Ignacio de Cossío Pérez de Mendoza; el presidente del Colegio Médicos de Sevilla, Alfonso Carmona Martínez; y la vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Sevilla, Pilar Cordero Ramos, entre otros.

Antes de la partida, se vivieron numerosos y emotivos momentos protagonizados por los voluntarios y sus familiares, que entre lágrimas les despedían y le deseaban suerte en su misión.

Como madre me da miedo, lo que va a hacer es muy peligroso, puede contagiarse, pero entiendo que esto es lo que a él le gusta y tengo que apoyarle”, manifestaba un familiar de uno de los profesionales de este contingente.

Actualmente, los casos de coronavirus en El Salvador aumentan en una media de 270 nuevos contagios al día. El 87% de los casos confirmados se concentran en la capital del país.

El Ministerio de Salud salvadoreño identificó oficialmente los diez primeros casos de Covid-19 en el país el 10 de abril. A principios de julio, los datos eran de más de 8.000 personas contagiadas y 209 fallecidos. Las autoridades sanitarias prevén que el pico se alcance en agosto y el país no cuenta con suficientes especialistas (médicos o enfermeros) capacitados en unidades de cuidados intensivos.

“Esta solicitud de médicos voluntarios de urgencia resultará de gran impacto para beneficio de la población salvadoreña. Por todo ello, nos sentimos animados a continuar fortaleciendo y estrechando nuestros vínculos con Fundación SAMU y así seguir luchando por un mismo fin, que es mejorar las condiciones de vida de nuestras poblaciones”, señalan desde el Gobierno salvadoreño.

SAMU cuenta con una gran experiencia en intervención en catástrofes, y además ha adquirido una enorme experiencia en la gestión concreta de la pandemia de Covid-19. Durante el periodo de máximo impacto de la pandemia en España, SAMU estuvo en primera línea, gestionando importantes dispositivos sanitarios, como los dos hospitales de campaña que la organización levantó en el Hotel Alcora, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), y en la Residencia del Tiempo Libre El Burgo, en la Línea de la Concepción (Cádiz), por petición de la Junta de Andalucía, y donde se atendieron a personas mayores con Covid-19. SAMU también participó en el traslado de pacientes contagiados en Madrid y Toledo.

La entidad también ha realizado varias misiones humanitarias y asistenciales en el extranjeros, como la llevada a cabo en 2013 en Filipinas tras el tifón Haiyan y que tuvo una duración de cinco meses. También destaca la misión de Katmandú en 2015, tras el terremoto de Nepal; y la operación del campamento de refugiados de Calais, en Francia, también en 2015, entre otros hitos.

Andrés Rodríguez Holst, ‘team manager’ de la misión El Salvador: “Mi vida cabe en dos maletas”

El enfermero e instructor de Escuela SAMU Andrés Rodríguez Holst (1986, San José, Costa Rica) se pone al frente como ‘team manager’ del equipo de 30 sanitarios de SAMU que ha viajado a El Salvador para prestar asistencia sanitaria por la Covid-19. Rodríguez ha convertido su trabajo en su modo de vida y El Salvador será su misión humanitaria número 13.

—¿Cuándo y por qué decidió dejar los bosques tropicales y la costa caribeña de Costa Rica por España?
—Llegué a España el 15 de octubre de 2014 con una beca del Banco Interamericano de Desarrollo para estudiar el máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU. Tras graduarme, trabajé en el Hospital público de San Juan de Dios y fui profesor en la Universidad de Costa Rica, pero quería seguir formándome, sobre todo en logística sanitaria y acción humanitaria. Entonces sólo había dos másteres de estas características en el mundo, uno en Noruega y otro en Sevilla, el de SAMU. Así que me viene a España.

—¿Su intención era volver a Costa Rica una vez finalizado el máster?
—Yo voy donde me lleve el viento. A mi la vida me cabe en dos maletas. Además, estando en Europa comencé a colaborar con Médicos Sin Fronteras, por lo que me muevo mucho.

—Actualmente es profesor en Escuela SAMU, donde usted mismo se formó, y es el coordinador del módulo de Acción Humanitaria del máster de Enfermería. ¿Qué suelen esperar los alumnos de este módulo?
—Por lo general, las personas tienen una visión muy pasional y romántica de la acción humanitaria. Piensan en lo guay que es ser viajero del mundo y lanzarse a la aventura. Eso es lo que les llama la atención. A mis alumnos, cuando les presento el módulo nunca les cuento dónde he estado y qué he hecho, no me gusta ir alardeando, por lo que mis estudiantes, al principio, se muestran un poco escépticos. No esperan mucho y creen que es una chorrada de módulo. Pero al final, cuando nos metemos de lleno y profundizamos en la acción humanitaria, salen muy contentos. Alumnos que han llegado diciendo que su meta en la vida era tener una interinidad en el SAS han salido diciendo que quieren hacer una misión.

