Mohammed Jabri

JEM Córdoba: El último impulso para los menores

El programa para Jóvenes Extutelados Migrantes (JEM) —cofinanciado por el Fondo Social Europeo— que gestiona Fundación SAMU en Córdoba atiende a aquellos jóvenes que necesitan apoyo en la inserción sociolaboral una vez que estos abandonan los centros de protección de menores al cumplir la mayoría de edad y no cuentan con recursos económicos, sociales o familiares para poder llevar una vida independiente.

Algunos de estos jóvenes, cuando llegaron a España, fueron acogidos en alguno de los centros y recursos de protección de menores de Fundación SAMU, por lo que conocen ya la organización. En concreto, actualmente residen en el JEM Córdoba Yassine Sabyh, Hamza Dauali y Mohammed Jabri, que coincidieron en el ISL SAMU Lucena durante sus respectivas minorías de edad y que, tras diversas trayectorias, han vuelto a encontrarse en el Programa JEM de Fundación SAMU.

Yassine Sabyh

Yassine Sabyh llegó a España en junio de 2019 tras abandonar su ciudad natal en busca de una oportunidad que le permitiese optar a un futuro mejor. Después de pasar por varios centros en tierras andaluzas, ingresó en el centro de Inserción Sociolaboral SAMU Lucena, donde permaneció hasta su mayoría de edad, cuando encontró trabajo en Almería y se dispuso a vivir de forma autónoma. No obstante, la caducidad de su documentación impidió el progreso de este proyecto.

Dada la complicada situación documental a su llegada al JEM, Yassine Sabyh no tenía más opción que regularizar su situación a través del arraigo social, lo que implicaba la permanencia en España durante tres años, un informe de integración y, lo más complicado, un precontrato de trabajo de un año de duración a jornada completa.

Con estas condiciones de partida, el joven comenzó prácticas formativas a través de un convenio de colaboración con Fundación SAMU, en el sector de la jardinería. Luego, probó en distintas empresas hasta dar con Mojarly S. L. Jardineros, en Córdoba, donde, tras un período de prácticas, le ofrecieron un precontrato de trabajo con las condiciones necesarias. Yassine Sabyh apunta: “Del centro salí bien, por lo menos tenía trabajo. Las prácticas son duras, pero me gustan, y hay un montón de trabajo. Quiero vivir por mi cuenta, con un buen trabajo, solo necesito la documentación”.

Hamza Dauali

Por su parte, Hamza Dauali arribó a las costas españolas en septiembre de 2020 con el objetivo de encontrar un empleo estable. Al llegar, fue derivado al ISL SAMU Lucena, donde permaneció hasta cumplir la mayoría de edad. Durante ese tiempo, Hamza Dauali aprovechó para estudiar español, haciendo progresos considerables, y para efectuar prácticas formativas como soldador en una empresa de la localidad, lo que, al salir del centro, le valió un contrato de trabajo que le permitió vivir de forma autónoma hasta la caducidad de su documentación. Ante esta nueva situación y la imposibilidad de renovación, el joven ingresó en el Programa JEM como medio para regularizar su situación.

Durante su estancia en el JEM, Hamza Dauali ha conseguido renovar el permiso de residencia y trabajo, lo que le ha permitido comenzar la búsqueda activa de empleo. Para ello, el joven ha efectuado diversas prácticas formativas no laborales en empresas, buscando un trabajo estable.

“Quería entrar en el programa JEM para poder salir adelante. No me importa el tiempo que vaya a tardar, pero quiero encontrar un buen sitio, que sepa que voy a estar bien. Tengo planes para el futuro y solo necesito empezar a trabajar ya”, señala el joven Hamza Dauali.

Mohammed Jabri

En cuanto a Mohammed Jabri, el joven llegó a España en julio de 2021 e ingresó directamente en el ISL SAMU Lucena. Desde allí fue derivado al JEM tras cumplir la mayoría de edad. A su llegada al programa, al joven le había caducado la documentación, por lo que el primero de los objetivos del equipo de SAMU fue la renovación del permiso de residencia y de trabajo, que se consiguió en marzo de este mismo año. Al mismo tiempo, Mohammed Jabri, a través de prácticas formativas, ha ido adquiriendo experiencia y competencias transversales para el empleo que, en última instancia, le han permitido obtener un contrato de trabajo en Solycarpa como mozo de almacén.

Esta progresión facilita en gran medida su itinerario de inserción sociolaboral y su autonomía personal, favoreciendo el desarrollo de su proyecto vital adaptado a sus necesidades y gustos. “Dejé los problemas en el centro. Solo quiero trabajar, ahorrar y viajar para ver a mi familia cuando pueda”, comenta Mohammed.

De sus experiencias se extraen diversas conclusiones. Por una parte, la continuidad de la intervención en las diferentes etapas es un factor fundamental en el diseño del itinerario personalizado de inserción de los jóvenes en los Programas JEM.

En este sentido, contar con la información y experiencia de los profesionales que han desarrollado su labor con los jóvenes previamente facilita la integración de objetivos, estrategias y actuaciones con respecto al proyecto vital del joven, como se observa en el caso de Mohammed. Aun así, es necesario siempre reevaluar la situación del joven, por los cambios inevitables que se dan en su proyecto vital.

Por otra parte, es de destacar el apoyo continuo que los y las profesionales brindan a los jóvenes una vez se convierten en extutelados. A través de esta asistencia es posible detectar las necesidades concretas y, como en el caso de Hamza y Yassine, conseguir que opten a plazas de mayoría para evitar las situaciones de exclusión social a las que se ven expuestos por diversos motivos.

Finalmente, las experiencias de estos jóvenes, ejemplos de tantos otros, ilustran la necesidad del acompañamiento y asistencia necesarios en distintas etapas de sus vidas, si bien siempre con el objetivo de conseguir su plena autonomía e independencia, para el desarrollo de sus proyectos vitales.

JUAN ANTONIO LUQUE PEREGRÍN
JEM Córdoba

DISL Nervión

Los tres objetivos de DISL Nervión en su proyecto con los menores

La mayoría de mis amistades y familiares conocen muy bien a lo que me dedico y puedo compartir con ellos los éxitos y alegrías que me da mi trabajo. Pero, cuando mis compañeros o yo conocemos a gente nueva y nos hacen la típica pregunta de “y tú, ¿a qué te dedicas?”, ahí tenemos que explicar varios conceptos que están en nuestro día a día. Habitualmente, yo contesto con una broma en la que comento que soy padre de 16 menas. Ante su habitual cara de asombro, le explico que no trabajo en ninguna cárcel, que los niños son libres dentro de unas normas de convivencia, que la mayoría asisten a centros de estudios reglados, que realizan actividades de ocio como cualquier otro chico o chica de su entorno o que tienen sus móviles y usan sus redes sociales para comunicarse con sus familias.

