SAID ZITOUNI
Nació en Beni Mellal en Marruecos al igual que toda su familia. Es el pequeño de una fratria de seis hermanos y hermanas. Su padre es ganadero, la cual es su principal fuente de ingresos, pero además es el Imán de la comunidad, algo que ha marcado a Said desde muy pequeño.
Recuerda con cariño los momentos en Marruecos en los que jugaba al fútbol con sus amigos después de la escuela y de ayudar a su padre. También solía ir a pescar con sus hermanos mayores y a recolectar frutas y verduras. Se emociona cuando habla de las celebraciones familiares a las que asistía como eran bodas, nacimientos y la Fiesta del Cordero.
Fue a la escuela y terminó la secundaria, pues su centro educativo se encontraba cerca del hogar familiar. Sin embargo, recuerda compaginar los estudios con el trabajo desde muy pequeño tanto en el comercio con su padre como vendiendo bolsas en los mercados.
Su proyecto migratorio estaba bien organizado y apoyado por su familia. Tardó tres meses en conseguir el dinero para poder pagar una plaza en una embarcación patera que le llevó hasta Lanzarote. Luego pasó un tiempo en un centro de menores de las Palmas llamado Fataga y de allí se escapó y consiguió pasaje en un avión que le llevó a Barcelona. Ya en esta ciudad pidió ayuda en extranjería y fue derivado a Cruz Roja y posteriormente, consiguió dinero para un billete en autobús y llegar hasta Sevilla donde fue ingresado en el DISL Alcalá donde permaneció formándose y estudiando hasta que a su mayoría de edad fue trasladado a un recurso JEM para mayores de edad extutelados, ambos recursos de la Fundación SAMU.
Desde muy pequeño ha tenido el sueño de vivir en España, a pesar de que reconoce que su vida en su país de origen no ha sido tan dura como la de otros compañeros, pero él quería tener una vida digna y también ayudar a su familia.
Por esa razón inició su proyecto migratorio y tiene el sueño de montar una peluquería en España y tener una vida algo más desahogada.
Actualmente, trabaja como montador de muebles de cocina y siempre se conduce bajo los preceptos de su fe.