—¿Algunos de sus alumnos han ido a alguna misión humanitaria?
—Sí, hay varios que han mostrado interés y han realizado misiones con Cruz Roja, Save the Children, Médicos Sin Fronteras, Enfermeros Sin Fronteras o Bomberos Unidos Sin fronteras, entre otros.

—¿En su caso, cómo entró en contacto con la acción humanitaria?
—En 2009 hubo un terremoto en Costa Rica, concretamente en Cinchona. Necesitaban enfermeros instrumentistas, ya que había muchos traumas, y había que organizar aquello, y allá que me fui. Esa fue mi primera misión fuera de casa. Fui con Cruz Roja y, a raíz de aquello, hice contactos y empezaron a llamarme para otras acciones. Ya en España, en 2016, Médicos Sin Fronteras contactó conmigo para participar en el desarrollo de una unidad quirúrgica, un proyecto humanitario piloto de vanguardia, y ahí sigo.

—¿Cómo logra compaginar su trabajo como enfermero y profesor con sus numerosas colaboraciones humanitarias?
—Hasta el pasado año, dedicaba mis vacaciones de verano a trabajar con Médicos Sin Fronteras. Este año con la Covid-19 no ha sido posible.

—¿Cuántos años lleva sin disfrutar de unas relajadas vacaciones veraniegas?
—(Se ríe) Pues unos tres años, pero eso no significa que no descanse. Cojo días sueltos a lo largo del año. Por ejemplo, en diciembre estuve en una boda en Costa Rica y unos días antes de que se declarara el estado de alarma en España, también estuve en mi país. De hecho, estando allí se registró el primer caso de Covid en Costa Rica y estalló todo en España.

—Este verano se va a El Salvador como team manager de un grupo de intervención de catástrofes de SAMU. ¿Cómo surgió esta misión humanitaria?
—Debido a la crisis sanitaria que está atravesando El Salvador a causa del coronavirus, el Ministerio de Salud salvadoreño envió a principios de julio al doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, una petición de ayuda para dar apoyo asistencial al recién inaugurado Hospital Nacional El Salvador, en la capital. La misión durará un mes y nos vamos el 29 de julio.

—¿Cuántas personas forman este equipo de intervención?
—Somos 30 personas, entre médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de enfermería y una psicóloga. Diecisiete de estos treinta sanitarios pertenecen a la plantilla de SAMU. El resto ha sido seleccionado tras un llamamiento que hicimos a través de las redes sociales.

—¿Cómo ha sido el proceso de selección de profesionales?
—Lo primero que hemos valorado ha sido la predisposición. Todos se pusieron en contacto con nosotros, no al revés. En total recibimos 127 solicitudes. A todos ellos les mandamos un correo electrónico explicando los objetivos de la misión y lo duro que iba a ser el trabajo allí. Tras este correo, 40 mostraron interés en continuar con el proceso. Es lo que hemos hablado antes, esa visión pasional de la acción humanitaria, pero en el fondo la gente no quiere darse la paliza.

—¿Qué aspectos se han tenido en cuenta para seleccionar al equipo?
—Los perfiles profesionales, los currículos y, sobre todo, la experiencia con Covid-19. También se ha dado prioridad al personal de SAMU.

—¿Se lleva a algún exalumno de Escuela SAMU?
—Sí, me llevo a cinco exalumnos del máster de Enfermería y a cuatro del curso de TES. Todos ellos contactaron conmigo.

—Una vez en El Salvador, ¿cuentan con algún enlace en España en caso de que surja algún problema?
—Nosotros lo llamamos gabinete de crisis y está formado por personal de SAMU íntegramente. La mayoría de estas personas tienen experiencia en el trabajo con Covid-19, como por ejemplo Andrea Luis, que formó parte del equipo de mando del dispositivo del Hotel Alcora en Sevilla, que atendió a personas mayores contagiadas.

—¿Qué se van a encontrar en El Salvador cuando lleguéis?
—Todo es un poco incierto aún. El Gobierno salvadoreño abrió recientemente un hospital con capacidad para mil camas y necesitan ayuda asistencial ante la grave crisis sanitarias que estamos viviendo. A principios de julio, los datos oficiales eran de más de 8.000 personas contagiadas y 209 fallecidos. El 87% de los casos se concentran en la capital. No obstante, amigos y conocidos de la zona me cuentan que la situación es bastante caótica. Hasta que no lleguemos allí no sabremos a qué nos vamos a enfrentar.

—¿Qué es exactamente lo que os pide el Gobierno de El Salvador?
—En concreto, nos piden tres cosas: adiestrar y formar al personal local, ayudar en la organización y ofrecer apoyo asistencial.

—¿Qué supone para SAMU esta misión humanitaria con un grupo de intervención tan numeroso?
—Ésta es la primera vez que SAMU envía un grupo tan grande a una misión. En otras misiones como en Filipinas fueron varios contingentes de unas diez personas cada uno, pero no coincidieron todos allí. La acción humanitaria contemporánea es eso, llevar grupos numerosos de entre 30 y 50 personas, que sean autosuficientes y capaces de gestionar y organizar una situación de estas dimensiones. Con nuestra participación en El Salvador demostramos que SAMU tiene la capacidad y el nivel para estar en las grandes ligas de la acción humanitaria.

