Programa de Proyectos Integrales para la inserción Laboral (T-Acompañamos)

El programa T-Acompañamos forma a más de cien personas

Se ha cumplido un año del desembarco de Fundación SAMU en el ámbito de empleo en la provincia de Huelva a través del Programa de Proyectos Integrales para la inserción Laboral (T-Acompañamos), cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el Servicio Andaluz de Empleo, organismo dependiente de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Durante este tiempo se han formado a unas cien personas pertenecientes a colectivos vulnerables en diversas competencias técnicas relativas a profesiones de diversos sectores.

En diciembre finalizaron tres acciones formativas de capacitación, como son Manipulación de mariscos (50 horas), Carnicería (75 horas) y Manipulación de frutos rojos y aplicación de productos fitosanitarios (50 horas). En ellas, los participantes aprendieron a manipular y calibrar mariscos, a elaborar y preparar productos cárnicos frescos, a realizar la trazabilidad de productos cárnicos industriales y el mantenimiento y aplicación de productos fitosanitarios, entre otras.

Las personas beneficiarias de estas acciones se encuentran ya en la segunda fase del programa, en la que están recibiendo orientaciones tanto individuales como grupales centradas en la mejora de su empleabilidad, la preparación para la superación de procesos de selección, el conocimiento de los recursos y las empresas de su sector de actividad y la preparación para su inserción en el mercado laboral onubense.

Asimismo, el equipo técnico se encuentra prospectando y contactando con empresas, buscando mejorar las posibilidades de inserción a través de la intermediación y la colaboración con aquellas con necesidades de contratación.

Programa de Inserción Laboral y Social para Personas Sin Hogar

Talleres para la inclusión y el disfrute de personas sin hogar

Los usuarios del Programa de Inserción Laboral y Social para Personas Sin Hogar, gestionado por Fundación SAMU en la provincia de Huelva y subvencionado por la Junta de Andalucía y por Fondos Europeos, pudieron disfrutar en diciembre de un taller de convivencia realizado por Celia Barjola Peña, voluntaria en las actividades de ocio y tiempo libre impartidas por este programa.

El encuentro tuvo lugar en el Parque Moret, el pulmón verde de Huelva. Este es uno de los lugares más significativos de la capital onubense por su situación estratégica y por considerarse un auténtico espacio natural dentro de la urbe.

Este espacio es un recurso fundamental y privilegiado, donde los beneficiarios del programa pueden disfrutar de una propuesta de ocio inclusivo en el entorno.

Bajo el lema Camina con firmeza, tu mochila es tu fuerza, el puente tu desafío y el faro tu guía, las personas asistentes pudieron realizar diferentes actividades grupales diseñadas para la inclusión y el disfrute.

El objetivo de esta jornada consistió en fomentar la resolución de problemas de forma conjunta, haciendo ver que cualquier reto, sea favorable o no, puede entenderse como una oportunidad de mejora que nos permite avanzar en las metas y objetivos que nos propongamos y de afrontar nuevos desafíos.
La cohesión de grupo y el trabajo en equipo fueron elementos fundamentales para motivar a los participantes a alcanzar objetivos personales y colectivos.

La celebración no solo brindó a los participantes la oportunidad de disfrutar de un día lleno de diversión, sino que también les permitió compartir experiencias y estrechar lazos entre ellos.

Esta convivencia ha sido el resultado de un compromiso por parte del voluntariado que, sin duda alguna, mejora la calidad del servicio prestado, provocando un impacto positivo en la motivación laboral y en la satisfacción personal de los usuarios atendidos.

Programa de Inserción Laboral y Social para Personas Sin Hogar de Huelva

Navidades interculturales en Huelva

La Navidad puede representar una de las épocas más difíciles del año para las personas que carecen de un hogar, ya que son fechas señaladas para celebrar de forma especial, bajo el calor de la familia y el cariño de las personas más allegadas.

Los profesionales que conforman el equipo de trabajo del Programa de Inserción Laboral y Social para Personas Sin Hogar de Huelva (gestionado por Fundación SAMU y subvencionado por la Junta de Andalucía y por Fondos Europeos) se encargaron de amenizar estos días tan especiales con un ambiente navideño. Para ello, organizaron una programación de actividades navideñas donde las personas atendidas en el recurso participaron de forma activa en diferentes talleres de cocina con el fin de elaborar un desayuno solidario, que posteriormente pudieron degustar en la sede del programa.

Entre crepes, churros, chocolate y villancicos. los usuarios del recurso disfrutaron del encuentro programado y despidieron el año 2024 sonriendo y compartiendo.

