Alba Garrido Gata

“Mi mayor satisfacción es recibir la confianza de estas personas”

Alba Garrido Gata (Sevilla, 1993), dirige desde hace un año la compañía de teatro Idilio Escénico, un proyecto que desarrolla junto a usuarios de la Residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla).

—¿Cómo surgió la idea de crear una compañía de teatro?

—Antes de trabajar para la Fundación SAMU llevé a cabo varios proyectos en los que utilizaba la danza como herramienta de transformación social con diferentes colectivos. La danza, disciplina en la que comencé a formarme cuando tenía tres años, siempre ha estado presente en mis intervenciones educativas, por lo que al llegar a la Residencia San Sebastián expuse la posibilidad de llevar a cabo un taller de expresión corporal como una parte más del trabajo diario. La acogida, tanto por parte de la dirección como por la de los usuarios, fue excelente, lo que ha permitido desarrollar la actividad de manera ininterrumpida desde mis primeros días en el centro hasta hoy.

—¿Cuándo fue el debut del grupo?

—Los residentes mostraron por primera vez el contenido del taller de expresión corporal en diciembre de 2017 durante una gala con motivo del Día de la Discapacidad. A partir de ese día, comenzamos a fantasear con formar una compañía con los chicos de la residencia. El primer espectáculo se denominó Sinergia y se representó por primera vez bajo el nombre de compañía Idilio Escénico en el CEIP Aníbal González en la primavera de 2018.

—¿Cuántos residentes participan en la compañía de teatro?

—Nuestro trabajo se basa en la metodología de la danza comunitaria. Una de sus características fundamentales es que los grupos son flexibles y nadie está obligado a pertenecer a él. Por ello, el número de personas que componen la compañía desde sus inicios hasta hoy siempre ha sido variable. Los participantes entran y salen según las circunstancias personales del momento.

—¿Cómo beneficia esta actividad a los residentes que participan en ella?

—Los beneficios que aporta esta actividad a los residentes son diversos: Aumento de la autoestima (valoración y sentimiento de competencia con el trabajo realizado), reconocimiento (recompensa al esfuerzo realizado, sentirse realizado, útil y competente), admiración (reconocimiento de las habilidades de las personas de su entorno, así como la del propio individuo por su crecimiento y superación), emoción (reviven recuerdos, sentimiento de pertenencia al grupo), empatía y valores como la constancia y la responsabilidad individual y grupal.

—¿Y a usted, qué le aporta?

—Mi mayor satisfacción en las sesiones es recibir su confianza. Se muestran trasparentes ante mí, con sus virtudes y defectos, y exponen sus sentimientos al grupo sin prejuicios y gran generosidad. Para mí, ese es el mayor tesoro que poseo, y lo intento cuidar con gran responsabilidad.

—¿Cómo trabaja con los actores? ¿Cómo memorizan su papel?

—Todo montaje se inicia con un periodo de exploración en el cual se exponen temas de interés, se experimenta e indaga en las experiencias personales y en los sentimientos asociados. Cuando pasamos a la segunda parte, la creación coreográfica, ya tienen adquiridos un gran número de movimientos que parten del propio individuo, lo que facilita su memorización ya que no es un movimiento impuesto ni aprendido.

—Además de Sinergia, ¿tenéis en marcha otros proyectos teatrales?

—El pasado verano iniciamos una nueva exploración sobre la infancia de nuestros participantes. La experiencia de un año realizando actividades de expresión corporal se palpó desde los primeros movimientos produciéndose un salto importante en la complejidad de las propuestas, incluyendo un importante sentido rítmico, así como también un salto en la coordinación de los movimientos. A principios de año continuábamos inmersos en esta nueva vía de exploración, y nos llegaron propuestas para participar en diferentes actividades culturales, por lo que decidimos incluir el nuevo montaje como parte del ya existente, Sinergia, ya que iba perfectamente en la temática y aportaba mayor profundización a la historia.

—¿Cuál es el próximo reto de la compañía?

