Nueva misión internacional de SAMU: Polonia

Un equipo sociosanitario de voluntarios de SAMU formado por cuatro personas de diversas disciplinas (trabajador social, pedagogo, técnico en emergencias sanitarias y enfermero) acudieron en noviembre a la frontera de Polonia con Bielorrusia para realizar una incursión en el terreno y detectar las necesidades existentes y así tomar las acciones correspondientes, debido a la situación de extrema precariedad en la que se encuentran miles de personas procedentes en su mayoría de Oriente Medio y África, especialmente de países en conflicto o con una difícil situación económica tras años de guerra, como Siria, Afganistán o Iraq. El objetivo de SAMU era poner en marcha un dispositivo de atención a los refugiados.

La crisis migratoria en la frontera oriental de la Unión Europea, que empezó la primavera pasada, se ha agravado desde noviembre. Miles de personas han quedado atrapadas en tierra de nadie, vagando en difíciles condiciones por los bosques de la región que separa Bielorrusia de Polonia.

Los días más tensos se produjeron durante la primera quincena de noviembre, días en los que hubo enfrentamientos con la Policía polaca, equipada con material antidisturbios. En sólo cuatro días, más de 30.000 personas intentaron cruzar la valla de alambre de espino que separa ambos países.

Varsovia y Bruselas han acusado al régimen de Minsk de orquestar el tráfico ilegal de personas para presionar a la Unión Europea en represalia por las sanciones económicas impuestas, debido a las graves violaciones de derechos humanos en el país tras las protestas por las elecciones celebradas en agosto de 2020, cuyo resultado no ha sido reconocido por la UE.

Las autoridades polacas están viendo que no pueden con la avalancha de migrantes que están atrapados en su línea divisoria y que llegan empujados por las tropas del régimen bielorruso. El endurecimiento de sanciones o las gestiones diplomáticas para intentar tapar vuelos con destino a Minsk para refugiados iraquíes, sirios y yemeníes se escapan de la influencia de Varsovia. Y esa labor la están llevando a cabo las instituciones europeas.

La Misión Polonia, como ha sido denominada la acción de SAMU, se puso en marcha el 15 de noviembre, escasos días después de la llegada de cientos de migrantes a la frontera. El día 16, martes, se activó un gabinete de crisis, y, finalmente, el 17 se producía la salida de la expedición. Esta misión de cooperación tuvo como objetivo brindar apoyo y colaboración a las autoridades, principalmente locales, así como a las entidades que estaban prestando sus servicios en esta zona a los colectivos atendidos. El contingente de SAMU elaboró informes diarios que recogían aspectos sanitarios y sociales de la situación, y prestaron asistencia sociosanitaria. También donaron materiales a las entidades que atendían a las personas refugiadas in situ y realizaron una agenda de contactos y afianzaron posibles cooperaciones futuras.

“Los niños no entienden lo que está pasando. Ellos están bien. Son críos y al final se adaptan a lo que ven. No están tristes, se les ve felices”, asegura Ángel Jesús Casares, sevillano de 31 años y uno de los cuatro trabajadores del equipo multidisciplinar de SAMU que se trasladó desde Sevilla hasta Bialystok para trabajar con los pocos refugiados que conseguían superar la frontera. Junto al psicopedagogo Ángel Casares viajaron también el trabajador social Adrián Moreno, el enfermero Juan Manuel Tallón y el técnico en emergencias sanitarias Jesús Romero.

“Hay familias que están sobreviviendo en condiciones nefastas y tienen muchas carencias”, comenta Jesús Romero. “Antes de viajar, sabíamos que nos íbamos a encontrar con una barrera militar pero teníamos claro que íbamos a intentar acercarnos a ellos para ofrecerles nuestra ayuda. Están pasando frío y apenas tienen alimentos. Están retenidos”.

Adrián Moreno explica que en Polonia “la situación es complicada y no llega mucha información”. Todo el mundo se imagina qué ocurre allí, en el bosque, pero prácticamente nadie lo puede afirmar con exactitud. Las cifras que se manejan estiman que hay entre cuatro y cinco mil personas en medio de esa nube de árboles, según informa El Confidencial. “Tú pasas de día y no se ve nada, imagínate de noche. Allí hay bisontes, alces… Es muy peligroso. Más aún con estas temperaturas”, señala Moreno.

Entre las personas que tratan de acceder a Polonia, hay grupos familiares completos con menores a su cargo y mujeres en cinta, que son los casos más vulnerables. Pero en su mayoría son hombres de entre veinticinco y cuarenta y cinco años de edad, explican desde SAMU. Los grupos de migrantes han instalado tiendas de campaña a pocos metros de la frontera polaca y han encendido hogueras, según cuentan diferentes activistas. Entre ellos hay muchas mujeres y niños pequeños y las condiciones son extremadamente peligrosas, con temperaturas bajo cero durante la noche. En los últimos dos meses, al menos ocho personas han muerto en la zona.

El jefe de la misión de SAMU, Adrián Moreno, explica en un artículo de El Confidencial que algunos activistas solidarios se juegan hasta 15 años de prisión por llevar a los refugiados comida y ropa. “No entiendo cómo Europa consiente esto. La culpa no puede ser de quien se muere en los bosques. En otras crisis humanitarias dejan que se ayude a las personas. Al final, nosotros nos trasladamos a estos puntos para echar un cable en lo que podemos. En este contexto es más complicado de lo normal. Por la tensión política, claro, y porque están impidiendo que las entidades humanitarias colaboren”, aseguran desde SAMU, refiriéndose a la negativa del Gobierno de Polonia a dejar que las ONG entren en la zona de exclusión.

En esta misión, SAMU ha volcado toda su experiencia en la gestión de misiones de cooperación. Sólo en el último año, la entidad ha coordinado tres misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador y Costa Rica. Asimismo, recientemente, desplegó un dispositivo de atención a los afectados por el volcán de La Palma, y está participando activamente, desde el inicio de la crisis migratoria, en la atención a los menores que llegaron desde Marruecos en mayo de 2021, gestionando actualmente varios de estos centros de atención a los menores.

Asimismo, SAMU viene llevando a cabo desde hace más de treinta años proyectos de carácter humanitario en numerosos lugares del mundo, y desde 2018 cuenta con presencia en Washington DC (EE.UU.) a través de SAMU First Response, cuyo objetivo es captar fondos y recibir donaciones corporativas y a título individual para llevar a cabo dichas misiones.

Misión Dominica: exportar lo aprendido contra el Covid-19

Un contingente de voluntarios de SAMU con amplia experiencia en asistencia y gestión sanitaria en Covid-19 ha participado durante 15 días en una misión de cooperación en la isla de Dominica, en el Mar Caribe, para reforzar la red de servicios de salud local y la capacidad de hospitalización a la población afectada por el Covid-19. Esta misión de SAMU responde a una petición de colaboración por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la crítica situación por la que están atravesando en estos momentos numerosos países caribeños.

