SAMU se une a la campaña ‘Volver a ser lo que fuimos’

SAMU se ha unido a la campaña ‘Volver a ser lo que fuimos’, impulsada por la Fundación Andalucía Tecnológica (Funddatec) y la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla con el objetivo de captar fondos con los que adquirir test de forma masiva para la detección del Covid-19, especialmente en el sector sanitario y de residencias de ancianos.

Esta campaña se lanzó en el programa de Canal Sur Tierra de Talento y está recibiendo el apoyo y la aportación económica de numerosos artistas y entidades.

El equipo de SAMU, además de formar parte de este grupo de entidades colaboradoras, se encarga de prestar el asesoramiento técnico sanitario a Funddatec para la compra masiva de estas pruebas, que serán entregadas a la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, informada y conforme con este proyecto de carácter solidario.

La aportación económica a la campaña está siendo recogida en una cuenta bancaria abierta a tal efecto en CaixaBank (ES24-2100-5741-4402-0020-6641), cuyo titular es la Fundación Andalucía Tecnológica. Las aportaciones serán consideradas como donaciones a efectos fiscales para los que decidan colaborar, de cara a su posterior desgravación fiscal.

En Tierra de Talento, la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla ha interpretado una versión del Himno de Andalucía cantada por los artistas que protagonizan semanalmente este programa televisivo (Manu Sánchez, José Mercé, Carlos Álvarez, India Martínez, María Villalón y Jesús Reina, entre otros). Desde sus respectivos confinamientos han conseguido elaborar un vídeo con ese propósito solidario.

Según Pedro Vázquez, director de la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla e impulsor de esta iniciativa, “el objetivo de la campaña no es sólo evitar futuras muertes y contagios gracias a la compra masiva de los test, sino colaborar también en revertir esta situación de aciago cultural, demostrando a todos que la cultura es un instrumento efectivo de salud y para la sociedad”.

Fuentes de SAMU han explicado que la organización, además de prestar asesoramiento sanitario para la adquisición de los test, está a disposición de la Junta de Andalucía para la posterior realización de las pruebas en aquellos colectivos que determine la Administración.

Los menores de Huesca cogen aguja e hilo

Los menores extranjeros no acompañados de Aragón se han puesto las pilas durante el confinamiento y se han embarcado en la tarea de confeccionar mascarillas caseras y escribir mensajes de ánimo para las personas mayores y realizar pasatiempos que hagan más llevadero el aislamiento.

Uno de los centros de protección de menores aragoneses implicados en este proyecto ha sido el recurso de SAMU Huesca, (Centro Residencia Fueros), de donde partió la idea gracias a la de la directora y la subdirectora de esta unidad. Tras conocer el proyecto, Fundación SAMU proporcionó a los chicos de este dispotivo tres máquinas de coser procedentes de la Escuela de Oficios de SAMU, en Gelves (Sevilla), además de vídeos formativos y tutoriales donde se explicaba el procedimiento de elaboración.

En un primer momento, los chicos de SAMU Huesca fabricaron mascarillas autoabastecimiento y, a continuación, comenzaron a coser más mascarillas para abastecer a aquellos centros de Aragón que lo necesitaran, a través de la Dirección Provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales en Huesca.

“Cuando tuvimos 140 mascarillas, nos pusimos en contacto con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) para donárselas y que las repartiera por diferentes residencias”, explica Mara Andreu, directora del centro.

Estos jóvenes han tenido que aprender a coser ex profeso. “Al principio, el proceso de aprendizaje fue lento, no dejan de ser adolescentes. Pero poco a poco fueron cogiéndole el truco. Además, teníamos el apoyo de la subdirectora del centro, Tania Romojaro, que sabe coser, y de dos chicos que habían trabajado en confección”, relata Mara Andreu.

La respuesta de los chavales a esta actividad ha sido muy favorable. Lo hacen a gusto, con ganas, aunque al principio nos costó que entendiesen el sentido del confinamiento, sobre todo porque tienen una edad complicada en la que se hace difícil no salir a la calle, no relacionarse con amigos, o no ver a tu novio o novia. Pero el modelo cívico que están dando los ciudadanos oscenses quedándose en casa, sólo saliendo para lo básico, llevando mascarillas y respetando las distancias, les ha servido a estos jóvenes para comprender que esto no es un arbitrariedad,”, señala el subdirector provincial de Protección a la Infancia de Huesca, Javier Ferrer, en Europa Press.

En lo que respecta a la fabricación de mascarillas, los menores siguen todas las recomendaciones higiénico-sanitarias indicadas: llevan guantes, se cubren la nariz y la boca, se lavan frecuentemente las manos y desinfectan el lugar de trabajo. “Ahora nuestro reto es hacer mascarillas de dos tamaños, para que puedan usarlas los niños. Cuando tengamos 150 mascarillas, las donaremos a diferentes asociaciones”, relata la directora del centro.