—El reto que nos planteamos es convertir la actividad en inclusiva. De momento, el 19 de marzo estuvimos en la Universidad de Sevilla compartiendo un taller con los alumnos del Grado de Educación Primaria; y el día 27 celebramos el Día Mundial del Teatro compartiendo escenario con los alumnos anteriormente mencionados y usuarios de la asociación Paz y Bien. Esperamos continuar en esta línea y poder seguir abriendo esta actividad a la inclusión.

—Hace unos días participó en una ponencia en la Fundación San Pablo Andalucía CEU. ¿Cómo fue la experiencia?

—Sí, el pasado día 20 participé en el programa Miércoles culturales de esta Universidad con la ponencia La conciencia del cuerpo, en la que describo cómo se lleva a cabo esta actividad, en qué se fundamenta y cuál es la metodología empleada, además de hablar sobre cómo se creó Idilio Escénico y cuáles son los beneficios que otorga  este modelo de intervención educativa.

Atragantamientos

Padres preparados para actuar frente a atragantamientos

Nuestra compañera Beatriz Macías, enfermera y docente de Escuela SAMU, participó en marzo en un taller de Baby Led Weaning (BLW), un método de alimentación para bebés basado en la ingesta de alimentos sólidos que está alcanzando un notable auge, con el objetivo de sensibilizar a los asistentes sobre cómo actuar cuando un bebé sufre un atragantamiento.

Escuela SAMU fue invitada a este evento organizado en Workify, en Sevilla, con la participación de Mamandoo, La Habitación Saludable y Aplicando BLW. La misión de Beatriz Macías fue la de desmitificar los riesgos de este tipo de alimentación, pero a la vez formar a los participantes en unas habilidades básicas de primeros auxilios en caso de accidentes por atragantamiento en bebés, sean en el contexto de BLW o de otras pautas alimenticias.

La jornada tuvo un amplio recorrido en medios de comunicación, debido a lo novedoso de la materia, e incluso contó con la cobertura de Andalucía Directo, el programa de Canal Sur, en el que nuestra compañera tuvo la oportunidad de explicar conceptos básicos como no intervenir en el caso de tos, un mecanismo de defensa natural del bebé.

“Si vemos que la tos no funciona, volteamos al bebé sobre nuestro brazo y aplicamos cinco golpes interescapulares con la base de la palma de la otra mano. Si el niño no arroja lo que tiene en la vía aérea, le seguimos ayudando poniéndolo boca arriba y, con dos dedos, aplicando de nuevo presión cinco veces en la parte del esternón (tal y como muestra la imagen que ilustra este artículo)”, ilustró Beatriz Macías. “Son sencillos consejos que pueden salvar vidas”, recordó el reportero.

El método BLW invita a dejar de usar papillas y alimentos triturados como alimento para los más pequeños, método tradicional en el que las cantidades se calculan desde el criterio de un adulto y no según el apetito del bebé.

“En la alimentación tradicional con triturados, el bebé es un mero sujeto pasivo, que no sabe ni siquiera qué está comiendo, por lo que no se permite el aprendizaje. De ahí que veamos tantos niños de 2-3 años que solo aceptan triturados y con una enorme aversión a probar nuevas texturas o sabores”, ilustró Rocío Romero, fundadora de Mamandoo.

Nuestros campeones

Nuestros campeones: así fue el partido por la integración de Fundación SAMU

En una escena de la película Campeones, de Javier Fesser, minutos antes de disputarse un partido de baloncesto, el entrenador Marcos Montes, papel interpretado por Javier Gutiérrez, le dice a sus jugadores, todos ellos con discapacidad intelectual: “No preocuparos. Los jugadores del otro equipo son muy malos. Vamos a machacarlos”. A lo que Collantes (Gloria Ramos), la líder del equipo, contesta: “Vamos a salir a ganar, no a humillarlos”. Con ese espíritu salieron al campo de fútbol del Pabellón Municipal de Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) los jugadores de los equipos de la Residencia San Sebastián, la UED San Lucas y sus monitores en el partido de fútbol inclusivo que la Fundación SAMU organizó el 7 de marzo con la colaboración del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

Al igual que Collantes en Campeones, Celia, usuaria de la UED San Lucas, era la única mujer que había en el campo de juego, pero su integración en el equipo era total y su papel fue clave para sus compañeros.