La multiculturalidad enriqueció el espacio y provocó un intercambio de experiencias, donde los usuarios pudieron descubrir las diferentes perspectivas que existen en cada país en torno a la celebración de la Navidad.

El objetivo de este acercamiento consistió en proporcionar compañía y apoyo a los usuarios atendidos, sobre todo en esta época en la que la mayoría de ellos echan de menos a algún familiar. La cohesión de grupo y el trabajo en equipo fueron elementos fundamentales en esta ocasión.

Este tipo de iniciativas tiene un impacto positivo en los usuarios del programa, algo que se ve reflejado en sus caras de ilusión y agradecimiento: “Gracias a vosotros encontré una razón para seguir luchando”, “Vosotros siempre seréis mi familia” o “Llegasteis para salvarme” son algunas de las palabras que los usuarios quisieron compartir en una de las dinámicas grupales para agradecer la ayuda que reciben y que, sin duda alguna, dotan de sentido, éxito y satisfacción la labor profesional, que desarrollan los profesionales con este colectivo.

proyecto Ciudadanía global. Conociendo nuestra vecindad – Polígono Norte de Fundación SAMU

Promover la inclusión social en el Polígono Norte de Sevilla

El centro cívico sevillano Los Carteros acogió recientemente unas jornadas de convivencia organizadas dentro del proyecto Ciudadanía global. Conociendo nuestra vecindad – Polígono Norte, ejecutado con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla. Este evento, que marcó el cierre del proyecto, reunió a los ciudadanos que participaron en este centro en actividades de formación, así como a estudiantes del barrio del Polígono Norte que se involucraron  en otras actividades del proyecto, con el objetivo de fomentar la inclusión, la sensibilización y la convivencia intercultural.
Durante las jornadas se llevaron a cabo diversas actividades lúdicas y talleres de animación sociocultural, diseñados para promover el respeto, la integración social y la participación activa de todos los asistentes. Estas actividades sirvieron como plataforma para reflexionar sobre las realidades de los países desfavorecidos, las condiciones de vida de las personas migrantes y su inclusión en los diferentes barrios de la ciudad.
El evento contó con la participación de asociaciones vecinales, centros escolares y empresas locales, que se unieron para apoyar esta iniciativa. Se abordaron temas como la igualdad de género, el respeto por la diversidad y la importancia de la corresponsabilidad en la inclusión sociolaboral. Los asistentes pudieron expresar sus opiniones y compartir sus experiencias, enriqueciendo el debate y fortaleciendo los lazos comunitarios.
Este proyecto, cuyas actividades durante todo 2024 contaron con la participación del Instituto Inmaculada Vieira, la Mesa Educativa del Polígono Norte y la asociación Manos Abiertas, ha permitido sensibilizar a la población del barrio así como a las empresas privadas sobre la importancia de brindar una acogida adecuada a las personas migrantes, que favorezca su inclusión social y laboral, facilitando así su integración en el territorio y en la cultura local.
Para garantizar la sostenibilidad de estas iniciativas, Fundación SAMU continuará promoviendo actividades de sensibilización y formación, involucrando a más actores de la comunidad y asegurando la continuidad de los esfuerzos por una ciudadanía global más justa y equitativa.
Fundación SAMU

Islas Baleares: un modelo de esperanza y humanidad en la atención de menores

En las costas de Islas Baleares, cada niño, niña, adolescente migrante no acompañado (en adelante NNAMNA) que llega tras cruzar la peligrosa ruta argelina, trae consigo una historia de vida cargada de lucha, esperanza y valentía. Desde que se inició el servicio de atención a menores migrantes no acompañados el 28 de noviembre de 2021, la respuesta en Islas Baleares ha sido mucho más que un despliegue operativo, ha sido un acto de humanidad en su forma más pura. Desde el primer centro con capacidad para ocho menores hasta los 13 centros operativos actuales, Fundación SAMU ha experimentado una transformación basada en la excelencia y la empatía, demostrando que el crecimiento puede ser compatible con una atención personalizada y de calidad.

Debido a la alta demanda, en 2024, Fundación SAMU abrió en el archipiélago balear nueve nuevos recursos, cinco de ellos en el último trimestre, lo que ha permitido atender a 534 menores en el último año en 13 centros.

Detrás del crecimiento y la consolidación de la red de atención está el liderazgo inspirador de Suhaila El Haddad, directora de Islas Baleares de Fundación SAMU. Bajo su visión, los centros de acogida se han convertido en espacios donde los NNAMNA no solo encuentran refugio, sino también una oportunidad para reconstruir sus vidas. Estos menores llegan con cicatrices visibles e invisibles, resultado de un viaje lleno de riesgos. Por esta razón, los centros de acogida no son simplemente lugares donde se cubren necesidades básicas, son entornos seguros donde encuentran consuelo, apoyo emocional y una nueva esperanza.