—En España, cada días son más numerosos los brotes. ¿Está SAMU capacitado para hacer frente a una segunda ola en España y mantener una misión humanitaria de gran escala en El Salvador al mismo tiempo?
—Sí, SAMU tiene capacidad para ello. La limitación más grande son los recursos humanos. En el caso de El Salvador, no todo el mundo está dispuesto a irse un mes fuera de su casa y a otro país, y más con todo lo que está sucediendo. No es lo mismo combatir una enfermedad como ésta en El Salvador que en casa, por lo que sigue habiendo profesionales cualificados en España para dirigir de nuevo dispositivos de pacientes con Covid-19 si fuera necesario.

—¿Podría nombrar otras misiones importantes en las que ha participado SAMU?
—En los últimos diez años, SAMU ha estado presente en Filipinas, Nepal, Marruecos, Haití, Calais (Francia) y Lorca (España). Con anterioridad al año 2000, SAMU ha realizado importantes misiones en puntos como Irán o Bombay (India).

—En su caso personal, ¿en cuántas misiones humanitarias ha participado?
—El Salvador será la número 13. Las que más me han marcado han sido Siria y Libia, porque eran zonas en guerra; y también Calais (Francia), porque fue la primera vez que trabajé con refugiados. Calais fue especial y distinto porque yo estaba acostumbrado a misiones de catástrofes y desastres naturales, y aquí fue la primera vez que estuve en un campamento de refugiados. En los desastres naturales la gente lo pierde todo, hay mucha ansiedad, muchas personas en shock, con conmoción. En Calais era diferente, eran personas sometidas a mucha presión desde hacía mucho tiempo y que estaban desgastadas emocional y físicamente.

—¿Podría explicarnos, desde su experiencia, cómo es trabajar en una zona en guerra?
—He tenido la suerte de estar en acciones humanitarias de diversa índole: desastres naturales, emplazamientos humanos, conflictos civiles, conflictos militares. Cada una tiene sus propias características y hace que las personas se comporten de manera diferente y tú también actúas de manera distinta. En Siria fue la primera vez que estuve en una guerra, un conflicto militar. Vi otra cara de la humanidad. En Libia, el conflicto era civil, mucho más caótico y desorganizado. Arrasan con todo. Tienen a niños de 13 y 14 años con una AK-47 y se creen muy hombres porque tienen esa pedazo de pistola. Libia es un sitio que está olvidado, eso es tierra de nadie. He visto cosas terribles e innombrables.

—En todas estas misiones, ¿ha temido alguna vez por su vida?
—Sí, pero con el paso del tiempo, cada vez tienes menos miedo. Hace mucho que tengo muy interiorizado que si aquí me muero, aquí me muero. No me entrego a la muerte, pero uno sabe dónde se mete. En pocas ocasiones he pensado ‘aquí termina todo’, pero alguna que otra ha habido.

—¿Cómo se prepara para hacer frente a estas situaciones?
—En Médicos Sin Fronteras te preparan mucho psicológicamente en el manejo de situaciones en un entorno hostil. Hay ocasiones en las que tienes que saber cuándo tienes que agachar la cabeza. Hay sitios que por mirar mal a alguien te apuntan con una pistola.

—Antes de la crisis sanitaria, ¿tenía destino cerrado para este verano?
—Sí, Yemen. Tenía que haberme ido el 15 de julio. Ahora todos los esfuerzos se centran en combatir la Covid, todo lo demás se ha parado.

SAMU se encarga la cobertura médica de la Titán Series de Arabia Saudí: un paso más en la internacionalización

SAMU da un paso más en su proceso de internacionalización con una cobertura médica histórica tanto por la singularidad del evento deportivo a atender como por el país en el que se celebra. Hablamos de la Titán Series de Arabia Saudí, la carrera ciclista que se celebra entre el 29 de enero y el 1 de febrero en el país de la península arábiga, y en la que el equipo de SAMU afronta la cobertura más lejana realizada por la empresa hasta la fecha.

Titán Series Arabia Saudí es una carrera de bicicleta de montaña por etapas que pretende hacer vivir a sus 148 participantes la misma experiencia que en el evento insignia de esta marca: la mítica Titán Desert. Esta nueva prueba del calendario no se celebra en Marruecos, sino que embarca a los deportistas en una aventura humana y deportiva en la que atravesarán paisajes impresionantes y remotos que nunca antes habían sido cruzados en bicicleta.

El mismo componente de aventura marca la expedición de SAMU, que ya inició el año pasado su colaboración con la sociedad organizadora (la unión entre RPM-MKTG y ASO) acudiendo como observador a la Titán Desert, en pleno Sáhara marroquí. Ahora, SAMU asume el dispositivo sanitario de esta nueva prueba, que ha completado todas las plazas ofrecidas y ha generado una gran expectación en el mundo de los deportes extremos.