“Este tipo de actividades beneficia mucho a nuestros chicos, que juegan en la Liga Aprose, en la que participan diferentes entidades y asociaciones especializadas en la atención a personas con discapacidad intelectual”, explicaba minutos antes del comienzo del partido Sergio Carayol, educador en la UED San Lucas, cuyo equipo de fútbol va segundo en la liga Aprose en su categoría. “A través de esta actividad, los chicos se relacionan entre ellos, forman equipo, salen de la rutina, se olvidan de sus problemas y dificultades y aprenden a ganar y, sobre todo, a perder”, continuaba su compañero Alejandro Sánchez-Quiñones. “Ellos se frustran mucho y se vienen abajo emocionalmente con facilidad. El deporte les ayuda a canalizar estos sentimientos”.

“Vamos a hacer todo lo posible para que este partido amistoso acabe en empate”, comentaba durante el descanso Francis Ruiz, trabajador de la Residencia San Sebastián, cuando el encuentro iba 2-2. “Este tipo de actividad les beneficia en todos los sentidos, y si es inclusiva, si participan personas con y sin discapacidad, más aún”.

Fuera del campo, varios usuarios de la Residencia Santa Ana animaban a los jugadores, entre ellos, Kone Yossodjo, joven promesa del atletismo y monitor de este centro que no dudó en colocarse un chaleco amarillo y saltar al campo de juego para igualar el número de participantes de ambos equipos.

“Chiquito, pasamos la pelota, siempre la pasamos”, le indicaba uno de los trabajadores de la Fundación SAMU a uno de los usuarios de la Residencia San Sebastián que antes, en una pequeña confusión, le había quitado la pelota a un miembro de su propio equipo. “Lo importante aquí es compartir, el trabajo y el juego en equipo y la generosidad”, señalaba Francis Ruiz.

Iban cuatro iguales cuando Chiquito le hizo falta a Kone. “Penalti”, gritaban algunos. Kone, del equipo de la UED San Lucas, se dispuso a tirar el penalti. Lanzó el balón y el portero, Paniagua, se tiró al suelo pero no consiguió evitar el gol que puso por delante a la UED San Lucas. El partido llegó a su fin con el resultado 5-4, aunque eso fue lo de menos cuando todos emprendieron el camino hacia el Parque de los Pinos para almorzar juntos.

Escuela SAMU acampada de invierno

Acampada de invierno de Escuela SAMU: Operación Winterfell en Sierra Nevada

Un año más, Escuela SAMU y la Universidad de Sevilla han realizado entre los días 19 y 22 de febrero su tradicional acampada de supervivencia y rescate en alta montaña en Sierra Nevada (Granada) para los alumnos del Máster de Atención Prehospitalaria, Catástrofe y Acción Humanitaria. Es una acción formativa de primer nivel que este año ha tenido por nombre Operación Winterfell.

El contingente participante en la acampada estuvo formado por 28 alumnos del Máster de Enfermería APCAH, cinco alumnos de Técnico en Emergencias Sanitarias, dos instructores y el director de la Escuela de Emergencias SAMU. La operación comenzó con el desplazamiento a Granada de un primer grupo a modo de avanzadilla y encargado de desplegar el campamento.

Escuela SAMU acampada de invierno

En la segunda jornada, tras la unificación de los grupos, comenzaron las diferentes actividades en esta acampada de contenido muy prático. Así, durante tres días, los alumnos aprendieron a realizar rescates bajo unas condiciones climatológicas adversas en talleres de técnicas de movimiento de camilla sobre terreno de montaña, rapel y ascenso sobre cuerda fija, progresión con crampones y piolet, autodetención, anclajes de fortuna en montaña, técnicas de inmovilización y anclajes sobre camilla, y preparación de vivac para pasar la noche.

También se realizó la ascensión de alta montaña para poner en práctica los conocimientos adquiridos alcanzando la cima del Veleta, a 3.398 metros de altitud.

