Dr. Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU

El origen de SAMU: 40 años de una organización única

Hace 40 años, el coronel médico Carlos Álvarez Leiva tuvo una visión de futuro que convirtió en un proyecto de vida: SAMU. Álvarez Leiva introdujo en España la primera UVI Móvil y, con ella, la medicina prehospitalaria y de emergencias, creando una escuela y una filosofía de trabajo que hoy pervive.

Cuando se le pregunta por el origen de SAMU, el doctor Álvarez Leiva recuerda que en 1981 muchas personas morían en accidentes de tráfico al no contar con una asistencia médica en carreteras. Otras morían en sus casas o de camino a los hospitales mientras les trasladaban en aquellos taxis o coches en los que el conductor sacaba un pañuelo blanco por la ventana para indicar a los demás conductores que tenía una emergencia. “Vi que en España no existían uvis móviles ni la medicina hospitalaria. Las ambulancias sólo transportaban al paciente hasta el hospital, no atendían a las víctimas in situ, como sí ocurría en otros países, como en Francia. Me pareció un proyecto interesante implantar ese tipo de medicina en mi país. Empeñé mi familia, mis ahorros y todo mi tiempo, y fui capaz de compaginar mi vida militar con este proyecto personal”, explicaba recientemente Álvarez Leiva en una entrevista publicada en Revista SAMU.

Tal como describe el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, en su carta abierta por el 40 aniversario de SAMU, en aquellos primeros años SAMU se dividía en dos: SAMU base (la oficina) y SAMU Móvil (la ambulancia).

A partir de esta fecha, la entidad fue la responsable de la cobertura sanitaria de grandes eventos como la Feria de Sevilla o el Rocío (Plan Romero), además de realizar en Sevilla traslados de pacientes críticos y atender los servicios de emergencias que ocurrían en la calle, trabajo que diez años después comenzó a desempeñar la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES-061).

Uno de los primeros acontecimientos en los que estuvo presente una ambulancia de SAMU fue durante los preparativos y la celebración de la Exposición Universal de Sevilla 92. “Detrás de la primera grúa que entró en ese erial que era entonces la Isla de la Cartuja, que acogió la Expo’92, iba una ambulancia de SAMU. Fuimos los primeros en entrar, y aquí seguimos 40 años después”, recordaba Carlos Álvarez Leiva en otra entrevista con motivo del 25 aniversario de la Expo’92. “Los operarios trabajaban en tres turnos y tenía que haber un dispositivo sanitario siempre con ellos. Durante dos meses estuvimos durmiendo en la ambulancia, pasando muchísimo frío por las noches, porque ahí no había nada construido”.

SAMU fue el encargado también de desarrollar el Plan de Emergencia para la Expo’92. El 061 comenzaba a arrancar y SAMU ya contaba con 10 años de experiencia en el sector.

Más de 60 personas formaron el equipo de SAMU en turnos de 24 horas en la Expo’92. Su labor principal era el traslado a los hospitales de pacientes críticos y la asistencia sanitaria de los más de 40 millones de visitantes que acudieron a la Expo.

“Principalmente, atendimos lipotimias, intolerancias digestivas, pequeñas erosiones en la piel, frecuentes en personas que llevan mucho tiempo andando, alergias severas, crisis diabéticas y crisis epilépticas”, explicaba el doctor Álvarez Leiva. “Fue todo un éxito. De las más de 30.000 asistencias, sólo hubo una queja. Todo el mundo conocía cuál era su función. Existía una jerarquía asistencial muy bien estructurada y contábamos con una red de apoyo de especialistas, además de intérpretes permanentes de inglés, francés y alemán”.

Antes de la Expo, en 1990, SAMU dio sus primeros pasos en el ámbito de la formación y ese año se impartió la primera edición del Máster de Emergencias Médicas junto con la Universidad de Sevilla, y en 1994, la primera edición del Máster de Enfermería en Atención Hospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria.

Nueve años después, en 1999, SAMU comenzó a expandirse fuera de Sevilla con la creación del servicio de emergencias de Málaga.
Desde entonces, SAMU no ha hecho más que crecer dentro y fuera de España, especialmente en la última década. La organización cuenta hoy con una plantilla de casi 2.000 trabajadores y presencia en tres países (España, Marruecos y Estados Unidos). Hoy SAMU y Fundación SAMU tienen activos unos 80 recursos del ámbito de las emergencias, la salud mental, menores y familia, servicios educativos, discapacidad y logística. Además, SAMU ha participado en estos años en 11 misiones humanitarias, diez de ellas internacionales, y en 2020 y 2021 ha estado en primera línea en la lucha contra el Covid-19.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU

Carta abierta por el 40 aniversario de SAMU de Carlos González de Escalada, director general de SAMU

Recuerdo que era un niño más o menos de mi edad, quizá más chico. No me alcanza a ponerle la fecha, tampoco el año, era a principio de los años ochenta. Conducía José María Rivera, el primer chófer de ambulancia de SAMU. Mi padre era el médico y yo el camillero. Con la imprecisión de un recuerdo tan lejano me aventuro a decir que íbamos o veníamos de Huelva con un paciente que por su edad me impresionó. Lo que sí recuerdo con nitidez de ese traslado (“evacuación” le llamábamos entonces) era mi misión sanitaria: ir cantando a mi padre los parámetros clínicos que aparecían en el monitor de la cabina asistencial.

Como era algo tan importante, me lo tomé con toda la seriedad del mundo y yo repetía los números que aparecían en el aparato con la cadencia rítmica de un reloj de cuco. Cientos de veces los repetí, sin apartar la vista de aquella pantalla rudimentaria. Aquel niño se salvó y muchas veces me he preguntado qué sería de él, dónde estaría hoy. En aquellos días, si bien no era ya corriente, tampoco era tan excepcional que un imberbe ayudara a su padre en su oficio, y yo me sentí muy orgulloso de aquella intervención.

Mi padre, el Dr. Álvarez Leiva, había comprado en Alemania una UVI móvil que entonces era la primera y la más avanzada de España. Era la época en el que SAMU se dividía en dos: “SAMU base” —la oficina— y “SAMU Móvil” —la ambulancia—. Me lo recordaba mi amigo José Luis de Alcaraz hace unos meses, yo lo había ya olvidado.

