Más de 64.000 personas contagiadas, de las cuales más de 4.000 se encuentran en la UCI, y más de 4.800 fallecidos. Estos son los dramáticos datos del coronavirus en España a fecha de 27 de febrero, unas cifras que continuarán creciendo trágicamente en los próximos días. Madrid es la comunidad autónoma más afectada por el coronavirus. Casi la mitad de los fallecidos en España proceden de esta región. A esto se suman numerosos profesionales sanitarios contagiados y de baja, más de 10.000 en todo el país, lo que ha mermado de forma notable la plantilla de los hospitales.
Ante esta situación, SAMU está prestando cobertura a varios dispositivos por encargo de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, especialmente en la provincia de Málaga, y ha desplazado a Madrid tres unidades medicalizadas (UVI móviles), un vehículo de alta capacidad y cuatro unidades de voluntarios compuestas por cerca de una veintena de profesionales, entre médicos, enfermeros y técnicos de emergencias, para colaborar en la operación que la Comunidad de Madrid está desarrollando para trasladar a mayores infectados por el Covid-19 desde residencias hasta centros hospitalarios de la comunidad.
Ésta es una actividad muy exigente física y emocionalmente, porque obliga a los sanitarios a trabajar con medidas de protección individual que le distancian del paciente y que son incómodas. Por si fuera poco, al terminar el servicio se añade el proceso de desvestido y descontaminación, que exige el seguimiento de protocolos estrictos. “Es cuidar de ti para cuidar de los tuyos”, comenta Juan González de Escalada, jefe de operaciones de SAMU.
De manera paralela, SAMU también ha participado en el traslado de un total de 28 pacientes de una residencia de mayores de Alcalá del Valle, en la provincia de Cádiz. Esta misión, autorizada por la Junta de Andalucía, se puso en marcha tras detectarse un brote de coronavirus en dicha residencia, en la que se vieron afectados varios ancianos y profesionales.
En un primer momento, hasta esta residencia acudió un equipo de seis profesionales de SAMU formado por un médico, un enfermero, dos técnicos de emergencias sanitarias y dos técnicos en cuidados auxiliares de enfermería. El equipo, liderado por el enfermero Andrés Rodríguez, realizó un reconocimiento de la situación y, tras valorar las diferentes opciones y el estado de los ancianos, se decidió trasladarlos a un hospital de campaña que el propio SAMU ha levantado en la Residencia El Burgo, en La Línea de la Concepción. Además, se procedió a la desinfección de la residencia de mayores.
En el traslado de pacientes participaron un autobús, seis ambulancias colectivas y dos ambulancias de Soporte Vital Avanzado, todos ellos recursos de SAMU. Durante el trayecto, de dos horas de duración, los sanitarios estuvieron escoltados por la Policía Nacional. Al mismo tiempo, otro equipo de cinco profesionales levantaban el hospital de campaña en La Línea.
Un día después del traslado, numerosos agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hicieron sonar sus sirenas para homenajear a los ancianos en la puerta de acceso del recinto. Sirenas y aplausos que tuvieron una respuesta por parte de los trabajadores del personal de SAMU que también se sumaron a este gesto de solidaridad y agradecimiento, con sus aplausos, desde el interior del recinto. Además, vecinos del municipio linense desplegaron una pancarta en la que se podía leer “También sois nuestros abuelos”.
Actualmente, 24 profesionales de SAMU atienden a un total de 28 pacientes. Las medidas de seguridad son extremas y todos los trabajadores cuentan con Equipos de Protección Individual.
“Esto es una acción humanitaria pura y dura en la ciudad. Como dice el jefe, don Carlos Álvarez Leiva, es una crisis de libro”, manifiesta Andrés Rodríguez, supervisor del hospital de campaña levantado en La Línea. “Estoy muy sorprendido. He estado en muchas misiones humanitaria en países como Siria o Libia, pero nunca pensé ni imaginé que iba a vivir una situación como ésta en Europa”.
Por otro lado, SAMU continúa prestando servicio en Málaga, donde traslada a una media de tres o cuatro pacientes al día. Además, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) ha pedido a SAMU que diseñe un plan de contingencia con hasta 150 trabajadores más, listos para trabajar en distintas escalas de gravedad. Afortunadamente, el personal de SAMU ha recibido formación en manejo de trajes de NBQ y muchos ya están acostumbrados a trabajar en entornos de posibles infecciones bacteriológicas, según González de Escalada: “Se trata de extremar las precauciones que ya suelen tomar”.
Al cierre de la edición de esta revista, SAMU sigue en acción en todos y cada uno de los frentes de la crisis con la puesta en marcha de proyectos de la mano de las administraciones públicas como la instalación de un recursos para personas sin hogar en Madrid y Sevilla, y la apertura de un hospital de campaña en un hotel del Aljarafe sevillano dirigido a personas mayores.
El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, ha puesto toda la organización y sus recursos a disposición de las administraciones públicas y de la propia sociedad para contribuir en la medida de sus conocimientos y posibilidades a solucionar esta crisis de salud pública.