Los responsables de Escuela SAMU han destacado los progresos de los alumnos en estos cuatro días de trabajo. También han subrayado la importancia de que estas nuevas generaciones de sanitarios formados en la organización estén familiarizados con la práctica de rescate y atención sanitaria en entornos hostiles y con pocos recursos como es la alta montaña, tanto desde el punto de vista técnico y operativo, como desde la perspectiva emocional.

Misión SAMU Filipinas

Rayos de luz tras el paso del tifón Haiyan

Hace cinco años, el tifón Haiyan (también conocido como Yolanda) azotó la isla de Bantayan, en Filipinas, dejando a su paso numerosas víctimas mortales y una isla devastada. Más de 16 millones de personas sufrieron las consecuencias de este fenómeno, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tras el paso de Haiyan, la situación de muchas familias empeoró, pero no sólo porque habían perdido sus viviendas, sino también por las deficientes condiciones de salubridad en las que se veían obligados a vivir. Ante esta situación, Fundación SAMU, en colaboración con la Escuela de Emergencias SAMU y otras organizaciones, puso en marcha una misión al norte de la Isla de Cebú que permaneció en zona más de cinco meses, desde el 15 de noviembre de 2013 hasta el 25 abril de 2014, con un total de 27 médicos, enfermeros y logistas divididos en cinco contingentes.

Durante la estancia de SAMU en Filipinas se realizaron múltiples misiones sanitarias tanto en bases temporales como con equipos itinerantes, colaborando con otras organizaciones presentes en la zona en el reparto de alimentos y gestiones logísticas así como acciones de formación en materia sanitaria para la población en zona.

Misión SAMU Filipinas

SAMU atendió a cerca de 7.500 personas en poblaciones como Panitugan, Atop-atop, Baigad, Biagayag, Baod, Biactos, Bunakan, Kabac, Doong, Hagdan, Hilotongan, Guiwanon, Kabangbang, Kampingganon, Kaongkod, Kodia, Mojon, Okoy, Patao, San Agustin, Sillon, Sungko, Suba, Sulangan, Tamiao y Tabagak, entre otras.

Borja González de Escalada llegó a Filipinas en el segundo contingente y permaneció en la zona hasta el final de la misión, cinco meses en total. Era el responsable del equipo. Su labor consistía en que sus compañeros pudieran desarrollar su trabajo en las mejores condiciones posibles, los contactos institucionales y políticos, repartir tareas, facilitar los aspectos financieros y coordinar toda la logística de la misión.

“Siempre había visto las misiones humanitarias de SAMU desde la barrera, en el equipo retrasado. En esta ocasión, la necesidad de hablar inglés fue determinante a la hora de poder ejercer un mando en zona efectivo. Tenía ganas de participar en una misión con don Carlos Álvarez Leiva, fue una oportunidad única con el maestro de la materia, un privilegio”, comenta Borja con motivo del quinto aniversario de la misión.

“Cuando llegamos atendimos a las personas que no tenían ningún acceso a la sanidad. Nuestra asistencia era gratuita y la local, bajo pago. La situación económica de la población, ya de naturaleza humilde, era muy precaria a causa del tifón, por lo que pasábamos consulta durante horas. No parábamos para comer. No dejábamos a la gente al sol mientras nosotros comíamos. Se paraba al acabar. Nos levantábamos a las seis de la mañana, y a las nueve de la noche, todos a la cama. Sin electricidad… El ritmo lo marcaba el sol”.

Trabajo en todos los frentes

El médico Alejandro Álvarez Macías fue otro de los miembros de SAMU que acudió a Filipinas, aunque por entonces aún era estudiante de 5º de Medicina. “La medicina que practiqué allí fue totalmente distinta a la que practicaba en España como estudiante habitualmente en el hospital. Igual administraba antibióticos para una infección que realizaba una cirugía menor. Todo ello en nuestro hospital de campaña, con recursos limitados. También realicé labores de formación en RCP básica a la población local”, comenta el joven. “Siempre había tenido ganas de participar en una misión. Siendo pequeño acostumbraba a visitar a mi padre en este tipo de misiones. Cuando salió la oportunidad estaba muy decidido a ir, aunque tuve que pedir permiso a mi universidad para las faltas de asistencia”.