También recuerdo que, con 16 años, los domingos me tocaba “guardia de coordinación de noche” desde la base: un piso en la calle Asunción 41, que era de mi abuela materna. Me enfadé mucho porque aquellas guardias no me las pagaron nunca, ya que sufragaban, supuestamente, mi curso en Estados Unidos del año siguiente. Allí hice el COU, una de las mejores experiencias de mi vida.

Estas primeras vivencias las tuve cuando SAMU era una micro-empresa. Mis hermanos y yo tenemos la suerte de haber mamado un oficio que llevamos en la sangre. Hemos evolucionado mucho desde aquella primera UVI móvil, marca Volkswagen, pero el espíritu emprendedor sigue intacto.

Cuarenta años después, somos una entidad mediana con casi 2.000 profesionales en plantilla. Aunque estamos muy profesionalizados, SAMU mantiene su esencia familiar y vocacional.

Tras cuatro décadas de andadura, nos hemos convertido en un grupo de amigos con una clara conciencia de servicio a los demás. Ésa es la causa que da sentido a nuestra actividad corporativa. Estamos aquí por los demás porque, como yo le digo a mis hijos: “servir es lo más digno”.

Sé que el año de este 40 aniversario, 2021, es particularmente complejo para todos nosotros. Es duro trabajar día a día sin saber muy bien qué nos va a deparar el futuro. En toda actividad privada, el éxito de ayer no garantiza el triunfo mañana. Los gestores afrontamos la reválida diaria de sostener el legado de nuestros mayores, cuando la mar está tan brava.

Obsesión por la calidad, valentía, creatividad, austeridad, entereza, ausencia de burocracia, aportar soluciones, espíritu científico, quitar preocupaciones al cliente, cercanía, flexibilidad, respuesta rápida, gestión de la incertidumbre… son actitudes que yo he aprendido de mi padre y que lucen altas en el pabellón de SAMU. Todos las compartimos.

Como en cualquier organización que crece, SAMU también tiene que enfrentarse a sus propios retos. Lograr una organización eficiente; ofrecer formación a todos; servir a tantas administraciones públicas diferentes o convivir con presupuestos restrictivos son sólo algunos de ellos. Mi preocupación constante es mi equipo, del que estoy tan orgulloso.

La década que empieza va a tener un color especial. Vamos a apostar de manera muy decidida por dar un impulso internacional a las actividades de nuestra casa. También vamos a constituir un Instituto de Investigación Científica para devolver a la sociedad nuestro saber en un formato de la máxima excelencia. También queremos seguir acompañando a las administraciones que tengan necesidades críticas y, en general, a todos los clientes que saben que siempre estaremos a su lado.

Se cumple esta efeméride señalada y doy las gracias a todos los que han confiado en SAMU a lo largo de años, también a nuestros proveedores, a mi personal y a mi familia.

Ahora, ¡a por otros cuarenta años!

Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía.

Carta abierta por el 40 aniversario de SAMU de Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía

En los últimos meses, Andalucía se está enfrentando a una pandemia sin precedentes. La Covid-19 ha trastocado nuestra normalidad y ha puesto del revés nuestro día a día. Un tiempo en el que los andaluces han sido un ejemplo a seguir por su comportamiento y por saber adaptarse de una manera tan responsable a unas circunstancias tan complejas como las que estamos atravesando.

Como presidente de la Junta de Andalucía, me siento muy orgulloso de ellos y de la solidaridad de la que han dado buen ejemplo. Hemos tenido que tomar decisiones difíciles, pero el único objetivo que nos ha movido desde el principio es el de salvar vidas, pero siempre intentando también, en la medida de lo posible, darle oxígeno a la economía porque somos conscientes de que no sólo tenemos ante nosotros una crisis sanitaria, sino también una crisis social y económica que, entre todos, tendremos que superar.

Profesionales de sectores como la hostelería, el turismo, el comercio, el ocio, los bomberos, las Fuerzas o Cuerpos de Seguridad del Estado, todos han plantado cara a esta situación dando lo mejor de sí mismos para que todos pudiéramos estar atendidos y para que no nos faltara de nada en los meses que ha durado el confinamiento, así como en los meses posteriores.

Pero, sin duda, una mención especial es la que merecen los profesionales sanitarios, un activo esencial e irremplazable en la lucha contra la pandemia. Desde el primer minuto, han estado en primera línea y han actuado como unos auténticos héroes salvando vidas y, en muchos casos, aunque ello supusiera llegar a poner incluso la suya en juego. Lo han dado todo y se lo debemos todo.

No han dudado desde el primer momento en dar lo mejor de ellos por atender a todos los ciudadanos que lo han necesitado y servir de apoyo a muchos enfermos y a sus familias en situaciones críticas y en otras muchas en las que desgraciadamente el desenlace ha sido el peor de los que se podía esperar.

Dentro y fuera de los hospitales se han convertido en la familia de cada paciente, han sufrido junto a ellos, se han preocupado y han servido de base y apoyo a sus familias, ya que el Covid-19 no les ha permitido estar con éstos en la enfermedad y en algunos casos ni tan siquiera han podido despedirse de sus seres queridos. Les debemos mucho y estaremos en deuda eternamente por todo lo que nos han aportado.

Una mención especial tiene el personal de los Servicios de Asistencia Médica de Urgencias (SAMU), los primeros en llegar ante cualquier emergencia y los primeros en tender la mano a los que lo necesitan. Trabajan bajo una presión máxima en la que el tiempo de reacción es algo fundamental y, en muchos casos, determinante para la posterior evolución de los pacientes.

Este año, SAMU celebra el 40 aniversario desde su puesta en marcha. Su labor a lo largo de estos años ha sido fundamental y su entrega y disposición son dignas de admirar. Lo ha sido siempre, pero estos últimos meses soy consciente de que han tenido que doblar sus esfuerzos y trabajar ante la enorme adversidad que ha generado el coronavirus. Por ello, solo puedo mostrar mi admiración y reconocimiento a todos y a cada uno de los miembros que integran estos equipos. Sois una pieza fundamental en esta sociedad y vuestro trabajo es digno de alabanza.

