En memoria de José Antonio Pineda Esquivel
José Antonio, o Jose, como le llamábamos todos en el Centro Educativo de Estepona, nacido en esta ciudad malagueña el 24 de diciembre de 1993, nos dejó el 22 de enero con tan solo 26 años tras sufrir una muerte súbita mientras jugaba al fútbol con sus amigos en el Campo de San Fernando.
Graduado en Psicología, comenzó a trabajar como psicólogo en el Centro Educativo de Estepona en julio de 2019. Era el primer trabajo que encontraba relacionado con sus estudios, con su vocación. Este hecho fue fácilmente reconocido por el director del centro, Antonio Trujillo, que no dudó en darle la oportunidad por su enorme interés en formarse, en conocer más acerca del colectivo con el que trabajamos y en poder ayudar en todo lo que le fuera posible a los chicos que residen en nuestro centro.
Desde los primeros días en los que comenzó a trabajar en el centro, Jose demostró ser un chico con gran sentido de la responsabilidad, enorme afán de superación y unas ganas desorbitadas de ayudar y hacer nuestro trabajo más llevadero. Estas cualidades, haciendo mención a la filosofía de nuestro presidente Carlos Álvarez Leiva, le hacían ser, indudablemente, una persona SAMU.
Jose no solo se encargó del área psicológica. Como vecino de Estepona, consiguió multitud de convenios de colaboración con empresas de la zona, hecho que los chicos agradecían de todo corazón.
Entre los residentes era una persona muy querida ya que todos veían en él una figura a la cual poder contar sus inquietudes, sus miedos, y sus problemas fuera y dentro del centro. En definitiva, era un amigo que prestaba su ayuda sin pedir nada a cambio. Varios de estos jóvenes han enviado esta semana cartas a sus familiares recordando la figura imprescindible de Jose: “Sabías qué decirme en cada momento. Sabías cómo secar mis lágrimas o cómo dejarlas salir hasta que ya no hubiesen más”, escribió uno de ellos.
También para el equipo, Jose era una pieza fundamental. Lo era en SAMU y también en el baloncesto malagueño, donde era muy conocido por ser exjugador y entrenador de equipos de base del CAB Estepona. Todos los clubes guardaron un minuto de silencio en su memoria durante la última jornada del campeonato.
Jose siempre llegaba alegre y contagiaba esa alegría a las personas que le rodeaban. Siempre estaba pendiente de cada uno de sus compañeros, prestándoles su ayuda en tantos momentos difíciles que en nuestro día a día vivimos.
Jose deja un un lugar en nuestro centro, en nuestro equipo, que difícilmente podrá ser cubierto. Solo nos queda agradecer el haber podido conocerle, trabajar junto a él codo con codo e impregnarnos de todo lo bueno que nos ofreció.