Borja González de Escalada reconoce que lo que más le impactó fue la capacidad de resiliencia de la gente, “cómo los afectados son capaces de salir del caos y continuar con su vida, aun habiéndolo perdido todo, incluso a sus seres queridos”. Lo más duro fue estar separado de la familia, sortear a los políticos para poder trabajar, las dificultades logísticas y “la sensación que dejas al irte en la que piensas que no has dejado más que una raya en el agua de estas pobres gentes, sin poder dejar una estructura detrás”.

Para Alejandro Álvarez, sin embargo, lo más duro fue “no contar con recursos hospitalarios adecuados para resolver patologías que en tu medio de trabajo habitual si acostumbras a tener”. “Estas carencias cuestan vidas y te crean cierta impotencia. No obstante, ha sido una de las experiencias personales más enriquecedoras que he tenido en mi vida.”, reconoce el médico.

Tanto Alejandro como Borja aseguran “sin dudarlo un solo minuto” que repetirían la experiencia de Filipinas. “Tengo una mochila preparada en mi altillo con todo preparado para cuando sea necesario”, concluye Borja González de Escalada.

SAMU en la Zúrich Maratón Sevilla 2019.

SAMU en la maratón de Sevilla: Área de intervención, 42 kilómetros

Un total de 118 profesionales de la sanidad y las urgencias y emergencias sanitarias entre médicos, enfermeros, TES, TECAE y fisioterapeutas, y más de 25 vehículos formaron parte del dispositivo sanitario para dar cobertura a la XXXV edición de la Zúrich Maratón Sevilla, en la que participaron 14.000 corredores y que se ha consolidado como una de las pruebas deportivas más importantes del país en su categoría.

Bajo la dirección médica del Dr. Carlos Álvarez Leiva, el equipo de SAMU, que cuenta con una experiencia de más de diez ediciones en el dispositivo sanitario de esta carrera, se encargó de garantizar una respuesta rápida y eficaz en las situaciones de emergencias en todo el recorrido por el centro de la ciudad, además de prestar asistencia sanitaria a los corredores.

Un dispositivo de emergencias de estas características está preparado para intervenir no solo en la atención a los deportistas, sino para hacerlo en cualquier escenario de máxima peligrosidad como atentados terroristas, aplastamientos, avalanchas y desplome de estructuras.

El número de intervenciones en la maratón tiene una tendencia decreciente a pesar del aumento de los participantes, sin embargo, la alerta sanitaria en el evento es máxima puesto que las asistencias son de mayor gravedad, especialmente en dos frentes: patologías coronarias agudas y disfunciones metabólicas severas. Durante esta edición no hubo que lamentar accidentes mayores a los habituales derivados de cansancio extremo o lesiones musculares, según reportaron fuentes de la organización.

SAMU en la Zúrich Maratón Sevilla 2019.

Los recursos materiales estuvieron organizados en dos grandes grupos. En uno, las infraestructuras fijas montadas y distribuidas en el Conservatorio de danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla para prestar asistencia sanitaria tanto a los corredores como al público asistente al evento. En el segundo grupo figuraban todos los recursos móviles repartidos a lo largo del circuito de 42 kilómetros, destacando la distribución de 14 puntos de desfibrilación temprana.

Todos los recursos asistenciales contaban con material de primeros auxilios, desfibrilación temprana y material de curas. Las UVI móviles y puntos fijos además contaban con maletín polivalente y material para vía aérea.

El XXXV Zurich Maratón de Sevilla 2019 ha alcanzado por segunda vez en su historia el estatus IAAF Gold Label. La IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) concede estas distinciones a las carreras en asfalto que cumplen con determinados parámetros y requisitos sobre su calidad organizativa, seguridad, nivel deportivo de la élite y marcas logradas, número de inscritos, promoción internacional, repercusión mediática y exposición.

