Servicio de Cardiopatía SAMU Cataluña

Una atención especial para los alumnos con cardiopatías en Cataluña

Fundación SAMU ha puesto en marcha recientemente un nuevo servicio gratuito de Atención al Alumnado con Cardiopatías en los centros educativos de enseñanza obligatoria de Cataluña a través de su área de Servicios Educativos. La propuesta, que se presta para la Dirección General de Currículum y Personalización del departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña, nace para dar cobertura a los cerca de 400 alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria identificados por el departamento de Educación Inclusiva de la Generalitat con esta patología, más los nuevos casos que se detecten. Aunque el servicio apenas lleva funcionando dos semanas, el equipo de Fundación SAMU ya ha comenzado la intervención de más de 40 alumnos.

El objetivo del equipo, compuesto por dos profesionales psicopedagogos tutelados por el área Hospitalaria y la dirección de Servicios Educativos de Fundación SAMU (según las necesidades, podría duplicarse la plantilla) tiene como finalidad dar apoyo no sólo a los alumnos con cardiopatía congénita sino a todo su entorno, asesorando también al profesorado y al resto de profesionales que atienden a estos estudiantes, así como a su familia.

Según Concepción Pérez Carrera, directora del área de Servicios Educativos de Fundación SAMU, el tipo de intervención es muy diversa y se acometen labores globales formativas, de recomendaciones, de dotación de recursos y orientación de manera muy individualizada. “Tras una valoración inicial de toda la información y documentación clínica y la apertura de la ficha y registro del alumno, se procede a realizar diferentes acciones. Se ejecuta el plan de apoyo al menor según su edad y etapa madurativa en la realización de actividades de la vida diaria, relativas a higiene, alimentación, control de esfínter o vestido; se activan las intervenciones de información, asesoramiento y orientación de los profesionales de la educación y el seguimiento de las Necesidades Específicas de Apoyo Educativo del estudiante; se coordinan con los profesionales externos las actividades habituales de ocio y tiempo libre de los menores para adaptarlas a las actividades escolares y de recreo; se ofrecen las pautas de actuación, con reuniones y sesiones de trabajo a los profesionales directamente implicados con el alumno”, indica.

Además de ese trabajo directo con el estudiante, los profesionales de SAMU realizan charlas y sesiones para informar al resto de la comunidad educativa en relación a la enfermedad y sus repercusiones, se apoya la elaboración de informes psicopedagógicos que realiza el Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico (EPA) y se dota de los recursos humanos necesarios para la demanda asistencial.

Zampou, del PAI SAMU Motril

Cómo Zampou se convirtió en un trabajador esencial

Ha sido un año difícil para todos, qué duda cabe. A la preocupación por la salud general, entender nuestro nuevo modelo de relación social y desarrollar estrategias para rediseñar nuestras vidas, se sumaba la preocupación por la destrucción del empleo. No es una frivolidad, estábamos y estamos muy preocupados por la destrucción del empleo. La columna vertebral de nuestro Programa de Alta Intensidad (PAI) para jóvenes extutelados es la inserción laboral. Sólo así nuestros jóvenes podrán emprender de manera autónoma y en condiciones de seguridad su camino hacia la vida adulta.

El protagonista de esta historia, Zampou (natural de Burkina Faso) inició su actividad laboral en la Panadería Molino del municipio de Motril en enero de 2020. Tras un periodo de prueba nos comunicaron que sería contratado a jornada completa durante un año, condiciones necesarias para tramitar su permiso de trabajo. Su felicidad era inmensa: lo había conseguido tras mucho esfuerzo.

A las pocas semanas se decretó el estado de alarma por la pandemia del Covid-19 y afloraron en nuestros jóvenes los impactos psicológicos del confinamiento y el estado de incertidumbre continuado: desde la preocupación por el estado de salud de familiares en sus países de origen al deterioro del contacto social directo con amigos y compañeros de trabajo, la pérdida de empleo o de la fuente de ingresos y la incertidumbre sobre el futuro y, por lo tanto, sobre la capacidad para afrontar el proyecto personal de vida iniciado.

En el caso de Zampou, al tratarse de un sector esencial, se sumaba el estrés propio de personas que siguieron trabajando y asumiendo importantes riesgos y responsabilidades (sanitarios, empleados de supermercados, limpiadoras, transportistas, conductores,…). A pesar de ello, se sentía (y se siente) afortunado.