Normalmente se quedan satisfechos con las respuestas y comparten conmigo alguna experiencia que han tenido con personas migrantes, terminando la conversación en ese punto. Pero hay otras personas que se interesan más por cómo trabajamos, qué proyectos tenemos nosotros y los propios menores, los motivos de su viaje, y, sobre todo, se preocupan por su futuro.

Es ahí cuando, también de manera sencilla y con cierto tono de humor, le respondo así: “Con ellos tengo tres objetivos: que se echen una novia, que vivan solos y no me necesiten, y que me inviten a su boda”. Y entre risas, paso a explicarles los motivos de cada punto.

Cuando un menor llega a nuestros centros, habitualmente los contactos que tiene son escasos y se limitan a otros menores o educadores con los que han coincidido en los centros por los que han pasado. Una vez ingresan en nuestro recurso, comenzamos a trabajar el idioma español, pilar sobre el que se sustenta su integración social, el objetivo principal de toda nuestra labor. Acto seguido, son escolarizados o acuden a centros formativos prelaborales donde aprenden un oficio y, para esto, deben saber desplazarse de manera autónoma, coger trasportes públicos, orientarse en otros barrios o pueblos, y adquirir rutinas y horarios, entre otras cuestiones. Por lo que, si un menor le comenta a algún componente del equipo que tiene una pareja, esto es un indicador del buen hacer, ya que significa que ha conseguido hacer amigos, tener contactos nuevos fuera del centro, incluirse en la sociedad que le acoge y que su nivel de comprensión y expresión del español es lo suficientemente alto para poder hablar con una pareja.

Uno de los primeros que nos presentó a su novia fue Ayoub, un chico que ingresó el día de la apertura del recientemente clausurado ISL Polanco. A los pocos meses, su español fue lo suficientemente bueno para conocer a una chica con la que a día de hoy continúa compartiendo su vida como un joven la suele disfrutar: yendo a la playa, haciéndose fotos románticas, dedicándose canciones y simplemente paseando orgullosamente agarrados de la mano. También vive felizmente en pareja Ossama, que acaba de volver de visitar a su familia, o Abdelhak, que va a ser padre dentro de pocas semanas y vino a contármelo rebosante de alegría en cuanto lo supo.

La independencia también es otro objetivo que buscamos. Independencia económica, de vivienda y administrativa. Siempre digo que uno de los mayores choques culturales que tienen los menores migrantes se produce cuando tienen que tratar con la administración, ya que, normalmente, en sus países de origen la forma de solicitar algo difiere mucho con la de Occidente: cita previa, instancia, solicitud, tiempos administrativos o certificado digital, entre otras cuestiones. Todos estos conceptos tardan mucho en adquirirlos e interiorizarlos. Y también encuentran dificultad a la hora de encontrar piso en el que vivir, casi, como cualquier otro joven: fianza, contrato, estabilidad económica…

Cada vez que coincidimos con Abdollah, recordamos con alegría el día que fuimos a IKEA a comprar todo lo que necesitaba para su piso: sábanas, toallas, menaje y decoración. Orgulloso, sacó su tarjeta de crédito a estrenar y pagó. Hoy, continúa viviendo en el piso que encontramos juntos y trabaja en el lugar en el que empezó sus prácticas. También vive de manera totalmente independiente Youssef, que ya solo me llama para decirme que le invite al campo del Sevilla si tengo algún carnet libre o para que le imprima algo porque no tiene impresora en casa. Ambos jóvenes fueron conscientes de que su esfuerzo tendría recompensa y supieron apreciar ese taller que recibieron en su momento sobre cómo comportarse en una entrevista de trabajo, que ahora les permite destacar y antes les parecía tan prescindible.

Quizás el momento boda aún se antoja lejano, pero, si llega ese día, será un placer acompañarlos y compartir con ellos la alegría. Pero, ¿qué podría indicarnos ese hecho? Pues que soy una persona importante para ellos, que me agradecen la ayuda que les he prestado durante su adolescencia y primera adultez. También es muestra de que, como con ese amigo de la infancia o de la universidad, seguimos en contacto, aunque cada uno hace su vida por su lado y recurrimos uno al otro cuando nos necesitamos. Lo más cercano que estoy de este punto es cuando doy un paseo durante el fin de semana por la zona de bares y me encuentro a mis antiguos chicos trabajando o tomando algo con los amigos.

Uno de ellos es Walid, que, de vez en cuando, pasa por el centro para saludar, que se acuerda de felicitarme en mi cumpleaños o que, incluso, me invitó a comer a su casa porque, según él, “había aprendido a cocinar algo que me iba a encantar”. O el amigo Bamba, que siempre nos recibe en su bar con una sonrisa y un fuerte abrazo.

Todas esas anécdotas son las que se quedan y nos reconfortan ante las situaciones difíciles en el trabajo. Porque cambiar el mundo no es una locura ni una utopía, sino ¡justicia!

JOSÉ MANUEL ROMÁN.
Director DISL Nervión

ZAKARIA AIT BOUHADIDI

La despedida de Zakaria: “Me hicisteis ser la persona que soy”

Mi nombre es Zakaria Ait Bouhadidi y soy un chico que, actualmente (por suerte), trabaja con quien me dio la oportunidad de tener un hogar: SAMU. Ésta es mi historia:

Llegué a España en septiembre de 2020 en plena pandemia. Estaba asustado. Cuando desembarqué en la costa de Tarifa tuve miedo ya que no sabía qué me depararía el futuro, pero estaba muy ilusionado por lo que suponía estar en este país y poder tener un futuro mejor para mí y los míos.

Cuando llegué a Tarifa, me trasladaron al centro ISL Alcalá y ahí fui consciente de dónde estaba. Tuve mis altibajos durante mi estancia en este centro, ya que echaba de menos a mi familia, pero sacaba fuerzas pensando que estaba ahí por ellos. En el centro ISL Alcalá me dieron la oportunidad de formarme durante unos meses en el Centro de Día El Pino y, más tarde, realicé labores de pinche de cocina. Pero mi gran oportunidad llegó cuando, desde Fundación SAMU, me ofrecieron realizar un curso de Montaje de Módulos Prefabricados. Tras el curso y viendo las ganas que ponía, me ofrecieron trabajar con ellos cuando cumpliese los 17 años. Finalmente, firmé mi primer contrato de trabajo en España al cabo de unos meses y ese día lo recuerdo como uno de los mejores de mi vida. A la primera persona que llamé fue a mi madre para contárselo.