La salud es nuestro pilar más importante, sin salud no somos nada, y es por ello que debemos preservar y reforzar nuestro sistema sanitario. El Gobierno andaluz es consciente de ello y por eso su compromiso con la sanidad y con los profesionales sanitarios es firme.

Prueba de ello es que desde el final del verano de 2020 se han llevado a cabo en Andalucía un total de 971 obras que tienen como objetivo el de mejorar, modernizar y hacer más efectiva nuestra sanidad pública para que ésta pueda hacer frente a la pandemia con las mayores de las garantías y de la mejor forma posible.

Otro ejemplo de nuestro compromiso con nuestro sistema sanitario es que es la primera vez que la Junta de Andalucía destina el 7% del PIB a la Sanidad, a lo que se suma el refuerzo en los profesionales sanitarios que también es récord en nuestra comunidad con una plantilla que está ya por encima de los 118.000.

La sanidad es clave y los profesionales que forman parte de ella son los verdaderos protagonistas. Quiero desde aquí felicitar a SAMU en su aniversario, agradecerles su labor a todos sus integrantes porque cada uno de ellos es una pieza esencial que contribuye de forma decisiva a velar por la salud de los ciudadanos siendo ésta nuestro bien más preciado y el que debemos cuidar por encima de todo.

No perdamos la esperanza. Superamos la primera y la segunda ola y superaremos la tercera. Con la responsabilidad y el compromiso de todos dejaremos atrás la pandemia. Saldremos adelante.

Equipo de voluntarios de SAMU que viaja a La Palma

SAMU envía un equipo de voluntarios a La Palma para prestar apoyo a los desplazados por el volcán

Un contingente de voluntarios de SAMU ha partido este lunes desde el Aeropuerto de Sevilla para La Palma con el objetivo de prestar apoyo a la población desplazada por la erupción del volcán Cumbre Vieja, más de 5.000 personas en total, según los últimos datos oficiales.

Los voluntarios participantes en esta misión, denominada Cumbre Vieja 2021, se pondrán a disposición del Gobierno de Canarias, realizando las labores requeridas en materia de asistencia sanitaria y apoyo a los sistemas de emergencias, así como refuerzo de las necesidades logísticas.

El equipo está compuesto por siete voluntarios, entre los que se encuentran enfermeros y auxiliares de enfermería, técnicos en emergencias sanitarias y técnicos en integración social. En principio, el grupo pretende prestar asistencia durante una semana, periodo que podrá modificarse en función de la evolución de las circunstancias.

El dispositivo se ha diseñado y puesto en marcha en menos de 24 horas. A las 15:12 horas de este domingo, hora insular, comenzó a rugir el volcán de La Palma tras entrar en erupción. Desde hace días, Involcán y el Instituto Geográfico Nacional (IGN) venían advirtiendo de que el proceso sísmico se estaba acelerando, de que los terremotos tenían focos cada vez más someros por lo que no descartaban que pudiera terminar en una erupción, aunque aseguraban que nadie podía predecir ni el cuándo ni el dónde. Ante estos avisos, el domingo por la mañana, SAMU activó un gabinete de crisis y solo 24 horas después, este lunes al mediodía, un equipo de voluntarios ya viajaba dirección La Palma con el fin de prestar asistencia desde la tarde de este mismo lunes sobre el terreno.

Estos recursos voluntarios se sumarán a los más de 180 efectivos desplegados por la UME y del resto de fuerzas de seguridad en La Palma, así como de otras organizaciones sanitarias y asistenciales.

En esta misión, SAMU volcará todo su know-how en la gestión de grandes catástrofes y asistencia humanitaria, con experiencias recientes en Honduras o Costa Rica, actividad que se canaliza a través de la entidad Samu First Response, especializada en labores asistenciales internacionales de carácter humanitario.

SAMU Xsport en Non Stop Madrid-Tajo Internacional- Lisboa

SAMU Xsports se encarga del dispositivo sanitario de la Non Stop Madrid-Tajo Internacional-Lisboa

Cerca de 600 corredores en bici de montaña participaron entre el 2 y el 4 de julio en la octava edición de la Non Stop Madrid-Tajo Internacional- Lisboa, que se disputó sobre 490 kilómetros y concluyó en la localidad cacereña de Cedillo debido al aumento de casos de Covid-19 en Lisboa y la Ribera del Tajo. El equipo de SAMU Xsports fue el encargado de organizar el dispositivo de emergencias médico-sanitarias de esta prueba, que permite a esta división de SAMU seguir sumando experiencia en la cobertura de competiciones deportivas en condiciones y escenarios extremos. “Ha sido una experiencia fantástica y también agotadora”, apunta Alfredo Delgado, responsable de coordinar el dispositivo sobre el terreno.

Seis efectivos de SAMU participaron en la Non Stop Madrid-Tajo Internacional-Lisboa, que, como su nombre indica, tiene la particularidad de realizarse de forma continua. Los ciclistas, en equipos de hasta cuatro participantes, debían cubrir la distancia de 490 kilómetros, sin paradas obligatorias y en un tiempo máximo de 39 horas. Los relevos se producían en las llamadas Estaciones de Hidratación, ocho pueblos intermedios entre salida y meta.

En el coche de dirección de carrera, Alfredo Delgado se encargaba de coordinar a las ambulancias disponibles en cada una de las Estaciones de Hidratación. También al vehículo todoterreno de SAMU en el que viajaban una médico y una enfermera, y cuya misión era seguir la carrera a través de caminos y veredas, preparado para intervenir en caso de accidente en aquellos puntos no accesibles para las ambulancias.

Tres profesionales más de SAMU participaban en el dispositivo desde la base de Sevilla, pendientes de cualquier trámite administrativo o logístico necesario.

El reto de esta prueba es lograr la mejor coordinación posible de todo el sistema de emergencias, con hasta ocho puntos diferentes de paso de los corredores y muchos espacios poco accesibles en entornos rurales y de montaña. Eso, y el desgaste individual de las horas sin dormir siguiendo la prueba con la máxima diligencia, con alto estrés y de noche. El trabajo y la profesionalidad del equipo han sido claves para el éxito de la misión”, explica Alfredo Delgado.

Se realizaron tres intervenciones de gravedad que requirieron traslado al hospital: dos por caída y una por pérdida de conciencia. El resto de intervenciones fueron por caídas de menor incidencia con roturas en las extremidades o por los efectos del esfuerzo extremo.