El efecto de la crisis en los jóvenes

La población joven ha experimentado las consecuencias más virulentas de la crisis económica que ha desencadenado la pandemia del Covid-19: “Tras los meses de confinamiento, solo el 33,5% tenía un empleo y la tasa de actividad ha bajado del 50% por primera vez en la última década”. Así lo refleja el informe Juventud en riesgo: análisis de las consecuencias socioeconómicas del COVID-19 sobre la población joven en España, elaborado por el Instituto de la Juventud (Injuve) y el Consejo de la Juventud de España.

Por nacionalidad, la tasa de paro de la población española es del 14,46%, mientras que la de la población extranjera en nuestro país alcanza el 26,58%. También por nacionalidad, el número de activos aumenta el último trimestre de 2020 en 123.500 entre los españoles y en 40.700 entre los extranjeros (Encuesta de Población Activa – cuarto trimestre de 2020).

Estos datos son poco alentadores para los profesionales que trabajamos dedicados a la orientación e inserción laboral de un colectivo. En todos los casos, dice el estudio, las cifras reflejan “una pauta dual característica cíclica” del sistema productivo español: “las personas jóvenes, cuyos empleos son mayoritariamente temporales y precarios, son despedidas (o no renovadas) a bajo coste en épocas de crisis”. Y justo ahora atravesamos uno de estos periodos.

Sin embargo, este no ha sido el caso de Zampou. Tras un año de aprendizaje, hoy es un gran panadero, una pieza importante en el obrador de pan en el que desempeña su trabajo. El fin de su contrato, no obstante, trajo consigo los inevitables miedos e inseguridades.
En nuestra situación geográfica, el turismo, la hostelería, el comercio y el resto de servicios han acusado gravemente la crisis provocada por la pandemia, por lo que los miedos de Zampou al acercarse la fecha del fin de su primer contrato no eran del todo irracionales. Somos conscientes de su incertidumbre y nervios el día que fue llamado al despacho del gerente.

Ese día cambió todo, pues le comunicaron a Zampou que, a partir de ese día, formaría parte de la plantilla de la panadería de manera indefinida. Tardó unos segundos en digerir la noticia e inmediatamente hizo una llamada al equipo del PAI SAMU Motril para comunicarnos lo que había ocurrido: “Acabo de firmar mi contrato indefinido”, decía una voz emocionada y entrecortada.

Hoy más que nunca, desde el Programa de Alta Intensidad gestionado por Fundación SAMU seguiremos ejerciendo de puente entre jóvenes en riesgo de exclusión social y el tejido empresarial de los territorios en los que trabajamos, mejorando la empleabilidad de todos estos chicos, dotándoles de las herramientas técnicas y de competencias para lograr una eficaz inserción laboral y su inclusión social activa. Sólo así, minimizaremos el riesgo de que los jóvenes vean amenazado su proyecto de emancipación.

Autor: SIHAM KHALIFA EL ABDI.
Responsable PAI SAMU Motril

ISL Castillo de las Guardas SAMU

El tiempo libre de los menores en tiempos de pandemia

En marzo se ha cumplido un año de la declaración del primer estado de alarma debido a la pandemia del Covid-19. El virus ha marcado nuestra vida personal y laboral. Y no ha sido menos para el conjunto de menores del centro ISL Castillo de las Guardas en Sevilla, que, como el resto de centros de la entidad, han visto alterada su rutina y forma de vida. Uno de los aspectos que más afectaba al estado anímico de los menores y que, por tanto, requiere de un impulso extra por parte de nuestro equipo educativo, era proporcionar nuevas alternativas al tiempo de ocio.

El Castillo de las Guardas ha sufrido especialmente el azote de la pandemia, ya que se trata de un pequeño pueblo de apenas 1.500 habitantes. Esto hizo que el coronavirus no tardase en llegar a nuestro centro, aunque conseguimos superar la situación. El pueblo continúa hoy sufriendo las consecuencias del virus, con confinamientos y cierres perimetrales recurrentes.

Pero nada de esto nos iba a frenar. Poco a poco nos hemos ido adaptando a la nueva situación, cambiando el enfoque de nuestras actividades de ocio. Y, como no podemos salir a la calle a disfrutar de las fiestas más tradicionales de nuestra cultura, las hemos traído a lo largo de este año al centro para reducir al máximo las posibilidades de contagio. Así, nos hemos deleitado con las risas provocadas por las fiestas de disfraces de carnaval o Halloween dentro del centro; hemos disfrutado de la noche del pescadito convirtiendo el centro en una caseta improvisada; hemos sustituido las refrescantes visitas a las playas de Huelva y Cádiz por un chapuzón con restricciones en la piscina municipal; y hemos disfrutado de unas Navidades atípicas en las que el deseo de salud brotaba con más fuerza que nunca y donde el color lo puso nuestro concurso de postales navideñas. La imaginación afloró con nuestro mini-cuento de Navidad. La ilusión no faltó ni un solo día con el calendario de Adviento. La tradición se fortaleció en nuestra cocina con la elaboración de los populares platos y postres navideños, y pudimos disfrutar desde el balcón de una cabalgata de Reyes alternativa e improvisada por nuestros vecinos.