La prueba andaluza continúa aumentando su prestigio y posicionamiento internacional cada edición, y ya es oficialmente una de las mejores carreras en ruta del mundo.

SAMU capacitará a médicos de las Fuerzas Armadas de Perú

Médicos de las Fuerzas Armadas de Perú serán capacitados en procedimientos de atención de emergencias y prevención de riesgos de desastres por SAMU. Esto será posible en virtud de un convenio de cooperación técnica interinstitucional suscrito este mes por la organización con  el Ministerio de Defensa del país andino.

El referido documento fue suscrito por el viceministro de Políticas para la Defensa, Hernán Flores Ayala, y el director general de SAMU, Carlos González de Escalada Álvarez, en la sede del Ministerio de Defensa, en Jesús María.

“Estamos contentos de compartir la firma de este convenio, cuyo objetivo es la transferencia de conocimientos y de capacidades para nuestro personal médico que redundará en una mejor atención a la ciudadanía”, subrayó el viceministro Flores, en representación del ministro de Defensa, José Huerta Torres.

Por su parte, González de Escalada destacó también que el convenio favorecerá la capacitación de los profesionales médicos en España en procedimientos de urgencias, emergencias y prevención de riesgos de desastres.

El objeto del acuerdo es apoyar la gestión de capacitación y tecnificación, a través de la transferencia de tecnología, intercambio de experiencias, actividades de investigación científica y organización de programas académicos encaminados a la formación, capacitación y certificación de profesionales en el campo de las emergencias y prevención de riesgos de desastres, para su ejecución y desarrollo a nivel internacional y nacional.

SAMU se compromete a la formación, capacitación, evaluación y certificación de profesionales de la salud en su sede de Sevilla.

A este acuerdo se suma un segundo convenio entre la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, gestionada por la Fundación SAMU, y la Fundación Fundomar, que promueve la inclusión laboral entre personas desempleadas y en riesgo de exclusión social. De este modo, San Lucas cuenta desde enero en su plantilla con una persona vinculada a Fundomar que realiza prácticas remuneradas.

Repartidores de ilusión

La magia y la ilusión llenaron el pasado 5 de enero las instalaciones de la Residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla). Un grupo de usuarios y trabajadores del centro participaron en la Cabalgata de Reyes Magos de este municipio como pajes del rey Melchor y formando parte de la comitiva de beduinos.

Esto ha sido posible gracias a la iniciativa planteada por Lidia Soledad Daza Díaz, auxiliar de enfermería de la Residencia San Sebastián, que el 5 de enero se metió en la piel del Rey Melchor. “Para mí el 5 de enero es un día muy especial y me hacía mucha ilusión ser Reina Maga. Llevaba varios años comentándole a mis compañeros de SAMU la posibilidad de que la entidad tuviera presencia en una carroza y este año me lancé y me apunté en el Ayuntamiento de Cantillana, con la aprobación previa de la directora de la residencia”, comenta la joven.

En la carroza, Lidia Daza estuvo acompañada por varios compañeros de SAMU y cuatro residentes: Manoli, Gabriel, Enrique y José Manuel Fidalgo, además de numerosos niños. Abajo, en el cortejo y vestidos de beduinos, iban más residentes y compañeros. “Mi objetivo siempre ha sido compartir la ilusión de ser Reina Maga con los chicos de SAMU”, indica.

Además, todos ellos repartieron durante el cortejo diferentes objetos, regalos y manualidades confeccionados por los propios usuarios de la residencia durante los meses previos a la cabalgata, como cuadernos, separadores de libros o pelotas. “Ha sido muy emocionante ver lo involucrados y motivados que estaban todos los usuarios con el proyecto. Algunos preferían no salir de excursión y quedarse en el centro haciendo manualidades”.

«Operación Ukuphuma»: La evacuación límite de un complejo hospitalario

Bajo el nombre en clave Operación Ukuphuma, Escuela SAMU acogió en enero el simulacro número dos de la programación del Máster de Atención Prehospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria. Las instalaciones de adiestramiento de Gelves (Sevilla) se convirtieron en un insólito escenario de emergencias para recrear la evacuación de un hospital por una gran fuga de gas con riesgo de explosión. Es parte del programa del Máster y tiene los objetivos de afianzar y demostrar los conocimientos adquiridos durante el módulo de Urgencias y Emergencias, así como desarrollar la evaluación continua del alumnado.