SAMU Xsports es la unidad de SAMU encargada de la organización de coberturas sanitarias para deportes extremos y de aventuras, en lugares remotos, “allí donde los medios convencionales no tienen capacidad de actuación”, tal y como apunta el responsable de dispositivos deportivos de SAMU, Sergio Vitrián. “Desde la organización se han llevado a cabo muchos proyectos de forma exitosa. Antes, todos esos proyectos se gestionaban de forma independiente. SAMU Xsports aglutina ahora todo el trabajo, funcionando sobre la base de SAMU, pero con la mayor autonomía posible”.

SAMU Xsports está al servicio de entidades públicas y privadas, y trabaja en un sector en alza en disciplinas como el ciclismo, la maratón, el trail y ultratrail, las travesías a nado, las carreras de orientación o las pruebas a motor.

SAMU ofrece una capacidad organizativa y humana del máximo nivel internacional, además de una relevante experiencia en misiones de este tipo. Estas capacidades logísticas y el uso de nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental para trabajar en entornos remotos, incomunicados e inhóspitos, que son la esencia de este tipo de pruebas extremas de aventura.

Empresa Saludable SAMU Consejos Verano

Consejos que ya sabes para no echar por tierra tu salud este verano

En verano es fácil modificar los hábitos saludables que intentamos mantener durante el invierno, especialmente los alimentarios, y esto sucede casi sin darse uno cuenta. Nuestra rutina diaria sufre cambios, los días se alargan y los momentos de ocio aumentan. El buen tiempo incita a pasar más tiempo en la calle y a hidratarnos no precisamente con agua, sino con bebidas refrescantes, muchas veces azucaradas, bebidas alcohólicas, zumos y helados. Además, muchas veces esas bebidas suelen ir acompañadas por algo para picotear y terminamos cenando o comiendo fuera de casa, rompiendo así nuestras rutinas alimentarias.

El verano es la época de las vacaciones, pero también de los excesos. Para intentar, en la medida de lo posible, llevar una alimentación saludable y una vida sana también en la época estival, aquí tienes algunos consejos y recomendaciones que seguro conoces, pero que siempre es positivo recordar.

Uno. Alimentación e hidratación

Es importante no saltarse las comidas principales e intentar mantener un horario de comidas, esto evitará picoteos innecesarios. Aumentar el consumo de frutas y verduras, que servirán como tentempié, plato principal o de postre, además de ser cómodas para llevar a la playa o a la piscina. Procura comer ligero y evitar comilonas, o al menos limitarlas. Las bebidas alcohólicas, la comida rápida y los snacks industriales no son aliados. Y los helados, por muy artesanos que sean, tampoco.

Dos. Ejercicio físico

Realiza ejercicio físico de manera regular como puede ser andar, nadar, montar bicicleta o jugar a las palas, pero evita hacerlo durante las horas de máximo calor, así evitarás deshidratarte con mayor facilidad. Aprovecha para disfrutar del aire libre, además así absorberás más vitamina D, importante para la salud ósea. La actividad física es beneficiosa para la salud y mejora la calidad de vida. Ayuda a prevenir enfermedades, mejora el estado de ánimo, disminuye el estrés, aumenta la autoestima y fomenta las relaciones sociales.

Tres. Descanso

Duerme lo necesario, como mínimo, 7 horas. Así conseguirás que las hormonas que regulan el apetito estén equilibradas. Además, hay alimentos que por su composición favorecen el descanso, debido a su contenido en triptófano (pavo, pollo, leche, queso, pescado, huevos, verduras de hoja verde o fresas).

Cuatro. Ropa transpirable y calzado adecuado

En verano, el cuerpo pone en marcha los mecanismos de regulación térmica o termorregulación para adaptarse a las altas temperaturas. Para ayudarle, es conveniente usar prendas transpirables. Las más recomendadas son las elaboradas con fibras naturales como el algodón o el lino. También es importante que la ropa sea cómoda y ligera. En cuanto al cuidado de los pies y el calzado, los podólogos recomiendan tomar precauciones especiales en esta época del año, ya que son los meses en que los pies están más expuestos a desarrollar infecciones, verrugas o hongos. Es importante usar chanclas en la piscina, en la playa y en las duchas de los gimnasios para evitar el contagio de hongos, además de secarse bien los pies. En paralelo, se aconseja usar sandalias que no sean totalmente planas, ya que esto puede producir dolores de espalda y de rodilla.

Cinco. Protección solar

Para cuidar la piel, es imprescindible utilizar crema de protección solar todos los días, sobre todo los meses de verano, cuando los rayos del sol son más peligrosos, y no sólo cuando se vaya a la playa o a la piscina. Los dermatólogos recomiendan usar un factor de protección alto (mínimo FPS 30) para proteger la piel de las agresiones solares. Las consecuencias de una mala exposición al sol son el envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, aparición de manchas y un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Ceuta 2021 SAMU

Ceuta 2021: Una operación de SAMU sin precedentes

Los grandes problemas requieren soluciones a la altura. La crisis provocada en Ceuta del 17 al 19 de mayo, tras la llegada de unos 8.500 migrantes, entre ellos alrededor de 1.500 menores, ha dado un lugar a un despliegue sin precedentes por parte de Fundación SAMU. Se trata de “la mayor operación llevada a cabo hasta ahora por SAMU”, según Carlos González de Escalada, director general de SAMU.

Un esfuerzo descomunal y a contrarreloj para atender las necesidades urgentes de más de 800 niños y niñas que permanecen en Ceuta y necesitan un techo, cama, ropa, comida y un entorno adecuado a su edad. Este esfuerzo llega apenas seis meses después de que SAMU desplegara en las Islas Canarias un dispositivo extraordinario para atender a los menores no acompañados que llegaron de forma masiva.

Javier Olier dirige el dispositivo de Ceuta, y destaca la adaptabilidad que ha demostrado SAMU en esta crisis, en la que las expectativas se han visto reiteradamente superadas por la realidad. “Desembarcamos seis personas a las ocho y media de la tarde del 19 de mayo para ayudar a Cruz Roja a repartir bocadillos, y nada más bajar del barco nos hicimos cargo de un centro para 250 menores, de los cuales veinte eran positivos en Covid”, relata.