Suhaila El Haddad ha liderado con empatía y determinación los centros de estas islas, entendiendo que cada menor es una historia de superación que merece un futuro digno. Su sensibilidad para diseñar programas que abordan las heridas emocionales, al tiempo que les ofrecen herramientas para crecer, ha hecho que esta red sea un modelo de atención integral.

Cada menor migrante que pasa por los centros gestionados por Fundación SAMU encuentra una mano que lo guía hacia la independencia y la autosuficiencia. Desde el aprendizaje de un idioma hasta la formación en habilidades laborales, cada paso dado dentro de esta red de atención está diseñado para empoderar a los NNAMNA y recordarles que su futuro aún está por escribirse.

El Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) ha demostrado que la solidaridad puede ser la piedra angular de una sociedad inclusiva. Su compromiso no solo garantiza que los NNAMNA reciban atención, sino que fomenta la comprensión y la empatía entre la comunidad local.

Por su parte, Fundación SAMU, con su capacidad para reunir a equipos humanos excepcionales, como el equipo de Islas Baleares, ha transformado cada desafío en una oportunidad para ofrecer una atención que va más allá de lo material. Es la combinación de esta solidaridad institucional y la dedicación diaria de este equipo de profesionales lo que ha permitido que cientos de NNAMNA encuentren en Islas Baleares un punto de partida para una nueva vida. La red de atención en este archipiélago no solo atiende a menores, transforma vidas.

En un mundo donde las fronteras dividen y la desesperación empuja, las Islas Baleares demuestran que la solidaridad, la humanidad y la esperanza pueden ser más fuertes que cualquier desafío. Porque cada niño merece algo más que sobrevivir, merece vivir con dignidad y soñar sin límites. En Islas Baleares esos sueños encuentran un lugar donde empezar.

Autora: SIHAM KHALIFA 

Directora nacional adjunta del área de Infancia y Familia de SAMU

ROCÍO GARCÍA / Educadora social

La revolución de hacer comprensible un documento

A lo largo de 2024 he trabajado en un proyecto importante y transformador para los usuarios de SAMU: Accesibilidad para Todos. El objetivo principal ha sido en todo momento facilitar a las personas usuarias de los diferentes centros la comprensión de documentos importantes que son entregados en el momento de ingreso y durante su estancia, entre ellos, las normas a seguir y las rutinas. Los centros involucrados en el proyecto han sido la Residencia San Sebastián, la Residencia de Santa Ana y la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, los tres situados en la provincia de Sevilla.

En este proceso, he priorizado el uso de imágenes explicativas y pictogramas, por la respuesta positiva que hemos percibido hacia este tipo de recursos. También he trabajado con alguna información de uso o normas de lugares frecuentados por las personas usuarias como son centros deportivos o algunas cafeterías de la zona.

He buscado conectar con las emociones de los usuarios a través de un trabajo centrado en su bienestar y haciéndoles partícipes del mismo a través de valoraciones en las que me iban comunicando sus necesidades y expectativas. He sido consciente de que conseguir los objetivos no pasaba solo por cambiar una palabra técnica por otra coloquial, sino que este proyecto requiere un alto grado de sensibilización hacia ellos y hacia el personal que trabaja en estos centros.

El proyecto ha consistido, en primer lugar, en hacer una valoración y un diagnóstico inicial. En cada centro se han realizado visitas para hacer un diagnóstico previo, o para realizar una evaluación continua, con el objetivo de introducir cambios y mejoras durante el proceso. Así, he adaptado cada acción a la necesidad de las personas usuarias de cada centro y a la valoración de los profesionales que cuidan de ellas.

Las principales acciones que llevé a cabo fueron la transformación de los documentos más importantes, sobre todo los correspondientes al ingreso de cada usuario. Entre ellos, el contrato de ingreso o el Reglamento de Régimen Interno, los documentos de aceptación de protección de datos, la autorización de desplazamientos, los consentimientos informados y la autorización de empadronamientos, entre otros.

Tras una primera revisión de documentos, concreté una visita a los centros junto con la coordinadora del proyecto, Elena Duque, para hacer una primera valoración con un grupo de personas usuarias y de profesionales. En esta visita, anotamos las percepciones de los procesos tanto de las personas usuarias como de los trabajadores. Después, trabajamos para transformar documentos complejos en documentos de lectura fácil, y testeamos estos cambios.