Gracias a este trabajo, además, no sólo conozco al personal del área de Infancia y Familia de SAMU, sino que he tenido la oportunidad de conocer a personas de otras áreas gracias a Juan Otero (mi jefe), que para mí es como si fuera mi segundo padre. Me gustaría mencionar a mis compañeros y amigos de trabajo: Gracias a su compromiso y apoyo estoy dónde estoy, puesto que me han enseñado muchas cosas.

Agradecer también a todos los compañeros que he tenido en los diferentes recursos de SAMU, pero, sobre todo, a los empleados, tanto a Manuel (director de ISL Alcalá) y Josema (director de DISL Nervión) y a todos los educadores que han sido fundamentales en mi proceso de aprendizaje. Y, finalmente, mi agradecimiento a Don Carlos, puesto que, sin él, todo esto no sería posible.

Me despido de mi casa. Muchas gracias SAMU. Hoy, mañana y siempre te recordaré como mi segundo hogar. Me hicisteis ser la persona que soy hoy. Hasta siempre.

ZAKARIA AIT BOUHADIDI

DISL Huelva

DISL SAMU Huelva: La receta de Soulayman

El futuro es una de las asignaturas pendientes de alcanzar por todos. Conseguir el futuro perfecto dependerá de cada perspectiva: si se busca innovar, destacar por algún ingrediente único, ser todo un clásico… Pero si en algo estamos de acuerdo es que todo parte de unos ingredientes básicos, unos ingredientes que nos darán la base para crear la receta perfecta y, a partir de ahí, transformar, dejar volar a la imaginación y los sueños.

Los ingredientes de esta receta son motivación, formación, responsabilidad, actitud, ilusión, constancia y esfuerzo. Para la preparación de esta receta comenzamos agregando en un bol la ilusión junto con la motivación. Ambos ingredientes pueden llegar a parecer iguales, pero no lo son. Lo cierto es que no son nada el uno sin el otro, por lo que hay que mezclarlos hasta conseguir que se liguen y que se conviertan en una sola masa.

Para esta receta, uno de los ingredientes protagonistas es la formación. Lo vamos añadiendo poco a poco desde el principio de la elaboración del plato y vamos uniéndolo con la constancia y el esfuerzo. Estos últimos ingredientes pueden parecer complicados de encontrar pero, con un poquito de paciencia, daréis con ellos y podremos lograr llevar a cabo esta maravillosa receta.

Una vez preparada la base con el ingrediente principal y sus potenciadores, sólo nos queda darle el último toque para que la receta quede perfectamente montada y podáis disfrutarla. Estos ingredientes son la responsabilidad y la actitud. Por ser los últimos no son menos importantes, ya que éstos, junto con los demás, son la clave para que esta receta pueda funcionar. En cuanto todo esto esté estructurado, el plato ya estaría listo para servir, disfrutar y repetir.

Esta receta me la enseñó Soulayman, un chico del DISL SAMU Huelva que ha descubierto el mundo de la cocina gracias a las prácticas formativas que realiza como ayudante de cocina en un restaurante de la ciudad. Desde que llegó al centro, estuvo formándose, al igual que sus compañeros, y, en cuanto vimos que el chico era responsable, atento y trabajador, decidimos ponernos manos a la obra y buscarle unas prácticas formativas en las que el joven pudiese aprender un oficio. Aunque, inicialmente, la cocina no estaba entre sus preferencias, el joven ha encontrado en los fogones la disciplina, la responsabilidad y las ganas de crecer como persona. Cada fin de semana, Soulayman nos enseña con mucha ilusión alguna receta que ha aprendido. El chico está muy agradecido y está disfrutando mucho de esta experiencia que lo está impulsando a madurar y a evolucionar como persona.

NOELIA GONZÁLEZ TOSCANO
Educadora del DISL SAMU Huelva

Convenio ONCE-SAMU

ONCE y SAMU fomentarán el empleo accesible para personas con discapacidad

SAMU y su fundación han firmado un convenio de colaboración con Fundación ONCE e ILUNION para fomentar la creación de empleo accesible a las personas con discapacidad. El objeto del acuerdo, suscrito a principios de septiembre en la sede de Fundación ONCE en Madrid, es establecer un marco general de colaboración entre Fundación ONCE, ILUNION, SAMU y Fundación SAMU en materia de empleo y formación para todas las personas y en especial aquellas con discapacidad. Las partes también colaborarán en materia de sostenibilidad, accesibilidad universal y desarrollo de iniciativas conjuntas en el ámbito de la economía social.

El vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán; el consejero delegado de ILUNION, Alejandro Oñoro; y el presidente de SAMU, Carlos González de Escalada, fueron los encargados de suscribir este acuerdo que también recoge el desarrollo de acciones de formación conjunta y el establecimiento de programas de captación, orientación e inserción laboral de todas las personas y en especial aquellas con discapacidad, con la finalidad de conseguir su acceso al empleo de calidad.
Las entidades firmantes podrán colaborar en iniciativas para la formación y contratación de trabajadores con discapacidad y jóvenes en situación de vulnerabilidad social. En el caso de Fundación ONCE lo haría a través de la Asociación Inserta Empleo, entidad especializada en la formación y búsqueda de empleo para personas con discapacidad. Estas actuaciones podrán ser susceptibles de cofinanciarse con el Fondo Social Europeo en el marco del Programa Operativo vigente.

En materia de accesibilidad universal, ambas partes colaborarán para la realización de actividades y para el fomento de iniciativas cuyo objeto sea la consecución del diseño y la accesibilidad universal para todas las personas con discapacidad. Así, se establecerá un programa de cooperación para la promoción del diseño y la accesibilidad universal para todas las personas, incluidos los espacios virtuales, en los edificios, instalaciones y servicios, poniendo el foco en la accesibilidad tecnológica. Se podrán realizar, igualmente, jornadas formativas en este ámbito.

Contrataciones con contenido social

Por otra parte, SAMU y su fundación promoverán con carácter general la incorporación de cláusulas de contenido social en la mayor parte de las contrataciones centrales que realice y estudiarán la posibilidad de formar parte del Foro para la Contratación Socialmente Responsable. Esta organización tiene como objetivo promover la inclusión de cláusulas de contenido social en la contratación tanto pública como privada que favorezcan al colectivo de las personas con discapacidad.
SAMU también podrá adquirir los productos y contratar los servicios que precise para sus actividades a los centros especiales de empleo creados en el seno de ILUNION.