A pesar de ser una actividad bastante común en nuestro centro ya antes de la pandemia, tuvimos que darle una nueva perspectiva a los cine-fórum, dándole un sentido a todas y cada una de las películas o documentales que íbamos proponiendo. Elaboramos una lista que contenían relatos con mensajes con los que poder trabajar aspectos importantes de personalidad o conducta.

A la par que el cine, otras opciones de ocio que se fueron desarrollando para trabajarlas dentro del centro para disminuir la exposición social fueron los talleres de manualidades y los juegos de mesa. Con los recursos del equipo se consiguió hacer llegar a los menores juegos como Palabras Cruzadas, Jungle Speed, Jenga, un futbolín e incluso videojuegos en plataformas PlayStation, juegos más o menos conocidos que buscaban ampliar la oferta habitual de ocio que se encontraba limitada en el día a día del menor, a la vez que permitían explorar el desarrollo de capacidades motrices y mentales específicas.

También buscamos la estimulación de los jóvenes a través de talleres de jardinería, impresión textil, decoración, producción musical o de cocina, en el que vivimos una nueva y apasionante experiencia por la situación de pandemia. Nuestros amigos de Fundación La Caixa nos hicieron partícipes de varios talleres de cocina tradicional en los que, por videollamada, los menores tuvieron la oportunidad de intercambiar platos culturales con voluntarias de la fundación, a la vez que pasaron un buen rato compartiendo anécdotas y vivencias.

Aunque no lo pareciese, la práctica de deporte habitual y variado era posible en tiempos de Covid-19, alejándonos de los deportes grupales de contacto como el fútbol y el baloncesto y acogiendo a otros muchos menos practicados. Nos fuimos hasta Dos Hermanas para que muchos jugaran por primera vez una partida de bolos; trasladamos un campeonato de dardos al centro en el que menores y educadores pusieron a prueba su puntería; practicaron el olvidado ajedrez para ejercitar la creatividad y la lógica; y ensayaron sus habilidades con la pala jugando al ping-pong. Además, las nueva situación ha provocado que sean cada vez más habituales las salidas para correr por la mañana y hacer otros ejercicios aeróbicos y de musculación los fines de semana.

Pero no todo iba a ser limitaciones. Esta temporada de confinamientos nos ha proporcionado más tiempo para realizar talleres que buscan el desarrollo educativo y profesional de los menores. Hemos podido trabajar con ellos el itinerario profesional individualizado de forma más profunda. Hemos detallado trámites tan importantes como los que deben de realizar en extranjería, se han realizado simulacros de compra, simulacros de entrevistas laborales y se han elaborado currículos y cartas de presentación de manera más minuciosa.

La pandemia ha entrado en nuestro día a día y transformar la manera que teníamos de vivir, pero no ha podido arrebatarnos nuestra fuerza para reponernos frente a la adversidad y buscar otros caminos que nos lleven a salir adelante.

Autor: ISL CASTILLO DE LAS GUARDAS

ABDELILAH EL ZEFRI CHLOUCHI

“La emigración no es una alternativa, es una necesidad”

Mi nombre es Abdelilah y soy emigrante. Hace veintiún años pisé territorio español por primera vez, sin papeles, sin saber el idioma, sin adaptación cultural, sin nada. La situación no era fácil, pero al menos la bonanza económica acompañaba la situación de España. La famosa “burbuja inmobiliaria” y la falta de mano de obra por parte de la población española para la actividad agrícola, catalogada como “trabajo menor” en aquella época, me ayudó a regularizar mi situación administrativa. Trabajé duro. El sol en la frente y el dolor en la espalda marcaron mis primeros años en España.

Hoy día, al cabo de los años, he conseguido cumplir mi sueño y formar una familia en España. Casualidades de la vida han hecho que en la actualidad trabaje con menores y jóvenes en el centro ISL/ JEM SAMU Huelva. Estos menores y jóvenes viven actualmente las mismas circunstancias que yo experimenté hace veintiún años. Luchan por los mismos sueños. Dicen que la experiencia es un grado y solo aquel que ha vivido la soledad y la frialdad de un país extranjero que no comparte tu lengua ni tu cultura sabe lo duro que es este proceso. Sentir la admiración de estos chicos, sus oídos ante mis consejos y su inmensa necesidad de saber me hacen sentir gratamente afortunado del trabajo que realizo cada día.