Con respecto a las redes sociales, les recomendamos el uso de los principios de lectura fácil en cada publicación, promoviendo de esta forma una plena inclusión desde todas las perspectivas posibles.
Hemos proporcionado al personal de cada centro material con una formación voluntaria en lectura fácil a fin de capacitar a los equipo en estrategias de comunicación accesible, de uso de pictogramas y de fomento de una actitud proactiva para facilitar la inclusión.

Los beneficios que ha generado este proyecto en las personas usuarias han sido numerosos. Me atrevo a decir que ha rebajado su nivel de frustración al sentirse parte de cada uno de los procesos. Hemos conseguido aumentar su confianza y seguridad.

Con el acceso para todos se ha hecho posible una lectura fácil a través de un lenguaje claro y sencillo, usando símbolos y manteniendo una estructura clara. Hemos fomentado la autonomía de las personas. Se han reducido las barreras de comunicación y se ha facilitado la inclusión social. Dando acceso a las personas a la información sobre sus derechos, hemos fomentado su participación activa en la vida pública. Les hemos ofrecido autonomía y poder.

Las personas usuarias que han participado en las evaluaciones han mostrado una gran motivación y alto nivel de participación. Ellos consideran que este trabajo es necesario. Pero no todo ha sido fácil. He encontrado algunas limitaciones en lo que respecta a la accesibilidad en los lugares públicos. En ocasiones ha sido un desafío.

Este proceso me ha llevado a la conclusión de que es fundamental seguir trabajando y sensibilizar a nuestra sociedad de que es esencial garantizar el acceso para todos, sin importar su condición física, mental o cognitiva, para participar plenamente en la vida pública, acceder a todos los servicios, y conocer y ejercer los derechos. En un mundo cada vez más interconectado, la accesibilidad tendría que ser una obligación moral en la sociedad. Este proyecto ha avanzado con humildad hacia ese objetivo.

Una accesibilidad global no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que lo hace a toda la sociedad. Promovemos una sociedad inclusiva, productiva y creativa, donde todas las personas tienen acceso a la cultura, deporte, ocio y recreación en igualdad de condiciones, favoreciendo el entendimiento y la solidaridad en un mundo cada vez más diverso. La diversidad en accesibilidad es la mayor riqueza para valorar las múltiples formas en las que las personas experimentan el mundo. Sigamos caminando hacia una transformación en la que ganemos todos.

Por ROCÍO GARCÍA / Educadora social

El Gobierno de las Islas Baleares financia un proyecto de SAMU en Bolivia.

Equipamiento para la primera línea frente a desastres en Bolivia

La ciudad boliviana de La Paz se ha enfrentado en 2024 a grandes retos debido a las intensas precipitaciones causadas por el fenómeno climático de El Niño. Las constantes lluvias, sumadas a la escarpada orografía del valle en el que se asienta la ciudad, provocaron el desbordamiento de ríos y deslizamientos de tierra poniendo en peligro a miles de ciudadanos. Estos eventos geodinámicos evidenciaron la urgente necesidad de modernizar el equipamiento del Grupo de Atención de Emergencias Municipales.

En respuesta a esta situación, la colaboración entre Cáritas Bolivia y Fundación SAMU ha sido crucial. Con el apoyo del Gobierno de las Islas Baleares ha sido posible financiar un proyecto destinado a renovar con nuevos equipos a los bomberos de la ciudad de La Paz. Esta iniciativa busca mejorar la capacidad operativa del personal mediante la entrega de equipamiento especializado, que sustituye al material obsoleto, y la capacitación para su uso, cuidado y manejo. Esta modernización será un elemento clave para mitigar el impacto de futuros desastres naturales.

En diciembre se realizó la entrega de una importante cantidad de equipos modernos esenciales como arneses y cascos de seguridad de la marca Petzl. En el acto de entrega participaron Elizabeth Zabala, directora ejecutiva de Cáritas Bolivia; el secretario municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades, Juan Pablo Palma; los directores de Gestión de Vulnerabilidades y de Emergencias del gobierno municipal, Andrés Anahua y Vladimir Vargas; Lizeth Aquilar, coordinadora técnica de Emergencias de La Paz; entre otras autoridades.

La emoción entre los trabajadores era palpable. Muchos de ellos destacaron que esta renovación no solo facilitará su trabajo, sino que literalmente salvará sus vidas. Por su parte, el arquitecto Vladimir Vargas, director de Emergencias, resaltó “el agradecimiento de las y los rescatistas por la importancia que tiene el equipamiento recibido para la seguridad de su personal, cumplir estándares internacionales y aumentar la eficiencia del trabajo que realizan”.