Por último, el acuerdo establece que Fundación SAMU, Fundación ONCE e ILUNION trabajarán conjuntamente por el fomento de la innovación social también en el ámbito de la financiación inclusiva impulsando la formación y la creación de un ecosistema adecuado para promover las nuevas tendencias de financiación e inversión e impacto social de calidad.

Exposición ‘Fotografía en tiempos de confinamiento’

Testimonio emocional del confinamiento

El sábado 14 de marzo de 2020 por la noche entró en vigor en España el primero de los estados de alarmas declarados por el Gobierno español como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y que estableció una cuarentena nacional que supuso el confinamiento en sus casas de toda la población y la clausura de establecimientos no esenciales. El estado de alarma no finalizó hasta el 21 de junio. Durante todo este tiempo, a excepción de las últimas semanas, cuando se puso en marcha el plan de desescalada, la mayor parte de la población estuvo encerrada en sus hogares, entre ellos los numerosos menores de edad de los centros de acogida y los residentes de los diferentes centros especializados en la atención a personas con discapacidad de la Fundación SAMU. Durante meses, estas personas no pudieron ver a sus familiares, salvo por videollamada, y los profesionales de estos recursos se convirtieron en un apoyo incondicional para ellos, entre los que se encuentran personas en riesgo de exclusión social, personas migrantes, con discapacidad y/o en situación de dependencia.

Es en este complicado y excepcional periodo de tiempo cuando se tomaron las imágenes que se pueden apreciar en la exposición Fotografía en tiempos de confinamiento. Esta muestra, organizada por Fundación SAMU, a través de su área de Dependencia e Inclusión Social, y la colaboración de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, se inauguró el 16 de septiembre en el Monasterio de San Jerónimo de Sevilla.

Exposición Exposición ‘Fotografía en tiempos de confinamiento’

Exposición ‘Fotografía en tiempos de confinamiento’

“Las personas con diversidad funcional han visto cómo su calidad de vida se ha deteriorado debido al período de confinamiento. Se detecta en ellos más vulnerabilidad emocional y un aumento de problemas de salud mental y comportamental”, según explican desde Fundación SAMU. Debido a toda esta situación, desde SAMU Idilio se impulsó la creación artística de talleres fotográficos.

Accesibilidad e inmediatez

“La fotografía tiene dos ventajas fundamentales: accesibilidad e inmediatez. Cualquier persona independientemente de su edad o de sus diversas capacidades, puede ser capaz de crear o trabajar con una imagen. Permite la expresión ante cualquier barrera o dificultad que presente y es una herramienta fácil, accesible y su resultado es visible de forma inmediata. Con la fotografía podemos crear una nueva forma de percibir y sentir, partiendo de la premisa de qué mostrar, darse cuenta, ser consciente y expresar quién eres, dónde estás, qué estás viviendo…”, señalan desde SAMU.

Así, a través de un móvil, los residentes de diferentes recursos de Fundación SAMU captaron diversos momentos de su día a día durante el confinamiento, así como sus sentimientos, pensamientos y emociones.

Los centros que participan en la muestra son la Residencia San Sebastián y la Residencia Santa Ana, ambos especializados en la atención a personas dependientes y con discapacidad, y 14 centros de menores extranjeros no acompañados: ISL Valencina, ISL Polanco, ISL Bornos, ISL Castillejo, PAI Jaén, ISL Serón Almería, ED Las Cabezas, PAI Motril, ISL Castillo de las Guardas, ISL Los Arcos, ISL SAMU Dúrcal, ISL Corteconcepción, ISL Alcalá, R.B Motril. La finalidad principal de esta exposición fotográfica es acercar a la población la realidad de estos colectivos desde su propia perspectiva en momentos de pandemia.

Dar voz a quienes no la tienen

“La exposición fotográfica busca como impacto social dar voz a aquellas personas que no la tienen, permitiendo la expresión a través de la imagen. Ellos, como protagonistas de esta historia, participan en una actividad que sirve de medio de trabajo cooperativo intercentros, para ello utilizan la cámara del móvil para expresarse y mostrar así cómo se sienten, pudiendo llegar a generar el debate entre la objetividad de la imagen versus la subjetividad de la mirada propia de quien realiza la foto”, apuntan desde la organización.

A la inauguración de la muestra, que tuvo lugar en el Monasterio de San Jerónimo de Sevilla, acudió Inmaculada Santisteban Serrano, directora general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía, además de diferentes representantes de la dirección de SAMU, como el doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Honor de SAMU; José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección general de SAMU; María José Tinoco, directora del área de Dependencia e Integración Social de SAMU; y Concepción Pérez, directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, entre otros.

Después de su ubicación actual en el Monasterio de San Jerónimo, la exposición fotográfica se expondrá en los centros cívicos de Blas Infante, Alcosa y Torreblanca, todos ellos en Sevilla, durante octubre y noviembre, y culminará con una última muestra en el centro cívico Entreparques, a partir del 22 de enero de 2023.

Exposición Exposición Exposición ‘Fotografía en tiempos de confinamiento’

Exposición  ‘Fotografía en tiempos de confinamiento’

Cátedra SAMU de Innovación Social

SAMU y la Universidad Pablo de Olavide se unen para aumentar el bienestar social a través de la innovación

SAMU y la Universidad Pablo de Olavide han presentado la Cátedra SAMU de Innovación Social durante unas jornadas celebradas este miércoles 28 de septiembre en el campus de la UPO. La vicerrectora de Relaciones Institucionales y Fundaciones de la Universidad, Laura López de la Cruz; el presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada; y el director de la Cátedra y profesor de la UPO, José Luis Sarasola; han presentado los objetivos de un proyecto de cooperación que aspira a mejorar el bienestar social de las personas más vulnerables a través de la innovación social.

“Innovar es cambiar, hagamos las cosas de otra manera, busquemos nuevas soluciones a los problemas sociales trabajando con otras entidades y empresas”, ha comentado José Luis Sarasola durante la presentación de la Cátedra que dirige. Para ello, «que mejor socio que SAMU, que no solo trabaja en el ámbito de la salud, sino también con residencias, con los problemas de la infancia, con familias, en educación y en atención psicológica, además de investigación y desarrollo» ha añadido.

Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU, ha destacado la importancia de unir el trabajo desarrollado en la academia con el de las entidades de salud y bienestar social. «Nuestra especialidad es la atención de las personas que más lo necesitan» ha señalado, poniendo en valor el conocimiento académico y la capacidad de una entidad que cuenta con noventa sedes y tres mil profesionales que se ha convertido en una multinacional de la salud y de la acción social, extendiendo su actividad a países como Marruecos y Estados Unidos.