“Estamos encantados con esta iniciativa porque es algo que sirve a los propios chicos para ocupar su tiempo y les hace sentirse útiles”. Según Javier Ferrer, también es útil para los adultos que están trabajando con ellos y ayudan a formar “ciudadanos cívicos” que forman parte, con su diversidad, de la sociedad del siglo XXI.

Carta desde el ISL Alcalá: Por qué entrenar el optimismo

Llegar a un país que desconoces, con costumbres, una cultura y un idioma casi imposible para ti, hace que te replantees tu presente y tu futuro. Además, no es fácil adaptarse a un contexto tan irregular y a un país que ofrece oportunidades pero que no sabes si puedes o no aprovechar. Ésta es la situación que viven muchos chicos que traen sus sueños hacia el otro lado del charco. A pesar de todo, al menos los jóvenes que viven en el centro ISL Alcalá, en la provincia de Sevilla, aseguran que este sacrificio vale la pena.

Empezar un proyecto de vida de manera autónoma e independiente tiene muchos factores de riesgo como son la frustración, la desesperación y la ansiedad. Nuestros chicos han vivido y sufrido estas emociones, pero también han podido trabajarlas junto a profesionales.

La palabra trabajo resumen todo ese proceso de esfuerzo, constancia, insistencia, ensayo-error, aprendizaje, superación y optimismo.

Así es como empezaron ellos, trabajando. Primero, trabajando un idioma ante el que, por mucho que lo intentes, es complicado no frustrarse. En este contexto, es muy difícil no derrumbarse. Pero, cuando crees que desfalleces, siempre encuentras un camino: la formación. Algunas personas creen que la suerte existe, pero estos chicos saben que la suerte también se trabaja, porque así lo han hecho desde que llegaron y es ahora cuando recogen los frutos: formación en la Escuela de SAMU.

Cumpliendo con sus obligaciones y responsabilidades dentro y fuera de la formación, los chicos trabajan para formarse como el mejor camino para llegar a integrarse en el entramado de su nueva sociedad. Lo hacen aun sabiendo la dificultad que tiene estar a la altura de la situación y demostrar que pueden conseguir un futuro parecido con el que soñaba en sus países de origen.

Es por ello que hoy pueden sentirse fuertes y más optimistas que nunca. Después de haber pasado por todos los estados posibles, nunca les ha faltado positividad y perseverancia, creer en ellos, creer en su entorno y creer en la oportunidad que les brinda la escuela SAMU con unas prácticas que les dé a conocer como futuros profesionales.

En ISL Alcalá estos chicos son considerados un ejemplo de superación y de cómo se puede entrenar el optimismo.

Autor: Manuel Martínez. Educador de ISL Alcalá (Sevilla).

Captación de voluntarios: Una barrera solidaria contra la incertidumbre

En una nueva acción para luchar contra la propagación del coronavirus Covid-19 en España, SAMU a través de su Fundación, hizo el domingo 22 de marzo un llamamiento público para reclutar voluntarios de diferentes categorías profesionales. En sólo dos días, más de 600 personas respondieron a la convocatoria, que se ha convertido en un enorme éxito.

De todos los candidatos presentados, SAMU ha seleccionado a 60 voluntarios, en función de criterios de idoneidad, pertenecientes a los siguientes perfiles: médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de clínica, farmacia, estudiantes de Medicina, especialistas en logística, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, conductores, personal de mantenimiento, costureras y monitores.

Fundación SAMU ha habilitado un centro de recepción de voluntarios en la Escuela SAMU de Gelves (Sevilla). En grupos reducidos de en torno a diez voluntarios al día y con las máximas medidas de protección para garantizar la seguridad, los voluntarios van pasando por las instalaciones de la Escuela para recibir formación en autoprotección con el objetivo de que puedan incorporarse cuanto antes a las diferentes labores asignadas dentro de la organización.

La formación que reciben estos voluntarios va desde el esencial lavado de manos hasta cómo ponerse y, lo que es más importante, cómo quitarse sin contaminarse un equipo de protección individual. Aquellos voluntarios con un perfil sanitario reciben una formación más específica a modo de recordatorio de sus propios conocimientos.

Una vez formados, estos voluntarios se están incorporando a un retén al que recurrirá SAMU en el caso de que sea necesario personal para las distintas misiones de la organización, como traslado de pacientes, funciones logísticas o apoyo psicológico, entre otras acciones.

“Nos estamos preparando para una situación que puede empeorar. Todos deseamos que, en los días venideros, la situación mejore, especialmente en Andalucía. Pero SAMU, como institución, está trabajando también en otras comunidades como Madrid, donde la crisis se complica por momentos. Tenemos un equipo de profesionales trabajando ya allí, pero a veces éstos necesitan apoyo”, señala Carlos González de Escalada, director general de SAMU. “Esta formación es fundamental para preservar la seguridad de los voluntarios”.