“El simulacro se realiza como complemento en el proceso de aprendizaje de estos futuros profesionales, facilitando el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas asistenciales, organizativos y logísticos sobre los que el alumno se ha formado previamente”, explica Thomas Couyotopoulo, subdirector de Escuela SAMU.

De esta forma se acerca al alumno a una situación real, controlando la complejidad de las situaciones y potenciando la gestión del conocimiento.

En la literatura especializada suele señalarse que un hospital no es un recinto evacuable y, aunque esto es defendido por la mayoría de los expertos, lo cierto es que puede llegar a necesitarse tomar una medida de estas condiciones, aunque sea como resolución extrema. Precisamente por la dificultad que comporta la evacuación de un hospital es por lo que se hace más necesario tener preestablecido un posible plan y ejecutar el oportuno entrenamiento para llevar a cabo la misma con las máximas garantías de éxito.

Un ejemplo de esta situación límite fue la evacuación del Hospital Universitario Virgen Macarena el 19 de noviembre de 1978 debido a un incendio generado por un cortocircuito.

El simulacro se celebró el 29 de enero, con una duración de 5 horas, con el objetivo principal de aprender a gestionar una evacuación hospitalaria ante una situación de emergencia en un escenario simulado.

Otros objetivos del ejercicio fueron desplegar puestos provisionales y definitivos de triaje; potenciar la capacidad de reacción en situaciones especiales; simular la evacuación de un hospital; perfeccionar el correcto transporte y transferencia de pacientes críticos; resolver los problemas asistenciales que se presenten; y actuar en consecuencia al puesto jerárquico ocupado.

Este tipo de ejercicios forman parte de la filosofía de trabajo de Escuela SAMU que, bajo el lema “aprende haciéndolo”, trata de adiestrar a futuros profesionales de emergencias especialistas en salvar vidas y con una amplia trayectoria de campo.

La voz de la experiencia

Cuando tenía ocho años, Moha se subió al eje de un camión de pescado cerca del puerto de Tánger. Luego se agazapó durante horas en un barco y amaneció en Algeciras, cuando dos perros empezaron a ladrar. Había llegado a España. “Para mí era un sueño”, cuenta hoy, con inconfundible acento de la Bahía. Con 20 años, estudia y trabaja, y se siente gaditano. Nos atiende por teléfono a la carrera, entre clases de francés y del carné de conducir.

El de Mohammed El Harrak es un ejemplo de superación. Su padre fue encarcelado siendo él un crío, y Moha se fue pronto a vivir con su abuela. Cuando ella murió, se encontró en la calle. “Comía de las sobras, a base de pedir y vender kleenex en los semáforos. Estaba más tiempo en comisaría que en la calle. Empecé a esnifar una especie de pegamento”, relata. Durante meses, intentó colarse en alguno de esos camiones. “No quería acabar como acaban todos, delinquiendo y en la cárcel”. Si consiguió huir de un futuro de drogas y marginalidad fue, precisamente, porque era muy pequeño. “No me pillaron porque podía esconderme. Tuvimos suerte”, admite.

Moha aprendió español rápidamente y se sacó el título de Educación Secundaria de forma brillante. Después obtuvo el Grado de Atención a Personas en Situación de Dependencia y ahora está a punto de terminar el de Animador sociocultural y Turístico. “Desde que eché cabeza siempre me ha ido muy bien. No he suspendido ningún examen en todo el grado superior”, cuenta con orgullo. Le gustaría estudiar una carrera: Educación Social.

Mohammed puede explicar su experiencia a chicos que, como él, llegan a España en busca del sueño europeo. Durante los fines de semana trabaja en el centro de menores que dirige  Fundación SAMU en el término municipal de Tarifa. “Averiguo sus problemas y cómo solucionarlos”, resume. “He pasado por la misma situación por la que han pasado ellos, e incluso peor. Les digo que todo es posible, que se puede conseguir cambiar tu futuro con esfuerzo y constancia”.