“Es una cobertura lejana y exigente para nuestro equipo, y además es el comienzo de una nueva relación con una empresa que hace proyectos de gran nivel tanto en España como en otros países. Queremos hacerlo muy bien”, explica Borja González de Escalada, al frente de un equipo de otras cuatro personas. Le acompañan en esta misión los médicos especialistas en emergencias Patricia González y David Zamora, y los enfermeros especialistas en atención prehospitalaria Paula Mora y Alexander Hansen, además de todo el apoyo de los recursos propios de SAMU.

«Un paraíso muy poco conocido»

Los corredores se enfrentan a 300 kilómetros de pistas muy arenosas y realmente duras, con más de 3.400 metros de desnivel acumulado, y con la ciudad de Hail como punto de partida. El máximo responsable de la Titan Series, Juan Porcar, reivindica «la vocación por el desierto» y resalta la oportunidad que brinda Arabia Saudí: «Abre las puertas de un paraíso muy poco conocido, pero inmenso y de una belleza sorprendente», señaló en la presentación de la prueba.

«El recorrido está concentrado alrededor de las montañas de Hail. La segunda etapa es la del desierto, deportivamente la más dura, con cuatro kilómetros de dunas, y la tercera la de montaña, sobre todo en los primeros 30 kilómetros, de gran belleza paisajista. En general, las pistas están en buen estado, pero con mucha arena», ha apuntado Manu Tajada, director deportivo de la Titan.
Entre los participantes, 38 son «Titan Legends», ciclistas que suman más de 3.500 kilómetros en carreras Titan. Saldrán 13 mujeres y solo 30 debutantes. Todos tienen que respetar unos requisitos de seguridad: Deben llevar consigo 1,5 litros de agua, 2 dorsales, uno para el maillot y otro en la mochila de hidratación, un chip de cronometraje, un dispositivo de geolocalización, un GPS, un casco homologado de seguridad, una manta térmica, un teléfono móvil y un silbato.

Requisitos de seguridad

Borja González de Escalada explica que la prueba también representa un gran reto para los profesionales de SAMU: “Trabajaremos con un equipo al que todavía no conocemos, en un país en el que no hemos trabajado nunca y en el que la acción de terceros nos condiciona: evidentemente no tenemos el control de la prueba en nuestras manos, pero sí contamos con ventajas como un hospital de primer nivel a 45 minutos del recorrido, y ambulancias y equipamientos también excelentes”, relata.

Los participantes están conectados por GPS con la organización y pueden pedir auxilio en cualquier momento, y también recibir atención sanitaria si se produce cualquier problema o accidente que les impida solicitar ayuda. Además, hay coches de apoyo a lo largo del circuito, tres controles de paso, tres controles de hidratación y la propia meta, con lo que sí existe un escenario bajo un relativo control, dentro de lo que ofrece el desierto.

La “empatía absoluta” con el participante, la colaboración institucional, la apuesta por las nuevas tecnologías, el desarrollo de nuevos procedimientos y herramientas de control, y la optimización de recursos con máxima calidad del servicio son los retos que afronta SAMU en esta misión, que abre el camino a la presencia de compañeros de SAMU en más eventos deportivos de primera magnitud internacional.

Caravana Solidaria Escolar Sevilla-Marruecos: Un gesto sencillo y extraordinario

Pocos segundos después de que el reloj marcara la seis de la mañana del 28 de octubre, comenzamos un viaje que dejaría una huella profunda en las vidas de las 15 personas que formamos parte de la Caravana Escolar Solidaria Marruecos 2019, la última misión de cooperación internacional del equipo de SAMU.

La llegada a Tánger no fue fácil. Bajo la dirección del doctor Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, y la participación de especialistas en medicina, enfermería, emergencias sanitarias, pedagogía e integración social, tanto del equipo de SAMU como del de nuestros hermanos de SAMU Tánger, la expedición a Marruecos llevaba sobre sus espaldas (y de la flota de vehículos habilitada para este proyecto) decenas de cajas con material escolar y toneladas de ilusión con el objetivo de repartirlas en escuelas y colectivos infantiles en situación de vulnerabilidad del norte del país en tan solo cuatro jornadas.

Nuestros primeros destinos fueron las aldeas de La Madraza, Marge Iowa, Dar Maymun y Guelide. Al descender de los vehículos, pusimos en marcha una operación organizada de forma milimétrica para cubrir en el menor tiempo posible las máximas necesidades del centenar de niños y niñas que nos esperaban con sonrisas llenas de luz. Es complejo describir la emoción que se siente cuando ves a un pequeño de apenas seis años dejando a un lado sus viejas sandalias para calzar unos zapatos nuevos, mientras sostiene con incredulidad y admiración su primer juguete.