Dominica, con una población de 70.000 habitantes, tiene una incidencia acumulada de 3.134 casos de Covid-19, por cada 100.000 habitantes, y, al igual que otros países del Caribe, está reforzando sus capacidades ante el incremento de casos.

“Las islas del Caribe están atravesando por una situación muy complicada actualmente. Hasta ahora, habían visto pasar ante sus ojos cómo el mundo sufría y hacía frente al Covid-19 sin ellos padecer demasiados contratiempos y ahora están sufriendo un brote muy notable que supera sus capacidades médicas”, explica el médico intensivista Alejandro Álvarez Macías, mando de esta misión de SAMU y que viajó de manera voluntaria junto a tres enfermeros más: Andrés Brigola, Ignacio Guerrero y Carlos García, todos ellos con una amplia experiencia en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de diferentes hospitales europeos y en dispositivos de Covid-19 desplegados por SAMU.

El equipo de SAMU partió de Sevilla el 23 de septiembre y permaneció en la isla hasta el 6 de octubre. Entre sus objetivos principales destacaban dar respuesta a las necesidades sanitarias generadas por la pandemia de Covid-19 y otras situaciones derivadas de la misma. Proporcionar atención sanitaria y apoyo al personal local, ofrecer formación a los profesionales locales sobre la atención de pacientes con coronavirus y reforzar o aumentar la capacidad de los centros sanitarios como equipo de atención especializada.

El ámbito de actuación del equipo de SAMU fue un recurso habilitado por el Gobierno local ante el aumento de casos llamado Saint James, una residencia de estudiantes medicalizada donde trasladaban a los pacientes de Covid-19 en estado moderado y severo, según explica Álvarez Macías.

“Durante nuestra estancia en Dominica hemos estado realizando labores de asistencia y docencia, así como reportar a la OMS las necesidades y carencias de recursos que veíamos”, destaca el mando de la misión. “A nuestra llegada pudimos observar que la formación que tenían los profesionales locales en el manejo del paciente con Covid-19 era escasa, dado que nunca hasta ahora se habían enfrentado a esta pandemia. Nosotros pudimos ofrecerles toda la experiencia que te da haber hecho frente a varias oleadas con pacientes de estas características, cómo hay que proceder o en qué momento sería más conveniente recurrir a una intubación y conectarlo a un ventilador”.

Alejandro Álvarez reconoce que, al principio, hubo, como suele ocurrir, cierta reticencia por parte de los profesionales de Dominica a aceptar los cambios iniciales que proponía SAMU en el manejo y atención de los pacientes, pero, tras una primera jornada “muy dura y crítica”, los sanitarios locales pudieron comprobar la efectividad de las técnicas de trabajo que proponía el equipo de SAMU. “Tras ese primer día, el personal local se fue involucrando cada vez más y, cuando empezamos con los talleres formativos, hubo muy buena actitud por su parte. Su acogida y disposición fue máxima”, apunta el médico.

Para Álvarez Macías, que ya participó en 2013 en otra misión humanitaria internacional de SAMU en Filipinas, uno de los principales problemas que tiene Dominica ante esta pandemia es que al ser un país pequeño que no tiene las capacidades económicas de otras islas del Caribe, la mayoría de los profesionales de la salud que se forman aquí y destacan suelen abandonar el país en busca de un futuro mejor, lo que deja a Dominica en una situación un poco comprometida a nivel de asistencia sanitaria.

El mando de la misión destaca también el buen trabajo en equipo llevado a cabo por los miembros de este contingente. “Trabajar con gente que se ha formado en SAMU es muy fácil porque estamos todos cortados por el mismo patrón de rigurosidad, disciplina, trabajo, coordinación y manera de pensar. Es muy fácil trabajar así, especialmente si se trata de personas veteranas y bien curtida en SAMU, aunque no hayas trabajado con ellos antes.

Hay que recordar que, en los últimos meses, SAMU ha coordinado dos misiones humanitarias internacionales contra el Covid-19, en El Salvador y Costa Rica. Asimismo, ha dirigido diversos dispositivos contra el coronavirus en España, entre las regiones de Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha. En total, cinco dispositivos, entre los que destacan los del centro medicalizado del Hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), y el de la residencia de tiempo libre de La Línea de la Concepción (Cádiz), en ambos casos fruto de un modelo de colaboración público-privada insólito en el sector sanitario en Andalucía.
Por otro lado, la entidad viene impartiendo cursos básicos en bioseguridad en centros para mayores de toda la geografía española, habiendo formado a más de 500 personas desde que se declaró el Estado de Alarma en España.

Fundación SAMU da un paso más en su alianza con El Salvador

Fundación SAMU ha suscrito un convenio de cooperación con el Ministerio de Salud de El Salvador en virtud del cual expertos de esta entidad prestarán asistencia técnica a profesionales sanitarios de este país. Este convenio, firmado por la directora de la Agencia de El Salvador para la Cooperación Internacional (ESCO), Karla de Palma, y por el presidente de Fundación SAMU, Carlos Álvarez Leiva, se produce después de que el pasado año, concretamente durante el mes de agosto de 2020, en los meses más críticos del Covid-19, un contingente formado por 28 profesionales de SAMU llevara a cabo durante un mes una misión de cooperación en el Hospital de El Salvador. El acto contó con la presencia del ministro de Salud, Francisco Alabí.

Por medio de este acuerdo, ambas partes trabajarán en la promoción y transferencia de tecnologías, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y la organización de programas académicos. “El Gobierno del presidente Nayib Bukele ha puesto en primer lugar la vida de todos los salvadoreños, por ello se ha esforzado en generar un hospital, materiales y equipos de primer nivel para la atención de la pandemia. Es necesario que, a la par de la tecnología, contemos con la capacitación de las personas que estarán a cargo de la atención de nuestros pacientes para brindar un servicio más humano y empático, por ello, vemos con mucha alegría el establecimiento del programa que se implementará para profesionales de la salud”, indicó la vicecanciller Mira.

La diplomática destacó, además, que esta iniciativa permitirá fortalecer los lazos de solidaridad, igualdad y respeto mutuo que mantiene El Salvador con España. Asimismo, resaltó las gestiones realizadas por la embajada salvadoreña en España, “las cuales permitieron concretar este importante convenio que contribuirá a mejorar la calidad de vida de las personas”.

Por su parte, el ministro Alabí reiteró el agradecimiento a Fundación SAMU por este nuevo acompañamiento que brinda al país. “Fundación SAMU ha dejado una huella en el pueblo salvadoreño, en especial en los corazones de todos aquellos a los que, durante su estancia en el Hospital El Salvador, les ayudaron a luchar contra el Covid-19”, expresó el ministro. Agregó que el convenio “permitirá establecer programas de formación teórica y práctica, capacitación, evaluación y certificación de profesionales de la salud, tanto en la República de El Salvador como en el Reino de España”.