Piniers I fue el primero de los recursos de emergencia que gestiona Fundación SAMU en Ceuta. El 21 de mayo, SAMU abrió Santa Amalia, con capacidad para otros 250 menores, y el 24 hizo lo propio con dos nuevos recursos en el polígono de El Tarajal: uno con capacidad para 300 menores y otro para ingresos en aislamiento preventivo por posible contagio de coronavirus. Por último, abrieron un tercer recurso en El Tarajal, destinado exclusivamente a alojar positivos: “Hemos llegado a tener 250 menores en la nave verde de El Tarajal, 160 en aislamiento y 80 positivos”.

Posteriormente, SAMU ha abierto Piniers II, donde ha colocado diez iglús, contenedores ablatorios, una oficina, un almacén y una carpa de 600 metros. “Todo eso lo hemos hecho en cinco días”, comenta Olier con satisfacción. Mientras explica su trabajo, atiende media docena de llamadas, da instrucciones a operarios, gestiona la llegada de nuevos contenedores y módulos, señala dónde deben colocarse. Este trabajo no ha terminado. Al contrario. A finales de junio SAMU sigue atendiendo a alrededor de 800 niños y niñas llegados sin nada a Ceuta. En la calle sigue habiendo varios centenares, y SAMU registra nuevos ingresos cada día.

Prioridad: salir de las naves

Lo más urgente ahora es dar a esos niños un propósito, algo que hacer y un espacio adecuado para ello. Una nave industrial es un techo de emergencia, no un recurso sostenible a medio plazo. “Tienen talleres de manualidades y educativos, se practica algún deporte dentro de la nave, pero no es al aire libre”, explica Olier. Este tipo de espacios facilita la aparición de conflictos entre los menores.

Por eso, la hoja de ruta tiene como prioridad sacar los niños de las naves a módulos prefabricados instalados en espacios abiertos y posteriormente, a casas style framing. “Nuestro esfuerzo se dirige a sacarlos a espacios donde tengan la posibilidad de ejercitarse y recrearse en exteriores”, señala Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU. SAMU está inmersa en una obra de 14 habitaciones con capacidad para 120 niños, en un espacio de cuatro mil metros. Actualmente, un equipo de diez personas trabaja en la fabricación de módulos propios para reforzar la capacidad de dar alojamiento y aseo a los menores atendidos.
Un despliegue logístico de veinte toneladas.

Desde Sevilla, González de Escalada está al frente de un gabinete de crisis para identificar las necesidades del operativo y cuidar de que a Ceuta llegue todo lo necesario para atender a los menores. SAMU ha diseñado un sistema para sistematizar la realización de un par de envíos semanales a Ceuta, que presenta una dificultad añadida: no forma parte del territorio aduanero de la Unión Europeo.

Hasta el cierre de esta edición de Revista SAMU, se habían enviado a la ciudad autónoma más de veinte toneladas de material sanitario, ropa, módulos… “El esfuerzo logístico que se hace en Sevilla es crucial para que este proyecto salga adelante. Es de una dimensión difícil de abarcar”, admite Olier.

SAMU ha puesto toda su capacidad para atender una necesidad excepcional: atender a cerca de un millar de niños y niñas solos en una ciudad española. “Haz el bien y no mires a quién”; “el genio es un 1% de talento y 99% de trabajo duro”; “al final todo irá bien, si no está bien es que no es el final”. Son frases que se leen, en español, francés, inglés y árabe, en los módulos que estos días cobijan a cientos de niños y niñas solos en Ceuta.

Hay que tener en cuenta que el servicio de Fundación SAMU tiene un carácter integral, que persigue no sólo la atención asistencial de los menores extranjeros no acompañados, sino también su desarrollo social, psicológico y laboral en un entorno de máxima profesionalización y capacidades.

Educadores, operarios, técnicos y personal administrativo de Fundación SAMU trabajan con un objetivo común, aun en situaciones de emergencias como la que atraviesa Ceuta: garantizar un presente digno a estos menores, para que puedan aspirar a un futuro mejor.

SAMU en el Estadio Sánchez Pizjuán

SAMU, un equipo de Champions League

SAMU juega en la Champions League de las emergencias sanitarias de la mano del Sevilla FC. Y es que, por cuarto año, la entidad ha asumido la cobertura de emergencias del club, tanto del primer equipo como de todas sus categorías inferiores (masculinas y femeninas), del personal técnico y de los asistentes a los partidos de fútbol celebrados en las instalaciones tanto del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán como de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios durante la temporada recién terminada. El acuerdo firmado con el Sevilla FC a principios de la campaña 2020-2021 incluye tanto las competiciones nacionales como las internacionales.

La primera vez que SAMU pisó el césped del Sánchez-Pizjuán fue en la temporada 2016-2017. Dada la magnitud técnica de cada evento, en un estadio con 40.000 localidades, y su enorme dimensión social, aquella operativa fue una prueba de gran éxito para la entidad y para el equipo de 30 personas de SAMU que participaron en la misma bajo la coordinación de Victoria Galiani. La segunda campaña de SAMU con el Sevilla FC fue durante la temporada 2017-2018, para repetir de nuevo durante la temporada 2019-2020 y ésta que acaba de concluir.

La gran peculiaridad de este año ha sido la ausencia de público en las gradas. Las medidas contra el Covid-19 han impedido la presencia de espectadores durante los partidos, algo que ya ocurrió durante las últimas jornadas de la temporada anterior. Este cambio sustancial ha obligado al equipo de SAMU a reorganizar su trabajo y su logística. “No es lo mismo un dispositivo de emergencias para un evento en un recinto cerrado con 40.000 personas que en otro donde solo te tienes que centrar en los jugadores, el equipo técnico del club, los directivos, el personal de seguridad y algunos profesionales más, como prensa”, explica Carmen Espina Barrera, enfermera y responsable del dispositivo durante esta atípica campaña. “Los recursos necesarios son diferentes y la presión que tenemos durante nuestro trabajo, también”.

En condiciones normales, el dispositivo de emergencias del Sevilla FC lo forman entre 20 y 25 profesionales de SAMU. En esta ocasión, debido a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, el equipo ha estado formado por 10 personas. “Tenemos un equipo de asistencia completo formado por un médico, un enfermero y dos técnicos en emergencia sanitarias a pie de pista”, relata Carmen Espina Barrera.