En 2007 la Fundación SAMU empezó a incorporar a un chico extutelado en cada equipo de sus centros de acogida. “Ellos traducen lo que el menor siente y trasladan su experiencia de vida. Transmiten a los chavales seguridad, perspectivas de futuro, confianza, tranquilidad y también la idea de que nosotros estamos aquí para ayudarles en todo lo que necesiten”, explica Nicolás Torres, Director del Área de Menores de la Fundación.

Mounir: 24 horas en el mar

Jamal Elkihal y Mounir Kachkache también trabajan en Fundación SAMU después de pasar por alguno de sus centros de acogida, donde recibieron formación. Ahora cuentan su experiencia a niños recién llegados a España. “A veces llegan nerviosos, no saben qué hacer. Les doy una charlita y se relajan. Cuando les cuento cosas mías, mi historia, comprenden que lo que les pasa es lo mismo que me pasó a mí y a otros muchos chicos como yo, y entonces te escuchan. Saben que tengo razón”, explica Jamal, que además trabaja como repartidor y mecánico. Él también llegó a España después de una decena de intentos frustrados entre las ruedas de un camión. Hoy vive en Algeciras y tiene un niño de tres meses. “Yo ya me quedo aquí”, dice tajante.

En cambio, Mounir llegó en patera. Desembarcó en Torremolinos con apenas 16 años, después de pasar dos meses en un monte de Alhucemas, y 24 horas interminables en mitad del mar. Mounir recuerda exactamente cuántos viajaban en aquella barcaza: 37 personas, incluyendo una mujer y ocho menores, que al llegar a Torremolinos fueron trasladados a centros de acogida. Ahí empezó a cambiar la suerte de Mounir, que conoció a Nicolás Torre, un segundo padre para él.

Hoy, Mounir es un verdadero coleccionista de títulos. “Estudié electricidad de edificios, soldadura, monitor de deporte, resolución de conflictos, traductor, auxiliar de enfermería, que no llegué a terminar; auxiliar de geriatría lo tengo, monitor de centro de menores, auxiliar técnico educativo, rescate en alta montaña…”, enumera el joven Mounir Kachkache, casi sin respirar.

Después de convertirse en monitor de centro de menores, empezó a trabajar con Fundación SAMU. Como Jamal y Moha, es una ayuda valiosísima para la educación de los chicos acogidos en los centros de Fundación SAMU. “Cuanto más trabajo, más me alegro. Vamos por toda España para preparar a los centros, para formarlos y  para prestarles toda la ayuda y apoyo mental”.

El reto a los 18 años

Los menores no acompañados que pasan por el sistema de acogida y tutela se encuentran con un problema cuando cumplen la mayoría de edad: disponen de unos meses para acreditar que tienen una oferta de trabajo de al menos un año de duración. De lo contrario, España ordena su expulsión. En un contexto de precariedad laboral, pocos empresarios ofrecen trabajo a un joven extranjero sin experiencia, por lo que su futuro se complica de forma radical al alcanzar la mayoría de edad.

“La situación de estos chicos normalmente es muy complicada”, lamenta Nicolás Torres, que pide una modificación del marco jurídico para abrir el abanico de opciones. Por ejemplo, ampliar el plazo a los 21 años, considerar el hecho de que los jóvenes estén estudiando o valorar la búsqueda activa de empleo. “Hemos tenido niños durante seis años a los que deportan porque no han podido renovar un permiso de residencia. Es un desgaste emocional, de personal y económico”.

Moha cree que si no hubiese logrado encaramarse al eje de aquel camión de pescado hubiese acabado enredado en la maraña de las drogas, y tiene claro que la vida son objetivos. Ésa es la filosofía que traslada ahora a los chavales, que afrontarán un reto cuando cumplan 18. “Siempre les digo: tened algo en la mente y luchad por ello. Os vais a encontrar mil obstáculos, y aquí estoy yo para ayudaros, porque también los tuve en su día”.