El mero hecho de emigrar y mi tenacidad por conseguir mis objetivos me abrieron puertas laborales. La necesidad de expresarme allá donde he ido ha hecho que hoy pueda comunicarme en tres idiomas, cualidad que me ha permitido trabajar en diversos contextos y ámbitos de la emigración. Afortunadamente, he podido ayudar a muchas personas. Y desgraciadamente, también he tenido que contemplar muchas penurias. En la actualidad, trabajo con menores y jóvenes provenientes de Marruecos en su mayor parte. En el pasado, trabajé con mujeres temporeras. Madres e hijos, familias que por una circunstancia u otra se rompen por el mismo sueño o la misma necesidad: el progreso y la bonanza económica. Unas veces ves el dolor en los ojos de una madre que añora a sus hijos pero que trabaja constantemente por conseguir pan que los alimente; y otras, la tristeza de un simple niño que se ve obligado a huir de su pobreza para que no lo tenga que hacer su madre.

De mi experiencia solo puedo sacar una conclusión: la emigración no es una alternativa, es una necesidad. Nadie abandona su hogar, su familia, su cultura y la tierra que le ha visto nacer por mero capricho. Cuando te juegas la vida en el mar es porque éste es más seguro y próspero que la tierra.

Autor: ABDELILAH EL ZEFRI CHLOUCHI Mediador del centro ISL/JEM SAMU Huelva

La siembra en el huerto Corteconcepción

La siembra en el huerto Corteconcepción

Se entiende por “sembrar” la acción llevada a cabo con el fin de obtener frutos o resultados en un futuro cercano. En el centro ISL/JEM SAMU Huelva sembramos verduras y hortalizas en nuestro huerto Corteconcepción, y, al mismo tiempo, también sembramos junto a nuestros chicos su propio futuro personal y laboral.

Al igual que una semilla que se planta en un pequeño recipiente, nuestros menores llegan al centro indefensos y débiles. Como abono y agua, el equipo educativo prepara y acomoda el contexto para garantizar su crecimiento. Poco a poco, esa semilla brota, y puede llegar a crecer y florecer. Pero será necesario acompañar este proceso con valores y actitudes tan positivas y necesarias como la constancia, el compromiso, la paciencia o el esfuerzo.

La metáfora de sembrar en el huerto nos es de enorme utilidad para explicar a nuestros jóvenes el significado que posee para nosotros su paso por nuestro centro y la importancia que tiene para nosotros, como profesionales, ejercer nuestra vocación con ellos. Nuestro objetivo, como quien siembra las mejores hortalizas, es dotar a nuestros chicos de valores prosociales y actitudes que les permitan sostenerse frente las adversidades.

Hortalizas como el pepino, la zanahoria o el calabacín, y especias y plantas aromáticas como el perejil, el jengibre o la lavanda ya brotan en el huerto Corteconcepción del Centro ISL/JEM SAMU Huelva. El nombre del huerto y del espantapájaros que lo custodia han sido idea de nuestros chicos, y hace referencia a la localidad donde se situaba anteriormente el centro ISL/JEM Huelva.

La cosecha se ha sembrado en el ISL Huelva. Algunas semillas ya se han convertido en plantas que ofrecen sus frutos. Pero el trabajo es duro, largo y constante. Si algo hemos aprendido de nuestros chicos es que la rendición es solo una palabra, por lo que el equipo seguirá sembrando, regando y cosechando futuro con el propósito de alcanzar una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.

Autor: Adrián Santos. ISL JEM SAMU Huelva

Hamza y la décima historia de emancipación en El Castillejo

Hamza y la décima historia de emancipación en El Castillejo

Hamza es un chico responsable y trabajador nacido en la localidad de Daward Jadid, del reino de Marruecos. Desde muy joven tuvo que abandonar sus estudios primarios debido a la falta de recursos económicos. Estuvo un tiempo trabajando en el campo marroquí con un empleo precario y decidió dejar su tierra y su entorno familiar para buscar una vida mejor. Su familia le ayudó económicamente para realizar el viaje de Marruecos a España en patera. Cuenta que la experiencia fue muy traumática para él. No se le olvidará nunca la fuerza del mar al golpear la embarcación, lo que le causó una tremenda angustia y mucho miedo. Felizmente pudo llegar a nuestras costas y se sintió feliz porque había conseguido su primer gran objetivo: abandonar aquella vida llena de dureza y penurias.