Caravana escolar solidaria SAMU Sevilla-Marruecos

Caravana escolar solidaria SAMU Sevilla-Marruecos

El origen de esta Caravana Escolar Solidaria se remonta a la puesta en marcha hace tres años de SAMU Tánger. La delegación ha permitido a SAMU tener contacto con numerosas organizaciones locales que trabajan con personas en riesgo de exclusión social y conocer, de primera mano, las necesidades de determinados colectivos de niños en el norte del país. Es a raíz de trabajar con estas entidades cuando el equipo de SAMU toma constancia de la necesidad de reforzar el proceso educativo de estos niños, y de la oportunidad de hacerlo llevándoles materiales muy valiosos para ellos.

Así, la expedición de SAMU iba cargada con más de 100 cajas que incluían 1.000 mochilas dotadas con un set completo de material escolar (2.000 cuadernos y libretas, 800 estuches y 7.000 lápices), además de ropa y calzado.

Con este cargamento, la caravana llegó a su siguiente escala: el centro de las Adoratrices. En pleno corazón de Tánger se encuentra este espacio que proporciona asistencia a madres en riesgo de exclusión social con escasos recursos.

El equipo de SAMU, fiel a su vocación, no solo entregó material escolar sino que también prestó asistencia sanitaria allí donde ésta era útil. Los compañeros atendieron a decenas de personas. La expresión de los bebés mientras recibían consulta médica y el agradecimiento de sus madres son una de las sensaciones que más me han marcado en esta misión.

Continuamos recorrido en las aldeas de Ehawde y Mjibha. Nuestros pasos avanzaban con decisión escudriñados por tímidas risas que mostraban con sencillez una pequeña parte de la profundidad que se escondía detrás de todas las miradas que nos seguían con atención. Con cada detalle que entregábamos, recibíamos montañas de felicidad y gratitud. La realidad traspasaba nuestras fronteras y nos ataba al suelo de Marruecos.

Nuestra última jornada fue la más intensa. En primer lugar, visitamos la guardería que gestionan las Hermanas de Jesús de María en Tánger. El cansancio permanecía aparcado ante las ganas y el deseo de concluir el último día con todos los objetivos cumplidos.

Cada uno de los voluntarios que han formado parte de este proyecto ha dejado un trozo de su corazón en él. Este último día no podíamos defraudar a quienes nos esperaban con el alma encendida. A través de una cadena humana, fueron pasando una a una todas las cajas y juguetes hasta llegar a las puertas del colegio, cuyo responsable nos recibió con enorme afecto.

El frío y la lluvia fueron compañeros en las últimas horas de la expedición. Las aldeas de Ivitar, Karkar, Elyasamine, Dar LBerdae y Sayosa fueron las protagonistas del fin de nuestra experiencia. Entre juegos, globos y canciones fuimos ordenando todos los mensajes que formaban parte de esta historia, añadiéndolos a una larga lista de experiencias que llenan nuestras mochilas.

Con todo el material entregado y casi un millar de abrazos a nuestras espaldas, volvemos con la sensación de haber hecho un poco más felices a todos los niños y niñas que nos han recibido en sus hogares, con la satisfacción del trabajo bien hecho y la inquietud y las ganas de volver.

Me quedo con la ilusión; con los colores; con las pompas de jabón que descubrían un universo en cada vuelo que realizaban sobre nuestras manos; con cada gramo de atención que hemos aportado en las aldeas y que nos ha sido devuelto de la forma más tierna que podíamos imaginar. Me quedo con el compañerismo; con el aprendizaje y el esfuerzo que han sido las claves que han hecho posible esta aventura. Y, sobre todos estos factores, me quedo con la solidaridad y la empatía que han marcado cada una de las acciones llevadas a cabo por un grupo de personas incomparables.

El valor y la responsabilidad para cambiar el entorno que conocemos necesitan únicamente a personas que quieran cambiar su destino. Hay millones de familias que precisan de nuestra ayuda y el mundo que nos rodea tiene guardadas cosas muy sencillas y a la vez maravillosas que podemos hacer por ellas. Tan solo hay que decidir cómo deseamos afrontar nuestro día de mañana y con qué herramientas vamos a salir a buscarlas.

Autora: Marina Duarte

Una caravana solidaria que parte de Sevilla lleva material escolar a Marruecos para apoyar la educación de mil niños

Fundación SAMU ha organizado una caravana solidaria que partió de Sevilla el domingo 27 de octubre con destino a Marruecos con el objetivo de apoyar la educación de más de mil niños de entre cuatro y quince años en riesgo de exclusión social a través de la entrega de materiales escolares.

Esta misión, que se prolongará hasta el 1 de noviembre, está liderada por el Dr. Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU, y cuenta con la participación de una quincena de personas entre médicos, enfermeros, un técnico de emergencias sanitarias, una pedagoga y alumnos del Grado Superior de Técnico en Integración Social de Escuela SAMU, a los que se han sumado profesionales del equipo sanitario de SAMU Tánger.

Según ha explicado Álvarez Leiva, este proyecto tiene su origen en la puesta en marcha hace tres años de SAMU Tánger, delegación que ha permitido a SAMU tener contacto con numerosas organizaciones locales que trabajan con personas en riesgo de exclusión social y conocer, de primera mano, las necesidades de determinados colectivos de niños en el norte del país.