SAMU agradece a todos los voluntarios su respuesta y ha hecho un nuevo llamamiento para seguir reclutando los perfiles más demandados: profesionales sanitarios o estudiantes de Medicina, de Enfermería, cuidados auxiliares de enfermería, auxiliares de geriatría, cuidadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y logistas-conductores.

“Todo voluntariado y ayuda es bienvenida en estos momentos de crisis en los que es necesaria la implicación total de la sociedad. El proceso de selección continúa abierto a través de seleccion@samu.es”, apuntan desde Escuela SAMU.

La orquesta como espacio de inclusión

Algunas de las bandas sonoras más conocidas de la historia del cine y la televisión lo fueron también de una singular llamada a la solidaridad en el concierto Otro mundo es posible, celebrado el 27 de febrero en el centro BOX de La Cartuja (Sevilla) con el objetivo de sensibilizar sobre la necesidad de impulsar la inclusión social de personas en situación de especial vulnerabilidad. Este concierto, con el director musical y pianista Pedro Vázquez al frente, contó con la colaboración de la Fundación Andalucía Tecnológica Funddatec y de Fundación SAMU. De hecho, varios menores extranjeros que residen en centros gestionados por Fundación SAMU en Sevilla formaron parte de la orquesta, en una jornada que se convirtió en una fiesta llena de nervios y emociones para todos ellos.

En el concierto Otro mundo es posible los miembros de las conocidas como Orquestas Inclusivas de Andalucía interpretaron un programa compuesto por diversas piezas musicales extraídas de las bandas sonoras más conocidas de la historia del cine y la televisión como Juego de Tronos, Cinema Paradiso o La vida es bella, entre otras.

Pedro Vázquez, presidente de la Federación Andaluza de Juventudes Musicales, miembro del Consejo de Dirección de Escuela Creativa de Andalucía y director de la Orquesta Metropolitana de Sevilla, explicó que en las Orquestas Inclusivas de Andalucía “no existen criterios previos de selección”.

“Todo aquel que lo desee puede participar tocando en orquestas de diferentes niveles. Es un sistema de orquestas en el que a medida que el intérprete va evolucionando en sus capacidades musicales, va tocando en una orquesta u otra, pero sin perder de vista el objetivo más importante de todos: que desde el primer día una persona pueda disfrutar de tocar música”.

Según Vázquez, así se persigue la normalización de “los problemas físicos, psicológicos, congénitos, sociales, espirituales o de cualquier condición de las personas”. Por este motivo, menores no acompañados de los centros de Sevilla también formaron parte de la orquesta. “Estos chicos tienen una experiencia de vida tan fuerte, tan grande, que tenemos que dar un paso adelante e ‘incluirnos’ en ellos y en sus vidas; que seamos nosotros los que nos mostremos proactivos para estar al nivel personal y humano que ellos demuestran”, señaló el director.

Alrededor de 500 espectadores llenaron el auditorio de la sala sevillana para disfrutar de un concierto que se convirtió en una verdadera fiesta, y en la que el público acabó sumándose al espectáculo ofrecido por Vázquez al frente de medio centenar de artistas de todas las edades y niveles. Los chicos de Fundación SAMU, afanados en la percursión, tuvieron incluso la oportunidad de tocar en solitario. Para ellos fue una experiencia única, tanto en los diferentes ensayos como en el día de un concierto que dejó huella en artistas y público.

Lourdes Vázquez SAMU

Lourdes Vázquez: «Vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes»

Licenciada en Pedagogía, Lourdes Vázquez (Fuente de Cantos, Badajoz, 1984) dirige desde su apertura en enero el proyecto de la Escuela de Oficios de SAMU. Durante su carrera profesional ha trabajado con menores en situación de riesgo social, personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, y como orientadora de Formación Profesional.

—¿Cómo surgió el proyecto de la Escuela de Oficios SAMU? ¿Qué motivó su puesta en marcha?
—SAMU cuenta con numerosos centros de menores en acogida en todo el territorio nacional. La mayoría de estos jóvenes se encuentran en edad de preemancipación y no existen recursos suficientes para acoger a estos chicos cuando cumplen los 18 años. El proyecto de la Escuela de Oficios surgió de la necesidad de ayudar a este colectivo para su inclusión social y laboral, y de la preocupación y labor que realiza SAMU en darles las herramientas necesarias para que puedan llegar a ser personas adultas responsables y autónomas.

—¿No se trabaja este aspecto ya en los Centros de Inserción Sociolaboral de SAMU?
—Sí, pero con la Escuela de Oficios hemos querido dar un paso más en la formación de estos chicos, ampliando la oferta de los programas formativos, su duración teórica y práctica, y estamos trabajando para obtener la acreditación por parte de distintas entidades.