Tras pasar como menor por el Recep de San Roque (donde estuvo dos días) y por el ISL de Arcos de la Frontera (donde residió durante diez meses), y habiendo cumplido la mayoría de edad, ingresó en el JEM El Castillejo, en El Bosque (Cádiz). Sin referencias de la localidad de El Bosque y viniendo de Arcos de la Frontera, población en desmesura mayor, se sintió un poco desorientado y emocionalmente decaído.

Según comenta Hamza, con el paso de los días en nuestro centro fue descubriendo el compañerismo que había entre los residentes, y su adaptación fue rápida. “Comprendí que trabajar en equipo y adquirir una formación era el camino para seguir cumpliendo mis objetivos”. Ya solo era cuestión de esperar una buena oportunidad. Tras un breve tiempo de espera, en septiembre de 2020 comenzó un periodo de prácticas en el Horno Artesa de Arcos, donde se desplazaba desde la localidad de El Bosque a diario.

Le costó adaptarse al ritmo de horarios y de trabajo. No fue tarea fácil afrontar un trabajo del que no tenía conocimientos previos. Según relata, los primeros días de trabajo estaba un poco desconcertado, pues no tenía mucha idea de las labores a realizar. Ahora dibuja su situación laboral expresando que desde su incorporación todo ha sido un aprendizaje continuo y agradece a la empresa las buenas enseñanzas que le han aportado. Como él bien define: “¡una experiencia única y difícil de olvidar!”. Finalizado dicho periodo de prácticas consiguió un contrato, después de las gestiones realizadas desde este JEM y por nuestra trabajadora social, Estefanía, la cual realiza una labor encomiable a diario, como la tramitación del alquiler de la vivienda de Hamza.

Desde que El Castillejo comenzó su andadura ya hay diez chicos que han logrado su emancipación. Hamza se marcha para vivir su propia vida independiente en Arcos, lo que supondrá un nuevo reto para él. Para Fundación SAMU, su éxito es también el de todo el equipo.

Autor: ISL El Castillejo

SAMU ISL Las Cabezas

Daouda, siempre preparado cerca de la portería

Daouda ingresó en el centro de inserción sociolaboral (ISL) Las Cabezas, en la localidad sevillana del mismo nombre, para dar un toque de color al recurso, y no sólo por el tono de su piel, sino porque desde su ingreso ha sido un referente para el resto de chicos por su alegría y perseverancia a la hora de perseguir su sueño, “poder jugar profesionalmente con un equipo de futbol”, como él mismo relata.

Desde muy temprana edad, Daouda solo piensa en el fútbol y en dedicarse profesionalmente a este deporte. A los siete años empezó a jugar partidos con los chicos de su barrio. Relata que nunca tenía zapatos nuevos. Sus padres sólo podían comprar de segunda mano y eran de muy mala calidad. Por ello recuerda con mucho cariño y entusiasmo la primera vez que estrenó unos zapatos. Fue a los diez años: su entrenador de la escuela deportiva a la que asistía en Rufisque, su ciudad natal, se presentó un día con aquella sorpresa indeleble.

Hasta los quince años de edad, el joven estuvo jugando y estudiando, pero su padre quería que dejara el deporte y se dedicara a trabajar en la mar como el resto de la familia. Daouda aceptó, pero su sueño solo quedó temporalmente aparcado.

Su tío, que vivía en Marruecos y habitualmente viajaba a Senegal, no estaba de acuerdo con la decisión del padre de Daouda, así que propuso al menor viajar con él hasta Marruecos para así poder seguir con su incipiente carrera deportiva. El menor aceptó encantado pero, al llegar a Marruecos, se dio cuenta de que allí era mucho más difícil abrirse camino en el mundo del fútbol. Un día, su tío le habló de la posibilidad de viajar a España. Daouda solo conocía el tema de la inmigración a través de sus estudios. No sabía realmente si iba a viajar en barco o en avión, hasta que se vio a bordo de una patera acompañado de decenas de desconocidos.

Una vez llegado a España, Daouda pasó varios meses en un recurso de mayoría de edad ya que, en un principio, las pruebas oseométricas apuntaron que podía ser mayor de edad. Tras unos meses en este centro, Daouda consiguió presentar su pasaporte para demostrar que era menor y ser trasladado a un centro adecuado.

El joven no tiene malos recuerdos de sus inicios en España. De nuevo, se refugió en el fútbol. Siempre estaba ocupado pensando en una nueva jugada, que es, en definitiva, de lo que trata la vida: adaptarse al medio, al campo y seguir adelante hacia la portería.