También se han desarrollado las capacitaciones necesarias para el uso de los nuevos equipos, en colaboración con el proveedor The Wall, representante de la marca Singing Rock, especializada en cuerdas y poleas. Estos talleres aseguran que los recursos humanos no sólo dispongan de herramientas modernas, sino que también estén preparados para utilizarlas de manera eficiente y segura en las condiciones extremas que frecuentemente enfrentan.

Fundación SAMU y el Ayuntamiento de Cariñena colaboran en un proyecto en Bolivia.

Unión de fuerzas para transformar vidas en Bolivia

Fundación SAMU, en colaboración con la Fundación Alirio Henao, ha lanzado un proyecto crucial para mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes con discapacidad en el Hogar San José, ubicado en Warnes, Bolivia. Este proyecto, titulado La alimentación como base para el desarrollo integral de los niños, niñas y jóvenes con discapacidad del Hogar San José, se centra en proporcionar una nutrición adecuada y servicios esenciales para garantizar el bienestar y desarrollo integral de los beneficiarios. Gracias a la generosa financiación del Ayuntamiento de Cariñena (Zaragoza), se han podido cubrir necesidades tan básicas como los alimentos y un servicio especializado de nutrición.

El Hogar San José atiende a un total de 53 menores con discapacidades físicas, cognitivas y sensoriales, a los que se les brinda atención integral que incluye salud, educación y desarrollo personal.

La iniciativa no solo asegura una alimentación equilibrada, sino que también mejora las capacidades de autonomía y desarrollo de los niños y jóvenes, permitiéndoles alcanzar una mejor calidad de vida.

En esta oportunidad, la financiación del Ayuntamiento de Cariñena (Zaragoza) ha permitido adquirir los alimentos necesarios para cubrir la compra de frutas, verduras, lácteos y granos durante seis meses.

Fundación SAMU colabora desde 2020 con la Fundación Alirio Henao para mantener y mejorar las instalaciones y los servicios del Hogar con el objetivo de ofrecer un entorno seguro y enriquecedor para sus residentes. Con el apoyo del Ayuntamiento de La Rinconada (Sevilla), fue posible impulsar el proyecto Apoyando el derecho a vida digna y desarrollo integral de niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José en Bolivia. Este proyecto, dedicado a mejorar el servicio de terapia respiratoria del Hogar San José, benefició directamente a 53 niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad, y ha propiciado un impacto positivo y duradero en sus vidas y en la de sus familias.

Estas iniciativas son un ejemplo destacado de cooperación internacional y ha demostrado cómo el apoyo de entidades locales y la solidaridad de sus habitantes puede tener un impacto significativo en comunidades vulnerables a nivel global.

Proyecto de Fundación SAMU en Tetuán

Tejer redes de cuidado para las personas que cuidan

Fundación SAMU y la Asociación Hanan, en colaboración con otras siete organizaciones de la sociedad civil marroquí dedicadas a garantizar servicios y derechos para las personas con discapacidad, han concluido con éxito un proyecto destinado a mejorar la calidad de vida de las cuidadoras de personas con discapacidad intelectual y/o motora (PcDIM) en los barrios de Jbel Dersa, Jamaa Mezouak y Sidi Talha de la ciudad de Tetuán. Esta iniciativa, financiada por el Ayuntamiento de Sevilla, ha generado un impacto transformador en comunidades gravemente afectadas por la pandemia del Covid-19, especialmente en aquellas personas para quienes las tareas de cuidado se volvieron aún más desafiantes tras la crisis sanitaria.

Antes del inicio de este proyecto, las PcDIM y sus familias hacían frente a grandes desafíos: la falta de atención adecuada, recursos limitados y una carga desproporcionada sobre las cuidadoras, usualmente madres, quienes soportaban soledad, estrés y agotamiento emocional. Esta realidad, agravada por la escasez de profesionales capacitados, limitaba la autonomía y la integración de estas personas en su comunidad.

Por ello, los principales elementos del proyecto se han centrado en la creación de un gabinete de asesoramiento para el cuidado y la autonomía de personas con discapacidad intelectual y/o motora (PcDIM), la formación de alta calidad de más de 60 profesionales de ONGDs y servicios públicos y el diseño e implementación de planes de atención personalizados para 100 familias cuidadoras. Además, los profesionales formados desarrollaron 10 jornadas de enseñanza-aprendizaje para las cuidadoras, quienes participaron en otras cuatro sesiones con enfoque de género en los cuidados y en cuatro actividades de ocio. Todo esto se realizaba con el propósito de empoderarlas, dotarlas de herramientas para reducir la sobrecarga de los cuidados y fomentar la integración social de las PcDIM.