—¿Cuál es su labor como directora de este proyecto?
—Mi principal labor es de coordinación: tener en cuenta a todas las partes implicadas en el proyecto, diseñar los programas formativos que mejor se adapten al perfil de los alumnos, tener en cuenta la visión de los especialistas en cada sector, sentar las bases pedagógicas de la Escuela, apoyar y coordinar al equipo docente, y marcar los protocolos de actuación para que exista buena comunicación entre la escuela y los centros de inserción sociolaboral.

—¿Cuál es el principal objetivo de la Escuela de Oficios?
—El proyecto nace con la convicción de que es necesario desarrollar acciones que favorezcan la integración social y laboral de nuestros alumnos. El objetivo final es conseguir la contratación de los chicos en empresas colaboradoras.

—¿Cuál es el perfil de los alumnos?
—Son jóvenes de 16 y 18 años. Algunos tienen dificultades con el idioma, pero se están esforzando mucho, tienen muy claro lo que quieren y están muy motivados.

—¿Qué tipo de oficios se enseñan en esta escuela?
—En enero arrancamos con dos cursos: auxiliar de albañilería y atención sociosanitaria a personas dependientes. Ahora estamos trabajando en los próximos cursos: auxiliar de jardinería, mediador intercultural, auxiliar de cocina y soldadura.

—¿Cuál está siendo la actitud de los alumnos?
—Los alumnos están muy motivados. Los docentes me han transmitido que se muestran muy participativos, hacen preguntas, comparten sus experiencias, e incluso bromean en las clases, generando así muy buen ambiente. En algún momento, incluso les han pedido más material de estudio a los profesores. Se han adaptado muy bien a la escuela, son un grupo más en Escuela SAMU.

—¿Cómo transcurrieron los primeros días?
—Me quedo con la cara de los chicos el día de la inauguración. Se les notaba nerviosos e ilusionados, mirando lo que hacían otros alumnos en la escuela. Me encantaron las palabras de agradecimiento de uno de los chicos, en las que contaba su experiencia de vida y la oportunidad que suponía para él esta escuela.

—Tras dos meses, la primera promoción ya ha terminado su formación teórico-práctica. ¿Cuántos alumnos se han graduado?
—Se han graduado 10 alumnos en auxiliar de atención sociosanitaria a personas dependientes, y ocho en auxiliar de albañilería. Los alumnos están muy agradecidos, valoran mucho la formación, se sorprenden al conocer todo lo que hacen los profesionales en los centros y se han establecido unos vínculos muy bonitos entre profesores y alumnos.

—¿Dónde están desarrollando los alumnos sus prácticas profesionales?
—En centros de SAMU. Los alumnos de auxiliar de albañilería están colaborando en las obras de SAMU Wellness y las del centro ISL de Alcalá de Guadaíra. Por otro lado, los chicos de auxiliar en atención sociosanitaria están trabajando en la Unidad de Estancia Diurna de San Lucas y en la Residencia Santa Ana, ambos en Sevilla capital, y especializados en la atención de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno de conducta. Los alumnos están muy implicados, muestran una actitud ejemplar, quieren colaborar en todas las tareas y aprender todo lo que pueden de los profesionales de SAMU. El feed-back de los tutores de prácticas está siendo muy positivo.

—¿Cómo está afectando el estado de alarma decretado por el Gobierno de España como consecuencia de la expansión del virus Covid-19 a la formación y las prácticas de estos chicos?
—Nuestros alumnos solo han podido disfrutar de dos semanas de prácticas. Al igual que en todos los centros educativos, hemos tenido que parar nuestra programación. Ahora mismo, los chicos siguen las programaciones de sus centros, no pueden salir. La escuela adaptará el calendario cuando todo esto acabe para que no pierdan esta oportunidad.

—¿Qué está significando este proyecto para usted?
—Es un proyecto que me enamoró desde el primer día. Es todo un reto que estoy viviendo con mucha ilusión. Si lo hacemos bien, vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes. Y a nivel profesional, me está ayudando a seguir creciendo y aprendiendo, tener experiencias nuevas, y a reilusionarme con el trabajo. Cuando sabes que con tu trabajo estás poniendo un granito de arena para ayudar a alguien, todo el esfuerzo merece la pena

—¿Cuáles son los retos futuros que se plantea la Escuela de Oficios?
—A corto plazo, nuestros retos son ampliar la oferta formativa y ofrecer los cursos a todo aquel que esté interesado en participar en nuestra formación. Y, a largo plazo, crear una amplia red de empresas colaboradoras para las prácticas y futuras contrataciones, y convertir nuestros cursos en certificados de profesionalidad.

Mascarillas SAMU

El taller de mascarillas de SAMU: todos en acción contra el coronavirus

Ante la situación general de desabastecimiento de mascarillas y equipos de protección individual, SAMU ha dado un paso rápido y decidido en la búsqueda de soluciones concretas para la crisis con la habilitación exprés de un taller de fabricación de este tipo de recursos dirigidos tanto a la propia organización como a diferentes entidades que los requieran.