Para finalizar la inauguración de las Jornadas, Laura López de la Cruz, ha resaltado la importancia de las cátedras como instrumento para crear conocimiento, investigar y aplicar los resultados, remarcando la necesidad de investigar también en el ámbito social “para que todos nos sentamos incluidos en una sociedad que avanza a marchas forzadas”. «Agradecemos a SAMU su participación en la cátedra porque sabemos que juntos sumamos», ha concluido.

A continuación, han comenzado unas Jornadas que han contado con David Pino Merlo, director general de Innovación Social del Ayuntamiento de Sevilla, como ponente invitado. Cómo innovar a través de la democracia: innovación social y desarrollo local sostenible, ha sido el título de una conferencia en la que ha afirmado que la innovación social es la búsqueda de una solución novedosa a un problema social que aporte valor a la comunidad, señalando que la tecnología debe ser una herramienta a su servicio.

Las Jornadas han proseguido con la mesa redonda Presente y futuro de la Cátedra de Innovación Social, moderada por Juana Macías, directora del Instituto Científico y Academia SAMU. Durante la misma ha sido presentado el libro «Migraciones: nuevos retos geopolíticos, económicos y sociales» y el Máster de Emergencias Socio-sanitarias, título propio de la Universidad Pablo de Olavide que se imparte por primera vez este curso. Migraciones es una obra colectiva, coordinada por Carlos González de Escalada y José Domínguez León, en la que profesorado de doce universidades analiza el fenómeno migratorio abordándolo desde múltiples perspectivas. Por otro lado, el Máster en Emergencias Socio-Sanitarias: Prevención e Intervención con Colectivos de Riesgo, dirigido por los profesores de la UPO Evaristo Barrera y José Luis Sarasola, proporciona formación universitaria especializada en el campo de las emergencias sociales.

Sabah El Amraoui Karroumi y Kadiatou Sow

Mujeres, jóvenes, migrantes y universitarias

Superar los retos que derivan de cada proyecto personal de vida, independientemente de los que sean, requiere de un grado de esfuerzo, compromiso y fortaleza colosales, especialmente si hablamos de los menores migrantes no acompañados. Además, desde una perspectiva interseccional, si sumamos género femenino, etnia, clase social y sexualidad, estas capacidades y atributos requieren de una doble dosis, en el mejor de los casos.

En este contexto, para la mayoría de las jóvenes extranjeras y extuteladas beneficiarias del Programa +18 de Fundación SAMU, cumplir con los objetivos de sus proyectos migratorios, supone, en ocasiones, romper con ciertos valores, tradiciones y patrones socioculturales impuestos en sus países de origen.

Sin embargo, son muchas las jóvenes que, con esfuerzo y sacrifico, gracias a la ejecución de los Programas de Alta Intensidad o Programas de Adquisición de Competencias Sociolaborales, como el PACS SAMU Almería o PACS SAMU Jaén, cofinanciados por el Fondo Social Europeo y conveniados con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, alcanzan una emancipación plena y en condiciones seguras, cumpliendo así con sus expectativas migratorias y el objetivo principal del programa: la inserción sociolaboral.

Este es el caso de las jóvenes Kadiatou Sow y Sabah El Amraoui Karroumi, que, tras superar sus estudios de secundaria y la Selectividad, comienzan en septiembre una formación universitaria: Derecho, en el caso de Kadiatou, y Filología Inglesa, en el caso de Sabah.

Ambas jóvenes son un verdadero ejemplo a seguir para todas aquellas menores extranjeras que deciden emprender su proceso migratorio en busca de un futuro mejor.

A continuación, puedes conocer la historia de estas dos protagonistas de la mano de Ana Rodríguez Fernández, del equipo de educadores del PACS SAMU Jaén, y Amel Boughanem Cortés, trabajadora social y orientadora laboral del PACS SAMU Almería.

Sabah El Amraoui Karroumi, matriculada en Filología Inglesa

Sabah El Amraoui Karroumi llegó al PACS de Jaén el 5 de octubre de 2021. El equipo de profesionales de SAMU obtuvo excelentes referencias de la joven, entonces menor de edad, por parte del equipo responsable de la chica en el Sistema de Protección del Menor. Por esta razón, desde SAMU esperaban con ilusión poder tomar el testigo del trabajo realizado previamente por el equipo del COILS San Martín de Porres, perteneciente a la Fundación Don Bosco Social, hogar del que procedía Sabah.

“Nos hablaban de una chica decidida, muy motivada por el estudio, cuya infancia, como es de suponer, no había sido nada fácil y que, provista de unos resortes y capacidad de resiliencia admirables, había podido centrar su vida antes de cumplir la mayoría de edad en una serie de valores que la mantendrían a salvo en el mar de incertidumbre al que se enfrentaba”, apunta Ana Rodríguez, miembro del equipo de profesionales del PACS Jaén. “A su llegada, nos sorprendió su forma de expresarse, ávida de comunicar sus intenciones, sus planes de futuro, sus preocupaciones, sus acuerdos y desacuerdos. Una vez más, una joven nos presenta el reto de ir un paso más allá. Acompañar y orientar cuando los objetivos son altos es, sin duda, muy motivador”.

Al equipo del PACS Jaén le sobrecoge la cantidad de recuerdos de los que Sabah no ha podido desprenderse aún, y entiende que el apego a objetos de la niñez y a los obsequios de amigos y referentes para ella son importantes. Se manifiesta de este modo cariñosa, demandante de afecto y aferrada a su entorno personal. “En muchos años de experiencia en el trabajo con jóvenes, fue la primera vez en la que el equipaje de macutos y maletas llenas de libros casi igualaba al de ropa. Y más sorprendente era cuando al hablar con ella de cada uno de estos libros, la joven se acordaba de quién se lo había regalado, cuándo se lo había leído o por qué le había gustado”, asegura Rodríguez.

Sabah no tardó en dejar claro que su objetivo principal al pasar por un recurso de alta intensidad era poder terminar sus estudios de Grado Superior para obtener su titulación y, tras conseguir un trabajo para poder emanciparse, poder proseguir con sus estudios universitarios.

Una vez superado con éxito el primer curso del Grado Superior de Radiología, la joven, no convencida vocacionalmente con esta profesión, decidió cambiar de rumbo y, junto al equipo orientador, eligió otro camino formativo, valorando sus posibilidades. Consciente de que su tiempo en el recurso se acababa, y que en un futuro, si quería estudiar por sus propios medios, tendría que conjugar los estudios con un trabajo que le permitiese ir a clase y estudiar, comenzó unas prácticas EPES como camarera en una cafetería.

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah tiene claro que quiere ir a la universidad, y, a pesar de haber aprobado en el año anterior la Selectividad con una nota más que aceptable, decidió presentarse de nuevo para subir su nota y poder tener más opciones a la hora de elegir carrera. De hecho, lo logra, y baraja entre sus posibilidades estudiar Administración y Dirección de Empresas, Educación Social o Filología Inglesa.

Finalmente, Sabah ha decidido estudiar Filología Inglesa en la Universidad de Málaga. Para ello, con la ayuda del equipo de SAMU, Sabah tramita la matrícula y cuenta con la colaboración de la delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de Málaga, que en colaboración con el Servicio de Igualdad, Diversidad y Acción Social de la Universidad de Málaga ponen a disposición de Sabah una plaza en la Residencia Universitaria Alberto Jiménez Fraud. Además, acostumbrada a un ritmo intensivo de trabajo y estudio, Sabah ha logrado sacarse el carnet de conducir este verano mientras realizada sus prácticas prelaborales.

“Ilusionada y dispuesta por compartir todos los momentos especiales de convivencia y celebración en familia, Sabah ha sido sin duda la pieza clave para que todos se sintieran a gusto, compartiendo su opinión, expresándose de una forma fresca que ha ayudado sin duda a muchos de sus compañeros a salir de su zona de confort y plantearse nuevos puntos de vista”, apuntan desde SAMU.

“Ahora que estamos preparando la salida de Sabah del programa, admito que no sólo nos sentimos satisfechos por haber podido acompañar a esta joven en la superación de sus objetivos de adquisición de competencias, sino que somos conscientes que todo lo vivido junto a ella, como con otras jóvenes, nos ha hecho mejores profesionales”, confiesa Ana Rodríguez. “Estamos convencidos de que Sabah sabrá enfrentarse al mundo de cara, como es ella, consiguiendo sin duda una vida plena”.

Kadiatou Sow, futura estudiante de Derecho

La joven Kadiatou Sow, procedente de Guinea Conakry, decidió emprender su proyecto migratorio en 2018 como consecuencia de la ausencia de recursos económicos e igualdad de oportunidades para acceder a la educación e inserción laboral en su lugar de origen.

Según refiere, en su país son muchas las mujeres que logran acceder a los estudios y que, a su vez, obtienen excelentes resultados académicos. Sin embargo, la probabilidad de acceder al mercado laboral desaparece cuando contraen matrimonio, momento en el que, habitualmente, la mujer se centra en el cuidado del hogar y los hijos.

Kadiatou, que hoy tiene 20 años, cuenta que siempre tuvo claro el objetivo de su proyecto migratorio: hacer realidad su sueño de acceder a la universidad y buscar un futuro mejor en un lugar donde pudiera ejercer su profesión de forma independiente a su estado civil y libre de las presiones socioculturales propias de su país de origen.

Además, aclara que su interés por la formación viene motivado por el deseo de defender los derechos de las personas más vulnerables, en concreto, los derechos de la mujer africana y la lucha contra las desigualdades sociales y de género.

Por ello, la joven guineana defiende la formación como una herramienta de cambio social y, en su discurso, suele verbalizar lo siguiente: “Para poder defender los derechos de las mujeres, primero debo formarme y conocerlos”. De ahí su interés por realizar el Grado en Derecho. Sin embargo, Kadiatou afirma que desconocía el nombre de la profesión que quería ejercer: “Yo solo sabía que quería defender los derechos de las mujeres”. La joven reconoce que fue una vez en España cuando descubrió el significado de la abogacía. Desde entonces, tuvo claro el grado universitario que estudiaría.

Para una mayor compresión de la historia de superación y resiliencia de la joven, nos remontamos a su llegada a España, en agosto de 2018, fecha en la que ingresó en el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía. Desde este momento, la joven centró todos sus esfuerzos en el aprendizaje de la lengua española, en aras de incorporarse cuanto antes a la formación reglada y poder obtener el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Su rápida adaptación a la sociedad de acogida y buen dominio del lenguaje español, favorecieron su pronta incorporación al I.E.S Entresierras, ubicado en Purchena (Almería), municipio donde residió durante su estancia en el Centro de Protección de Menores.

El esfuerzo e implicación para la consecución de su sueño, comenzó a dar fruto en tan solo un año y medio después de su llegada a España: la joven obtuvo el Graduado de Educación Secundaria Obligatoria en el curso académico 2019-2020. Luego, se matriculó en 1º de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales en el I.E.S. Rosa Navarro, en Olula del Río (Almería).

Sin embargo, no todo fueron éxitos y facilidades, puesto que a mitad del curso 2020/2021, la joven cumplió la mayoría de edad y tuvo que enfrentarse a los cambios que esto conlleva. En este contexto, en diciembre de 2021, se trasladó al Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería y solicitó un traslado de expediente al I.E.S. Al-Ándalus, en Almería, donde finalizó el curso académico con unos resultados excelentes.

Kadiatou Sow

Kadiatou Sow

Kadiatou alcanzó la mayoría de edad con la ausencia de una autorización de residencia y, además, en un contexto de pandemia mundial y periodo de recesión económica, ocasionada por el Covid-19. Regularizar su situación administrativa supuso uno de los principales obstáculos para la consecución de los objetivos establecidos en su proyecto personal de vida, llegando incluso a valorar la opción de priorizar su inserción laboral frente a la consecución de sus objetivos académicos.

No obstante, gracias al reciente cambio en la normativa vigente en materia de extranjería y a su estancia como beneficiaria en el Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería dirigido a jóvenes extuteladas de entre 18 y 25 años, procedentes del Sistema de Protección de Menores, la joven ha podido regularizar su situación administrativa sin tener que renunciar al sueño de acceder a la universidad.

Durante el curso 2021-2022, Kadiatou compaginó 2º Bachillerato con una formación online complementaria enfocada al empleo. De forma paralela, la joven, consciente del objetivo principal del Programa +18 y de la proximidad de su emancipación, ha realizado una ardua y concienzuda labor de búsqueda de empleo que tuvo sus frutos al ser contratada como camarera de pisos en el Hotel AC de Almería.

Al mismo tiempo que trabajaba, Kadiatou se preparó la Prueba de Evaluación y Acceso a la Universidad (Pevau), exámenes que superó con éxito y le han permitido ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Almería.

Según fuentes del Servicio de Protección de Menores de Almería, Kadiatou es una de las primeras jóvenes extranjeras y extuteladas que accede a la universidad de la ciudad. La joven guineana se muestra muy orgullosa de todo el trabajo realizado y de los logros alcanzados durante los últimos años. “Para lograr un sueño, no es suficiente sólo con desearlo, sino que es muy importante trabajar duro hasta hacerlo realidad. Con esfuerzo y constancia todo se consigue”, manifiesta la joven.

Las orientadoras de referencia del PACS SAMU Almería se sienten muy orgullosas de la gran evolución de la joven, y afortunadas, de haber podido orientar y acompañar a Kadiatou hacia la consecución de su sueño y una emancipación plena y exitosa.

Actualmente, la joven ha superado los objetivos establecidos de su Itinerario Personalizado de Inserción Laboral y se encuentra a la espera de la asignación de una plaza becada en la Residencia Universitaria Civitas (Almería), en la que podrá residir durante los próximos cuatro años para la superación del Grado en Derecho.
Esto ha sido posible gracias al apoyo e implicación de la delegación territorial de Almería, especialmente de la técnica de Programas de Alta Intensidad, Juana García, y el coordinador de centros, José Luis Andreu.

Centro de menores de Jimena de la Frontera (SAMU)

VRIME: Innovación para proteger a los menores migrantes

La llegada de menores extranjeros sin referente familiar a España ha crecido considerablemente en los últimos años, lo que ha condicionado el crecimiento de la red de recursos residenciales y ha generado la necesidad de crear nuevos dispositivos de atención de acogida inmediata. Gran parte de estos niños, niñas y adolescentes han sufrido experiencias traumáticas de abuso y maltrato durante su proceso migratorio, lo que lleva en muchas ocasiones al desarrollo de actitudes y conductas violentas como mecanismos de defensa.

Este fenómeno migratorio, que ha supuesto grandes implicaciones políticas y éticas, se ha visto incrementado en un gran número de menores que llegan solos a través de las distintas rutas migratorias, siendo Andalucía la comunidad autónoma que mayor número de menores extranjeros sin referente familiar protege. Ante esta realidad, la detección previa de los perfiles de riesgo, tanto de comportamiento violento como de victimización y vulnerabilidad, puede ser un instrumento fundamental para facilitar la optimización del uso de recursos en los procesos de acogida e inserción por parte de las instituciones correspondientes, y para garantizar la protección de los derechos fundamentales de estos menores, según explica el equipo investigador de la Universidad Loyola que ha puesto en marcha el proyecto VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía).

El proyecto VRIME trata de sistematizar este proceso de detección previa mediante el estudio de determinados indicadores conductuales que permiten definir unos perfiles de riesgo y la elaboración posterior de unas recomendaciones de buenas prácticas para ayudar a gestionar mejor los riesgos por parte de los centros de acogida y organizaciones sociales relacionadas con las fases de acogida e inserción de este colectivo.

En este sentido, esta iniciativa académica trata de diseñar una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

“Lo que se quiere averiguar es en qué situación está el menor cuando llega a un recurso de acogida, teniendo en cuenta todas esas variables que le influyen, y su situación seis meses más tarde. Otro de los aspectos que se intenta identificar con esta herramienta es si el menor está en el recurso adecuado”, explica Juan Manuel Aveledo, director del área de Infancia y Familia de SAMU.

Fases de desarrollo

Este proyecto de investigación está liderado por las profesoras Gloria Fernández-Pacheco y Tatiana Avignone y cuenta con financiación de la Junta de Andalucía y del Fondo Social Europeo, además de la colaboración de SAMU, a través de sus áreas de Innovación y de Infancia y Familia, y la Fundación EMET- Arcoiris.

Esta iniciativa, que se inició en abril de 2021, cuenta con cuatro fases de desarrollo: una fase piloto; una fase principal (formación de personal de los centros de acogida y los colaboradores, recogida de datos y análisis de los mismos); una tercera etapa de grupos de discusión y entrevistas con profesionales y menores; y una cuarta fase de creación de manual de uso y buenas prácticas.

El objeto de la colaboración de la Universidad Loyola con Fundación SAMU se desarrolla en tres partes. En la primera fase, de recogida de datos, los profesionales de Fundación SAMU colaboran en la tarea de diseño de la herramienta.

En la segunda fase, de implementación, los profesionales e investigadores de Fundación SAMU participan en los grupos de discusión y supervisión de los campos y protocolos de evaluación de riesgo que serán integrados en la herramienta Toolkit VRIME, en virtud de la experiencia del trato y cuidado de los menores que atesoran y la visión de la gestión integral de la realidad diaria de esta tarea.

Y por último, SAMU participa en la fase de validación y acompañamiento con el fin de recabar la información necesaria para poder validar el funcionamiento de la aplicación informática Toolkit VRIME. Posteriormente, se facilitará el acceso a las instalaciones del equipo investigador para realizar el seguimiento de la implementación del Toolkit VRIME y formación para la gestión del riesgo.

Participación de SAMU

Fundación SAMU cuenta con una red de más de 30 centros de acogida, en los que se atienden a más de 1.200 menores extranjeros no acompañados. Además, SAMU mantiene un estrecho contacto con todos aquellos extutelados que han pasado por sus centros, lo que la convierte en un gran colaborador, especialmente para la recogida de datos.

“Durante el 2022, se ha puesto en marcha la fase piloto. Ya se ha llevado a cabo toda la revisión de los artículos de impacto académico. Una vez analizado todo esto, se han extraído los diferentes riesgos que pueden afectar a la hora de intervenir con estos chicos. Ahora se está llevando a cabo la fase piloto de la herramienta y estamos volcando todos los datos para poder valorar el riesgo”, explica Juan Manuel Aveledo. “Durante este año, se han analizado todas las variables, se han identificado todas las necesidades de intervención, todos los factores de riesgo, y se han medido en una escala de ponderación. Todas esas variables que afectan al riesgo son del ámbito sociodemográfico, educativo y formativo, del ámbito social, psicológico, criminológico y del ámbito jurídico y situacional (la situación administrativa del menor). Estas variables se analizan dos veces, cuando llega el menor y a los seis meses”.

SAMU tiene el compromiso de colaborar con una muestra de 137 menores de todos los dispositivos y de todas las tipologías que la entidad tiene en Andalucía. Desde los centros de recepción a los recursos de reinserción sociolaboral, pasando por los centros de acogimiento residencial básicos y los centros de acogimiento de trastorno de conducta. “De todas las modalidades, introducimos en la aplicación los datos de una serie de perfiles seleccionados al azar. Y como aún estamos en la fase piloto, son los directores de los recursos, que han recibido una formación previa, los responsables de introducir estos datos, ya que aún nos surgen muchas dudas y modificaciones”, apunta Aveledo. “Nuestro compromiso es tener entre el 70 y el 80% de la muestra volcada el 8 de septiembre”.

El director del área de Infancia y Familia de SAMU reconoce que, al volcar los datos, en ocasiones, identifican que “hay menores que residen en una tipología de recurso que no cubre la totalidad de las necesidades del joven o que dicho centro no cuenta con los recursos o herramientas metodológicas de intervención necesarias por circunstancias múltiples que están afectando al menor, como puede ser el consumo de estupefacientes o una situación de trastorno de conducta. Vemos chicos que están, por ejemplo, en un centro de acogimiento básico, pero necesitan un centro especializado en trastorno de conducta”.

El problema está en que las entidades de acogidas no pueden, de base, hacer mucho al respecto. “Nosotros podemos proponer, hacer informes al respecto, denunciar la situación, pero el traslado o destino de un menor lo determina un juez, no es un proceso fácil. Si la valoración que realizara la herramienta desarrollada por la Universidad Loyola fuera vinculante y la Junta de Andalucía la utilizara y obligara a aplicarla en todos los centros de acogida a modo de portal único, la situación no solo cambiaría, sino que la tasa de éxito de los diferentes recursos sería mucho mayor”, asegura Juan Manuel Aveledo.

Una gestión eficaz

Una vez implementada la herramienta Toolkit VRIME de valoración del riesgo en menores y jóvenes migrantes se podrá discriminar con mayor eficacia a aquellos menores a los servicios o dispositivos acordes a su perfil, recibiendo así los recursos y ayudas que requieran de acuerdo con las necesidades que presenten.

El porcentaje de niños y niñas que reciben atención especializada será significativamente superior que aquellos cuya situación de riesgo no ha sido detectada, descongestionando los recursos genéricos de acogida y protección.

“Como entidad, colaborar en una investigación de estas características te posiciona en un lugar privilegiado, ya que se trata de una investigación con financiación externa y liderada por una universidad de referencia, como es la Loyola. Además, es una manera de dejar patente que Fundación SAMU apuesta por la transformación social, y lo hace a través también de los ámbitos académicos y científicos. La aportación de Fundación SAMU a esta herramienta está siendo toda una aventura muy positiva para la organización”, comenta el director del área de Infancia y Familia de SAMU.

El equipo investigador de la Universidad Loyola junto con Juan Manuel Aveledo y Almudena Chávez, directora del área de Innovación de SAMU, están preparando una comunicación especial para un congreso con la intención de dar a conocer el proyecto a fondo dentro de la fase de difusión de esta iniciativa prevista para el próximo año.

ISL Castillejo

ISL Castillejo: Un referente llamado Mustapha

Numerosos menores extranjeros no acompañados que arriban a nuestras costas se sienten desolados, abatidos y sin esperanzas después de un periodo de tiempo en España. Este no es el caso de Mustapha, quien, desde que salió de su país de origen, Gambia, no ha parado de soñar y luchar para llegar hasta la situación en la que hoy se encuentra. Con semblante serio, el joven afirma: “Lo he pasado francamente mal y ha sido un camino muy duro y nada pero que nada fácil”. Así define su proceso migratorio por Gambia, Senegal, Mauritania, Mali, Argelia y Marruecos. Antes, Mustapha tuvo que dejar los estudios porque no podía pagarlos, y empezó a trabajar en oficios de aprendiz a los 14 años pero con un sueldo muy bajo y con una jornada laboral intensa.

Su historia de lucha continua adquiere mayor relevancia si tenemos en cuenta que, tras su llegada a España en mayo de 2021, enfermó y estuvo hospitalizado durante dos meses, y, después, tuvo que permanecer en el centro varios meses en cama. Esto no le hizo perder la fe. Por el contrario, continuó siendo muy colaborador y mantuvo un buen estado de ánimo y un alto sentido de la responsabilidad.

Algunas personas creen que ha tenido mucha suerte. Nosotros no lo creemos. La suerte es para quien la trabaja, para quien no pierde la esperanza. La suerte se gana con entusiasmo y dedicación. Fue a partir de este momento cuando comenzó a cumplir sus objetivos de vida.

Tras su escolarización en un Centro de Educación Permanente (Ceper), su castellano oral y escrito fue cada vez más fluido. Su entusiasmo por aprender cada vez era más exigente y el equipo del centro lo notaba día tras día al percibir una mejora continua de sus habilidades lingüísticas y sociales.

Tanto es así que pronto vinieron los beneficios a nivel residencial, con un notable incremento en el ejercicio de responsabilidad, ocupando el cargo de responsable de cocina y encargado de organizar la compra de alimentos para preparar recetas tradicionales de los respectivos países de los jóvenes, lo cual a su vez ha favorecido la unión del grupo de residentes.

En la localidad de El Bosque (Cádiz), donde se encuentra el recurso ISL Castillejo de Fundación SAMU, Mustapha se encuentra muy integrado y participa en diferentes actividades como el teatro, clases de informática, manifestaciones sobre violencia de género y actividades medioambientales y deportivas. Hablando del deporte, hay que reseñar que el joven es un deportista nato. Juega al fútbol y su mayor sueño es ser fichado por un equipo grande de una liga importante. Lo cierto es que es una tarea ardua y complicada aunque como él bien refiere: “Sí, es complicado, pero no imposible. El cielo es el límite”.

Su proyecto de vida comenzó a aclararse cuando, en enero de 2022, comenzó a realizar prácticas formativo-laborales en la empresa bosqueña Artes Gráficas, dedicada al cartonaje, en concreto, a la construcción de todo tipos de embalajes de cartón para distintos tipos de actividades. Una vez finalizado este periodo de prácticas, y gracias a su buen labor como trabajador en la empresa, se formalizó un contrato de trabajo. En dicha empresa el joven tiene muy buenos compañeros, y juntos fueron a ver un partido del Cádiz C.F. en el estadio Nuevo Mirandilla, dónde disfrutaron muchísimo.

Mustapha está muy contento por los logros conseguidos y da gracias a Dios por ello, sin olvidar a todas las personas que le han ayudado para conseguir tal propósito. Mustapha es un claro ejemplo de un menor luchador que nunca se ha rendido ante ninguna adversidad y que está siendo un excelente referente para los demás menores como ejemplo de vida.

Equipo de profesionales de ISL CASTILLEJO