El éxito de este proyecto ha estado marcado por la realización de un diagnóstico al inicio. Esto permitió identificar las necesidades de formación de las y los profesionales de los servicios para PcDIM y las buenas prácticas en los cuidados, para, a partir de ahí, diseñar el programa de formación y las sesiones de orientación a las cuidadoras y familias.

Resultados que inspiran

A lo largo del proyecto, se alcanzaron importantes hitos que han sentado bases sólidas para el cambio. Así, 100 familias cuentan con planes personalizados de atención familiar, fortaleciendo su capacidad para enfrentar desafíos diarios desde un enfoque de género y derechos humanos. Más de 60 profesionales de ONGDs y servicios públicos participaron en 80 horas de formación semipresencial, adquiriendo herramientas prácticas para asesorar a las PcDIM y sus familias. Actualmente cuentan con 6 guías didácticas para mejorar su trabajo cotidiano. Además, 60 cuidadoras cuentan con herramientas para gestionar la sobrecarga de los cuidados e impactar en su propia salud mental y en la corresponsabilidad en el hogar, generando un espacio de empoderamiento y reconocimiento hacia ellas. Se les ha proveído de una guía con técnicas y herramientas prácticas para facilitar su labor.

Las actividades inclusivas de ocio y tiempo libre brindaron a 60 cuidadoras momentos de recreación y aprendizaje en entornos comunitarios, promoviendo su integración social. Y se creo un gabinete de asesoramiento para garantizar la sostenibilidad de estas acciones, fortaleciendo la red de apoyo en la región.

También se ha llevado a cabo un diagnóstico de situación que, además de facilitar información sobre las necesidades formativas del personal de servicios de atención a PCDIM, brinda elementos para adoptar medidas y diseñar políticas públicas más adecuadas, convirtiéndose en un instrumento de incidencia pública a nivel local.

Este proyecto ha evidenciado que mejorar los servicios profesionales dirigidos a las PcDIM es fundamental para aliviar la carga de sus cuidadoras. Profesionales capacitados en enfoques de género y derechos humanos pueden proporcionar atención más integral y efectiva, permitiendo a las cuidadoras enfocarse en su bienestar y desarrollo personal. La corresponsabilidad entre los servicios sociales y las familias es clave para crear un entorno donde las PcDIM puedan alcanzar su máximo potencial, mientras sus cuidadoras experimentan una disminución significativa del estrés y el agotamiento.

Un impacto humano profundo

Durante el evento de cierre del proyecto, desarrollado en diciembre en Tetuán, y que contó con la participación de Nadia Chadi, vicepresidenta del Ayuntamiento de Tetuán y coordinadora de Asuntos Sociales del mismo organismo; María José Tinoco, directora de Acción Social de Fundación SAMU; Abdeslam Bakouri y Fouab Benajiba, presidente y secretario general de la Asociación Hanane, respectivamente; organizaciones de la sociedad civil; miembros del Gabinete de Asesoramiento; profesionales de los servicios de atención a PCDIM, cuidadoras y personas con discapacidad, se tuvo constancia de que, para las familias beneficiarias, este proyecto no solo ha representado un acceso a recursos, sino también el inicio de un cambio cultural en torno a los cuidados de las personas con discapacidad.

Afia Samira, madre y cuidadora de dos niñas con discapacidad, una con Síndrome de Down y la segunda con trastorno del espectro autista, compartió con los asistentes al acto cómo el proyecto transformó su vida: “Conocí a Hanane a través de una profesora de este centro. Desde que hice los talleres con Hanane, me siento más incluida, más valorada y preparada para apoyar a mis hijas. Las salidas de ocio y los talleres con Sonia me han ayudado muchísimo. Gracias a eso, ya no me da vergüenza salir a la calle con mis hijas e ir a diferentes lugares. Antes lo reprimía muchísimo, pero ahora me siento mucho más segura y capaz».

Por su parte, Muna Harrachi, una joven profesional de los servicios de la Asociación Hanane resaltaba que “este proyecto ha servido muchísimo para las familias»: «Nos hemos dado cuenta de que las cuidadoras quizás necesitan más apoyo, porque es a través de ellas que llegamos a los niños. Tanto los talleres con enfoque de género como las formaciones para cuidadoras han sido fundamentales. Además, las salidas de ocio son un tiempo necesario para que las mamás puedan tener un espacio para ellas mismas, recargar energías y disfrutar. Eso les permite transmitir más energía positiva a sus hijos”.