Este equipo se encarga de atender a los futbolistas y cualquier circunstancia médica que ocurra sobre el terreno de juego. Los efectivos de SAMU tienen las camillas a su disposición para evacuar a los futbolistas hacia la banda o directamente a vestuarios. Trabajan en coordinación con el equipo médico del club, aunque, en caso de emergencias, es el director médico asignado a este equipo de pista quien se erige como máximo responsable de la estabilización y traslado del jugador hasta el hospital de referencia.

También hay un segundo equipo de asistencia en la clínica de estabilización, donde se atiende a directivos, personal de prensa y a todo aquel que lo necesite (incluidos espectadores, cuando los hay). La Unidad de Estabilización es también el punto de reunión del equipo de SAMU, de atención sanitaria y de acopio de material. Aquí operan un médico, dos enfermeros, y un técnico que realiza funciones de transmisiones. Este equipo está preparado para cualquier contingencia.

El dispositivo lo completa una octava persona que hace las labores administrativas y que lleva el control del número de asistencias, traslados, actas… , y un noveno profesional, en este caso un TES, que se encuentra en la Puerta de Emergencia 11 junto a una UVI Móvil preparado para actuar en caso de que sea necesario realizar un traslado de emergencia a un hospital. Carmen Espina Barrera, por último, ejerce como mando del operativo y enlace entre el Sevilla FC y SAMU.

“El Covid-19 ha cambiado radicalmente nuestra forma de trabajar. Cuando hay espectadores, la carga de trabajo en la clínica de estabilización es mucho mayor. Se atienden infartos, se activan códigos de ictus, hay muchos golpes de calor, lesiones traumáticas, desvanecimientos, caídas… Ahora estamos centrados en el aspecto más deportivo, en los jugadores”.

Espina reconoce que, en los partidos de las categorías inferiores, que se juegan en la Ciudad Deportiva, actualmente se realizan más asistencias que en el Estadio Sánchez-Pizjuán, ya que en estos partidos hay más contacto entre los jugadores y se producen más choques, lesiones y heridas.

Durante la mayor parte de esta temporada, SAMU también ha sido la encargada del dispositivo de antígenos en el Estadio del Sánchez-Pizjuán. “A todo aquel que entraba en el estadio se le realizaba una prueba de antígenos, excepto a los jugadores, cuyas pruebas se realizan a través de otro proceso. Directivos, prensa, sanitarios, personal de vigilancia y seguridad, policías…. Empezábamos a las nueve de la mañana y finalizábamos al terminar el partido”, comenta la jefa del dispositivo.

En condiciones normales, hasta siete profesionales se reparten por todas las coordenadas del estadio, con dos o tres personas (en función de la proximidad al centro de estabilización) para la atención más inmediata al público que llena el graderío.

Espina y el equipo que lidera han aprendido a identificar las grandes variaciones de tensión que se producen en un escenario como es un partido de fútbol: ¿Quién es el rival? ¿El equipo gana, o va perdiendo? ¿En qué momento del partido estamos? ¿Qué se juega el club? “Es algo que se respira en el ambiente y que hay que valorar en cada momento. En el derbi, por ejemplo, la tensión es altísima, lo mismo que en los partidos de Champions”, apuntan desde SAMU. Hay que tener en cuenta que SAMU es el responsable del dispositivo sanitario de los partidos de Primera División del primer equipo del club, Champions League, Copa del Rey y Copa de la Reina.

La responsable del dispositivo explica que, en condiciones normales, la peculiaridad principal del dispositivo en el estadio es que se trata de un recinto cerrado y con gran afluencia de público, en el que los patrones de evacuación son fundamentales. SAMU asume la labor asistencial frente a emergencias y es responsable del traslado de heridos a la zona de concentración de ambulancias, en el lateral del estadio, y la posterior coordinación con Emergencias. “Esto nos hace estar en una tensión constante. En una maratón tenemos a más de 20.000 personas repartidas en 42 kilómetros de recorrido en los que puede darse una situación de emergencia. Aquí estamos concentrados en este recinto, que además está cerrado, que tiene diferentes puertas, diferentes alturas, escaleras…”, explican desde SAMU.

En las últimas semanas se ha valorado la posibilidad de que los espectadores vuelvan a los estadios en los últimos partidos de la Liga. No hay nada decidido sobre la próxima temporada, aunque todo apunta a la normalización de estos eventos. “Evidentemente no es lo mismo un estadio vacío que un estadio con 43.000 personas. Pero si permiten la entrada de público, ya sean 10.000 ó 20.000 personas, volveremos a reforzar nuestros recursos, y nuestro protocolo de actuación será el mismo que ante un estadio lleno, ya que el recinto es el mismo y la dispersión del público también”.

La colaboración de SAMU con un club de máxima solvencia como es el Sevilla FC y con los distintos equipos de seguridad que forman parte del dispositivo organizativo de cada partido ha sido fluida y muy eficaz, algo que desde SAMU esperan repetir en próximas temporadas.

Valme López Romero

Valme López, directora de Servicios Corporativos de SAMU: “En SAMU he aprendido a tener la piel más dura”

Valme López (Sevilla, 1987) puede presumir de ser una de las pocas personas que, con su trabajo y dedicación, ha ido desde la base subiendo peldaños uno a uno dentro de la estructura de SAMU. Entró como becaria en 2010 y acaba de ser nombrada directora de Servicios Corporativos.

—En primer lugar, felicidades por este nuevo nombramiento. Se trata de un puesto de nueva creación. ¿Cuál es su función ahora exactamente?
—Sigo trabajando dentro de la Dirección General, pero no como adjunta a la Dirección, he dado un paso más. Este nuevo cargo aglutina todas esas actividades que yo ya hacía desde hace algún tiempo pero que no estaban totalmente definidas. Digamos que ahora soy directora de todas aquellas áreas y actividades relacionadas con los servicios corporativos de la organización, como por ejemplo marketing, comunicación, prensa, identidad corporativa, innovación, sostenibilidad, relaciones institucionales… Sigo dentro de la oficina de Dirección General, pero con mi propia dirección.

