Operación Tobogán: un colegio incendiado como escenario inédito
A las nueve y media de la mañana del 22 de diciembre se ha registrado un terremoto con epicentro en Gelves, en la provincia de Sevilla, y sus consecuencias se replican en la zona. Una explosión y un incendio han declarado en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Doña Rosa Fernández, donde se encuentran decenas de profesores y estudiantes menores de edad atrapados entre las llamas y los escombros. La alarma de incendios del centro suena insistentemente advirtiendo del suceso.
No se asusten. Esta catástrofe no es más que el punto de partida del primer gran simulacro del curso 2022-2023 organizado por Escuela SAMU y que llevó por nombre Misión Tobogán. En él intervinieron los 136 alumnos del Máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, así como de los ciclos de Formación Profesional de Técnico en Emergencias Sanitarias, Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería y Técnico en Emergencias y Protección Civil. En esta ocasión, el simulacro contó también con la participación de los 38 alumnos de las dos clases de 6º de Primaria del CEIP Doña Rosa Fernández y sus profesores, que interpretaron el papel de víctimas y que comenzaron el ejercicio atrapados en sus clases correspondientes y en los diferentes espacios habilitados, como los cuartos de baños y pasillos.
“Con este ejercicio se busca en los participantes el desarrollo de destrezas logísticas, operativas y organizativas en emergencias que se puedan dar de manera inesperada, así como la capacidad de gestión del estrés, de coordinación con equipos externos y de entrenamiento de habilidades como el liderazgo y la toma de decisiones”, explican desde Escuela SAMU. “Un simulacro es una acción que se realiza imitando un suceso real para tomar medidas necesarias de seguridad en caso de que ocurra realmente. Gracias a estos, los profesionales de la salud, como nosotros, se ven mayormente capacitados para actuar en caso de que ocurra un hecho poco común pero que requiere de rapidez, organización y eficacia en la actuación que realicen”.
El simulacro se llevó a cabo en un espacio totalmente desconocido para los estudiantes de Escuela SAMU. Tampoco conocían el número y el tipo de víctimas, factores que dificultaron su actuación.
“Al tratarse de un incendio provocado por un terremoto, fue imprescindible la cooperación de una variedad de profesionales, poniendo en auge la importancia individual de sus funciones y, al mismo tiempo, recalcando el buen trabajo interdisciplinar”, continúan desde SAMU.
Tras recibir el aviso del suceso en su teléfono móvil, el encargado del mando acudió al colegio para analizar la situación: preguntó a los profesores un número aproximado de víctimas (40), seguridad (edificio principal como zona no segura en la que hay un incendio activo en la puerta y ruidos de derrumbamiento) y la necesidad de recursos (equipo de rescate, equipo de asistencia sanitaria y análisis del terreno para el despliegue de materiales).
Una vez analizada la situación, el encargado del mando llamó al centro coordinador para avisar a los recursos: equipo de protección civil, técnicos para los rescates, montar nido de heridos y depositar a las víctimas en los mismos. Asimismo, dio aviso al CCU para atender la necesidad asistencial de las víctimas, que realizaron un triage y desplegaron las zonas de pacientes leves, severos y críticos y montaron un puesto de carga de ambulancias. En definitiva, montaron un Puesto Médico Avanzado. A partir de este momento, se desplegaron todas las unidades.
El simulacro se desarrolló tanto en las instalaciones del CEIP Doña Rosa Fernández como en la clínica de simulación (hospital) de Escuela SAMU, donde fueron trasladas las víctimas del incendio.