“A raíz de trabajar con estas entidades nos dimos cuenta de la necesidad de reforzar el proceso educativo de estos niños, y de que podíamos contribuir a esa causa llevándoles materiales muy valiosos para ellos. La educación es la base de su futuro”, explica el responsable del proyecto.

La expedición, formada por varios vehículos, visitará colegios y mezquitas de Merj Loua, El Mkhaled, El Mejebeha, Route Parc Eolien, Chefchaouen y Tánger, donde repartirá más de 100 cajas que incluyen 1.000 mochilas dotadas con un set completo de material escolar (2.000 cuadernos y libretas, 800 estuches, 7.000 lápices), además de ropa y calzado.

En el proyecto han colaborado numerosas instituciones privadas y particulares, que valoran el hecho de que sea el propio equipo de SAMU el que lleve los materiales a la zona y haga su entrega directa. Además, la organización también prestará asistencia sanitaria en las comunidades visitadas.

Esta no es la primera misión que SAMU realiza en Marruecos. En 2015, un grupo de 16 profesionales de SAMU acudieron a El Aaiún, donde desarrollaron una actividad sanitaria dirigida a evaluar y orientar a los pacientes con patologías metabólicas e hipertensas, e impartieron talleres formativos. En total se atendieron a más de 2.500 personas en una semana.

En 2016, SAMU realizó una nueva misión de cooperación internacional para la formación de profesionales sanitarios en cirugía laparoscópica y en atención prehospitalaria de la región marroquí de Tan-Tan.

SAMU es una organización pionera en España en el sector salud, acción social y emergencias, con más de 37 años de experiencia. Cuenta con 42 sedes en seis comunidades autónomas y presencia internacional en Estados Unidos, tiene una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11000 alumnos en salud y emergencias a través de su Escuela SAMU, con sede en Gelves (Sevilla).

Una nueva conexión con América

SAMU formará durante 30 meses en Gelves (Sevilla) a tres mujeres médicas de la élite de las Fuerzas Armadas de Perú en un programa académico en atención prehospitalaria, emergencias, catástrofes y gestión de crisis, y prevención de riesgos de desastres. Estas tres oficiales ya están en la ciudad, como resultado de un convenio firmado por la organización sevillana y el Ministerio de Defensa del país andino.

La mayor (comandante) Carol Janeth Arias Fajardo del Ejército de Tierra; la teniente primero Mariel Sayuri Jaimes Ferreyra perteneciente a la Marina; y la capitana médico Shaila María Clara Caqui Yanet, de la Fuerza Aérea de Perú, ya han empezado su adiestramiento en SAMU.

Durante dos años y medio, recibirán una formación exhaustiva especializada en urgencias, emergencias y acción social y humanitaria, que incluye su participación en el Máster de Emergencias Médicas de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU.

Su adiestramiento también contempla los cursos especializados en medicina táctica que imparte Escuela SAMU, como el curso de Prehospital Trauma Life Support (PHTLS), que cuenta con la acreditación de la National Association of Emergency Medical Technicians (NAEMT), líder mundial en programas educativos de emergencias sanitarias, entre otros.

“Tenemos unas expectativas muy altas. Nuestra meta es afianzar nuestros conocimientos y adquirir otros nuevos que nos permitan abrir en Perú una escuela de emergencias similar a la que SAMU tiene en Sevilla”, explica la mayor Arias Fajardo. “La Marina sí cuenta con cursos similares, pero no son tan completos ni de tan alto nivel como el que tienen aquí”.

Además de su formación, estas oficiales también participarán en el resto de servicios profesionales de SAMU, como el traslado de pacientes críticos, o en los diferentes dispositivos sanitarios llevados a cabo por la entidad en Sevilla, como, por ejemplo, los eventos deportivos de la ciudad (Carrera Nocturna del Guadalquivir, Maratón de Sevilla) o las coberturas de emergencias de los partidos del Sevilla FC.

El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, destaca que este acuerdo con el Ministerio de Defensa de Perú es un gran desafío tanto para las tres oficiales médicas como para la propia organización. “El convenio será un escenario de transferencia de tecnología, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y organización de programas académicos de alcance internacional”, subraya González De Escalada.

“En Perú, la Marina cuenta con un plan de formación en control de desastres pero éste no contempla tantos escenarios ni tiene el mismo nivel que aquí. La formación que reciba en España durante estos meses me va a ayudar mucho a profundizar y afianzar los conocimientos que ya tengo, y, sobre todo, me va a ayudar a desarrollar y a implantar en Perú un protocolo de riesgos y atención de emergencias y urgencias de gran nivel”, comenta la mayor Arias Fajardo, médico anestesióloga. “A las tres nos encantaría abrir en Lima una escuela de emergencias como la que tenéis aquí”.