La difusión posterior de los resultados y materiales del proyecto contribuirá a que las lecciones aprendidas sirvan como modelo para iniciativas similares en Marruecos. Este proyecto, enmarcado en la Agenda 2030, refuerza el compromiso con la justicia social y la promoción de los derechos humanos. Tal como aseguró María José Tinoco, directora de Acción Social de Fundación SAMU, en el acto de cierre: “Fundación SAMU está dedicada a apoyar el logro de las metas de la Agenda 2030 en todos los países donde tenemos presencia. Creemos firmemente en el anhelo de una vida buena para toda la humanidad, y trabajamos incansablemente para contribuir a este objetivo global. La Agenda 2030 nos proporciona un marco claro y ambicioso para abordar los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo».

La Fundación SAMU muestra su agradecimiento a todos los actores que hicieron posible esta transformación, principalmente al Ayuntamiento de Sevilla, la Asociación Hanan y a las organizaciones locales. Todos juntos han demostrado que la cooperación internacional puede ser un motor de cambio real y duradero, iluminando el camino hacia comunidades más inclusivas y solidarias.

Rocío Álvarez. Directora de la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas (Sevilla)

Rocío Álvarez: «Es crucial fortalecer los lazos entre los centros de día y la comunidad»

La Unidad de Estancia Diurna San Lucas abrió sus puertas en 2008. La trabajadora social Rocío Álvarez (Sevilla, 1979) fue su primera directora. Catorce años después y tras una etapa al frente del área de Sostenibilidad, vuelve a dirigir este centro especializado en la atención de personas con discapacidad intelectual.

—¿Cuándo comenzó a trabajar en SAMU?
—Comencé a trabajar en SAMU en 2007 como educadora en el primer centro de acogida inmediata que abrió en Motril dirigido a menores que llegaban a la costa en pateras. Fue una experiencia muy dura e intensa. Yo venía del otro lado, hacía voluntariado en una ONG de Educación y Cooperación para el Desarrollo en Marruecos.

—Justo un año después, SAMU abrió la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas, centro que hoy dirige. ¿Cuál es su historia con este recurso?
—San Lucas es mi campo base. Fui su primera directora, cargo que ocupé durante tres años. Luego me fui de España y estuve trabajando en Chile en el área de salud mental y personas sin hogar como trabajadora social. Cuando regresé a SAMU volví a San Lucas como trabajadora social, labor que, más tarde, compaginé con la dirección del área de Sostenibilidad de SAMU junto con la inestimable ayuda de mi querida compañera Beatriz Estrada Vida. Y en mayo asumí de nuevo la dirección del centro.

—Lleva muchos años vinculada a la organización. ¿Cómo describiría su evolución?
—He participado en gabinetes de crisis de varias misiones de ayuda humanitaria, lo que me ha permitido conocer más y mejor la entidad, a la que considero mi casa. He llevado la coordinación del dispositivo de emergencias para la acogida de personas sin hogar en el polideportivo sevillano de Rochelamber durante la pandemia y la dirección del dispositivo de emergencias para la acogida de personas temporeras, la mayoría extranjeras, en Lleida. Durante este tiempo, he visto a SAMU crecer con pasos de gigante y ampliar los proyectos de acción social, multiplicándose las personas beneficiarias del buen hacer de los profesionales con los que cuenta SAMU. Recuerdo que antes conocías a todos los compañeros. SAMU era una pequeña familia. Y ahora hay muchas caras nuevas y otras no tan nuevas pero que ya no conoces, pero siempre con la misma profesionalidad y cercanía que caracteriza a esta casa. Es la misma familia pero mas grande.

—¿Cómo vive esta segunda etapa como directora de la UED San Lucas?
—Es una gran responsabilidad y conlleva un grado de implicación muy alto. La vivo con entusiasmo y alegría, y también con mucha exigencia. San Lucas es un recurso especializado en la atención de personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, además de personas con daño cerebral sobrevenido. Aquí es fundamental que esté todo coordinado, sin grietas. De ahí la importancia del trabajo en equipo, todos remando hacia una misma dirección. Por otro lado, me hace especialmente ilusión en esta segunda etapa como directora volver a contar con parte del equipo con el que abrí el centro en 2008. Yo les llamo la resistencia.

—¿Cuáles son sus retos como directora de San Lucas?
—Actualmente, uno de mis objetivos principales es poder cubrir todas las plazas que tenemos a través de una fuerte campaña de difusión del recurso. Sabemos que hay muchas familias que necesitan un recurso como el nuestro. Otro de mis objetivos siempre será cuidar a mi equipo, que cuente con los medios y tiempos necesarios para llevar a cabo la inmensa labor que realiza.