—¿Cuáles son ahora sus objetivos?
—Pensar a lo grande, más aún. Tengo que aprender a delegar para poder seguir creciendo, es algo que me cuesta mucho. Tengo que desarrollar el pensamiento estratégico para hacer que SAMU facture 100 millones de euros. Ese es mi objetivo, bastante ambicioso, sí, pero hay que pensar así, a lo grande, para poder seguir creciendo.

—¿Recuerda su primer día en SAMU?
—Tenía 22 años cuando entré a trabajar en SAMU. Era una niña. Entré como becaria en prácticas a través de la Universidad de Sevilla. Carlos González de Escalada, hoy director general, me entrevistó. Me acuerdo de que me preguntó: “¿Eres proactiva?”. Y él mismo me dijo: “Vaya pregunta la mía, me vas a decir que sí, claro”. Y yo, “sí sí, claro”. Me pidió que le mandara en un email lo que yo podía aportar a la empresa y cuáles eran mis objetivos. Éramos cuatro candidatos para un mismo puesto. Al cabo de diez días, Carlos me llamó y me dijo literalmente: “Si sigues interesada, en este puesto es tuyo”. Era un puesto de gestora administrativa. Hice mil bases de datos y mailings ocupando aquella responsabilidad, además de llevar la gestión de la lavandería y de apoyar a Carlos González de Escalada en las labores de dirección de Desarrollo de SAMU. Estuve seis meses de becaria.

—¿Cómo fue el paso de becaria a personal contratado?
—Yo terminaba mis prácticas el 21 de septiembre y, hasta el último día en el último momento, Carlos González de Escalada no se sentó conmigo y me dijo: “Valme, no sé si te dará tiempo de hacer la gestión en la Universidad, pero vete que mañana empiezas a trabajar aquí”. Me tuvo en vilo hasta el último minuto.

—¿Se imaginaba entonces que iba a tener una trayectoria profesional de once años en SAMU?
—No me lo imaginaba, pero sí lo quería. Aquí estaba a gusto, me sentía en familia, apoyada.

—¿Por qué lo quería?
—Por la profesionalidad que había y por todas las posibilidades y el trabajo que había por hacer. Había muchas cosas que desarrollar, muchos frentes abiertos.

—¿Cómo ha evolucionado SAMU en estos once años?
—El cambio ha sido radical. Yo siempre digo que el crecimiento de SAMU en los últimos años ha sido explosivo, no exponencial. Cuando yo llegué solo había cinco o seis recursos abiertos y unos 150 trabajadores. Hoy hay más de 70 recursos y una plantilla de 2.000 trabajadores. De SAMU, admiro su valentía. No se para por nada. A SAMU no le arruga nada. Aquí se ama el trabajo.

—¿Ha habido algún proyecto que usted pensara que no saldría adelante?
—En 2018 vivimos un momento muy crítico a raíz de la crisis migratoria y la gran cantidad de menores no acompañados que llegaron a las costas andaluzas. En aquella época se produjo una explosión de centros de menores en SAMU. Nos llamaban de la Junta de Andalucía un día sí y otro también comunicándonos la llegada de nuevos menores y la necesidad de movilizar recursos para poder atenderlos. Abríamos recursos dirigidos a menas [menores extranjeros no acompañados] a un ritmo frenético. Esto ha sido lo más meritorio y lo más fascinante que he vivido yo en SAMU. Fue increíble.

—¿Cuál ha sido el momento más difícil que ha vivido en SAMU?
—En 2012 hubo una crisis de liquidez importante. Estábamos en plena crisis económica y hubo despidos. Fue una situación muy desagradable. Yo era una joven de 24 años y tuve que comunicarle el despido a hombres con el doble de edad que yo y a compañeros a los que apreciaba mucho. Algunos no se tomaron bien que fuera yo la que les anunciara el despido y me lo hicieron saber con comentarios y actitudes fuera de lugar. Personalmente, fue un momento muy duro, quizás el más duro de mi carrera en SAMU. Muchos me seguían viendo como una niña. Lo pasé muy mal. Despedir a alguien siempre es muy difícil y siendo tan joven como lo era yo, más.
“Mejor pedir perdón que pedir permiso”

—¿Ha cambiado SAMU su personalidad?
—Sí, claramente. En SAMU he aprendido a tener la piel más dura y a resistir más. Aquí he crecido tanto personal como profesionalmente. Antes era de lágrima fácil y me agobiaba cuando tenía mucho trabajo. Recuerdo que, cuando estaba sola en Base 7, llamaba a Carlos González de Escalada, que estaba en la oficina de la Cartuja, y él no paraba de mandarme tareas y más tareas. Cuando le replicaba me decía: “¡No me contestes más!” y yo, “pero Carlos…”, y él insistía, “¡que no contestes!”. Para mí ahora eso es una anécdota divertida. Pero así también aprendí a resolver las cosas por mí misma. No me quedaba otra. Mejor pedir perdón que permiso.

—¿Qué le ha enseñado SAMU en todos estos años?
—En SAMU he aprendido todo lo que sé y lo que soy. Toda mi carrera profesional la he desarrollado aquí.

—¿Quiénes han sido sus principales apoyos?
—Carlos González de Escalada, sin duda. Todo lo que sé lo he aprendido de él. Su entereza, a sacar las castañas del fuego, a ser valiente y apostar. Él ha sido mi mentor. Y estoy muy agradecida del tiempo y el esfuerzo que me ha dedicado. Siempre pienso en lo afortunada que soy de tener su respaldo. Pero al mismo tiempo, en vez de relajarme, eso me impone más responsabilidad porque no puedo ni defraudarle ni fallarle.

—¿Hacia dónde va SAMU?
—SAMU quiere buscar y apostar por algunos proyectos privados, pero sin abandonar la estrategia seguida hasta ahora y fruto de la cual ha sido nuestro crecimiento. Vamos a continuar persiguiendo y mejorando los contratos con la Administración Pública como hasta ahora porque está más que demostrado que eso es lo que mejor sabemos hacer. Como decía hace un tiempo nuestro director general, SAMU es una entidad privada de servicio público.

—Antes ha mencionado lo que le ha enseñado y aportado SAMU, ¿y al revés, qué cree que le ha ofrecido usted a la organización?
—Lealtad y compromiso, sobre todo. También confianza y seguridad. Mi jefe y compañeros saben que a mí ‘no se me pasa nada’.