En Cádiz hizo buenos amigos al instante, amigos con los cuales podía compartir su afición al deporte. A través de uno de ellos ingresó en un equipo de fútbol-7 llamado Pavimentos Jerez, aunque Daouda los recuerda por otro nombre, “los latinos”, ya que según recuerda casi todos eran latinos excepto él y otro chico de Jerez.

En toda su ruta migratoria Daouda se ha adaptado perfectamente a la situación que le ha tocado vivir y ha mostrado su capacidad de integración. Al poco tiempo de llegar a la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan le surgió la oportunidad de entrenar con el CD Cabecense, donde desde el primer momento fue muy bien acogido, tanto por su entrenador como por sus compañeros. Están muy contentos con él, y Daouda se muestra muy motivado e integrado en la dinámica del equipo.

El joven relata ilusionado que a veces juega de delantero, y otras, en el medio del campo, y que se siente muy bien cuando está con sus compañeros. En la actualidad el club está tramitando su ficha federativa para que pueda jugar partidos oficiales.

Además de soñador, Daouda demuestra ser un niño muy maduro. Nos comenta que su vida no ha sido fácil, que tiene sus sueños pero que también es consciente de su necesidad de trabajar y poder labrarse un futuro laboral en nuestro país y ayudar a su familia en Marruecos. Le gustaría emplearse en la construcción o en una cristalería. Como frente a una portería, está dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad.

Autor: ISL Las Cabezas

SAMU Gran Canaria Menores

Crisis migratoria en Canarias: «Hay niños que llegan con quemaduras de gasoil y sal»

La reciente crisis migratoria en Canarias ha puesto nuevamente a prueba la capacidad de Fundación SAMU para reaccionar con rapidez y determinación ante una situación de emergencia. El resultado es que SAMU ha sido capaz de levantar y poner en funcionamiento en un tiempo récord cuatro recursos para menores no acompañados: en Telde, en Farabella, en Roque Nublo y en Tamanaco (Puerto Rico), todos ellos en la isla de Gran Canaria. En total, estos centros tienen capacidad para alojar a 294 niños.

Más de 300 menores, que habían llegado a la isla sin nada, han tenido techo gracias a la rápida respuesta de SAMU. El primer centro, el de Tamanaco, se puso en servicio de forma exprés. Los primeros 43 niños llegaron el 11 de noviembre, apenas 48 horas después de que SAMU recibiera el encargo de la Dirección General de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias. SAMU respondió ante una llamada de auxilio: hasta el 15 de noviembre, las llegadas de migrantes a las costas de Canarias, más de 16.000, se habían multiplicado por once respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos del Ministerio del Interior. Eran cifras que no se veían desde 2006, año de la crisis de los cayucos.

SAMU recibió el encargo de montar con la mayor brevedad posible un centro de emergencia en Tamanaco. “Se pusieron en contacto con la Fundación porque estaban sobrepasados”, explica Juan Rodrigo, director de zona Andalucía Occidental de SAMU. Es el centro más grande, con 150 plazas, aunque ha llegado a albergar 200 menores ante el colapso que se vivió en la isla. Después se han abierto los demás, con capacidad para 60, 58 y 28 menores.

Después de un viaje traumático

En los últimos meses, Rodrigo pasa parte de su tiempo en las islas, atendiendo una situación que no admite demoras: lo primero es siempre atender las necesidades básicas de los niños, después de una travesía en el mar que los expone no solo a un riesgo de muerte, sino también de sufrir deshidrataciones o quemaduras. “Hay niños que llegan después del viaje con quemaduras del gasoil de la patera mezclado con la sal. Algunos vienen en condiciones muy malas: heridos, deshidratados…”, explica.

El 90% de estos menores son marroquíes, aunque también subsaharianos. Inmediatamente reciben ropa y comida, y se les acoge en los centros. Un par de días después empezarán a adaptarse a su nueva vida: recibirán clases de español, talleres transversales y actividades deportivas.

El equipo de educadores y auxiliares presta especial atención a combatir el tabaquismo. Muchos de los menores en edad adolescente tienen una fuerte dependencia del consumo de tabaco. También se han detectado casos de consumo de alcohol. “Trabajamos con programas y protocolos diseñados por los psicólogos del área, que tienen experiencia en distintos centros de Fundación SAMU”. El objetivo, explica Juan Rodrigo, es abordar el problema no solo como terapia reactiva, sino de forma preventiva.

Un gran despliegue logístico

Buena parte del éxito en Canarias se debe a la rapidez en el despliegue logístico. En apenas unas horas se preparó todo lo necesario para equipar el nuevo hogar de decenas de niños. En el primer mes, SAMU envió desde Sevilla cuatro grandes contenedores con más de 16.000 kilos de material: somieres, colchones, mantas, cajas de ropa, sábanas, almohadas, módulos sanitarios… En el primer envío viajaron también los iglús que SAMU despliega ante situaciones de catástrofe como terremotos.