El presidente de Fundación SAMU, Carlos Álvarez Leiva, señaló: “en este país nuestros voluntarios se sintieron felices enseñando lo que saben con humildad”.

La Misión El Salvador, como SAMU denominó a la operación, se produjo después de que el Ministerio de Salud de El Salvador emitiera una solicitud de asistencia para dar apoyo a un nuevo hospital, el Hospital Nacional El Salvador, localizado en San Salvador, que abrió sus puertas el 21 de junio con 105 camas de UCI y 100 camas hospitalarias y está siendo adecuado de forma paulatina para poder ofrecer hasta 1.000 camas de UCI. La directora de la Agencia de El Salvador para la Cooperación Internacional (ESCO), Karla de Palma, señaló que “fue un verdadero acto de solidaridad por parte de la misión del grupo SAMU, puesto que en plena pandemia estuvieron dispuestos a estrechar sólidos lazos de cooperación con El Salvador”.

En los últimos dos años, SAMU ha llevado a cabo diversas misiones humanitarias y de cooperación en países como El Salvador o Honduras. Asimismo, ha dirigido diversos dispositivos contra el Covid-19 en España, entre las regiones de Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha. Actualmente, participa en los dispositivos de acogida de los menores procedentes de Marruecos que provocaron la crisis migratoria reciente en Ceuta. En septiembre, además, envió un contingente de voluntarios para asistir a las personas desplazadas por el volcán Cumbre Vieja, en La Palma.

Asimismo, SAMU viene llevando a cabo desde hace más de treinta años proyectos de carácter humanitario en numerosos lugares del mundo, y desde 2018 cuenta con presencia en Washington DC (EE.UU.) a través de SAMU First Response, cuyo objetivo es captar fondos y recibir donaciones corporativas y a título individual para llevar a cabo dichas misiones.

SAMU Xsports regresa al desierto marroquí

SAMU, a través de su división SAMU Xsports, ha vuelto a desplegar el dispositivo de emergencias sanitarias de una de las pruebas ciclistas más duras y espectaculares del mundo, la Titan Desert, que celebró su 16ª edición entre el 10 y el 15 de octubre. Esta ultramaratón ciclista recuperó su escenario natural, el desierto marroquí, después de que su última edición se celebrara en Almería por las restricciones de la pandemia de Covid-19. 423 corredores acudieron a la llamada del desierto para enfrentarse a 640 kilómetros de recorrido y más de 7.600 metros de desnivel acumulado a lo largo de seis etapas. El equipo de SAMU veló por su bienestar como parte de la sobresaliente organización de la Titan Desert.

Alfredo Delgado, coordinador del dispositivo en zona, subraya que lo más importante de esta edición ha sido el retorno a los orígenes, con etapas de montaña, dunas y mucha navegación. En el puesto médico de SAMU se han realizado más de 600 asistencias, y, en carrera, unas 100, apunta Sergio Vitrian, responsable de SAMU Xsports. “Desde fracturas hasta gastroenteritis o lesiones cutáneas, además de todo tipo de asistencias, pero, por suerte, nada grave”, corrobora el mando de SAMU.

“Como marca nuestro ADN, ha sido un dispositivo de primer nivel, contando con excelentes profesionales, desde personal sanitario especializado en atención prehospitalaria y medicina intensiva, hasta personal de apoyo logístico. Todos ellos han mostrado un nivel de preparación para desenvolverse en entornos extremos a la altura de las exigencias de una prueba como ésta”, sostiene Vitrian.

El equipo desplegado ha estado formado por once personas, incluyendo personal de la estructura de SAMU Marruecos. Son Alfredo Delgado (mando del equipo médico); Patricia González (directora médica); Adnan Kenfaoui (médico); Paula Gil (enfermera); Andrea Rodríguez (enfermera); Juan Francisco Gutiérrez (Técnico en Emergencias Sanitarias); Erica Caroline Williams (Enfermera); Antonio Trani (enfermero); Irene Pérez (enfermera); Paola Mora (enfermera) y Alexander Cruz Hansen (enfermero). “El equipo ha demostrado ser excepcional, con unas capacidades pocas veces vistas en este segmento de eventos deportivos. Han trabajado de sol a sol y mucho más, y como siempre han dejado a la marca en el lugar que corresponde”, felicita Vitrian.

“No debemos olvidar que en la preparación de una prueba de este calibre también intervienen otras muchas personas, desde la propia dirección del área de Emergencias de SAMU, con Juan González de Escalada a la cabeza, pasando por José Antonio Vázquez (jefe de Operaciones), hasta el importantísimo equipo de logística, personal de apoyo de otras áreas, gabinete retrasado, o yo mismo; todos aportamos para que la maquinaria funcione”, sostiene el responsable de SAMU Xsports.

El nivel de entendimiento y coordinación del equipo de SAMU con la dirección de Titan Desert es cada vez mayor, tras varios años ya de colaboraciones en distintos escenarios. “Realmente formamos parte de la organización”, observa Vitrian.

En este último trimestre del año, SAMU Xsports participará en al menos dos pruebas más: la Non Stop Madrid Murcia en noviembre, y otra Titan Desert en Almería en diciembre.

Fundación SAMU prestará asistencia a la ciudad de Milagro (Ecuador) para la mejora de su sistema de gestión de las adicciones

Una delegación de responsables de la ciudad de Milagro (Ecuador) ha visitado Sevilla para conocer de primera mano el modelo de gestión de los centros de la Fundación SAMU en materia de adicciones. Esta visita se lleva a cabo en el marco del desarrollo de un proyecto de innovación para la puesta en marcha de un modelo de intervención específico para el municipio de Milagro conforme al diagnóstico de las necesidades de la región en este ámbito.

La visita ha estado encabezada por el alcalde de la ciudad de Milagro, Francisco Asán Wonsang, con la participación de varios técnicos del municipio, quienes han conocido las instalaciones de Fundación SAMU, así como la clínica de Salud Mental SAMU Wellness y la Escuela SAMU, localizada en Gelves (Sevilla). Asimismo, la comisión ha sido recibida en el Ayuntamiento de Sevilla por una representación del Gobierno municipal.

Las autoridades de Milagro están interesadas en introducir innovaciones en los procesos de gestión pública y de atención sanitaria a las conductas adictivas en su municipio, debido a su actual impacto social, familiar y humano, que está produciendo un gran problema en los costes de la atención en salud, seguridad pública, escolaridad, medio ambiente y productividad laboral en esta ciudad. El problema se ha agravado de tal modo que actualmente el consumo de sustancias psicoactivas en menores de edad es uno de los problemas de salud más graves en esta localidad.

La labor desarrollada por Fundación SAMU en distintos países de Latinoamérica ha favorecido el conocimiento de su actividad entre numerosas administraciones públicas de su entorno, lo que finalmente ha llevado al Gobierno del Cantón San Francisco de Milagro a solicitar la colaboración de dicha Fundación.