SAMU Tánger

SAMU Tánger: El reto de exportar la excelencia

Cualquiera que haya emprendido la aventura de expandir una empresa en el extranjero conoce las dificultades del proceso. Al llegar, hay que encajar las dinámicas propias de la organización en un contexto cultural, económico y social diferente. Para SAMU, que en 2017 abrió una delegación en Marruecos, no ha sido distinto. Cuatro años y una pandemia después, la conclusión de sus responsables es que, en un entorno complejo, se está realizando una tarea valiosa y valorada por los pacientes, que conocen y aprecian cada vez más lo que puede ofrecerles SAMU. La historia de SAMU en Marruecos es la de una empresa luchando contra las adversidades para ofrecer un servicio de calidad.

Hoy, SAMU Tánger trabaja en colaboración con los médicos, con un equipo propio de enfermeros y técnicos que ponen a disposición de los pacientes tres ambulancias medicalizadas avanzadas. “SAMU Tánger trabaja con medidas y protocolos españoles adaptados al contexto marroquí. Pero cuesta, por supuesto”, explica Hasna Alaoui, coordinadora de la delegación, que añade: “Hay empresas marroquíes que se dedican a lo mismo, pero es algo completamente diferente: no está tan estructurado, ni protocolizado, ni dan el mismo seguimiento”.

Hasta 2020, la principal tarea de SAMU en Tánger era proporcionar asistencia sanitaria ambulatoria de urgencia, con especial atención a los tránsferes internacionales por vía aérea o marítima. Pero 2020 fue un año en que casi todo fue diferente. La pandemia del coronavirus planteó nuevas dificultades y permitió constatar una gran capacidad de adaptación de la entidad, mostrando lo que SAMU puede aportar a un país como Marruecos.

Mientras disminuía la carga de trabajo para atención de urgencias, aumentaba la derivada del seguimiento domiciliario de pacientes que preferían pasar la enfermedad en su casa. SAMU facilita el apoyo logístico en la asistencia y seguimiento a domicilio de enfermos de Covid. “Si no dispones de equipos cualificados, material y protocolos adecuados, no es posible hacer ese seguimiento”, comenta Alaoui, que señala que han podido adecuar los recursos disponibles a esta nueva demanda: “Cuando SAMU acude a un domicilio, es como si llevara una clínica. Los médicos pueden realizar un electrocardiograma in situ, aplicar un tratamiento intravenoso, practicar pruebas PCR o realizar analíticas. El paciente no necesita salir de su casa”. Si se necesita el traslado a un hospital, el mismo equipo se encarga de coordinarlo.

El éxito en estas intervenciones ha mostrado la resiliencia y la capacidad de trabajo de sus equipos, aumentando notablemente la popularidad de la empresa. “Gracias al trabajo que ha hecho SAMU en la pandemia, se ha llegado más a la población. La empresa ha mostrado su capacidad de resolver los problemas tan difíciles que ha generado la pandemia y está en boca de los médicos locales, que llaman para sus pacientes”, apunta Alaoui.

Material puntero y equipos formados

En Marruecos, SAMU sigue teniendo el estatus de empresa de emergencias. Es decir, puede prestar apoyo logístico al trabajo de los médicos. Pronto podría adquirir también el estatus de institución sanitaria, lo que facilitaría su implantación, que no está siendo sencilla.
Borja González de Escalada asumió las riendas del proyecto en sus primeros años. SAMU ya había trabajado en Marruecos prestando ayuda de emergencia tras el terremoto de Alhucemas, en 2004, había colaborado en misiones en Layún, Chaouen, Tan-tan y la región de Tánger, y participado en proyectos para el desarrollo de las capacidades de asistencia prehospitalaria.

Después de viajar al país con el presidente de Fundación SAMU, el Dr. Carlos Álvarez Leiva, se convencieron de la oportunidad de ofrecer un servicio de asistencia sin parangón en Marruecos. “Fue una decisión estudiada, sobre todo con el sector público”, analiza. De todas las sedes posibles, Tánger se perfiló pronto como la mejor: apenas a cuatro horas de Sevilla y con un porcentaje importante de población con conocimientos de español, lo que debía facilitar la consolidación de una plantilla.

Lo primero que hizo SAMU al llegar a Marruecos, nada más disponer de una oficina, fue formar al personal con un curso de ocho horas diarias durante tres meses, en el que se implicó de forma personal el fundador de la empresa. “Inculcar todos los protocolos fue más complicado de lo que pensábamos, por lo que se prorrogó el curso dos meses más y se añadió una formación continua de seis meses”, comenta Borja González de Escalada.

Sin embargo, desde muy pronto, el trabajo de SAMU en Marruecos fue percibido por algunas asociaciones privadas locales como una amenaza al statu quo. “Pero no cejamos en el intento y poco a poco fuimos incorporando servicios y dándonos a conocer”.

SAMU está implantando unos servicios hasta ahora inexistentes en una cultura empresarial y médica muy diferente. “Hay material que aquí no existe”, resalta Alaoui. “En Marruecos nadie ofrece una ambulancia con profesionales. Si tienes que hacer un traslado en UVI móvil, puedes encontrar una ambulancia más o menos medicalizada, pero no un equipo conjuntado y entrenado, con un protocolo, ni en lo privado ni en lo público”, añade Borja González de Escalada. Otro dato: en la asistencia móvil de SAMU, la medicación está incluida, mientras que las empresas locales cobran el suero o el oxígeno, si es que disponen de él. SAMU también ha evitado la práctica de las comisiones, extendida en el país de forma legal.

Borja González de Escalada cuenta una anécdota que refleja el marco en el que operan en Tánger. En Marruecos, el sector privado no puede atender accidentes. Una ambulancia con conductor puede recoger al herido y llevarlo al hospital público. “Hemos tenido que ir detrás de una ambulancia para que llegara al hospital, poder pasar al paciente a la nuestra y trasladarlo al hospital privado que había elegido”.

“Aun así no hemos tirado la toalla y seguimos trabajando para cubrir una demanda inmensa en un sector apasionante y lleno de retos al servicio de la ciudadanía”, concluye.