Escuela SAMU: Figurantes de lujo en mitad del terremoto
Un terremoto de 6,9 grados ha sacudido el municipio de Gelves poco antes de las diez de la mañana. Las edificaciones más grandes de la localidad han sufrido importantes daños. Se desconoce aún el número exacto de heridos y si hay víctimas mortales. El presidente de España se está desplazando en estos momentos hasta la zona de impacto para inspeccionar los posibles daños materiales y apoyar a los vecinos en estos duros momentos. El seísmo se originó a 131 kilómetros de profundidad, lo que redujo su poder de destrucción en la superficie pero amplificó el alcance de su onda sísmica. Las cámaras de la televisión local, GelvesTV, han captado cómo numerosas personas intentan rescatar sus pertenencias de entre los escombros de sus viviendas, algunos de ellos entre lágrimas.
Esta es la información que facilitaba un periódico digital ficticio, los únicos datos con los que contaban los alumnos de Escuela SAMU que participaron el 24 de febrero en el simulacro bautizado como Operación Skye.
En esta actividad participaron alumnos del Máster de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Ayuda Humanitaria de SAMU y la Fundación CEU San Pablo, además de estudiantes de los ciclos de FP de Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), con el objetivo principal de trabajar en equipo y mejorar la coordinación entre los diferentes puestos de trabajo, la disciplina, la tomar de decisiones en situaciones de estrés, el autoconocimiento y, sobre todo, respetar a los compañeros.
Como novedad, los alumnos de Escuela SAMU tuvieron unos figurantes de lujo, un grupo de 14 usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y gestionada por Fundación SAMU. Estas personas participaron en el ejercicio interpretando el papel de víctimas. El grupo llegó a la escuela en autobús a las nueve y media de la mañana e, inmediatamente, fueron maquillados y caracterizados para que sus heridas ficticias fueran lo más reales posible.
Estos chicos se mostraron en todo momento encantados de participar y de ayudar a otras personas a mejorar su formación. Un claro ejemplo de inclusión e integración.
El simulacro se desarrolló tanto en las instalaciones de Escuela SAMU como en los edificios que se encuentran en estado de abandono detrás de la escuela. “Este tipo de actividades proporcionan a los participantes una gestión y preparación profesional de la esfera psicológica, física, técnica y actitudinal. Este ejercicio está diseñado para poner al límite las capacidades personales de los participantes, tanto individualmente como colectivamente, aprender el desarrollo de competencias y habilidades que pondrán a prueba las aptitudes y actitudes del alumnado y aprender a aplicar destrezas en condiciones extremas. A su vez, también permite adquirir conocimientos para la superación de las limitaciones y cómo afrontar el estrés en situaciones hostiles”, apuntan desde la escuela.
“Para la realización de una intervención eficaz es necesaria la gestión y coordinación de los diferentes equipos multidisciplinares. Esto requiere un liderazgo de forma jerárquica, por lo que el simulacro cuenta con un gabinete. Gestionar grandes grupos de personas requiere entrenamiento y compromiso por parte de los equipos, teniendo en cuenta las dificultades del terreno y del ambiente”, continúan fuentes de Escuela SAMU.
En la emisión del aviso de emergencia sanitaria, se dio parte de una zona urbanizada donde varios edificios habían sufrido daños estructurales y múltiples víctimas requerían atención inmediata. En primer lugar, un conjunto de equipos de emergencias se desplegó desde el punto de reunión adyacente al hospital, donde se les comunicó la proyección de la operación. Después, se produjo una primera aproximación por parte de un Vehículo de Intervención Rápida. Este equipo estaba formado por el mando de la misión y su equipo correspondiente.
Tras asegurar la zona y llevar a cabo la solicitud de intervención a los equipos de rescate, todas las personas involucradas en el ejercicio participaron de inmediato en la zona de impacto para efectuar la asistencia y rescate de las víctimas, los cuales estaban apoyados por una dotación de tres ambulancias para el traslado de pacientes al hospital referente.
Una zona de triage y un equipo responsable de la misma, así como un puesto de mando, se desplegaron junto a la zona de impacto.
Durante el simulacro, por otro lado, se produjeron explosiones de gas y recidivas del terremoto de forma aleatoria, provocando bajas entre los rescatistas.
Una vez se colapsó el hospital referente, los equipos que se encontraban en la zona base tuvieron que desplegar y abastecer un segundo punto de recepción de víctimas. El simulacro llegó a su fin una vez fueron rescatadas y atendidas todas las víctimas.
“Nuestra formación no se ha visto resentida en ningún momento a causa de la crisis sanitaria. Seguimos desarrollando simulacros y ejercicios de alta calidad. Es más, estamos convencidos de que ahora nuestra formación es más necesaria que nunca. Debemos preparar a nuestros alumnos lo mejor posible para que estén preparados para actuar en situaciones extremas como la que hemos vivido”, señalan los responsables de Escuela SAMU.
Según explican desde el centro formativo, los ejercicios de estas características son “muy positivos para médicos, enfermeros, técnicos en emergencias y auxiliares de enfermería, ya que aprenden a trabajar en equipo y a asistir todo tipo de emergencias”.
Según explica Andrés Rodríguez, profesor de Escuela SAMU, los TES están acostumbrados a seguir pautas y órdenes de otros profesionales del sector y no a darlas ellos. Sin embargo, en un escenario real, si ellos son los profesionales más antiguos o los primeros en llegar al punto de impacto, serán los encargados de coordinar la crisis y los diferentes trabajos. Por esta razón, la filosofía de Escuela SAMU es preparar y formar a los futuros profesionales sanitarios para enfrentarse de forma eficaz a cualquier escenario posible.