El 18 de marzo, solo cuatro días después de la implementación del estado de alarma en nuestro país, la entidad abrió una convocatoria de empleo para seleccionar a seis personas con experiencia en la costura industrial y con altos niveles de conocimientos y experiencia en el traslado de patrones. Solo dos días después, el viernes 20 de marzo, las seis expertas seleccionadas estaban produciendo a jornada completa las primeras mascarillas en las instalaciones de Escuela SAMU en Gelves (Sevilla). Una semana después, al cierre de esta revista, el equipo ya estaba formado por doce profesionales, todas mujeres con una enorme pericia e implicación, y la producción se situaba en 500 unidades diarias.

Borja González, vicepresidente de Fundación SAMU, ha explicado que los primeros días fueron de pruebas constantes: materiales, tallas, diseños y patrones para hacer la mascarilla más cómoda y práctica posible.

“Es un taller con finalidad altruista pensado para aliviar la escasez de equipos frente a la crisis del coronavirus”, ha señalado. Las mascarillas no serán comercializadas ni tampoco destinadas a uso sanitario. “Teníamos tanta necesidad dentro de la propia entidad, que hemos distribuido las primeras remesas en nuestro equipo a lo largo y ancho del país. Ha sido un pequeño respiro para todos, puesto que se trata de un primer medio de protección para personas que están en entornos de riesgo constante. Después hemos empezado a distribuir a otras entidades, y la acogida es excepcional”.

Las mascarillas son 100% algodón, lavables y reciclables, fabricadas con un material muy agradable que permite llevarlas todo el día con comodidad. El objetivo es producir entre 3.000 y 5.000 mascarillas cada mes con el sello de Fundación SAMU.

SAMU coronavirus

SAMU, en estado de alerta para cuidar de las personas

Hace un mes no podíamos imaginar dónde estaríamos en este raro comienzo de primavera. La crisis del coronavirus ha cambiado las pautas de trabajo y las costumbres domésticas de todos. Vivimos bajo confinamiento y en estado de alarma, y todos los esfuerzos se dirigen a evitar los contagios, especialmente en la población de riesgo.

SAMU, como organización que aspira a la excelencia en la atención médico sanitaria y a colectivos vulnerables, está en la primera línea de la batalla contra el coronavirus en todos sus servicios, centros y delegaciones. Además de nuestro servicio de ambulancias, a cuya actividad hemos dedicado un capítulo especial de esta edición, hemos hablado con responsables de los recursos de la organización, todos son esenciales en estas semanas: la Escuela SAMU, los centros de menores extranjeros no acompañados, los centros para personas con discapacidad intelectual y los pisos para menores extranjeros no acompañados. Todos están dando lo mejor de sí mismos para, en el ámbito de sus responsabilidades, ayudar a contener el coronavirus.

Centros de menores: un “vuelco total”

¿Cómo convencer a un adolescente de que durante unas semanas no podrá salir con sus amigos? ¿Cómo concienciarle de que su contribución es clave para parar al virus? Los centros de menores de SAMU trabajan con decenas de menores que, de la noche a la mañana, han tenido que cambiar radicalmente sus costumbres: no más salidas, no más colegio, no más prácticas.

Los directores de los centros de El Castillejo (en El Bosque, Cádiz), Miguel de Mañara (en Montequinto, Sevilla) y de la Unidad de Acogida Temporal de Emergencia de Ceuta aseguran que los chicos han comprendido la gravedad de la situación y respetan las nuevas normas. “Es un vuelco total, pero hasta ahora su comportamiento está siendo excelente. Me tienen sorprendido”, admite Javier Olier, director de un centro para 24 chicos (de entre 16 y 18 años) en El Bosque.

Los centros son estos días un “búnker” en el que han cambiado horarios y actividades. En Ceuta, donde hay un grupo de 15 niños de entre 10 y 15 años (de un total de 80), los monitores han tomado el relevo del colegio en las tareas de alfabetización. “También estamos haciendo el juego del coronavirus, pintar un virus en la parte de arriba de la mano. Por la noche, cuando se acuesten, tienen que tener el muñeco borrado”, añade Rafael Gallardo, director del centro.

Todos prestan especial atención a las medidas higiénicas. En Miguel de Mañara han tenido que tomar especial precaución con un niño que sufre una enfermedad del sistema inmune: pasa estos días en una habitación para él solo y, si sale, es con mascarilla y guantes.