Ninguna de las tres oficiales se sorprenden cuando durante la recepción celebrada en las oficinas centrales de SAMU, en Sevilla, se destaca el hecho de que todas ellas son mujeres. “Ser femenina en las instituciones públicas es muy difícil, pues hasta ahora era un mundo masculino. Ahora se habla mucho del empoderamiento de la mujer y cada vez son más las mujeres oficiales que estamos en diferentes misiones, y ya hay mujeres oficiales de servicio que han alcanzado este año el rango de coronel”, explica Arias Fajardo.

“Ser mujer en la Marina de Guerra del Perú es un gran reto, ya que tenemos que llegar al mismo nivel que los hombres y, sobre todo, no dejarnos limitar en las funciones”, añade la teniente primero Mariel Sayuri Jaimes Ferreyra, perteneciente a la Marina. “Podemos cumplir con el mismo papel que cumplen los hombres e, incluso, mejorarlo”.

Mujeres de la élite de las Fuerzas Armadas de Perú se forman en emergencias sanitarias con SAMU en Sevilla

SAMU formará durante 30 meses en Gelves (Sevilla) a tres mujeres médicas de la élite de las Fuerzas Armadas de Perú en un programa académico en atención prehospitalaria, emergencias, catástrofes y gestión de crisis, y prevención de riesgos de desastres. Estas tres oficiales ya están en la ciudad, como resultado de un convenio firmado por la organización sevillana y el Ministerio de Defensa del país andino.

La mayor (comandante) Carol Janeth Arias Fajardo del Ejército de Tierra; la teniente primero Mariel Sayuri Jaimes Ferreyra perteneciente a la Marina; y la capitana médico Shaila María Clara Caqui Yanet, de la Fuerza Aérea de Perú, ya han empezado su adiestramiento en SAMU.

Durante dos años y medio, recibirán una formación exhaustiva especializada en urgencias, emergencias y acción social y humanitaria, que incluye su participación en el Máster de Emergencias Médicas de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU.

Su adiestramiento también contempla los cursos especializados en medicina táctica que imparte Escuela SAMU, como el curso de Prehospital Trauma Life Support (PHTLS), que cuenta con la acreditación de la National Association of Emergency Medical Technicians (NAEMT), líder mundial en programas educativos de emergencias sanitarias, entre otros.

“Tenemos unas expectativas muy altas. Nuestra meta es afianzar nuestros conocimientos y adquirir otros nuevos que nos permitan abrir en Perú una escuela de emergencias similar a la que SAMU tiene en Sevilla”, ha explicado la mayor Arias Fajardo. “La Marina sí cuenta con cursos similares, pero no son tan completos ni de tan alto nivel como el que tienen aquí”.

Además de su formación, estas oficiales también participarán en el resto de servicios profesionales de SAMU, como el traslado de pacientes críticos, o en los diferentes dispositivos sanitarios llevados a cabo por la entidad en Sevilla, como, por ejemplo, el que desplegará el 27 de septiembre con motivo de la Carrera Nocturna del Guadalquivir o las coberturas de emergencias de los partidos del Sevilla FC.

El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, ha explicado que este acuerdo con el Ministerio de Defensa de Perú es un gran desafío tanto para las tres oficiales médicas como para la propia organización. “El convenio será un escenario de transferencia de tecnología, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y organización de programas académicos de alcance internacional”, ha subrayado De Escalada.

SAMU es una organización pionera en España en el sector salud, acción social y emergencias, con más de 37 años de experiencia. Cuenta con 42 sedes en seis comunidades autónomas y presencia internacional en Estados Unidos, tiene una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11000 alumnos en salud y emergencias a través de su Escuela SAMU, con sede en Gelves (Sevilla).

Reunión en Tailandia para unificar criterios en emergencias

SAMU acudió en junio al encuentro internacional de equipos de emergencias médicas (EMT Global Meeting 2019) celebrado en Bangkok (Tailandia) y que tenía como objetivos garantizar la coherencia global en intervenciones y el intercambio de conocimientos, además de actualizar los protocolos de actuación y las políticas internas de los EM Teams (equipos de emergencias médicas), con la participación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EMT Secretariat y la OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios).

Este evento, que se celebra anualmente, permitió a los asistentes discutir sobre el uso de equipos de emergencias médicas en situaciones de conflicto y unificar criterios de actuación, además de participar en talleres clínicos, asistenciales y logísticos. “En las misiones humanitarias, los enfermeros deben regirse por las normas locales y es muy complicado conocerlas todas. A través de este encuentro, se ha intentado unificar criterios de actuación, qué puede y qué no puede hacer un enfermero sin violentar las normas de cada zona”, explica Andrés Rodríguez, instructor de Escuela SAMU que acudió al encuentro en representación de SAMU junto a Juan González de Escalada, director del centro de formación.

“También se actualizaron los protocolos de actuación para los accidentes con múltiples víctimas, pacientes quemados y violencia de género; y se acordó cómo gestionar los mandos institucionales a nivel regional, es decir, el organigrama, quién manda sobre quién”, continúa Rodríguez.

Ésta ha sido la primera vez que SAMU ha acudido a un EMT Global Meeting, ya que aún se encuentra en la fase final del proceso de verificación para convertirse en un EMT reconocido a nivel internacional. Sí ha estado presente anteriormente en varios encuentros regionales, a nivel europeo, el último, en Bruselas (Bélgica) el año pasado. Su asistencia a este encuentro mundial le ha permitido intercambiar experiencias y conocimientos con otros equipos de emergencias médicas y reforzar sus relaciones con los distintos interlocutores de acción humanitaria vinculados a la OMS.

“En todo momento nos hemos sentidos cualificados para aportar nuestro punto de vista, siendo igualmente nuestras opiniones tenidas en cuenta, y hemos conversado con los cargos más altos tanto a nivel europeo, americano y a nivel regional y mundial”, concluye González De Escalada.

SAMU capacitará a médicos de las Fuerzas Armadas de Perú

Médicos de las Fuerzas Armadas de Perú serán capacitados en procedimientos de atención de emergencias y prevención de riesgos de desastres por SAMU. Esto será posible en virtud de un convenio de cooperación técnica interinstitucional suscrito este mes por la organización con  el Ministerio de Defensa del país andino.

El referido documento fue suscrito por el viceministro de Políticas para la Defensa, Hernán Flores Ayala, y el director general de SAMU, Carlos González de Escalada Álvarez, en la sede del Ministerio de Defensa, en Jesús María.

“Estamos contentos de compartir la firma de este convenio, cuyo objetivo es la transferencia de conocimientos y de capacidades para nuestro personal médico que redundará en una mejor atención a la ciudadanía”, subrayó el viceministro Flores, en representación del ministro de Defensa, José Huerta Torres.

Por su parte, González de Escalada destacó también que el convenio favorecerá la capacitación de los profesionales médicos en España en procedimientos de urgencias, emergencias y prevención de riesgos de desastres.

El objeto del acuerdo es apoyar la gestión de capacitación y tecnificación, a través de la transferencia de tecnología, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y organización de programas académicos encaminados a la formación, capacitación y certificación de profesionales en el campo de las emergencias y prevención de riesgos de desastres, para su ejecución y desarrollo a nivel internacional y nacional.

SAMU se compromete a la formación, capacitación, evaluación y certificación de profesionales de la salud en su sede de Sevilla.

A este acuerdo se suma un segundo convenio entre la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, gestionada por la Fundación SAMU, y la Fundación Fundomar, que promueve la inclusión laboral entre personas desempleadas y en riesgo de exclusión social. De este modo, San Lucas cuenta desde enero en su plantilla con una persona vinculada a Fundomar que realiza prácticas remuneradas.

Unidos por la vacunación infantil

Cada año mueren en el mundo casi 6,3 millones de niños antes de cumplir los cinco años a causa de enfermedades que se podrían haber evitado con una vacuna. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 22 millones de niños no tienen acceso a vacunas, lo que pone en riesgo su vida.

La Caixa y su Obra Social forman parte de la Alianza Empresarial para la Vacunación Infantil (Gavi, the Vaccine Alliance) y ofrecen a las empresas españolas la posibilidad de formar parte de esta iniciativa solidaria internacional. Recientemente, la Fundación SAMU se ha unido a esta alianza con la donación de mil euros, perpetuando y consolidando de este modo la colaboración entre SAMU y la Obra Social La Caixa.

Gavi, the Vaccine Alliance es una alianza público-privada que lucha contra la mortalidad infantil a través de la vacunación y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios de los países más pobres del mundo. Desde su puesta en marcha en el año 2000, Gavi, the Vaccine Alliance ha vacunado a más de 500 millones de niños, lo que ha permitido salvar más de 7 millones de vidas, según la OMS.

La historia de Gavi comenzó a finales del siglo XX, cuando los esfuerzos mundiales de inmunización comenzaron a estabilizarse. A pesar del prometedor progreso de las dos décadas anteriores, el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) aún contaba con 30 millones de niños que vivían en países pobres y que no estaban totalmente vacunados. La cobertura se estancó y en algunos lugares incluso disminuyó. A pesar de que se estaban obteniendo nuevas vacunas que salvaban vidas, más allá de las seis vacunas originales del PAI, prácticamente ninguna llegaba a los niños de los países en desarrollo, los que más los necesitaban porque eran demasiado caros, según explica la propia organización.

Esta iniciativa internacional reúne a los gobiernos de los países en desarrollo y donantes, a la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, el Banco Mundial, numerosos representantes de la industria de vacunas de los países industrializados y en desarrollo, organismos de investigación y técnicos y fundaciones privadas como la Fundación Bill & Melinda Gates, entre otros, que en el año 2000 se comprometió a donar 750 millones de dólares en cinco años, permitiendo así el nacimiento de esta iniciativa.

El Instituto de Salud Global de Barcelona ISGlobal se unió en el año 2014 a la Alianza Empresarial como socio estratégico para dotar al proyecto de contenido técnico, académico y científico.