SAMU también ha enviado unas cabañas de madera. Primero las probó en Sevilla para comprobar si se ajustaban a las necesidades. Si se cumplen los plazos, llegarán varias más a primeros de marzo directamente desde Estonia, donde se fabrican.

Todo, con la máxima urgencia. El doctor Carlos Álvarez Leiva se ha implicado personalmente en esta tarea. “En estos casos se prioriza más el tiempo en el que puede hacerse que el coste”, explica Vega García, que ha gestionado algunos de los últimos pedidos.

En total, se han enviado unas 500 unidades de literas (250 completas), gran parte de las cuales se han fabricado en apenas veinte días en unas condiciones de máxima dificultad, en plena pandemia y con las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina. “Todo eso iba en contra, pero se explicó por qué era y se portaron de maravilla. Se ha hecho mucho esfuerzo por todas las partes”.

Junto a los primeros envíos de material, viajó también el equipo de mantenimiento, que ha trabajado contrarreloj para adaptar los centros o casas prefabricadas a las necesidades de alojamiento.

El objetivo de la organización ahora es dar un paso más. Algunos de los menores de Telde ya están siendo escolarizados, y Juan Rodrigo explica que trabaja para transformar alguno de los centros de acogida de emergencia en un centro residencial básico.

Este despliegue de emergencia se suma a la presencia que ya tenía SAMU en las Islas Canarias: el centro para personas con discapacidad intelectual y/o trastorno mental Hogar San Lázaro, el centro de atención a personas dependientes por discapacidad física El Sauzal y el servicio de transporte de emergencias sanitarias, que sigue su proceso de consolidación.

“Estamos haciendo verdadera magia”, explicaba en noviembre Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia, cuando SAMU llegó a Canarias para atender la llamada de auxilio ante una situación sin precedentes en las islas en los últimos 15 años.

Vacunas covid-19 SAMU

Plan de vacunación: El principio del fin del Covid-19

La mayor campaña de vacunación de la historia ha comenzado y SAMU ya forma parte de ella. El proceso de inmunización contra la Covid-19, que se inició a principios de diciembre en Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China, está en marcha en toda Europa y en la mayoría de países más ricos. La primera vacuna se administró en España el 27 diciembre y, pocos días después, ya pudieron beneficiarse de ella los primeros usuarios de Fundación SAMU.

La Residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla) fue el primer recurso de Fundación SAMU en recibir las esperadas vacunas. Usuarios y trabajadores del centro recibieron la primera dosis de esta vacuna el 7 de enero, como si de un regalo de Reyes se tratase. Cinco días después, el 12 de enero, fue el turno de la Residencia Santa Ana de Sevilla, el Alojamiento tutelado El Alfar de Gijón (Asturias) y la Residencia El Sauzal, en Tenerife. Un día después, el 13 de enero, las vacunas llegaron a la Residencia Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo).

Todos estos recursos residenciales están especializados en la atención a personas con discapacidad intelectual con o sin trastorno de conducta y forman parte de la primera fase del plan de vacunación nacional, en el que se incluyen sanitarios y residencias de mayores.
Así, en el área de Discapacidad de SAMU ya han recibido la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 un total de 170 usuarios y 215 trabajadores. La segunda dosis se administrará 21 días después de la primera, por lo que los usuarios y trabajadores de la Residencia San Sebastián serán los primeros en completar este proceso el 28 de enero.

“Ningún usuario o trabajador ha tenido una reacción adversa a la vacuna. No se ha producido nada significativo. Puntualmente, una persona ha padecido un leve dolor de cabeza y, de manera generalizada, tanto trabajadores como usuarios han sufrido cierta molestia en la zona del pinchazo, algo que ya sabíamos que podía ocurrir, pero nada grave”, aclara María José Tinoco, directora del área de Discapacidad de SAMU. “Para nosotros, la vacuna significa la posibilidad de poder normalizar en un futuro cercano la vida de los usuarios y trabajadores tras estos duros meses de pandemia, y poder darle oxígeno a las relaciones afectivas entre usuarios y familiares”, continúa Tinoco.

Durante la campaña de vacunación, SAMU ha limitado nuevamente las visitas de familiares, siguiendo las indicaciones de algunos gobiernos autonómicos. “Comunidades como Andalucía han suspendido las visitas de familiares a residencias tras la administración de la primera dosis de la vacuna, poniendo a todos los usuarios en cuarentena. En otras comunidades, han dejado la decisión a la dirección de los centros, y nosotros hemos decidido limitar el horario de visitas en todos nuestros recursos como medida de precaución”, comenta María José Tinoco.