—¿Por qué decidió centrar su carrera profesional en el campo de la dependencia?
—Creo que por la misma razón por la que estudié Trabajo Social. Considero que es una manera de generar un impacto positivo en las vidas de las personas que más lo necesitan. Sé lo complicado que es convivir con personas que presentan una discapacidad intelectual y trastornos de conducta en un domicilio. Por regla general, los progenitores o los cuidadores principales se hacen mayores y, a la vez, la persona dependiente adquiere cada vez más fuerza. En la mayoría de las ocasiones, los cuidadores no pueden, no saben o no cuentan con las herramientas necesarias para abordar una situación difícil en casa. La mayoría de las familias se sienten abrumadas y también desesperadas. Nuestro centro de día tiene un equipo de profesionales que trabaja con la persona usuaria y también con las familias. Trabajar en este ámbito es una oportunidad para promover la inclusión, la autonomía, la igualdad de oportunidades y el respeto por la dignidad de cada persona. Y esto es lo que me motiva. A través de mi trabajo puedo contribuir a que esto pueda ser una realidad, que deje de ser un eslogan, que estas personas tengan una mayor calidad de vida y que puedan alcanzar su máximo potencial.

—¿Cuántas personas han pasado por San Lucas desde su apertura en 2008?
—En total hemos atendido a 144 personas. Actualmente, contamos con 43 plazas, de las cuales 33 están ocupadas.

—¿Cómo promueve el centro la autonomía y la inclusión social de los usuarios?
—Participamos en los talleres del distrito como cualquier otro vecino. Realizamos excursiones y salidas a muchos lugares de interés para ellos y propuestos por ellos. En estas actividades, los profesionales procuramos no llevar el uniforme porque, de alguna manera, con él estamos señalando a las personas que necesitan apoyo. Ya nos ha pasado que en una cafetería el camarero ha invisibilizado a las personas usuarias preguntando directamente al monitor qué querían tomar ellos. Igualmente, participamos en los eventos organizados por otras entidades dedicadas a la atención de la discapacidad. Y asistimos a los grandes eventos de la ciudad, como la Feria, la Navidad o la Semana Santa como cualquier otro ciudadano. Uno de nuestros principios es no hacer aquello que ellos pueden realizar por sí mismos. De hecho, muchos de nuestros usuarios utilizan de manera independiente el transporte público. Esto supone el manejo de dinero, orientación, conocer los medios de transporte, su recorrido. Trabajamos para que otros usuarios puedan hacerlo también.

—¿Cuáles son los principales desafíos a la hora de ofrecer una atención de calidad?
—Uno de los principales desafíos es adaptar las intervenciones con los usuarios. Cada uno tiene un perfil único y esto implica adaptar constantemente los apoyos, los espacios y talleres de una manera personalizada. La formación continua del personal es otro de los desafíos al que nos enfrentamos, ya que aunque el equipo de trabajo está muy cualificado y cuenta con una larga trayectoria en la unidad, una atención de calidad requiere constantemente una actualización de los enfoques terapéuticos y de la metodología. De igual forma, los trastornos de conducta exigen manejar situaciones complejas, de estrés y, en la mayoría de las ocasiones, estas situaciones son imprevisibles. Esto requiere unos protocolos bien establecidos y la capacidad de adaptarnos rápidamente en cada caso sin comprometer la seguridad ni la dignidad de las personas usuarias. Por último, la sensibilización social sigue siendo un aspecto critico de nuestro trabajo, así como facilitar la participación activa de las personas en su entorno comunitario.

—¿Cómo cree que la sociedad podría mejorar la integración y el apoyo a las personas con discapacidad?
—Es crucial fortalecer los lazos entre los centros de día y la comunidad. Esto genera más oportunidades para que las personas con discapacidad participen en actividades educativas, culturales y recreativas en igualdad de condiciones. Es fundamental promover la sensibilización y la educación para derribar los estigmas y prejuicios que aún existen. Esto implica campañas de concienciación que muestren las capacidades y el valor de estas personas. Además, los centros de día deben apoyar a las familias que cuentan con un miembro con una discapacidad, las cuales no se encuentran preparadas psicológica ni económicamente. Tenemos la responsabilidad de proveer un paraguas protector que les permita a muchos sobrevivir en la comunidad. Se necesitan políticas publicas sociales sólidas que garanticen recursos adecuados a centros de días y otros servicios de apoyo. Y, por último, recae en cada uno de nosotros poder contribuir adoptando una actitud mas empática, abierta y libre de prejuicios. La inclusión no es solo responsabilidad de las instituciones, es un esfuerzo colectivo que beneficia a toda la sociedad.