El proyecto se desarrollará conjuntamente entre la dirección de Desarrollo de la Fundación SAMU, la Clínica de Salud Mental SAMU Wellness y la Escuela SAMU, cuajando en un proyecto de innovación para abordar clínica y socialmente el problema de la adicción a sustancias psicoactivas que se registra en esta ciudad.

Su diseño incluirá un despliegue de acciones complementarias que incluirán desde la prevención de las adicciones hasta la participación de la comunidad y las organizaciones no gubernamentales en la reinserción social, haciendo hincapié en la incorporación educativa y/o laboral.

Asimismo, los responsables de Milagro quieren también impulsar la capacitación y mejora continua de sus profesionales, para lo que contarán con la Escuela SAMU y su cualificada oferta formativa en todos los ámbitos de la gestión sanitaria.

Milagro, también conocida como San Francisco de Milagro, es una ciudad ecuatoriana y cabecera cantonal del Cantón Milagro. Con casi 200.000 habitantes, es una de las ciudades más grandes y pobladas de la Provincia del Guayas.

La operación New Comfort USA coge fuerza: una expedición de SAMU viaja a Estados Unidos

La frontera con México sigue siendo el talón de Aquiles para la Administración Biden. Estados Unidos ha registrado 1,2 millones de arrestos de inmigrantes ilegales desde octubre de 2020 (inicio del año fiscal 2021) hasta junio de 2021, según datos publicados recientemente por El País. En junio, a tres meses para el cierre del periodo, el año ya había batido la barrera del millón, que no se había superado en 15 años.

SAMU, a través de su filial SAMU Foundation, con sede en Washington DC, trabaja desde hace varios meses con el objetivo de ofrecer sus recursos para hacer frente a la crisis migratoria que vive el país norteamericano, especialmente, en la atención de menores extranjeros no acompañados y sus familias a través de la operación New Comfort USA. El objetivo de SAMU Foundation es crear diferentes proyectos educativos residenciales. Para reforzar el trabajo que se está realizando desde España y la sede de SAMU en Washington DC, el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, y el director del área de Emergencias de SAMU, Juan González de Escalada, viajaron a Estados Unidos del 23 de agosto al 6 de septiembre. En concreto, visitaron Washington DC, Maryland, El Paso (Texas) y Las Cruces (Nuevo México).

Hemos ido para reforzar nuestro proyecto y para conocer en primera persona el entorno y los espacios que contemplamos para nuestros recursos dirigidos a menores, además de para reunirnos con distintas instituciones, posibles colaboradores y con los equipos técnicos que otorgan las licencias oportunas”, explica Juan González de Escalada tras el viaje.

A lo largo de estos 14 días, ambos directivos han mantenido reuniones con instituciones y redes de apoyo, como la entidad Aware, que se plantea ceder edificios propios en alquiler y actualmente vacíos para el proyecto de SAMU en EEUU. Según comenta el director del área de Emergencias de SAMU, también han celebrado reuniones con empresarios españoles en Washington DC y han visitado las instalaciones de un campamento para niños en Maryland que podrían ser utilizadas para la atención de menores, entre otras acciones.

No nos ponemos límites en el número de centros o recursos que podríamos abrir en Estados Unidos. En cuanto a su ubicación, barajamos tres puntos: Washington DC, Maryland y Nuevo México”, señala Juan González de Escalada. “Tenemos la convicción de que vamos a ayudar a niños que están en situación de desamparo allí de aquí a un año como mucho”.

Durante varios días, los directivos de SAMU, junto al colaborador de la entidad en Estados Unidos, visitaron también el muro fronterizo de Estados Unidos y México, una valla de seguridad de más de 1.100 kilómetros construida por el país norteamericano. Su objetivo es impedir la inmigración ilegal y el contrabando a los Estados Unidos. Su construcción se inició en 1994, en el gobierno de Bill Clinton, pero fue con el presidente Donald Trump, en 2017, cuando tomó más entidad y se convirtió en una auténtica realidad y, para muchos, en una gran vergüenza.

La victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales del año 2020 ha provocado un cambio en la política migratoria estadounidense, puesto que una de sus primeras decisiones como presidente fue ordenar el fin de la construcción del muro e, incluso, se planteó su demolición, aunque esto no ha sucedido aún.

“Ha sido muy ilustrativo ver esta obra tan impactante, nos ha dado una clara perspectiva de lo que viven los inmigrantes. Durante dos días, hemos recorrido esta valla, tanto al este como al oeste de El Paso. Fue impactante verla, por su magnitud. Tenemos fotos en las que no se ve el fin de la valla. Ésta es una valla que ha logrado domar a la propia naturaleza, ya que sube y baja colinas y montañas. Es impresionante.​ Nuestro colaborador en EEUU decía que no sabía si era ‘impressive o depressive’ (impresionante o depresivo)”, destaca González de Escalada. “La valla mide 16 metros de altura, pero hemos visto vídeos en los que chicos menores de edad logran saltar el muro a través de escaleras humanas, unos encima de otros, y saltan, como si de auténticos trapecistas se tratase. Nuestro compañero Alejandro Lerín lo llama el Circo del Sol de la vergüenza”.

“Durante el viaje, leímos un libro magnífico de la escritora, Jenny Torres Sánchez titulado We are not from here (No somos de aquí). La autora hace una descripción muy impactante de cómo cruzan los niños la frontera y de las vicisitudes y peligros que viven hasta llegar a EEUU. Es un libro muy ilustrativo que nos ha ayudado mucho a entender la situación que se vive allí”, continúa el director del área de Emergencias.

Procesos migratorios diferentes

SAMU cuenta con una larga trayectoria en la atención de menores inmigrantes no acompañados. La entidad tuvo su primer contacto con menores inmigrantes en 2007, cuando activó su primer dispositivo por petición de la Junta de Andalucía. Hoy, SAMU es una referencia en el sector con cerca de 40 recursos con unas mil plazas tanto para menores como para extutelados que acaban de cumplir la mayoría de edad en varias autonomías. No obstante, Juan González de Escalada ve importantes diferencias entre el proceso migratorio de los menores que llegan a España procedentes de África, y el de los chicos sudamericanos que intentar cruzar la frontera de EEUU.

“La gran diferencia entre los dos procesos es que los menores que nos llegan desde África vienen apoyados por sus familias, como una inversión familiar, para generar ingresos y enviar dinero a sus familiares. Esto se une al hecho de que el modelo europeo de gestión de estos niños se basa en una inserción sociolaboral”, explica González de Escalada. “En el caso de EEUU, son niños procedentes de países de Centroamérica y Sudamérica que huyen de situaciones de peligro y de carestía también. Además, el modelo de gestión allí se basa en la reunificación familiar. Nuestro empeño en España es que, cuando esos niños cumplan los 18, les hayamos dotado de herramientas para ser capaces de subsistir, que sean autosuficientes y sean ciudadanos de bien. La manera de cuantificar nuestro éxito es el número de niños que consiguen trabajo. Mientras que, en EEUU, el éxito de los recursos especializados en la atención de menores se mide por el número de días que pasan desde que el niño llega a las instituciones americanas hasta que localiza y se reúne con algún familiar que ya viva en EEUU y que lo acoge o lo adopta”. El 95% de los menores inmigrantes que llegan a EEUU logran esa reunificación familiar, pero hay un 5% que no. En julio, llegaron a EEUU 19.000 menores.

“Ambos modelos son distintos, pero los dos tienen cosas buenas. Creo que nuestro modelo se puede implantar allí, es totalmente compatible, ya que suma, no resta. A todas las organizaciones con las que hemos hablado les ha sorprendido nuestro modelo de inserción sociolaboral y les ha gustado. No queremos imponer nada. Nosotros somos capaces de adaptarnos al modelo de allí, pero estaremos encantados de abogar por nuestro modelo y enseñárselo al que quiera”, destaca el director del área de Emergencias de SAMU.

Éste asegura que el viaje a Estados Unidos ha sido “muy fructífero” y que las expectativas del proyecto New Comfort USA de SAMU son buenas. “Estoy convencido de que de aquí a un año vamos a atender a niños en EEUU. Avanzamos”, exclama Juan González de Escalada.

Mientras se resuelven los problemas administrativos con EEUU, SAMU continúa trabajando para que su proyecto sea una realidad, y ya ha seleccionado a un equipo de profesionales del área de Infancia y Familia al que está formando y preparando para que viaje a América lo antes posible. “Estamos trabajando en múltiples frentes”, destaca González de Escalada. “SAMU tiene futuro en EEUU”.

Ayuda más allá de cualquier frontera

El 14 de enero del 2010, un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter arrasó el país caribeño de Haití. Fueron 36 segundos letales que provocaron más de 200.000 muertos y aproximadamente 1,5 millones de personas afectadas. Inmediatamente, tras conocerse la noticia, SAMU convocó un gabinete de crisis para acudir al auxilio de los damnificados.

Haití se convirtió de este modo en la primera misión humanitaria en la historia de SAMU. Desde entonces, la organización ha participado en 11 misiones humanitarias, 10 de ellas internacionales. La última fue en junio de 2021, cuando un grupo de 20 profesionales de SAMU viajaron a Costa Rica para apoyar a los sanitarios locales ante la incesante expansión del Covid-19.

Haití fue una de las misiones más largas emprendidas por SAMU, sólo superada por la misión en Filipinas, en 2013. En total, cinco contingentes diferentes formados por 45 personas (11 médicos, 25 enfermeros, 3 arquitectos, un psicólogo, un farmacéutico y una persona de logística) viajaron hasta el país caribeño. La misión arrancó el 14 de enero de 2010 con la creación de una comisión aposentadora y finalizó el 16 de abril de ese mismo año, con la llegada del quinto contingente a España, tres meses en total. SAMU se centró principalmente en atender a la población de Jimani y Puerto Príncipe. En total se asistieron a 9.973 personas.

En esta primera misión, SAMU contó con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla, BUSF (Bomberos Unidos Sin Fronteras), Farmamundi y Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).

Un año después de Haití, SAMU actuó en Lorca (Murcia), donde la tarde del 11 de mayo de 2011 se produjo un terremoto de magnitud 5,1 que tuvo múltiples réplicas (131). Este sismo ocasionó 9 muertos y más de 300 heridos.

Dos días después del terremoto, SAMU recibió por parte del teniente coronel del EMAT (Escalones Médicos Avanzados de Tierra) del ejército de Tierra Félix Conde la solicitud de una célula de refuerzo de personal sanitario para asistir a las víctimas del terremoto. SAMU respondió a esta solicitud enviando cinco enfermeros y a un médico. Este personal se incorporó a las órdenes del teniente coronel, bajo los auspicios del Escalón Médico Avanzado, el día 13 de Mayo y permanecieron en el lugar hasta el 20 de Mayo del 2011.

La siguiente misión humanitaria de SAMU no llegó hasta 2013: Filipinas. El 7 de noviembre de 2013 el tifón Haiyan (también conocido como Yolanda) azotó la isla de Bantayan, causando muertes y dejando la isla devastada a su paso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 16 millones de personas sufrieron las consecuencias de este fenómeno a su paso por las islas del archipiélago de Filipinas.

Esta es la misión más larga que ha experimentado SAMU. En ella participaron 27 personas divididas en cinco contingentes. La misión duró cinco meses, del 15 de noviembre de 2013 al 25 de abril de 2014. Durante la estancia de SAMU en Filipinas se realizaron múltiples misiones sanitarias tanto en bases temporales como con equipos itinerantes, y se realizaron colaboraciones con otras organizaciones presentes en la zona en el reparto de alimentos y gestiones logística así como acciones de formación en materia sanitaria dirigido a la población local.

La misión arrancó en el norte de la Isla de Cebú y se acudió a más de 30 poblaciones distintas. En total se asistieron a más de 7.300 personas.

En 2015, SAMU participó en dos misiones humanitarias, Katmandú (Nepal) y Calais (Francia), ambas en colaboración con la Fundación británica Bridge 2.

Tras el grave terremoto de Nepal en abril de 2015, Fundación SAMU envió a un grupo de profesionales y alumnos de Escuela SAMU para atender a la población afectada. Esta intervención fue posible gracias a la colaboración de Obra Social La Caixa, Rotary Internacional, Menarini Responsable, Universidad de Sevilla, Instituto Municipal de Deportes de Sevilla y el Colegio Rural Agrupado El Carracillo de Segovia, así como a infinidad de personas que a título individual hicieron llegar a SAMU recursos para poder atender a la población nepalí.
Una vez en la zona, el equipo de Fundación SAMU se fusionó con voluntarios de la organización Bridge 2 Nepal, especializada en el reparto de víveres, kits de higiene y primeros auxilios. Esta colaboración reforzó las capacidades de ambas instituciones para mayor eficiencia de esta misión.

Ese mismo año, en noviembre, otro equipo de SAMU actuó en el campamento de refugiados de Calais, en el norte de Francia, bautizado como La Jungla. Aquí malvivían más de 6.000 inmigrantes a la espera de poder cruzar de manera irregular el Canal de la Mancha hasta Reino Unido ante la grave crisis migratoria.

En 2016 también se desarrollaron dos misiones de cooperación médica, ambas en Marruecos: El Aaiún y Tan-Tan. Entre los objetivos de estas dos acciones destacaban la formación a sanitarios locales en cirugía laparoscópica y en atención prehospitalaria, reforzar las relaciones con instituciones locales privadas y públicas del ámbito de la salud, talleres formativos dirigidos a la población y la atención sanitaria.