La directora del área de Discapacidad de SAMU reconoce el buen comportamiento de los usuarios durante esta pandemia. “Ellos son los que más están sorprendiendo durante esta crisis porque están haciendo un esfuerzo inconmensurable por colaborar y confiar en el criterio de la dirección de los centros. Puntualmente, sí ha habido alguna persona que no ha entendido la situación por la que estamos atravesando, pero, en general, su comportamiento es excelente y han logrado acostumbrarse a esta nueva rutina”.

Para poder hacer frente a las limitaciones en las relaciones afectivas con los familiares, desde Fundación SAMU se han reforzado los mecanismos de comunicación y se han buscado alternativas como videoconferencias o mayor uso de las redes sociales y otras aplicaciones móviles.

El único recurso del área de Discapacidad de SAMU al que aún no han llegado las vacunas del Covid-19 es la Unidad de Estancia Diurna (UED) San Lucas de Sevilla, ya que sus usuarios disfrutan de un régimen abierto y conviven con sus familiares. No es un centro residencial, por lo que no entra en la primera fase del plan de vacunación. No obstante, según confirma Tinoco, la vacuna llegara pronto a la UED San Lucas, previsiblemente en marzo.

Cuando empezó la pandemia había un objetivo principal para todos los países del mundo: aplanar la curva de contagios. Con la llegada de la vacuna, la meta es acelerar la curva de la vacunación para inmunizar a millones de personas en tiempo récord: un desafío logístico y médico nunca antes realizado a escala mundial.

Radio Lucas SAMU

Radio Lucas: la voz de los verdaderos protagonistas

Hace poco más de un año, Rubén Gordillo y Concepción Gallego, ambos educadores de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, en Sevilla, especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno de conducta, decidieron poner en marcha un programa de radio como complemento al taller de cultura general que ya se estaba realizando en el centro de la mano de Concepción Gallego.

Radio Lucas, nombre elegido por los propios participantes del proyecto, nació a finales de diciembre de 2019 y el primer programa para colgarlo en la red se grabó en febrero de 2020. “Son los propios chicos los que eligen los temas que se abordan en el programa. Ellos lo eligen todo, desde la música de la cabecera a los temas a tratar, porque ellos son los protagonistas de esta actividad. Ése es el gran objetivo de todo esto”, explica Rubén Gordillo, responsable del proyecto. Cada joven, según sus gustos o intereses, propone temas. También pueden recibir nuestras propuestas. Después, ellos trabajan esos temas y luego los exponen ante el micrófono: deportes, fiestas populares, éxitos musicales…”.

Radio Lucas es un programa de variedades con algunas secciones fijas como ‘El rincón del artista’, donde los chicos de la UED San Lucas se expresan artísticamente, hacen imitaciones, cantan y hacen presentaciones de grupos musicales y canciones, entre otras cosas. En cada programa también se entrevista a alguien cercano a ellos, que suele ser un antiguo trabajador del centro o algún usuario, y se desarrollan debates. “En el último programa el tema principal del debate fue el de las relaciones de pareja de personas con discapacidad intelectual, un tema propuesto por ellos mismos”, señala Rubén Gordillo.

En total, desde que se puso en marcha este proyecto, se han grabado ya tres programas de entre 30 y 45 minutos de duración, que luego son difundidos a través de redes sociales y otras aplicaciones móviles. La crisis del coronavirus y el confinamiento obligatorio de la última primavera ha puesto algunas trabas a este proyecto, que sus promotores siempre han intentado sacar adelante a pesar de las dificultades, dados los enormes beneficios que la actividad tiene para los chicos.

“Esta actividad les aporta muchos beneficios a los usuarios. Un micrófono siempre da mucho juego”, comenta Gordillo. “Aprenden a trabajar en equipo; trabajan la autonomía y la responsabilidad; mejoran su dicción a la hora de leer; incrementan su comprensión lectora; crece su sensación de pertenecer y estar arropado por un equipo, el equipo de Radio Lucas; mejoran su conducta; aprenden a hablar en público, a que no les de vergüenza hablar delante de la gente, ya que, mientras uno está grabando su parte del programa, los demás compañeros están sentados a su alrededor escuchándole”.

El taller dirigido por Gallego y Gordillo se desarrolla durante una hora y media cada 15 días. Ambos reconocen que no es mucho tiempo, pero que lo aprovechan al máximo porque “el proyecto merece mucho la pena”.