Por la tarde, los centros suelen programar talleres especiales sobre las tareas más variopintas, casi siempre útiles para luchar contra la pandemia: cómo elaborar mascarillas con camisetas, manualidades de murales y pancartas, risoterapia, música en directo, autoestima, cinefórum con películas y reportajes sobre el coronavirus…

En el centro de Inserción Socio-Laboral de Corteconcepción, en la Sierra de Aracena de Huelva, por ejemplo, el equipo educativo combate el sedentarismo y la inactividad con talleres de movimiento expresivo. “A través de esta actividad, los chicos desarrollan la imaginación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la creatividad, con el objetivo fundamental de ayudar a gestionar el estrés diario”, explican desde el centro.

“Tener a los niños todo el día encerrados nos obliga a darnos a la imaginación”, explica Julia Almeida, directora del Miguel de Mañara (25 niños de 12 a 18 años), que detalla una actividad muy especial: consiste en que cada chico exponga un objeto personal y cuente la historia de ese objeto. Así se trabaja el arraigo, la autoestima y el conocimiento de los compañeros.

En el caso de El Bosque tienen la suerte de que cultivan sus propias verduras en un huerto que estos días los chicos miman con especial cariño. Producen cebollas, lechugas de roble, escarola, pimientos… “No hemos llamado al frutero, las verduras han salido de aquí”, cuenta con orgullo Olier.

Pero si algo tienen claro en todos estos centros es que para seguir en la buena línea será esencial trabajar la motivación y la disciplina. “De nada vale que lo hagan dos días y luego se les olvide”, advierte Gallardo. “Todas las mañanas, antes de desayunar, durante el recuento, me siento con ellos y les cuento la situación para que sean conscientes de que hay que continuar con las medidas”, concluye Olier.

Pisos de acogida: el papel de los referentes

Si es difícil concienciar a un grupo de adolescentes de un centro, la situación es aún más compleja cuando los chavales viven en un piso con mayor libertad de movimientos. “Al principio el confinamiento fue complicado. La mayoría están acostumbrados a entrar y salir a sus centros escolares, sus prácticas o su ocio. Son adolescentes y algunos rompían la norma”, admite Juan Carlos Rodríguez, responsable de tres pisos para un total de 40 menores no acompañados (de 12 a 18 años) en Coslada, Rivas y Fuencarral (Madrid).

Sin embargo, el esfuerzo del equipo educativo está logrando revertir la situación: “Poco a poco, hablando mucho con ellos, están cumpliendo. Están entendiendo que, aunque a ellos no les afecte considerablemente, pueden generar una situación muy compleja”, añade Rodríguez.

Es el momento de poner en práctica estrategias y habilidades de negociación y mediación y de echar mano de cualquiera que pueda ayudar. Es el caso de Allae y Salah, dos chicos que acaban de cumplir la mayoría de edad, pero que siguen en los pisos por la alerta sanitaria. Su ayuda está siendo esencial: “Cuando son modelos positivos se convierten en referentes muy fuertes. Se les escucha bastante ante cualquier crisis o frustración, a veces más que a un educador, porque los chicos se identifican con ellos”.

Centros para personas con una discapacidad intelectual: “Gracias por ser la sonrisa”

Hace unos días los usuarios de la residencia Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo) grabaron un vídeo en el que demostraban que ellos también saben lo que nos estamos jugando: “Tenéis que ser responsables, quédate en casa”. “Tenéis que lavaros las manos con frecuencia”, decían. Son personas con una discapacidad intelectual entre leve y moderada, y un día antes habían grabado otro vídeo para agradecer el trabajo de sus cuidadores. “Fue emocionante. No hacemos más que nuestro trabajo, pero llevamos unos días de muchos nervios y tensión para intentar protegerlos”, cuenta Sonia Oliver, directora del centro, que da servicio a 34 personas.

Estos días los pasacalles, las obras de teatro, los paseos con los perros que acoge la protectora de animales, el coro, los partidillos de fútbol o los cafés con las mujeres de este pequeño pueblo manchego se han sustituido por actividades de interior. Según Oliver, un cambio “brutal” que empezaron a aplicar dos días antes de que se decretara el estado de alarma.

“No salir es lo que peor llevan, porque lo asocian con una falta de premio”, confirma María José Tinoco, que dirige la residencia San Sebastián en Cantillana (Sevilla), con 56 usuarios. En este centro están documentando estas semanas en un diario fotográfico de la cuarentena. Los residentes tienen ahora menos tiempo para pasar fuera de sus habitaciones y se han configurado grupos de trabajo más reducidos para las actividades.

“Desde el momento en que hay una discapacidad intelectual podemos intuir que hay dificultad para gestionar determinadas situaciones o emociones”, resalta Tinoco. En Cantillana realizan talleres de emociones, donde aprenden a gestionar las emociones de estos días. De momento, funciona: cada día la hora del aplauso se adelanta unos minutos, porque todos quieren empezar a aplaudir los primeros.

La receta de Sonia Oliver es clara: “Darles información de lo que está sucediendo, que lo entiendan y que sepan que, si pasa algo, estamos preparados para cualquier urgencia. La sensación de que están protegidos es fundamental”.