Con estas misiones, especialmente la de El Aaiún, existía el objetivo de explorar las posibilidades de implantación de un programa de urgencias y emergencias dentro del programa de salud del Reino de Marruecos. Estas acciones permitieron la apertura en 2017 de una base de emergencias en Tánger gestionada por SAMU, que se consolidó con la celebración de dos caravanas escolares solidarias en el norte de Marruecos en 2019.

En 2020, SAMU llevó a cabo dos misiones humanitaria: El Salvador y Honduras. En la primera de ellas, SAMU respondió en agosto a la solicitud de ayuda por parte del Gobierno salvadoreño ante el aumento de contagios en plena pandemia mundial de Covid-19. La misión marcó un hito por su repercusión mediática e institucional en ambos países. Ese mismo año, en diciembre, un equipo de SAMU acudió a Honduras para dar respuesta a las necesidades de la población tras el paso de dos fuertes huracanes.

Costa Rica ha sido la última misión humanitaria llevada a cabo por SAMU hasta el momento. En junio de 2021, una veintena de enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias acudieron al país centroamericano para apoyar a los sanitarios locales ante la incesante expansión del Covid-19. SAMU estuvo trabajando durante más de tres semanas en dos hospitales de campañas levantados en las inmediaciones del Hospital de San Vicente de Paúl de Heredia.

La semilla de SAMU Iberoamérica

SAMU continúa cruzando fronteras, y a los numerosos proyectos y programas sociosanitarios puestos en marcha en España, Marruecos y Estados Unidos, la organización se ha lanzado hacia una nueva aventura: SAMU Iberoamérica. El contralmirante de Armada del Perú en la reserva Santiago Llop Meseguer es el director de este proyecto con sede en Lima, que cuenta con el apoyo y la colaboración del abogado Sergio Tapia y del señor Nelson Asto en el ámbito de la administración y la comunicación.

La relación de SAMU con Perú, e Iberoamérica en general, comenzó en el año 2013 a través del Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE) y la Escuela Superior de Guerra Naval del Perú. En aquella época, la Marina de Guerra del Perú necesitaba profesores para las asignaturas de Políticas de Defensa y Seguridad Internacional para sus cursos de Comando y Estado Mayor y Alto Mando Naval”, explica Santiago Llop. Ambas instituciones, a través del contralmirante, contactan entonces con el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, organización que cuenta con una prestigiosa escuela de emergencias en Gelves (Sevilla).

“A raíz de este primer contacto, comenzó una relación comercial y de amistad entre Carlos González de Escalada y yo. Con los años, esta amistad fue creciendo y surgieron conversaciones sobre la posibilidad de que SAMU diera el salto y tuviera presencia en Iberoamérica”, detalla Llop.

Más tarde, en 2019, SAMU firmó un convenio de colaboración con el Ministerio de Defensa del país andino por el cual la organización española se comprometía a formar durante 30 meses a tres mujeres médicas de la élite de las Fuerzas Armadas de Perú en un programa académico en atención prehospitalaria, emergencias, catástrofes y gestión de crisis, y prevención de riesgos de desastres.

El objeto del acuerdo era apoyar la gestión de capacitación y tecnificación, a través de la transferencia de tecnología, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y organización de programas académicos encaminados a la formación, capacitación y certificación de profesionales en el campo de las emergencias y prevención de riesgos de desastres, para su ejecución y desarrollo a nivel internacional y nacional. SAMU se comprometía así a la formación, capacitación, evaluación y certificación de profesionales de la salud en su sede de Sevilla.

Tras estas experiencias, en diciembre de 2020 se llevaron a cabo varias reuniones con el fin de analizar la situación en América del Sur y se determinó que sería Perú el país donde se iniciarían las operaciones de SAMU en Iberoamérica.

Según explica Santiago Llop, en los primeros meses de 2021 SAMU se propuso cinco objetivos estratégicos para el desarrollo de SAMU en Iberoamérica a corto y largo plazo. El primer objetivo es la instalación legal de una representación de SAMU en Perú y el posicionamiento de la marca SAMU en el país andino. “Esto es de vital importancia para dar a conocer la organización en Perú, así como todos sus recursos, proyectos y servicios”, anota Santiago Llop.

El segundo de los objetivos es la búsqueda de cooperación para proyectos de acción social en la Amazonia peruana, especialmente, en la cuenca del río Napo, en coordinación con instituciones peruanas del Estado y no estatales como por ejemplo el Ministerio de Salud, la Marina peruana y la empresa Servicios Industriales de la Marina (SIMA-Perú).

Uno de estos proyectos de acción social consistiría en la cooperación para la construcción de una ambulancia fluvial con el fin de poder ejercer ayuda humanitaria en las zonas ribereñas más necesitadas y vulnerables del país en la misma línea que ya lo hacen las Plataformas Itinerantes de Acción Social, más conocida como PIAS.

Las PIAS son buques de la Marina de Guerra del Perú, que, trabajando conjuntamente con el Programa PAÍS del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), se utilizan como plataformas multiservicios para acercar los programas y servicios del estado peruano a las poblaciones nativas y rurales de la Amazonía y a las poblaciones que se encuentran en las inmediaciones del lago Titicaca. Así pueden contribuir al desarrollo y el bienestar de poblaciones vulnerables alejadas de las zonas urbanas que además se encuentran en condiciones de pobreza o, incluso, extrema pobreza.

Esta labor se enmarca dentro de la Estrategia de Acción Social con Sostenibilidad (EASS), que impulsó y creó en 2012 la Marina de Guerra del Perú. Actualmente, según explican desde el equipo de SAMU Iberoamérica, la EASS se encuentra a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y realiza, a través de las PIAS, veinte campañas anuales en la Amazonía.

La misión principal de las PIAS es ofrecer atenciones médicas y servicios de alta calidad en el campo de la salud (medicina general, obstetricia, odontología, laboratorio, inmunizaciones, control del crecimiento y desarrollo de los niños, farmacia, triaje, telemedicina).

Otro de los objetivos estratégicos planteado por SAMU para su desarrollo en Perú consiste en dar a conocer Escuela SAMU y el amplio catálogo de cursos que el centro educativo oferta en España, especialmente los cursos de posgrado y de nivel técnico, con el propósito de firmar alianzas para crear una red educativa que permita a los alumnos realizar la parte teórica de su formación en Perú y la parte práctica en España.

SAMU también se plantea, dada su experiencia en el campo de la salud mental gracias a la clínica SAMU Wellness de Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) la creación de un centro médico especializado en enfermedades mentales en la ciudad de Lima. Este centro se complementaría con un Centro Médico privado de especialidades médicas (psicología, psiquiatría, nutrición, ginecología, cardiología) en los distritos de Cieneguilla y en otro de la capital.

Y, por último, el quinto objetivo, es el estudio de la posibilidad de implantar estos mismos servicios y programas en otros países de Iberoamérica, como Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá, Argentina y Uruguay. Existen ya diversos proyectos con departamentos, municipios y el propio Ministerio de Salud en Ecuador para abordar auditorias médicas, formación y la gestión de diversos centros de adicciones.

Por otro lado, en 2020 y 2021, SAMU ha protagonizado tres misiones humanitarias en Iberoamérica. La primera de ellas, SAMU respondió en agosto de 2020 a la solicitud de ayuda emitida por parte del Gobierno de El Salvador ante el aumento de contagios en plena pandemia mundial de Covid-19. La misión marcó un hito por su repercusión mediática e institucional en ambos países. Ese mismo año, en diciembre, un equipo de SAMU acudió a Honduras para dar respuesta a las necesidades de la población tras el paso de dos fuertes huracanes.

Costa Rica ha sido la última misión humanitaria llevada a cabo por SAMU hasta el momento. En junio de 2021, una veintena de enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias acudieron al país centroamericano para apoyar a los sanitarios locales ante la incesante expansión del Covid-19.

Misión humanitaria: Un equipo de sanitarios todoterreno en Costa Rica

El 2 de junio, un grupo de 11 enfermeros y 9 técnicos de emergencias sanitaria de SAMU partieron hacia Costa Rica en misión humanitaria bajo la dirección del enfermero Andrés Rodríguez Holst ante el aumento de casos de coronavirus en el país centroamericano. La alta presión hospitalaria y el incremento de la tasa de incidencia han obligado a prolongar la misión, que en un principio iba a durar 15 días.

Costa Rica está atravesando una situación de emergencias sin precedentes en el país. Los contagios por Covid-19 se incrementan a un ritmo exponencial, con más de 2.000 nuevos casos al día. Desde que comenzó la pandemia, se han registrado en Costa Rica más de 340.000 contagios y unas 4.500 muertes relacionadas con el coronavirus.

La nación centroamericana, que fue ejemplo a nivel mundial entre marzo y junio de 2020 por el control de los casos y la baja mortalidad por esta enfermedad, vive una verdadera crisis hospitalaria por la rápida expansión del coronavirus SARS-CoV-2, causante del Covid-19, tras las vacaciones de Semana Santa. Todo ello ha llevado al Gobierno costarricense a aplicar restricciones de movilidad y a cerrar de manera temporal toda actividad económica no esencial. Además, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Costa Rica analiza la posibilidad de decretar la alerta roja.

A mediados de junio, SAMU recibió una solicitud de ayuda por parte de la PAHO (Organización Panamericana de la Salud). De forma inmediata, SAMU puso en marcha su maquinaria y, en pocas horas, ya tenía en alerta a un equipo de 20 profesionales sanitarios bajo la dirección del enfermero Andrés Rodríguez Holst a la espera de finalizar los trámites administrativos para partir hacia Costa Rica.

“Nuestra misión consiste en aliviar la presión asistencial del Hospital San Vicente de Paúl de Heredia, a unos 10 kilómetros al noroeste de San José, y atender las urgencias que no estén relacionadas con el Covid-19. Para ello, contamos con la colaboración de un equipo médico de emergencias de Panamá. Ellos han levantado un hospital de campaña y nosotros apoyamos con personal”, explica Andrés Rodríguez, mando de la misión, durante su estancia en Costa Rica.

Entre los profesionales que han formado parte del equipo de SAMU se encuentran enfermos del Máster de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Universidad CEU San Pablo (promoción 2020-2021), algunos de los cuales ya participaron a finales de año en la misión humanitaria de SAMU en Honduras tras el paso de dos huracanes. Es el caso de Alexander Fernández o Gonzalo Soler.

Un sanitario de SAMU atiende a un paciente en Costa Rica

Un sanitario de SAMU atiende a un paciente en Costa Rica

“El equipo está formado por personas muy experimentadas y que me han acompañado en otras misiones, como la técnico en emergencias Carmina Casal, que ya estuvo conmigo en tres misiones anteriores, o la enfermera Erica Williams-Carricaburu. Pero también lo forman personas jóvenes con poca o ninguna experiencia en misiones humanitaria. Ambos perfiles enriquecen al grupo”, indica Rodríguez, que, con Costa Rica, cuenta con 18 misiones humanitarias internacionales a sus espaldas.

Los hospitales de campaña

Debido a la alta presión hospitalaria, finalmente, se han tenido que levantar dos hospitales de campaña en las inmediaciones del Hospital San Vicente de Paúl. “Uno de ellos está dedicado a casos de pediatría y cuenta con 8 camas, y el otro está dirigido a pacientes adultos, todos ellos urgencias no Covid. Este segundo hospital de campaña cuenta con 38 camas, pero en los próximos días se van a instalar 16 más”, explica el director de la misión.

“Estoy muy orgulloso de mi equipo, sobre todo de los técnicos, me han sorprendido mucho, ya que están realizando funciones más allá de las suyas propias y lo están haciendo muy bien. Los enfermeros también se han adaptado muy bien y de manera muy rápida, teniendo en cuenta que han tenido que aprender en un tiempo récord con un sistema que no es el suyo. La administración de los cuidados, los medicamentos, el sistema informático…. hay importantes diferencias con respecto a su día a día en España y se han adaptado a la perfección”, continúa Andrés Rodríguez.

Los profesionales de SAMU han trabajado en turnos de 12 horas, día y noche, y en ambos hospitales de campaña, en el de adultos y en el de pediatría. Todos los casos que han atendido durante su presencia en Costa Rica han sido urgencias no Covid-19, lo que implica una gran variedad de patologías, desde problemas gástricos, cardíacos, respiratorios, infecciones….

Durante su estancia en Costa Rica, el equipo de SAMU ha recibido dos importantes visitas que han alabado su trabajo y le han dado ánimos para continuar. Se trata de la embajadora de España en Costa Rica, Cristina Pérez Gutiérrez; y el fiscal del Colegio de Enfermeras de Costa Rica. Ambos visitaron los hospitales de campaña y pudieron ver in situ cómo trabajaban los profesionales de SAMU.

Para Andrés Rodríguez Holst, ésta es una misión especial, no sólo porque es su número 18 sino porque supone el regreso a su país de origen tras formarse en Europa. “Nunca pensé que regresaría a mi país en misión humanitaria. De hecho, ésta es la primera vez que Costa Rica solicita ayuda internacional”, reconoce el mando de la misión. “Ninguna de las personas que nos esperaban en Costa Rica sabía que al frente del equipo de SAMU iba una persona que nació aquí. Para algunos fue un poco sorprendente y cuando me escuchaban hablar pensaban que era un enlace local y no el mando de la misión de SAMU”, continúa el enfermero, que llegó a España en octubre de 2015.

“Para mí también ha sido un poco chocante porque conozco y he trabajado con anterioridad con algunas de las personas con las que he tenido que tratar estos días en Costa Rica, pero no ha sido ningún problema. Todo lo contrario. Todos están muy contentos del trabajo que SAMU ha realizado aquí y aceptan y aplican nuestros consejos y recomendaciones sobre la organización del trabajo, la logística y el espacio, pequeños detalles que ayudan a mejorar el trabajo diario”.

Una sanitaria de SAMU abraza a un familiar a su llegada de Costa Rica

Una sanitaria de SAMU abraza a un familiar a su llegada de Costa Rica

Tras dos semanas de duro trabajo, parte del equipo de SAMU regresó el 13 de junio a España, quedando en Costa Rica cinco profesionales de SAMU, entre ellos Andrés Rodríguez y Erica Williams-Carricaburu, ambos con una larga experiencia en misiones humanitarias. La situación en el país costarricense no ha mejorado en los últimos días y los contagios diarios por coronavirus suman cada jornada un récord. Esto llevó tanto a la dirección del Hospital San Vicente de Paúl como a la PAHO a solicitar a SAMU que prolongasen su misión varias jornadas más.

Así, la mayor parte del contingente llegó a Sevilla el 14 de junio, donde lo recibieron sus familiares y amigos. Tras un largo viaje, a su llegada a la Escuela SAMU y tras someterse todos ellos a test de antígenos, se celebró un acto de bienvenida en el que el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, les dedicó unas cariñosas palabras y alabó la labor llevada a cabo en Costa Rica. Todos los protagonistas de esta misión se mostraron bastante cansados pero muy satisfechos con el trabajo realizado. El resto del contingente regresó el 22 de junio.

Un equipo preparado para la llamada de Estados Unidos

SAMU, a través de su filial SAMU Foundation, con sede en Washington DC, sigue trabajando con el objetivo de ofrecer sus recursos para hacer frente a la crisis migratoria que vive el país norteamericano, especialmente, en la atención de menores extranjeros no acompañados y sus familias a través de la operación New Comfort. El objetivo de SAMU Foundation es crear un proyecto educativo residencial cerca de Washington DC, pero la entidad está abierta a participar en cualquier otra iniciativa o proyecto que le permita ayudar a paliar el problema actual, según explica Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

Mientras se solventan los trámites administrativos y burocráticos, y a la espera de obtener luz verde por parte de Estados Unidos, SAMU ya ha puesto su maquinaria en marcha y ha empezado a formar a un equipo de 15 personas, todos ellos profesionales del área de Infancia y Familia de SAMU de diferentes puntos de España, en la implantación de centros de menores en Estados Unidos.

“Desde el área de Infancia y Familia hemos seleccionado a 29 profesionales de SAMU que han mostrado su interés en participar en la Operación New Comfort si el proyecto sale adelante y trabajar durante unos tres meses en EEUU. A esas 29 personas las hemos dividido en dos grupos en función de su nivel de inglés y perfil profesional, y ya hemos empezado a formar al primer equipo”, señala Adrián Moreno, coordinador del curso y responsable del proyecto de implantación de un centro de menores en Estados Unidos.

Este curso, de 10 horas de duración, tiene como objetivo principal que los participantes adquieran toda la información necesaria sobre cómo implantar un centro de menores desde cero y fuera de España, así como la documentación y licencias requeridas, y el conocimiento sobre las diferentes tipologías de recursos dirigidos a menores, sus necesidades y gestión. “No es lo mismo poner en marcha un recurso de emergencias y acogida inmediata con 100 ó 150 plazas, que un centro residencial, con 30 ó 50 plazas. El funcionamiento del mismo y las necesidades de los menores son diferentes”, subraya Moreno.

En este curso de nivel avanzado, además de Adrián Moreno, también participan como formadores José Manuel Román, director del JEM Polanco (Sevilla); Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU; y Karen Gil, directora del Recep Campo de Gibraltar. El 11 de mayo se celebró la inauguración del curso, acto al que acudieron Adrián Moreno; Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de SAMU; Juan González de Escalada; director de Escuela SAMU y del área de Emergencias; y Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

De forma paralela, este mismo día se inauguró el curso de Especialización en Centros de Menores dirigido a alumnos de Técnico en Integración Social y Técnico en Emergencias Sanitarias, así como a cualquier persona interesada en este campo profesional, con el fin de acercarles a la realidad laboral en los centros de menores y poder cubrir así las ofertas de empleo de Fundación SAMU en este campo. Este curso trata tanto aspectos culturales del colectivo en el que se van a sumergir, así como estrategias de resolución de conflictos emocionales tanto del educador como del residente. Todos ellos son contenidos decisivos para un primer encuentro con menores. El fin de esta formación es que el alumno adquiera los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para trabajar en centros de menores.

El curso, que se divide por bloques, tiene una duración de 36 horas (11 sesiones), del 11 de mayo al 24 de junio, y cuenta con la acreditación de Escuela SAMU. El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, se dirigió a los alumnos el primer día de clase junto con el director del curso y del área de Infancia y Familia de SAMU, Nicolás Torres. Este primer día, Abderrahim, mediador en el ARB Miguel de Mañara (Montequinto, Sevilla), fue el encargado de acercar a los alumnos a este colectivo por primera vez.

Otros instructores del curso son Daniel Cobos, director del COISL Motril (Granada), encargado de explicar a los alumnos cuál es el modelo de trabajo en un centro de menores; el bombero Pablo Álvarez, que aborda el tema de la protección personal, extinción de incendios y evacuación; Manolo Calvente, psicólogo del Centro El Bosque (Algeciras, Cádiz), que aborda los problemas conductuales de los menores; Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU, que trata sobre la organización interna de un centro de menores y de temas relacionados con la legislación; Siham Khalifa El Abdi, responsable del PAI SAMU Motril, encargada de los temas relacionados con la inserción socio-laboral de los menores; Palma Díaz, directora del ARB El Bosque, que habla de los trámites administrativos y del trabajo social; Julia Roldán Mariscal, psicóloga del ARB Miguel de Mañara, que aborda la gestión de conflictos en el entorno de trabajo; Ana Solís Cuadrado, psicóloga y docente en Escuela SAMU, que aborda la gestión de emociones; y Lucía Gómez Herrero, pedagoga y docente en Escuela SAMU, que es la encargada de organizar la parte práctica del curso, que consiste en la visita a un centro de menores.

El objetivo general de este curso es mejorar la capacitación profesional del personal de nueva contratación en los centros de menores de Fundación SAMU, además de acercar a las personas interesadas de otros campos profesionales los conocimientos básicos necesarios para poder intervenir con personas en situación de riesgo de exclusión social. También se busca capacitar al alumnado con recursos y estrategias de intervención, resolución de conflictos y socialización de manera que se sienta seguro al desempeñar las labores propias de esta profesión; y transmitir conocimientos sobre los distintos colectivos, para que puedan empatizar y comprender su cultura, así como aquellos aspectos legales y protocolos de actuación que les afectan directamente.