El otro pilar debe ser la familia, estos días en la distancia. Hace unos días, Tinoco recibió una carta dirigida a todo el personal de su centro: “Gracias por ser la sonrisa, el apoyo, la motivación, la alegría, la calma, el paño de lágrimas, el cuidado de todos los residentes, que por desgracia sus familias no podemos darles en persona ahora”.

Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla): el cierre, un “impacto para las familias”
Las unidades de estancia diurna están entre los centros cerrados por orden de las autoridades. Rocío Álvarez, directora en funciones de la unidad para personas con discapacidad intelectual de SAMU en Sevilla, cuenta que antes del cierre intensificaron los talleres de higiene de manos (adaptados a sus características) y enviaron una carta a las familias con recomendaciones para estos días.

El cierre es un impacto para las familias, porque deben reordenar su vida con una persona con discapacidad”, destaca Álvarez. Algunas se han agrupado para poder atender a personas con discapacidad que hasta ahora hacían uso de los centros de estancia diurna. Otros han reducido su jornada o reestructurado sus horarios.

Para el personal, el impacto también ha sido grande. Sin usuarios y por mucho trabajo que puedan hacer a distancia, hay servicios que no tiene continuidad. Álvarez asegura que el talante sigue siendo positivo: “Entendemos en lo que estamos”.

Escuela de SAMU: contribución a los gabinetes de crisis

Escuela de SAMU también ha alterado drásticamente su funcionamiento. Como todos los centros educativos del país, la formación presencial se ha sustituido por la educación a distancia mediante el uso de plataformas virtuales. Pero si algo distingue a SAMU es su experiencia en situaciones difíciles. Por eso, los alumnos del Máster de Enfermería se han volcado en la contribución a varios gabinetes de crisis.

“Es un grupo de alumnos bien formado y acostumbrado a trabajar de esta forma. Están prestando un gran apoyo a la rama sanitaria y prevención de riesgos”, apunta Thomas Couyotopoulo, responsable de la escuela.

Desde días antes de la declaración del estado de alarma, estos estudiantes trabajan sin descanso para recoger información de utilidad para los profesionales de SAMU, que sirve para actualizar los protocolos de prevención. Además, la Escuela está colaborando con la Junta de Andalucía en el estudio de un posible despliegue de un hospital de campaña. “En el máster estamos acostumbrados a hacer gabinetes de crisis y preparamos a los alumnos para estas situaciones”.

La Línea coronavirus

Equipos de SAMU trabajan en primera línea contra el coronavirus

Más de 64.000 personas contagiadas, de las cuales más de 4.000 se encuentran en la UCI, y más de 4.800 fallecidos. Estos son los dramáticos datos del coronavirus en España a fecha de 27 de febrero, unas cifras que continuarán creciendo trágicamente en los próximos días. Madrid es la comunidad autónoma más afectada por el coronavirus. Casi la mitad de los fallecidos en España proceden de esta región. A esto se suman numerosos profesionales sanitarios contagiados y de baja, más de 10.000 en todo el país, lo que ha mermado de forma notable la plantilla de los hospitales.

Ante esta situación, SAMU está prestando cobertura a varios dispositivos por encargo de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, especialmente en la provincia de Málaga, y ha desplazado a Madrid tres unidades medicalizadas (UVI móviles), un vehículo de alta capacidad y cuatro unidades de voluntarios compuestas por cerca de una veintena de profesionales, entre médicos, enfermeros y técnicos de emergencias, para colaborar en la operación que la Comunidad de Madrid está desarrollando para trasladar a mayores infectados por el Covid-19 desde residencias hasta centros hospitalarios de la comunidad.

Ésta es una actividad muy exigente física y emocionalmente, porque obliga a los sanitarios a trabajar con medidas de protección individual que le distancian del paciente y que son incómodas. Por si fuera poco, al terminar el servicio se añade el proceso de desvestido y descontaminación, que exige el seguimiento de protocolos estrictos. “Es cuidar de ti para cuidar de los tuyos”, comenta Juan González de Escalada, jefe de operaciones de SAMU.

De manera paralela, SAMU también ha participado en el traslado de un total de 28 pacientes de una residencia de mayores de Alcalá del Valle, en la provincia de Cádiz. Esta misión, autorizada por la Junta de Andalucía, se puso en marcha tras detectarse un brote de coronavirus en dicha residencia, en la que se vieron afectados varios ancianos y profesionales.

En un primer momento, hasta esta residencia acudió un equipo de seis profesionales de SAMU formado por un médico, un enfermero, dos técnicos de emergencias sanitarias y dos técnicos en cuidados auxiliares de enfermería. El equipo, liderado por el enfermero Andrés Rodríguez, realizó un reconocimiento de la situación y, tras valorar las diferentes opciones y el estado de los ancianos, se decidió trasladarlos a un hospital de campaña que el propio SAMU ha levantado en la Residencia El Burgo, en La Línea de la Concepción. Además, se procedió a la desinfección de la residencia de mayores.

En el traslado de pacientes participaron un autobús, seis ambulancias colectivas y dos ambulancias de Soporte Vital Avanzado, todos ellos recursos de SAMU. Durante el trayecto, de dos horas de duración, los sanitarios estuvieron escoltados por la Policía Nacional. Al mismo tiempo, otro equipo de cinco profesionales levantaban el hospital de campaña en La Línea.

Un día después del traslado, numerosos agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hicieron sonar sus sirenas para homenajear a los ancianos en la puerta de acceso del recinto. Sirenas y aplausos que tuvieron una respuesta por parte de los trabajadores del personal de SAMU que también se sumaron a este gesto de solidaridad y agradecimiento, con sus aplausos, desde el interior del recinto. Además, vecinos del municipio linense desplegaron una pancarta en la que se podía leer “También sois nuestros abuelos”.

Actualmente, 24 profesionales de SAMU atienden a un total de 28 pacientes. Las medidas de seguridad son extremas y todos los trabajadores cuentan con Equipos de Protección Individual.
“Esto es una acción humanitaria pura y dura en la ciudad. Como dice el jefe, don Carlos Álvarez Leiva, es una crisis de libro”, manifiesta Andrés Rodríguez, supervisor del hospital de campaña levantado en La Línea. “Estoy muy sorprendido. He estado en muchas misiones humanitaria en países como Siria o Libia, pero nunca pensé ni imaginé que iba a vivir una situación como ésta en Europa”.

Por otro lado, SAMU continúa prestando servicio en Málaga, donde traslada a una media de tres o cuatro pacientes al día. Además, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) ha pedido a SAMU que diseñe un plan de contingencia con hasta 150 trabajadores más, listos para trabajar en distintas escalas de gravedad. Afortunadamente, el personal de SAMU ha recibido formación en manejo de trajes de NBQ y muchos ya están acostumbrados a trabajar en entornos de posibles infecciones bacteriológicas, según González de Escalada: “Se trata de extremar las precauciones que ya suelen tomar”.

Al cierre de la edición de esta revista, SAMU sigue en acción en todos y cada uno de los frentes de la crisis con la puesta en marcha de proyectos de la mano de las administraciones públicas como la instalación de un recursos para personas sin hogar en Madrid y Sevilla, y la apertura de un hospital de campaña en un hotel del Aljarafe sevillano dirigido a personas mayores.

El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, ha puesto toda la organización y sus recursos a disposición de las administraciones públicas y de la propia sociedad para contribuir en la medida de sus conocimientos y posibilidades a solucionar esta crisis de salud pública.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU: «Calma, profesionalidad y entereza»

Editorial Revista SAMU número 101

La irrupción de la pandemia en España en este último mes ha puesto todas nuestras vidas patas arriba. En el momento en que esta Revista SAMU número 101 llegue a nuestros lectores ya estaremos familiarizados con realidades que hace seis meses nos hubieran parecido de ciencia ficción: confinamiento, teletrabajo, equipos de protección individual, estado de alarma, restricción de libertades, cierre de fronteras… Afortunadamente SAMU es una organización experta en gestión de crisis. Esto quiere decir que como grupo tenemos una mayor tolerancia a la adversidad y a la incertidumbre. Somos una organización valiente.

Esta valentía ha habido que demostrarla, sobre todo porque tenemos personal sanitario y de servicios sociales que han tenido que mantenerse en su puesto y con toda entereza ante la adversidad. También tenemos compañeros apoyando al dispositivo sanitario en primera línea en Madrid y en otros puntos del país.

Hoy os quiero dar las gracias efusivamente porque tiene un mérito enorme mantener el liderazgo ante pacientes y residentes en momentos de máxima angustia social. He visto con orgullo cómo el personal de emergencias afrontaba la pandemia con sosegada tranquilidad, cómo el personal de los centros ponía en marcha iniciativas “quédate en casa”, o cómo el retén de administración estaba con su mascarilla delante del ordenador.

SAMU es una organización que se crece ante las crisis y os agradará saber que desde el primer minuto nos hemos puestos a disposición de la sociedad para ayudar en lo que fuera menester. En el peor momento, SAMU ha dado un paso al frente para apoyar en lo que fuera necesario. Hasta hemos puesto en marcha un taller semiprofesional de fabricación de mascarillas ante la escasez acuciante de este material entre los propios profesionales sanitarios.

En este periodo de grandes incógnitas vitales, os ruego que por favor sigáis dando ejemplo de calma, profesionalidad y entereza. Sois un ejemplo para la sociedad a la que todos servimos.

Mucho ánimo y mucha fuerza, equipo.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU.